Estrellas 10 Elena
Fue una sorpresa deseada.
ESTRELLAS 10 Elena
Cuando desperté después de esa gran noche con la bella Andrea, ella ya no se encontraba en mi cuarto, oi que estaba con Elena al poco rato entro muy bien vestida me dió un beso y me dijo que se irían a la convención que podía pasar por ellas después de las 5 de la tarde, mientras descanse, luego pase un rato en el gimnasio fui a la alberca y llegada la hora de recogerlas, fui por ellas como dije Andrea iba muy bien vestida, bella, pero Elena se veía espectacular traía un traje sastre beige de falda corta y pegada resaltaban unas piernas hermosas y unas nalgas sensacionales, un saco del mismo color, semiabierto dejando ver el nacimiento de sus senos, pensé que de tener oportunidad la llevaría a mi cama, en la limousine que había rentado las lleve a un Cocktail lounge famoso en el barrio francés por su música, ahí oyendo jazz , tomando champagne y cenando exquisitos platillos pasamos un buen rato, regresamos al hotel ya tarde, ellas iban muy alegres estimuladas por el champagne, fuimos a la terraza a tomar la última copa,
Platicando pasamos un rato, de repente bostezando Andrea nos dijo que estaba muy cansada que se iba a acostar, Elena y yo también nos levantamos con la intención de hacer lo mismo, entonces Andrea no sé si con intención, nos dijo que nos quedaremos si queríamos, Elena y yo nos vimos y de manera simultánea dijimos, bueno tomaremos una copa más, Andrea sonrió y observe que se dirigía al cuarto de Elena
Yo abrí una botella de champagne y Elena me dijo Cesar solo una copa más, yo también estoy cansada, platicamos de cosas sin importancia, yo viendo esas hermosas piernas y nalgas pensaba la manera de abordarla, tal vez el cansancio y el champagne hicieron efecto en Elena que de repente reclinó su cabeza en mi hombro, yo levanté su cara y busque su boca, ella reaccionó y me dijo, no César como crees, que dirá mi hermana, yo no conteste y la atraje hacia mi, ya no puso resistencia me ofreció sus labios entreabiertos, su aroma era delicioso, besaba con ternura, su lengua busco la mia nuestras lenguas iniciaron una danza, que nos exitaba, baje mi mano a sus muslos y los acaricie de abajo a arriba, poco a poco subiendo llegue a su tanga con mis dedos, su vagina a travez de la tela se encontraba totalmente humedecida, trate de sobarla pero ella bajo su mano y retiro la mia, me dijo
No César esto está mal,!!!!
Entonces yo le dije, hermosa, entre Andrea y yo no hay más que una deliciosa amistad sin compromisos, una no hay un futuro solo un presente que podemos disfrutar, estoy casi seguro que nos dejó con toda intención, tu eres una mujer muy hermosa y nada me haría más feliz que hacerte mía, me pare la tome de la mano y nos dirigimos a mi cuarto, ella se reclinó pegando su cuerpo al mio
Cuando terminé de decirle eso, se aprisionó más a mi cuerpo, juntamos nuestras bocas apasionadamente, sentía su lengua entrar y salir de mi boca, explorándola toda, mis dientes mordisqueaban sus labios, sentí que sus tetas ahora juntas a mi pecho comenzaban a subir nuestra temperatura, tomé sus nalgas acariciándolas lentamente tratando de sentir la raya de su culo a través de la tela de ajustada falda, bajé más mis manos, la tomé por la parte en que sus nalgas se comienzan a dividir con las piernas acariciándola, buscando encontrar la humedad y el calor que comenzaba a tener su vagina, la tomé de ahí levantándola, mientras ella con sus brazos se enganchaba con más fuerza y pasión a mi cuello sin dejar de separar nunca nuestras bocas, sentí como ella estaba parada solo de puntas con mis manos alzándola y tomándola por sus nalgas y ella afianzada a mi cuello restregándole toda la dureza de mi verga, mientras nuestras lenguas no dejaban de acariciarse delirantemente, todo era ya una danza frenética de pasión, sin remordimientos, solo ella y yo, nuestras bocas desbordadas de un cóctel de saliva suya y mía, su lengua enredándose con la mía, Le susurré al oído que la deseaba hacer mía, que me moría por penetrarla suave y salvajemente a la vez, mientras nuestros cuerpos empezaban a conocerse, a sentirse, Seguían en la danza nuestras lenguas, cuando comenzó a desabrocharme uno por uno los botones de mi camisa, al ver mi pecho desnudo, dirigió sus labios a mis pezones, suaves besos y dulces mordidas me entregaba sutilmente
Yo la cargue y la lleve a la recamara, al pie de la cama nos desnudamos, yo le quite el saco, su blusa y el sosten, apareciendo sus generosos senos coronados por una amplia mancha rojiza y sus rosas pezones ya duros, me arrodille, bese y chupe sus riquísimos pezones, mientras ella se encontraba parada, yo con mi boca fui besando y lamiendo ese hermoso cuerpo, ella me agarraba la cabeza apretándola a su cuerpo, bajando por su vientre llegue a su ombligo con mi lengua juguetee con el, Elena se estremecia y emitia pequeños gemidos, le baje la falda sacándola por sus pies, quedo a mi vista su tanguita roja, lleva mis manos a los lados y también se la baje, Elena me dijo por favor Cesar levántate, asi lo hice, desesperadamente ella se arrodilló, me miró y sonriendo con ese encanto que hay en ella comenzó a desabrochar mi pantalón, parecía como si fuese a desenvolver el más querido de sus regalos, y si que lo era. Con los pantalones hasta los tobillos comenzó a besar y a acariciar mis peludas piernas mientras jugueteaba con mi pene aun oculto por la tela del bóxer. De repente como si fuera el fin del mundo bajo el bóxer delirantemente, saltando virilmente mi pene totalmente duro fue a estrellarse contra su rostro, sin tocar mi pene, comenzó a olerlo restregando su cara en mi pelvis, en mis pelos, en mi verga, en mis huevos. Quien vería a esta hermosa mujer arrodillada lamiendo mi falo de arriba para abajo, poniendo mi ardiente glande en sus rosados y carnosos labios a su merced y yo ansioso deseaba dárselo. lamía el tronco de mi pene y apoyaba y acariciaba con sus manos mi escroto, se lo llevo a la boca y con su lengua masajeaba mi glande ensalivándolo y exitandome con su calidez, no quise eyacular en su boca, asi que la levante y la acoste totalmente desnuda, tiernamente boca arriba en la cama, me deshice completamente de mis pantalones y boxer, la observe brevemente su cara bonita con labios semiabiertos y sus ojos mirándome expectantes, me recosté a su lado nos besamos, ella con intensidad, yo la bese y chupe su cuello sus hombros, llegue a sus senos no eran muy grandes, bien proporcionados, la aereola de sus pezones era grande y obscura y sus pezones picudos y de color rosa, los bese lami y chupe, con una mano acariciaba sus senos, Elena gemia despacito y con sus manos apretaba mi cabeza, sus pezones se endurecieron rápidamente y aquí una sorpresa, al endurecerse senti en mi boca que salia un poco de liquido espeso y dulzon, ufff estaba delicioso, continue bajando acariciando y besando todo, su ombligo su vientre
Proseguí a besarle suavemente sus piernas, tenían ese aroma tan peculiar en las mujeres en plenitud, aroma a buen sexo, aroma de toda una vida de aquí para allá, de una vida guardando secretos que solo ellas conocen, de secretos dulces, secretos sucios, secretos de mujer.
Arqueaba su espalda al sentir la suavidad de mis labios, la frescura de mi saliva, besé su pie izquierdo durante unos 3 minutos, acaricié, lamí, juguetee la planta de su pie, introduje mi lengua en cada separación de sus dedos, apenas acaricié la punta de cada uno de sus dedos escuché como gemía, fue en ese momento que observé como con los ojos cerrados mordía con sus dientes su labio inferior, en que la sentí como tenía cierto estremecimiento desde su estómago hasta su cuello, teniendo como pequeñas convulsiones, entonces vino el primero para ella, si, 3 minutos fue tiempo suficiente para haber tenido su primer orgasmo aún sin penetrarla, en aparente calma sabía lo que estaba por venir, o más aún si con mi lengua en sus pies le hice tener el primer orgasmo, no me imaginaba lo que sería la penetración. Parecía como si fuera una pequeña virgen, como si fuera a ser la primera penetración de su vida. Yo me moría por penetrarla ya, pero sabía que tenía que disfrutar hasta el último momento para ponerla histérica deseando como nunca ser penetrada, sabía que tenia que prolongar su placer y el mio
Me dirigí a su sexo, su pubis tenia un pequeño sendero de bellos pequeños y delgados lo empecé a lamer, sus labios vaginales que eran delgados y muy rosas conocieron a los míos, percibí ese rico olor que me enloquecia, torrentes de su ser inundaban mi boca,
Besé, chupé, lamí su sexo todo lo que quise, buscando ese tesoro que la llevaría a la gloria, y lo encontré, su delicioso clítoris y lo succioné como un demente de manera que ella parecía perdía la conciencia, perecía enferma de sexo, balbuceaba, se mordía los labios, se convulsionaba, jalaba de mi cabello arrebatadamente, aghhhhh aghhhhh asi amor, asi que rico me decía, gritaba desesperadamente, con las piernas totalmente abiertas y su sexo a mi entera perversión, mientras con mis manos no dejaba de apretar sus senos, pellizcando sus pezones, toda mi boca inundada de su tórrida lubricación, estaba ya perdida Elena, y yo, con su clítoris en mis labios..chupaba y lamia su entrada vaginal, bajando mas aun hasta su ano que al sentirme se fruncia y ella gemia, observe que levantaba su cabeza pare verme, ella ya no aguantaba más, fue tanta su desesperación que empezó a llorar un poco, me lo suplicó
“Ya no aguanto más por favor ya quiero sentirte, te necesito tanto que estoy a punto de estallar, es una locura, pero te quiero todo”., me levante alce sus piernas , tomé mi pene y la dirigí a su vagina, juguetee ahora mi glande contra sus labios, rebotaba mi pene en la entrada de su cuevita, hacía que lo metía, pero no lo hacía completamente, golpeaba su labios con mi duro pene, Elena estaba gozando, pero a su vez sufriendo por no metérsela ya de una vez
.Me dijo que había deseado ese momento. tomé mi pene de una sola se la metí hasta el fondo, sus labios, su vagina y todo su interior, era suave, estrecho y inundado de sus secreciones, eso facilito la total penetración gritó, me pego hacia ella para sentir toda la penetración al máximo, me recibió de maravilla, acoplados desde el primer momento, ella cerró los ojos y empezó a moverse de arriba para abajo, hacía círculos, me daba ricos apretones con sus paredes vaginales, se conectó perfectamente mi duro pene a su caliente sexo, me moví, ambos cogíamos desesperadamente,
Elena gemia aghhhhhhh aghhhhhhhh asi asi mi amor lo quiero todo yo sentía una inmensa exitacion, de repente ella dejo de moverse arqueo su cuerpo levantando sus nalgas y casi gritando ayyyyyyyy ayyyyyyyyy me vengo mi amor, me vengo tuvo un gran derrame de fluidos que bañaron mi pene y cayeron por su conducto perineal mojando su ano y las sabanas, yo aguante todavía, ella quedo como desmayada con los ojos cerrados, labios entreabiertos y gimiendo despacito, yo sentía una contracciones divinas, su orgasmo duro unos minutos, yo si sacársela baje sus piernas y me acoste encima de ella, busque su boca y nos besamos con con fuerza producto de nuestra intensa exitacion, descansamos un rato, yo aun no había eyaculado asi que estaba con el pene duro metido en esa rica cuevita, se la saque
Puse a Elena boca abajo , comenzando a besar su espalda, le acariciaba al mismo tiempo, bajé hasta su ano y empecé a besarle ahora sus nalgas que resultaron ser muy sensibles. Estando ella boca abajo noté como temblaban sus piernas y su espalda estaba muy sensible ahora, así que mordí su entre pierna por la parte de atrás, suaves besos combinados con mordiscos salvajes, así que me puse encuclillas tomé mi pene que seguía durísimo y venoso más que nunca
Puse la punta de mi pene en el comienzo de sus labios mientras golpeteaba sus nalgas, y poco a poco hice un juego de mete y saca el glande en la vagina, solamente el glande, Elena estaba ahora al 1000% preguntándome que le hacía ahora, mientras también con sus manos apretaba la colcha, no daba cabida al placer en que ahora estaba inmersa, decía nunca haber sido penetrada de esa forma y sobretodo haber sentido un orgasmo como el que en ese momento le estaba haciendo sentir; de repente me levanté un poco más me sostuve en su espalda con mis manos ya que venía la estocada final, se la dejé ir con toda mi fuerza y todo mi peso, toda de una sola metida, ahora ya no era solamente el glande, era todo mi pene completo, soltó un grito que debió haberse escuchado en toda la calle, parecía perder la respiración, vi como cerró los ojos apretándolos y con un puño golpeó la cama, mordió la almohada desesperadamente y todo el mete y saca tan suave y tierno que había dado segundos antes, ahora se había convertido en una salvaje penetrada sin piedad, me moví lo más que pude, de arriba para abajo, de izquierda a derecha, sentí como mi verga erecta tocaba todo su interior, sentía la suavidad de sus paredes vaginales, busqué con ansia el choque de mi glande con su clítoris, Elena estaba chorreando ríos de placer, ríos de ese manjar que es para el pene la lubricación femenina, gritaba, apretaba con intensidad lo más que podía mi verga, exigía sentirla explotar dentro de su ser, deseaba sentirse inundada de ese néctar que suele expulsar el pene como muestra del deseo invocado por nuestros instintos.
Ella toda ahí sin moverse disfrutaba de la cogida de la que era objeto, Incontrolable estocada recibía su ser, el sudor provocado por nuestros salvajes movimientos, después de un rato deshice la posición de cuclillas, me postré sobre su cuerpo sin dejar de metérsela, ahora también enredaba mis piernas con las de ella, algo que le excitó aún más, tomándola de sus caderas sentía como mis piernas calentaban más las suyas, acto seguido al que cuando coloqué mis manos bajo sus senos estrujándolas, parecía ella no poder creerlo, bendito sea el descontrolado sexo guía del placer a la noche sin fin. Deseaba ella que nunca terminara ese momento que durante mas de una hora llevaba dándole con toda mi pasión, toda mi virilidad dentro de ella inundada de jugos de vida. Más de tres orgasmos continuos la absorbieron, estremeciéndola hasta agotarla. Elena, señora en estado de éxtasis, señora mía deseada por todo mi ser. Sonrisa de niña, cuerpo de mujer, Ahora venía el punto final, la explosión tan deseada tanto por ella como por mi,
Después de todo eso y una metida a fondo, brotó de mi pene el líquido de la felicidad, el líquido del deseo cumplido
Consiguió Elena ahora el más largo de sus orgasmos, el más esperado, sumergida en la embriaguez de mi leche mientras contorsionaba su cuerpo aún bajo el mío… Suspiré al obtener la descarga dentro de mi tan deseada mujer, sentí la mayor felicidad. No dejó de moverse desde que sintió el inicio de la descarga, movió sus nalgas agrandando su placer y el mío. Sentía ahora yo, como descargas de electricidad en mi glande que eran de placer infinito, con las pocas fuerzas que ahora tenía IElena, oprimió mi verga con su vagina cansada, combinando sus apretones con un movimiento exquisito de nalgas, a la vez que también las alzaba para sentir ese roce de mis vellos y pelvis con su sexo. Sentí el goce máximo ahora para mí, por cada movimiento que daba ella yo me retorcía por la ultra sensibilidad que tenia mi glande. Ella si que sabía moverse cuando se desparrama el semen dentro de ella, lo sabía muy bien, sabía que ese es el placer que buscamos los hombres, no por algo era toda una mujer. Nunca dejó de mimar mi pene. Nunca disfrutó tanto. Nunca dejamos de estar unidos por nuestros sexos. Espléndido momento de delicia y regodeo, mi semen acariciando suavemente el interior de su vagina. Habíamos terminado juntos, ella en un jadeo apresurado y sudando en demasía, aún aprisionada por mi cuerpo, reposando mi pecho sobre su espalda, dándole mansos besos en su cuello, en sus hombros, en su espalda, en sus mejillas. Todavía jugueteando mis vellosas piernas con sus finas y apetitosas piernas, sonreíamos placidamente.
Sin especularlo se volteó, nuestros rostros frente a frente buscando nuestras bocas de nuevo para fundirse en un cálido beso, ahora más tierno. No expresábamos nada. No hacía falta. Solo observándonos, retozando con nuestras lenguas. Habíamos olvidado todo y a todos. Con mis dedos sentí sus labios vaginales, sentí como de su entrepierna se formaba un pequeño río de semen, que acariciaba todo a su paso, que emanaba de su vagina aún en el orgasmo, que era muestra de nuestro acto consumado. Solo éramos ella y yo, con nuestro deseo. la luz de la luna entraba por las persianas terminando de proyectarse sobre su cuerpo tornándolo azulado, momento que aproveché para besar su cuerpo por nueva cuenta, salvo que ahora mucho más tierno y lentamente. Acariciaba apenas tocándolo con las yemas de mis dedos y las palmas de mis manos, haciendo provocadores sonidos con los labios, Para ese momento ya tenía mi pene de nueva cuenta erecto, así que comencé a restregárselo por todo su cuerpo desde el cuello hasta la punta de sus pies, pasando por su culo, fingiendo intentos por metérsela por el mismo culo, también se lo comencé a restregar en la cara, cuando se lo restregaba por sus labios se levantó en un dos por tres tumbándome en la cama para quedar boca arriba, descendió hacia mi verga de nuevo, con el propósito de lamer y mamarla. Me mamó la verga como si no lo hubiera hecho, como si fuera la primera vez que introducía por su boca mi falo, siguió y siguió mamando verga, como si fuera su única misión en la vida. Eyacule en su boca y ella trago lo mas que pudo sin dejar de chupar y sobar mi pene, cuando termine, ella busco mi boca y nos besamos con un beso de unión en que yo trague parte de mi semen que aun traía en su calida boca
Terminé tomando no sin cierta dificultad y un poco de dolor de Elenita, su tierno, caliente y estrecho ano que con sus contracciones y el movimiento rotatorio que ella hacia de sus nalgas tuve una exitante e intensa descarga de semen hasta el fondo de sus intestinos, al sentirla ella contrajo mas su conducto anal contrayéndolo y exprimiendo mi pene, gimiendo y agitándose consiguió también un nuevo orgasmo, aunque fue un poco sufrido para ella de inicio, pero con unas buenas dilataciones con mis dedos y una buena dosis de sexo verbal, logramos un exitante e intenso sexo anal, ella me confesó que ya había tenido sexo anal pero que nunca le habían hecho disfrutar tanto, descansamos, Tomamos un baño y nos fuimos a la cama ya ahora para dormir y tomar fuerzas
Cuando desperté al dia siguiente Elenita ya no estaba, pero en verdad yo había tenido una gran noche con esa hermosa y calidad mujer
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