Fimosis
El Embarazo.
– Mamá, estoy embarazada –
– Pero hija, si acabas de cumplir 18 años, esperaba que fueras a la universidad – le dije.
– Si, lo sé, pero pasó y no había dejado de tomar las píldoras –
– Bueno, está bien hija, tenga su bebé, no se preocupe –
– Gracias mamá, te amo –
– Yo también te amo, hija –
Mi hijo se había recibido y tenía un buen trabajo. Entre su sueldo y el mío nos permitía vivir bien.
Habíamos arrendado la casa y nos habíamos cambiado a un departamento nuevo y más grande que la casa.
El dormitorio principal era el de ellos y yo ocupaba otro dormitorio y quedaba uno como oficina.
Meses después.
– Mamá, tú crees que la niña siente cuando hacemos el amor con mi papá? –
– Porqué lo dices? – le pregunté.
– Porque se mueve cuando tenemos sexo, como si lo sintiera –
– No, no lo siente. A mí me pasaba lo mismo contigo, cuando tenía sexo tú te movías como si lo sintiera. Entonces comencé a investigar y me di cuenta que no era posible que te tocara con su pene, ni siquiera cuando tenía nueve meses.
No encontré más información. Pero por mis experiencias, me di cuenta que las hormonas del placer que yo liberaba al torrente sanguíneo, te llegaban a ti. Y cuando tenía un orgasmo y me relajaba, tú también lo hacías. Hice pruebas con distintos tipos de comidas, algunas te gustaban y otras no. Cuando estaba acostada y comía chocolate, a ti te gustaba, debe haber sido por la dopamina que se libera y te llegaba a ti y te producía placer –
– Y cuando tenías sexo también me pasaba lo mismo ? –
– Parecido, porque con el chocolate me relajaba y tú también. Pero con el sexo era diferente, con la primera penetración tu te movías como si la sintieras y en cada penetración, junto con mis quejidos de placer tu te movías. Cuando me llegaba el orgasmo, sería porque sentía contracciones del útero y de la vagina, junto con mis quejidos y la liberación de la hormona del placer, nos relajábamos juntas.
– En serio? Por eso me gustaba de chica que me abrazara por detrás? Me acostaba al lado de él en las mañanas y me gustaba sentirlo entre mis piernas –
– Tenias 5 o 6 años y yo veía como te tenía. Un día le dije que tuviera cuidado, que tú eras muy chiquita y podría hacerte daño –
– A qué edad te lo metió la primera vez? –
– Como a los 8, yo había tratado que fuera antes pero no me dejaba –
– Te dolió mucho? –
– La verdad que no, un poquito al principio, pero después nada, estuvo genial –
– Que bueno, tienes que tener cuidado con la posición que tomas, la presión del útero puede afectar algunos órganos –
– Ni que me lo digas, tengo todos órganos arrinconados –
Dos meses después nació mi nieta, una hermosa bebé.
Se parecía mucho a ella y a mí. También se parecía a él. En ése momento pensé en que teníamos que cambiarnos, con la llegada de los niños, el departamento se iba a ser chico.
Para los conserjes era la madre del caballero, la suegra de mi hija y la abuela del bebé.
Me acostaba con la bebé cada vez que ellos tenían sexo. En la pieza de mis hijos ni cabia una cuna, por lo que se eliminó la oficina. Dos años después nació mi nieto y dos años después nació mi otra nieta.
Para ésa época, habíamos comprado una parcela con piscina en las afuera de la ciudad. Porque con el nacimiento de mi segunda nieta, la pieza se hizo chica. Y yo dormía con la niña que tenía seis años, mientras ellos cogian. Y cuando no lo hacían la niña dormía con ellos. Y creo que aveces lo hacían cuando la niña dormía.
– Hijo, tenemos que buscar una casa más grande, no podemos segui así amontonados ni tú durmiendo con la Ale, ella tiene 6 años y duerme contigo desnudo –
– Ella está acostumbrada, le digo que se vaya a dormir contigo y no quiere –
– No le vaya a pasar lo mismo que a su mamá, un día va a despertar con tu miembro adentro –
– Si, tienes razón, yo también lo he pensado, he despertado con mi erección entre sus piernas y a ella no le gusta dormir con calzones –
– Mamá, me dijo mi hija un día, el niño tiene un problema para orinar –
– Déjame verlo –
Efectivamente el niño tenía un problema, el prepucio no dejaba salir el glande.
– No es una enfermedad – le dije – es una condición y se llama Fimosis. Tu padre tenía la misma condición –
– Y cómo se lo quitaste ? –
Entonces le expliqué todo lo que yo hice con mi hijo hasta el embarazo.
– Se lo tengo que chupar? –
– Sólo si tu quieres –
– Pero lo tiene muy chico –
– Yo lo hice cuando mi hijo tenía 12, pero es cosa tuya. La otra opción es cirugía –
– Ay, no, pobrecito, prefiero chupársela –
– Bueno, como tú prefieras –
– Cómo dijiste que se llamaba? –
– Fimosis –
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