Feita pero putita 2
Mis manos bajaron hacia su cintura tratando de bajar por dentro de su short, cuando alcancé su rajita ya se sentía la humedad y ella empezó a gemir.
Las siguientes veces que vino siempre había gente en la tienda y no pude decirle y hacerle nada, un jueves cuando entró yo estaba sólo, luego de pedir lo que tenía que comprar me dice —mañana vengo vecino, mis papás van a ir a la chacra—, sólo moví la cabeza porque una cliente apareció en la puerta, entregué su pedido y le alcancé su vuelto, ella salió mientras yo atendía a la nueva cliente. Estuve nervioso esa noche y a la mañana siguiente, pensando en los momentos que se avecinan.
Ella se apareció a eso de las 3 de la tarde, eran horas muertas, en ese horario no había casi clientes lo que aprovechaba para cerrar la tienda o ir al centro de la ciudad a hacer algunos trámites o compras especiales, pero esa tarde la tienda estaba abierta esperando por ella, venía vestida con un short azul que resaltaba aún más su protuberante trasero.
—Hola bonita— le dije. Ella entró y dijo —vecino, ¿puedes darme caramelos para darle a mis hermanitos? —, le di un puñado y ella regresó a su casa, al cabo de unos minutos vino nuevamente. Luego de verificar que no había nadie en la calle cerré la puerta, ella me miraba un poco extrañada y nerviosa, a lo que le pregunté para despejar toda duda —¿está bien si cierro la puerta? o lo dejo abierto—, medio dudosa respondió —déjalo cerrado nomás vecino—, se mordía sus uñas nerviosamente.
Para darle confianza le ofrecí un bombón de chocolate, pero levanté como otras veces para que ella lo alcance, al empinarse tratando de alcanzar se pegó a mi cuerpo lo que aproveché para presionar su cuerpo al mío, mientras con mi otra mano puse el bombón en sus labios, en ese momento pasé con mis labios su cuello de abajo para arriba, mis manos bajaron hacia su cintura tratando de bajar por dentro de su short, cuando alcancé su rajita ya se sentía la humedad y ella empezó a gemir. La conduje tomándole de la mano a mi dormitorio, me senté en la cama, ella permanecía parada entre mis rodillas, desaté los botones de su short y bajé hasta sus rodillas junto con su calzoncito rosado, se veía su rajita en medio de su pubis adornado sólo con una pelusilla, a continuación saqué mi pene que estaba totalmente erecto y puse entre su rajita que brillaba con una incipiente humedad, la cabeza se introdujo entre sus labios, la fui masturbando sin tratar de penetrarla, con la otra mano levanté su camiseta y puse al descubierto sus pequeñas tetitas, apenas unos incipientes limoncitos, apliqué mis labios para lamerlo alternando entre las dos tetitas, ella se movía haciendo presión hacia mi verga mientras jadeaba con más fuerza.
Por un momento fui a la caja a sacar un billete de diez soles.
—Mira lo que vas a ganarte— dije mostrándole el billete
—¿Sólo eso?, ¿me das 20 soles ya?
—¿No habíamos quedado en 10 soles?, qué carera estás, pero te doy luego ¿ya?
Movió la cabeza afirmativamente, con dicha autorización procedí a quitarle su short y su calzoncito, hice que se eche boca arriba en la cama, subí nuevamente su camiseta para descubrir sus incipientes tetitas, los chupé un poquito y fui bajando con mis labios ardientes hasta llegar a su rendija sin muestras de bellos, abrí con mi lengua para descubrir sus flujos emergiendo desde su pequeña hendidura, sentí su delicioso sabor a virgen y fue acelerando mi lamidas haciendo presión con mi lengua, ella jadeaba cada vez más fuerte, sus flujos junto con mi saliva bajaba hacia su culito, impregné en esos líquido mi dedo índice y poco a poco fui haciendo presión sobre u pequeño asterisco, en un momento cuando mi lengua pasaba por su clítoris hice mayor presión introduciendo ligeramente mi dedo, poco a poco fui avanzando hasta hundir mi dedo entero dentro de su caliente canal, en ese momento sentí un chorro de flujos calientes a la vez salió un fuerte gemido de sus labios indicando que había llegado a un primer orgasmo.
Alejé mis labios de esa rajita deliciosa, pero no saqué mi dedo del agujero en el que era presionado por su esfínter, después de un pequeño descanso me incorporé, saqué mi pene erguido de su presión, con el pene empecé a pasar nuevamente por sus labios vaginales llegando hasta su clítoris, mi dedo nuevamente se puso en movimiento, sacando ligeramente e introduciendo repetidamente, haciendo que la presión del esfínter se afloje poco a poco, con mucha dificultad logré introducir otro dedo, se notaba que ya se había aflojado, por lo cual saqué y a continuación puse la cabeza de mi verga en su agujero dilatado, poco a poco iba presionando y aflojando mientras mis dedos masajeaban su clítoris, en un momento sentí que se aflojaba más y pude introducir la cabeza de mi verga, empezó a hacer muecas de dolor y cuando presioné con más fuerza gritó.
—Ay, ay, ay… sácalo, sácalo—, parecía que iba a llorar.
Me quedé quieto un momento, seguí masajeando sus labios y clítoris, traté de besarla por primera vez, ella trató de evitar pero en un momento abrió la boca lo que aproveché para meter mi lengua en su boca, ella correspondió moviendo su lengua jugando con la mía, era delicioso sentir la humedad caliente de su boca, una sensación de penetración sexual indescriptible, lo que permitió un descuido de ella que aproveché para hundir mi verga, lentamente hasta el fondo, dejé un momento en esa posición, sintiendo la calidez y el ajuste de su esfínter sobre mi pene, el cual se fue aflojando.
Ella aspiraba aire en señal de dolor, nuevamente hundí mi lengua en su boca provocando que se afloje más su culito, fui moviendo lentamente en un vaivén de mete y saca, dejó de quejarse y dio muestras de sentir placer, yo movía mi pene constantemente en ese canal ajustado, al cabo de unos minutos, ella empezó a jadear nuevamente. En un momento me erguí con mis pies en el suelo, mientras ella permanecía echada en la cama con las piernas abiertas y mi verga clavado en su culito, la vista era espectacular, mientras mi pene ingresaba y salía en un vaivén constante, se notaba su chuchita que se cerraba completamente, sus labios vaginales estaban inflamadas, con los dedos abrí esa rajita virgen, notando el agujerito en medio de su himen intacto, cada vez que introducía mi pene el agujerito se cerraba y cuando lo sacaba se abría ligeramente, esa visión confirmaba mi teoría de que las mujeres feas tienen la flor vaginal muy bonitas, y las mujeres bonitas tienen esa flor algo feas, y lo mismo el hecho que las mujeres de boca grande como ella tienen la chuchita pequeña y ajustada y las de boca pequeña tienen la chucha grande.
Ni que decir, esas elucubraciones mentales y la hermosa vista de su culito perforado por mi verga y encima una chuchita hermosa y virgen casi provocó que me venga, por lo que paré un momento, la chica ya estaba en el cielo y se notaba que su culito se había abierto lo suficiente, por lo que continué aún por varios minutos hasta llenarle sus entrañas con mi abundante semen, me quedé unos buenos minutos en esa posición hasta sentir flácido mi pene, al sacarlo vi que salía abundante líquido blanquecino de ese culito que poco a poco se fue cerrando, ella permaneció con los ojos cerrados y espatarrada con las piernas muy abiertas sobre la cama, fui por el papel higiénico para limpiarla, ella estaba recuperándose y abriendo los ojos, con un dedo se tocó el culito que chorreaba semen, luego de secarse se incorporó y tomó su calzón y short para ponerse, luego me miró y dijo:
—Mes has hecho doler mucho, no voy a poder caminar
Lo decía con una gracia que me dio ganas de besarla nuevamente, agarré su culito por la dirección de su asterisco y dije.
CONTINUARÁ…
—Sana, sana, colita de rana— y le frotaba por encima del short
Le di los 20 soles que le ofrecí, al abrir la puerta de la tienda ya eran casi las 6 de la tarde, me percaté que nadie había en la calle y le indiqué para que salga, yo la miraba cómo iba meneando con cierta dificultad ese delicioso culito, recién abierto por mi verga que se puso nuevamente duro pensando en futuras arremetidas.
Exelente relato, telegram si alguien quiere chat @JOB_prz