Follada como perrita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Ángela y esto pasó hace unos días, el era un tipo de la Universidad, un curso superior, muy guapo y alto.
Yo, una chica normal, pero muy linda de cara.
El había insistido tanto para salir y por tanto tiempo que acepte, justo antes de las vacaciones.
Fui con una falda súper corta y pegada, un escote abierto, sostén apreto para resaltar mis senos.
Y bueno, sin vernos unos días quise dejar impresión y cierto deseo.
Después de la salida y los paseos me llevo a casa, comenzamos a besarnos y sus manos rodeaban todo mi cuerpo, tocándome todo, me gusto tanto que no hice nada para impedirlo y asi fuimos calentando el ambiente, me propuso entrar a mi casa.
Pero mis padres estaban así que nos fuimos a la suya, en el taxi empezaba a tocarme la vulva y masturbar mi clitoris, yo hemos mucho, no podía evitar ese placer, tenía unos dedos muy ágiles, el taxista por el retrovisor miraba como un tipo que insistió tanto me tenia rendida gimiendo y deseosa de ser follada.
Llegamos a su habitación y sin dudar me empujó la cama y desnudó, empezo a succionar mis senos y morderlos, cuando me hizo sexo oral no podia creerlo, lo hacía tan bien, fueron muchos orgasmos seguidos y eyaculaciones, yo estaba totalmente poseída, parecía un exorcismo ya que me movía como nunca lo había hecho.
Se paro delante mio y lo que vi era sorprendente.
Un pene muy delicioso, muy pulcro y por sobre todo muy muy largo, empecé a succionarlo, morderlo, me tomo del pelo y follo mi boca una y otra vez, una y otra vez, Dios mio, era súper rico como se me escurría ls saliva de la boca, babeando como una perra en celo, jamás alguien me había tenido así.
Me puso en cama y abrió totalmente para el, tomando mis piernas de mis tobillos, me lo metió de un solo empujón, la apuñalada más rica de mi vida, estaba tan empapada que la rapidez de sus embestidas sólo provocaban gritos, gemidos y mi espalda arqueada por el placer de ese pene provocaba.
Cuando lo monte, lo hice como una loca, una perra en celo.
El me decís cosas sucias como: ”solo sirves para ser follada, eres una perra barata, eres mi zorra desde hoy" y esas cosas que extrañamente me gustaban oír y hacían que lo cabalgue como nunca.
Entre en varios orgasmos y eyaculaciones, no sentia las piernas, me temblaban y sentía que ya no podía más, me puse de rodillas y succione ese pene que me había causado el dolor más placentero de mi vida, cuando me tomo del pelo sentía que ya se venía y empecé a trabajar más rápido, masturbe ese pene tan rápido que mi mandíbula y mis manos estaban adormecidas.
Y sentí un primer chorro de semen en mi garganta, el segundo y el tercero se me salían de la boca, era tanto semen y eran tan rico.
No exagero al decir que eran como nueve chorros de semen en la cara y el cuello.
No podía creer que era tan perra, probé tanto semen que me dejó la cara empapada.
Me tomo del cuello y dijo: "cuando quieras putita" me vestí y subí al taxi.
Adolorida llegando a casa a las cinco de la mañana, no pude dormir solo de recordar lo que pasó.
Me masturbe ya que no aguantaba los pensamientos.
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