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Heterosexual, Incestos en Familia, Intercambios / Trios

Frutos prohibidos

una vez que las pruebas no puedes detenerte sobre todo cuando tienes 2 nenas pervertidas.
Cuando formas una familia o cuando te integras a una hay cosas que no piensas que puedan ocurrir sobre todo el tema del incesto y es que imaginar tener algún tipo de relación más allá de lo fraternal lo veía extraño, incluso a pesar de que tengo 2 hijastras. Una de 9 y 10 no tenía ningún tipo de pensamiento impuro y las adolescentes las seguía considerando niñas, no obstante 3 años atrás, una sobrina de mi mujer me hizo cambiar de perspectiva, altero por completo mis gustos. Felicia era una chiquilla de 15 años, bajita como 1.55mtr, morenita de pelo encrespado con un cuerpo un tanto rellenito, esa chica convivió con nosotros por 2 meses durante sus vacaciones y su visita nos cayó de maravilla. Era alguien que nos responsable y que nos ayudaba en casa, además que nos hacía el favor de cuidar a las niñas, sin embargo, también fue la razón de un gran pecado y es que era alguien fácil de tratar, nos llevamos bien desde al poco tiempo y mientras más confianza tomaba más coqueta se volvía hasta que un día mis instintos superaron la razón. A solo una semana para que acabaran sus vacaciones probé lo prohibido, tenía un fruto jugoso que me satisfizo como ningún otro y a pesar de tener 15 era alguien con mucha experiencia al punto que me dio lo que mi mujer nunca me ha dado, su culo se tragaba mi verga sin problemas y en cada embestida pedía más. Esa chica adoraba la verga, amaba saborearla y brincar sobre ella. Cosa que un día en medio de nuestro descanso tras haberlo hecho le pregunté: “—si siempre ha sido así de fogosa como se satisfizo todo este tiempo—” pero solo me respondió: “—soy mujer, tengo mis métodos—” y me calló metiéndose mi verga en el culo, tampoco le di muchas vueltas al asunto ya que si hubiera dejado entrar a alguien a la casa ya nos hubiéramos enterado por el hecho de que chismosas no faltan.
La mejor semana de mi vida, pero también fue el origen de futuros problemas. Una fue que durante esa semana mi mujer comenzó a sospechar que la estaba engañando sobre todo porque como estaba completamente satisfecho, no tenía ganas de estar con ella. Lo segundo era que ella no le gustaba el anal así que había algo de fricción cuando lo proponía y tampoco me gustaba forzarla a hacer algo que no quería de modo que con el pasar del tiempo la frustración sexual se iba a cumulando al extremo de cuando ya alcanzaba el límite terminé optando por visitar a las cariñosas, esa sí que no ponía peros, si la posición existía ellas lo hacían y luego de 3 años continué con esa rutina al punto que ya me estaba aburriendo, las putas ya no me excitaban como antes, necesitaba una nueva emoción y casualmente mientras iba al trabajo me acordé de Felicia y lo hice luego de que tuve una erección tras ver a una jovencita uniformada que iba al colegio, por lo tanto la emoción que quería volver a sentir era hacerlo con una menor y mejor si era con una menor experimentada. Tristemente era algo prácticamente imposible, no tenía contactos ni trato como para cuadrar con alguna, tampoco quería acabar en problemas de modo que esa idea estaba descartada, prefería matar mis ganas con mi mujer si es que me dejaba.  

Con el pasar de las semanas ese deseo lo único que hizo fue acrecentarse, comencé a tener sueños húmedos y rememoraba constantemente esa semana maravillosa e incluso deseaba reencontrarme con Felicia, a estas alturas ya era mayor de edad y de seguro era más hábil en la cama, pero no eran más que fantasías vacías, ella no iba a venir por un simple deseo así que tenía que buscar mi propio desahogo y por cosa del destino resulta que tenía algo bueno en todas las narices. 

Lo que descubrí ese día me dejó perplejo no podía creer lo que llegué a ver ni de donde aprendieron ese tipo de cosas. Era un sábado y me tocaba cuidar a las niñas las cual ahora eran 3 Erika la mayor con 10 años, Tatiana con 9 y Daniela de 3 años la cual si era mi hija.
En fin, volviendo al tema, el día no hubo ninguna novedad y llegado la tarde mientras las mayores junto con Vanesa, una vecina de 9 años jugaba con ellas en la casa en su cuarto, yo me quedé dormido junto a Daniela. 

Una vez me desperté apenas había transcurrido 45 minutos y tenía la carpa armada como si hubiera pasado un día entero, así que me levanto y me voy a la cocina a beber un vaso de agua y escucho: “—acuéstese para examinarla—.” me dio curiosidad así que me fui a asomar y jugaban al doctor como supuse me rio levemente y me voy a tomar mi vaso de agua, pero cuando pienso regresar a mi habitación escucho: “—usted está muy mal, súbase la bata para examinarla a fondo—.”y de manera evidente fue algo que me hizo volver a mirar “—ay doctora, ¿estoy bien?—. —tranquila, necesitamos examinarla bien. Oh se ha desmayado, ¡enfermera, dele respiración boca a boca! —.” 

Estaba anonadado, la escena que veía no era nada normal, Erika estaba acostada piernas abiertas con toda la bata subida y sin ropa interior mostrando bien como tenía un envase cilíndrico y envuelto en algo que se le asomaba por la vagina mientras que Tatiana simulaba electrochoque y Vanesa le daba RCP, aunque era obvio que no más la estaba besando porque vi de manera clara como le metía la lengua. 

Era la escena más mórbida que podría haber visto e imaginado y cuando Tatiana le toca el clítoris a Erika estas no aguantan la risa.
—no estás haciéndolo bien—, le dice Tatiana a Vanesa y la aparta, enfermera examínala mientras sigue anestesiada.
Y pasa algo por mi mente (no se supone que estaba inconsciente) y miro como Vanesa jorunga el envase que tiene dentro Erika y esta se mueve levemente.
—doctora, la paciente está sudando mucho—, le dice Vanesa a Tatiana y esta responde: —está bien, hay que hacerla sudar—.
—ok doctora, entonces le daré el tratamiento —, y miro como Vanesa dirige su rostro hacia la vagina de Erika y le lame el clítoris haciendo que Erika se levante de la risa.
—jajaja, no pude aguantar. Me hacía mucha cosquilla—, y las tres se ríe con ella.
Yo tampoco podía aguantar, me estuve aguantando la verga todo este rato así que me la guardé e irrumpí en el cuarto: —ajá, ¿Qué están haciendo? —.
—nada, solo jugando a los doctores—, contestó Erika con un ligero nerviosismo.
—Creo que ya es tarde, deberías regresar a tu casa —.
Así que acompaño a Vanesa hasta la salida, una vez de regreso voy al cuarto miro a las niñas murmurando y algo inquietas.
—¿Qué tienen? —.
—nada—, responden ambas a la vez.
—¿querían seguir jugando? —, pero solo se ríen sin dar una respuesta —¿le gusta jugar al doctor? —, Tatiana responde que sí, pero Erika se queda en silencia notando algo extraño en la pregunta y en la forma en que la miraba y tras un breve silencio.
—¿viste? —, preguntó Erika toda nerviosa.
—¿ver qué? —, y nuevamente hay un silencio incómodo, coloco mi mano en su pierna y comienzo a subir lentamente por su muslo a la vez que ella intenta apartarse —¿ver qué?, ¿ver cómo tenías algo ahí?, ¿ver cómo te besabas con tu hermana?, ¿ver cómo Vanesa te lamía como una perra? —, —¿Qué crees que pasaría si tu madre las hubiera visto? —.
Tatiana estaba asustada, pero Erika rompe a llorar y por consiguiente Tatiana también se pone a llorar: “perdón, no lo volveremos a hacer”, decían entre lágrimas.
—vengan, sh… sh… tranquilas—, y las abrazo para calmarlas — No les diré a su mamá—
y tras un breve logran calmarse.
—¿ya? —, y ambas asienten la cabeza así que les pregunto en tono suave —¿entonces por qué jugaban eso? —, pero ambas solo recogieron sus hombros mientras desviaron sus miradas, —¿y a ti Tati, te gusta jugar eso? —, pero de igual manera solo encogió sus hombros, —a ver, dale un besito a tu hermana como ahorita —, pero ella se ríe, pero siguiendo en tono juguetón continúo insistiendo hasta que por fin lo hacen y a pesar de que en un principio solo fue de piquito por “pena” al final logré que se besaran de la misma manera y no era nada inocente, sus finas lenguas se entrelazaban con mucho erotismo.
—si… así… que rico—, dije mientras las veía. A su vez me estaba muriendo de las ganas tenía a Erika en las piernas mientras tenía a ambas hermanas unidas de boca, por lo tanto, aprovechando que la tenía sobre mí, dirigí sin miedo mi mano por su entrepierna preguntando si aún lo tenía dentro sin embargo el resultado fue decepcionante porque no lo tenía dentro e incluso se había puesto su ropa interior. 

Erika algo sorprendida me pregunta: —¿por qué me estás tocando allí? —.
—¿que, no puedo? —, y comienzo a acaríciaselo de manera circular sobre sus pantys, pero se mantuvo en silencio mirando como mis dedos la acariciaban y le susurro al oído: —¿te gusta? —, y ella asiente. —es mejor que no la ensuciemos—, Erika se levanta y se quita sus pantys y se vuelve a sentar en mis piernas.
—la tiene sudada—, dice Tatiana.
mientras que yo la toco directamente sintiendo su humedad: —sí, esta mojadita—.
Erika estaba ruborizada y me dice: —siempre se me pongo así cuando me hormiguea—.
De modo que sin más dilación escurro mi dejo en aquel húmedo orificio y de cierta forma sentí como si lo hubiera succionado, mi niña estaba caliente y parecía como si jugaran con mi dedo —te hormiguea cuando te toco así—, y ella me responde que si por lo tanto procuré en meter un segundo dedo y presionar el clítoris con mi pulgar.
Erika no Erika muy expresiva, pero en el modo que respiraba, en la manera en que se tensaba delataba su sentir, cosa que me hizo salir un poco de control y la besé. A pesar de que se sorprendió también responde de igual manera, su delicada, fina y pequeña lengua era toda una experiencia la disparidad de tamaños, pero eso no le impedía a ella que me chupara la lengua, lo hacía con un gusto inusual que incluso me daba cierto cosquilleo y no solo eso, en medio de nuestro besuqueo y manoseos. Tatiana nos interrumpe.
—¿por qué solo a ella? —.
—¿tú también quieres? —.
Y la niña asiente a la vez que responde que sí.
—no sé, eres muy chiquita —.
Si bien solo había 1 año de diferencia, Erika era mucho más alta midiendo aproximadamente 1.35mtr. mientras que Tatiana media mucho menos, como 1.20mtr.
Y esta hace un tierno puchero.
—no te molestes bebé —. pero no me hace caso, —doctora, la paciente necesita su tratamiento—.
pero ella niega diciendo: —yo ya lo hice, ahora me toca a mi—.
Así que hago que se pare Erika y abro mis brazos para que venga Tatiana y esta se sienta y se recuesta en mi pecho esperando a que su hermana comience a lamerle su rajita, no obstante, quise tantearla a ver como la tenía y era muy diferente a su hermana. 

Si bien ella era chiquita y su clítoris estaba oculta en su rajita de igual modo se había lubricado, lo más interesante es que ella misma dirigió su mano para que metiera mis dedos, cosa que me provoco en presionarla contra mi verga.
—se te paró el pipí—, dice Tatiana, —está duro—.
—sí, está feliz porque son unas niñas muy lindas y obedientes —, y le doy un besito en la mejilla. 

Después procedo a meter mi dedo en su prieto hoyo y suelta un ligero suspiro, al igual que Erika, Tatiana tenía su vagina lista para que acariciaran su útero, aunque con lo estrecho que se sentía no era momento de que probara.
—eres igual a tu hermana, te gusta que te haga esto—, en el momento que hago presión con mi dedo suelta un ligero gemido.
—es que se siente rico, me da cosquillitas —, dice Tatiana entre risitas. 

Luego saco mis dedos y apunto hacia Erika, —lámelo—. Ella soltó una ligera sonrisa y se metió ambos dedos a la boca. —uf… si… saborea a tu hermana—. Erika sabía lo que hacía por lo que no pude evitar mover un poco mis caderas y Tatiana se me queda viendo más no dice nada —ya está bien—, en esa apenas saco mis dedos de su boca y separo bien las piernas de Tatiana, —ahora limpia esta—. 

Una vez que su lengua comenzó a acariciarla Tatiana se ríe, pero al poco tiempo se queda en silencio y siento como su respiración se vuelve más pesada a la vez que mientras sostiene la cabeza de su hermana veo como no puede evitar entrecerrar sus ojos, pero ya no tenía intención de solo mirar por lo que me aparto para que Tatiana se recueste bien. —¿Qué pasa? —, pregunta Erika.
—no, nada—, y Erika observa tras haberle subido la bata. como hago que se ponga en cuatro, cerca del borde de la cama. —es aburrido si solo me quedo mirando—. En eso me arrodillo y le doy una gran olfateada sintiendo los olores combinados de su raja y el de la saliva de Tatiana y sin mucha espera doy mi primera lamida y veo como Erica se acomoda para que la chupe mejor a la vez que ella se lo hacía a su hermana, ese gesto me sacó una ligera sonrisa e hice lo que su cuerpo pregonaba, no obstante, sus cuerpos no eran los únicos. Yo me estaba quemando por dentro mientras comía de la tierna raja, no podía soportar continuar con i verga resguardada, por lo que la saque y me la apreté con fuerza.
Durante el tiempo que proseguía saboreando las mieles de mi hijastra, mi consciencia se iba desvaneciendo, las niñas eran demasiado putas incluso para su propio bien, ya no había líneas que definieran nuestra relación, sus cuerpos ahora me pertenecían, podía hurgar en rincones que nunca pensaría que les llegaría a tocar, pero aquí estaba, metiéndole dedos a Erika mientras lamía ambos hoyos, Erika era toda una puta disfrutando del constante roce en su vagina a la vez que se reía cuando acariciaba su culo con mi lengua. “Está lista” pensé luego de tener mi mano mojada tras masturbarla con tres dedos así que tras una gran lamida desde su conchita y fui subiendo por su espalda.
—que asco, me está pasando la lengua por la espalda—, dice Erika entre risas mas no se quita ni pide que me detenga. Hasta que le doy un besito en la mejilla.
—eres un cochino—, me dice ella y respondo con humor: —claro que si ¡oink! ¡oink!—.
Y en ese instante que nuestros rostros estaban lado a lado mi verga hace el primer contacto con su raja y Erika pela sus ojos y se me queda mirando fijamente sin decir ni una palabra. Sabía lo que la acariciaba allí y aun así no se quitó, dejo que continuara separando los labios de su conchita de arriba a abajo.
—que no me vaya a doler—, dice ella en voz baja y de igual manera le respondo, —lo haré con cuidado—.
Y comienzo a hacer presión, Erika entre cierra los ojos y pregunto si está bien, pero ella solo asiente. Era una escena que nunca podría haber previsto, estaba penetrando a mi hijastra, a mi hijastra de solo 10 años y ella se estaba esforzando en recibirme y es que estaba muy pero muy apretado, estaba haciendo todo lo posible en controlarme a tal estímulo.
—siento que se me rompe—, dice Erika con una voz un tanto ahogada.
—¿Quieres que pare? —, lógicamente no quería hacerlo, ya tenía media verga siendo estrangulada dentro de ella, pero no quería lastimarla. Afortunadamente mueve su cabeza diciendo que no.
—Que bien, esa es mi niña—, no pude ocultar mi felicidad, estaba contento por su respuesta. 

Y continué perforándola hasta besarle el útero. —mira, te comiste casi toda mi verga—, estuvo como a 4 dedos de comérsela toda.
—¡para ver, quiero ver! —, dice Tatiana.
Asi que me paro apoyado con una rodilla en la cama, para que pudiera observar bien como tenía ensartada a su hermana.
—¿no te duele? —, le pregunta Tatiana a Erika.
Le responde que no, pero tampoco yo no podía aguantar más, Erika se queda callada en el momento que mi verga comienza a deslizarse hacia afuera para posteriormente sentirla entrar.
Movimientos lentos y suaves, pero firmes. Cada vez que tocaba su útero parecía que se espichaba con un gran suspiro, sin embargo, no pude continuar mucho tiempo con los movimientos lentos, sentía que podía explotar en cualquier momento por lo que empecé a darle más rápido, la niña comenzaba a jadear al ritmo mientras sus manos apretaban las sábanas.
—si… esto era lo que buscaba—, puse mi mano sobre la parte alta de su espalda dominándola por completo.
—¡ay!, no tan duro. Ha.… ha… ay—.
Ya estaba en modo bestia, mi mente solo pensaba en una cosa y era en marcar bien esa concha y en un instante Erika trata de separarse de mí diciendo: —¡ay, no! ¡Ya!, ¡ya!, ¡ya! —, pero no la dejé, no iba sacar mi verga de ese prieto coño y veo como Erika se estira en la cama y se pone tensa e incluso sentía que apretaba más por lo que intuitivamente comencé a darle frenéticamente, quería vaciar mis bolas dentro de ella y su cuerpo lo deseaba porque solo una cosa podía ser esa reacción que tuvo reciente, además que estaba gimiendo con más fuerza el cual tenía que ser ahogada contra el colchón y tras un minuto de jadeos termino con un gran gruñido en el momento que suelto el primero chorro dentro de ella.
—¡si…, toma mi leche! —, decía entre dientes.
—está caliente, quiero ir al baño—, Erika decía eso mientras jadeaba hacia mi rostro en pleno clímax.
—un momento, ya casi—, no la iba a dejar hasta soltar la última gota, hacía mucho tiempo que no tenía un orgasmo tan potente, la próstata me palpitaba en el ojete de lo intenso que fue.
A su vez Tatiana preguntaba por nuestras recciones ya que nos reíamos solos mientras recuperábamos el aliento.
Así que una vez me recuperé y me levanté, le pedí a ambas que se fueran a bañar, pero ambas niñas observaban como le salía la leche de la vagina de Erika e incluso lo probaron.
“sabe raro” dicen ambas.
—¿ya lo había probado? —.
Pero ambas lo niegan y responden que lo vieron en películas, eso me dio cierto alivio ya que a mi parecer aún no eran 100% putas, al menos no putas públicas, pero sin más cháchara las mando a bañarse para yo poder arreglar todo, había demasiadas evidencias sobre todo en el estado de sus sábanas de modo que las cambié y las lavé.
Otra situación afortunada es que mi bebé de 3 años no molesto en todo aquel rato y una vez llego mi mujer y horas después notó el cambio de sábanas le dije que las niñas la habían manchado de jugo y una vez que anocheció y todos nos fuimos a dormir sentí que había pasado el mejor día de mi vida, a su vez también pensé que teniendo hijastras como ellas los días venideros podrían ser mejores.
 

 

 

79 Lecturas/14 junio, 2025/0 Comentarios/por Buzuk
Etiquetas: anal, colegio, hermana, incesto, madre, mayor, mayores, vacaciones
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