Gracias a mi padrastro 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Las relaciones con mi padrastro no fueron las comunes que yo e leído en páginas como esta, ya que él nunca me dejó que le mame su verga ni me desvirgó, siempre era él el que mamaba mi cuca, mi ano, pasaba su verga por mi cuca, pero jamás me penetró por ahí, solo me practicaba sexo anal, mi padrastro tiene devoción por mi cola, ahora, de grande, casada, que puede perfectamente penetrar mi cuca, dejar que le mame su verga, no, siempre me cacha por la cola, me trata como cuando tenía 13 años.
Las penetraciones anales que me hace, son tan delicadas que jamás sentí dolor alguno, de echo he sentido mas dolor cuando cacho con mi esposo por la cola, mas de una vez le he recriminado que me hace doler, cosa que con Eduardo jamás sucedió eso.
Cuando mamá estaba en Venezuela cuidando a su padre, mi padrastro me cachaba la cola casi todos los días.
Siempre que salíamos iba de falda, tipo escocesa, tableada, una vez nos íbamos, no me acuerdo donde, era como dos horas de viaje, nos sentamos en el auto bus, cerca de la puerta trasera, iba bastante vacío, mi padrastro me iba acariciando la cuca, cosa que a mi me encanta que haga y saca su verga del pantalón, dejando que yo se la acaricie, "Mimosa, quítate el calzón y te sentás en mi verga", me dice, dejando que me saque el calzón y él se pone contra la ventana de mi asiento, y como yo soy pequeña y menuda, él me alzo en sus brazos, ayudando a que me siente en su verga, mi corazón latía muy fuerte, me parecía una aventura tremenda, dejar que mi padrastro meta su verga en mi cola en el transporte y me vaya cachando, él me tenía alzada y yo antes, pase mis dedos por mi lengua y los pase por mi ano, muy disimuladamente me fui abriendo mis nalgas y sentía como mi padrastro me sentaba sobre su verga y entraba sin problemas y sin dolor, hasta quedar toda metida dentro de mi cola, no necesitábamos movernos, ya que con los movimientos que hacía el auto bus, sentía como se movía la verga de mi padrastro dentro de mi cola, y parecía que iba sentada a upa de mi padre, mirando para fuera, el paisaje, pero lo que realmente estaba haciendo era disfrutar de su verga dentro de mi colita, "que ganas de que me acaricies las tetitas", le dije, muy bajito, pegando mi cabeza contra la suya, siento como va metiendo su mano muy disimuladamente bajo mi falda, y yo iba con las piernas abiertas, y siento sus dedos acariciar mi cuca, que como siempre estaba empapada, así habré ido, no se cuantos kilómetros con su verga cachando mi colita, sin que nadie se diera cuenta, "papi, me voy a bajar que me molesta", le dije, dejando que él me acomode y se guarde su verga.
A mi padrastro siempre en la calle le digo papi, o papá.
Así seguimos el viaje, ya sin volver a sentarme de nuevo sobre su verga.
Cuando llegamos a destino, empezamos a caminar, a disfrutar del paseo, íbamos de la mano, "papi, me voy a volver a poner el calzón", le dije, "no, así en todas las oportunidades que tengamos te la meto un poquito en esa colita hermosa que tienes", me dijo, y seguimos caminado.
Ahora recuerdo, habíamos ido a Lugo.
Era un día de semana, había poca gente en la zona de la muralla, que estábamos recorriendo, cada tanto, había como un descanso, cuando íbamos llegando mi padrastro miraba para atrás y metía su mano debajo de mi falda, acariciando mis nalgas y yo mirando para adelante, acariciaba su verga, cuando llegábamos al descanso, Eduardo antes de sentarse sacaba su verga y yo me sentaba sobre su verga, dejando que me cache, así estábamos unos minutos, yo moviendo mi cuerpo con toda la verga de mi padrastro dentro de mi cola y él acariciando mi cuca, eso me gustaba mucho, la sensación de que mi padrastro me cache así, casi en la calle, me sacaba la verga de la colita y seguíamos caminando, yo sentía mojada mi cuca, hasta el punto, que mas de una vez me la tuve que secar con el calzón.
Paramos en un restaurante, comimos, y seguimos caminando, hasta llegar a las afueras de la ciudad, siempre buscábamos lugares apartados, en lo que duro el paseo, me habrá metido la verga en la colita una siete u ocho veces, nos hacíamos fotos en el lugar, parecíamos padre e hija.
Cuando llegamos a casa, me dice que me duche, luego se duchó él, cenamos, y empezaron los juegos de mano, yo estaba desnuda, recuerdo que me levantó tan alto, que quedé como sentada sobre sus hombros, pero estaba con mi cuca en su boca, sentía su lengua lamer mi cuca, como mamaba fuerte, yo estaba agarrada de su cabeza gimiendo y disfrutando como mi padrastro me mamaba la cuca, él me tenía agarrada de mis nalgas, me baja de su cara, me deja en el suelo y me lleva de la mano hasta el sillón, donde me hace poner en cuatro patas, me abre las nalgas y empieza a lamer y mamar mi colita, eso me volvía loca, como disfrutaba de la lengua de mi padrastro en mi ano, pero lo que mas me gustaba y que solo él me hizo, fue lamer y mamar mis pies, mi esposo jamas lamió mis pies, ni los puso en su boca, pero era sentir como Eduardo lo hacía, me hacía casi gritar de placer, me entraban unos temblores, que no podía evitar, no podía controlar, como me levantaba las piernas y me mamaba los pies, sentir como metía su verga dentro de mi cola, como me cachaba la cola, como sacaba su verga y me lamía toda, sentir con la fuerza que mamaba mi cuca, muchas veces me había echo escurrir, me lleva en brazos a la cama, siempre me iba mamando las tetitas, mordiendo mis pezones, yo me sentía rendida en sus brazos, era su mimosa, su muñeca, me ponía en cuatro patas, de costado, me cachaba la cola como quería, yo solo disfrutaba de su verga.
El placer que sentía cuando terminaba agotada de cachar, de que mi padrastro me mame toda, pasar mis dedos por mi ano, y sentirlo lleno de leche, abierto, los dedos de mis pies llenos de la saliva de mi padrastro.
Jamás dormimos juntos, salvo si había tormenta, ya que le tengo terror, sino, me hacía lavar bien la colita y me llevaba a mi habitación a que duerma ahí.
Lo que le gusta mucho a mi padrastro es después de cachar mi cola, no escirrurse dentro, sino sacar su verga, masturbarse y dejar que su leche caiga sobre mi, y que con mis manos la embadurne en todos lados, mi cara, mis tetitas, que me quede así, con su leche embadurnada en mi cuerpo.
Desde los 13 años, hasta ahora, casada, embarazada, nunca disfrute tanto con un hombre, como con mi padrastro.
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