GERMAN 5, DEGUSTADOR DE CULITOS TIERNOS MI CUMPLEAÑOS 12
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GGozador.
Como señalé en mi relato anterior, empecé a participar en un grupo de jóvenes de la Parroquia del barrio, a instancias de mi tia Roxana que pretendía yo realice mi primera comunión, mi intención era hacer nuevas amistades, y según se fueron dando los acontecimientos, algo mas.
Efectivamente, despues de sorprender a Mariela, la blonda chica de 11 años ensartada que daba gusto por el padre Pedro, entendí que algo similar debia pasar con Marcelo, el chico de 12 al que si bien no ví en nada específico, si me dejó muchas dudas aquella tarde que lo encontré en la parroquia, ordenando su ropa y saliendo en una actitud extraña de la misma zona que vi a Mariela.
Por ello, en una ocasión que me encontré a solas con el chico, me atreví a decirle que yo sabía lo que pasaba entre él y el cura.
Su rostro se desencajó y balbuceó algunas palabras pero lo tranquilicé, y le dije que no dijera nada, que mejor fuéramos a un sitio mas tranquilo y ahi hablaríamos, y me dirigí hacia la bodega donde habia sorprendido al cura con Mariela.
Marcelo entendió de que trataba todo y se tranquilizó siguiendome en silencio.
Tan pronto llegamos al solitario cuarto, le empece a tocar el culo, con algo de nerviosismo dado que era mi primera vez que yo llevaba la iniciativa, y me saqué el pene e hice que me empezara a masturbar.
Se vió de inmediato que ya estaba acostumbrado a dichos menesteres, luego de un minuto o algo mas lo hice arrodillarse y me empezó a dar una deliciosa mamada.
Wow, 12 años y lo hacia con gran habilidad, quizas desde cuando ya lo practicaba, me pregunté, mientras disfrutaba de la calidez de su boca.
Lo dejé hacer por varios minutos y ya mi calentura fue in crescendo, asi que le dije que se levantara y que se bajara los pantalones, lo hizo y pude observar un culo pequeño, moreno, pero bien formado y desprovisto de pelos, contrario al del cura que habia visto que parecia un simio por lo peludo.
Lo hice inclinarse mientras yo con una mano me seguia masturbando y con la otra aplique saliva a su culo, el primero de 12 añitos y, sin mayor espera acerqué mi pene a la entrada para empezar a introducirlo.
Como dije, el culo lo tenia pequeño por lo que la penetración fue extremadamente placentera dado que mi pene entró muy ajustado, pero el hueco anal se iba abriendo a medida que yo presionaba para que mis 14,5 cms se clavaran en su totalidad.
Cuando ya iba en la mitad o quizas un poco mas, Marcelo emitió un quejido y me pidio que me detuviera.
Lo hice y me pidió aplicar mas saliva que le estaba doliendo.
Era efectivo pues mi glande tambien sentía un cierto ardor producto de la falta de lubricacion en la clavada.
Se puso harta saliva en su mano y en mi pene y lo incrusté nuevamente, ésta vez con fuerza y a pesar de sus protestas llegué hasta el fondo de él.
Ohhhhhhh alcanzó a exclamar pero ya estaba completamente ensartado.
Empecé pues a darle con un rítmico movimiento de mete y saca, tomado de las caderas y él en una leve inclinacion que hacía mas efectiva mi clavada.
Te gusta así? Asi es como te le mete el cura? Le decía yo, absolutamente entusiasmado en mi accionar, tanto asi que no obstante que en algún momento percibí un movimiento por el rabillo del ojo, no le presté atención sino hasta cuando ya hube acabado la tarea vaciando el contenido de mis huevos dentro de Marcelo.
Y es que el cura, casualmente fue a la bodega en busca de algo y se encontró con la sorpresa de que su pupilo preferido estaba siendo follado de buena manera y en su propio sitio nada menos que por otro chico de su edad, lo que encendió su morbo a lo máximo, por lo que se acomodó para observar el espectáculo con su verga en la mano, masturbandose al compás de la culeada que yo le estaba dando a Marcelo.
Al ver que yo terminaba mi cometido, se acercó con su herramienta en la mano y nos dijo, ¡quédense ahi, que falto yo!.
¡Ups!, nos quedamos inmóviles, mientras el cura sin esperar nada se acomodó atrás de Marcelo y ahi pude mirar claramente una verga a todas luces mas grande que la de Ricardo (ahora puedo especular que de unos 18 ó 19 cms) muy oscura y que aparecía en medio de una gran mata de pelos negros, lo que no me sorprendió ya que antes habia visto su culo igual de peludo.
Acomodó su vergota ( para mi que era la mas grande vista hasta el momento) y sin esperar la empezó a introducir, sin mayor esfuerzo, dado que estaba bien lubricado y dilatado el ano del joven chico.
En dos o tres empellones llegó hasta el fondo, arrancando un leve quejido cuando lo logró y empezó rapidamente la follada ante mi sorpresa, por lo que hice un ademán de irme pero el cura me tomó del hombro y me dijo, “tu me esperas” en un tono autoritario que me llevó a obedecer.
Siguió en su labor, metiendo y sacando con los ojos cerrados, Marcelo tambien hacia gestos que entendí de placer junto a sus gemidos y suspiros.
El cura cambiaba de posición sus manos, desde las caderas a los hombros, a ratos una mano por delante a la altura del estómago en busqueda de la penetración mas profunda y placentera, al parecer todas tenian algun resultado por sus gestos, suspiros y gemidos, los que eran replicados por Mauricio que era clavado sin piedad una y otra y otra vez.
Hasta que llegó lo inevitable.
El cura lo empezó a penetrar casi con brutalidad, llegando a levantar al chico del suelo a una velocidad mayor que tambien aumentaba el sonido humedo “splash, splash, splash” a la vez que un olor que yo ya conocía se hacía mas intenso, ese aroma único del sexo caliente y morboso.
¡YAAAAAAAAAAAAAA! Gritó el cura dando un fuerte empellón que ahora si levantó completamente a Marcelo del suelo y lo mantuvo ahí en vilo por algunos segundos mientras emitía unos ruidos guturales y unos temblores que daban cuenta de una acabada violenta y completa.
Poco a poco, lo dejó en el suelo y empezó a volver a la normalidad.
Me indicó que encendiera una luz y a la vez me pidió le alcanzara un rollo de papel higiénico con el que envolvió su verga rezumante de líquidos, a la vez que observé que las piernas de Marcelo brillaban al chorrear los contenidos de su culo dos veces ensartado en los últimos minutos.
Le alcanzó papel para que se limpiara y pudiera ordenarse la ropa.
Me quedó mirando y me dijo que confiaba que ese seria nuestro secreto compartido, que yo podía utilizar dicho reducto cuando quisiera pero siempre le avisara para poder integrarse, en especial si se trataba de alguien nuevo.
Y también espero conocerte de mejor forma a ti, me dijo, mientras me agarraba el culo con una de sus grandes manazas, lo que no me desagradó del todo.
A fin de cuentas se me había abierto un nuevo mundo, desconocido y no le haría el quite a explorarlo.
Y llegó el dia de mi fiesta de cumple 12.
No entraré en detalles de la torta y esas cosas.
Mas bien me ire directo al postre.
Mariela por supuesto que estaba allí, asi como Marcelo, mi tia, mis padres y demas amigos, como asimismo el cura.
En un momento me acerqué a mi rubia amiga y le dije que queria un regalo especial de ella, y que fuera al sitio donde la habia visto con el padre Pedro.
Ella abrió sus grandes ojos azules y sonriendo se encaminó hacia aquella zona.
Por mi parte disimuladamente me fui alejando para rápidamente llegar a aquel escondido sitio, que como he dicho está siempre en penumbras, pero ahora ya se donde se enciende la luz, asi que cerre la puerta y entré dando el interruptor.
Mariela me esperaba expectante y le dije que de regalo queria me mostrara su concha ya que no habia visto ninguna en vivo.
Ella me sonrió coquetamente y se levantó la faldita.
Para mi sorpresa estaba sin nada debajo, como esperando algo asi.
Obviamente eso resultó muy grato de mirar, me acerqué y pude observar aquella conchita, con algunos pelitos rubios, y unos labios y un agujerito muy rosado.
Empecé a hurgar con mis dedos, y sentí un aroma muy embriagador, poco a poco fui introduciendo un dedo y luego dos.
Senti que Mariela se movía buscando que siguiera en dicha acción, mientras yo sentía que mi pene se endurecía a full.
Acerqué mi boca y timidamente pasé mi lengua por el medio,lo que sacó un suspiro a la chica, quien me hizo levantarme y empezó a buscar en mi pantalón, el caramelo que sabía existía.
Yo ni corto ni perezoso me bajé el cierre del pantalón y saque mis 14 cms y algo mas, bajando mis pantalones hasta la rodilla.
Ella con manos expertas agitó brevemente mi pene y lo acomodó a la entrada de su grutita, y la empece a penetrar, sintiendo ese calorcillo que aprendi a disfrutar cuando voy metiéndolo y seguí hasta que entró completo.
Ella suspiró cuando lo sintio dentro y me agarró con ambas manos de las nalgas y me empezo a mover para que le entrara y saliera mi pene, yo la miraba que se mordia los labios y cerraba los ojos gimiendo suavemente, lo que me puso a mil.
La tenía en el mismo sitio y posición que antes había visto al cura culiarla y aquella visión mas me exitaba, tanto asi que tambien la agarré de sus nalgas para poder penetrarla mas a fondo, a lo que ella ayudaba haciendo lo mismo, apretando mis nalgas y la posición era perfecta, mete saca, mete saca, splash, splash, splash, oh, oh, oh.
No se cuanto tiempo estuvimos,pero de pronto ya sentí aquel calorcillo intimo que anunciaba mi acabada, la que no tardó demasiado donde abracé a Mariela con todas mis fuerzas mientras depositaba mi semilla dentro suyo y ella lanzaba un fuerte suspiro y su sexo apretaba el mío y sentí como un chorro de algun liquido que salía de ella mojandome toda mi parte íntima incluso parte de las piernas.
Ella me dio un beso en la boca introduciendome la lengua, y me dijo que esperaba me gustara mi regalo de cumple 12.
Respondí con una sonrisa y un beso cortito en su boca.
Fui en busca de papel higienico donde sabia que el cura lo dejaba, y procedimos a secar nuestra partes húmedas, y ordenando nuestra ropa salimos ella primero y luego yo, para renitegrarnos a la fiesta, donde afortunadamente nadie habia notado nuestra ausencia.
Mmmmm, error mio, el padre Pedro se acerca y discretamente me abraza y me lleva a un lado y me pregunta que si me había gustado mi regalo de 12 años.
Lo miré y el dirigió la vista hacia Mariela quien guiñó un ojo de manera cómplice y entendí que ellos ya estaban de acuerdo en el tema.
Muy rico el regalo, jejeje, le respondí, en especial mi primera vez en esa forma.
Ah, que bien, me respondió, recuerda que tenemos que conversar para acordar otras “reuniones”.
Si claro, ya nos reuniremos, le respondí.
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