Historia de Amor C-10
Tuve que hacerme cargo de la empresa, de mi casa y de la casa de Ingrid. .
– Te echamos de menos anoche – dijo mi hermana dándome un abrazo cuando entré a mi casa.
– Hijo, que bueno que llegaste, estábamos pensando en ti, justamente ahora íbamos a almorzar – dijo mi madre abrazándome también.
No estando mi padre, me convertí en » el hombre de la casa » como muchas veces me había dicho él. No podía dejarlas solas, tenía que estar con ellas por ahora, misetras las cosas se calman y toman su rumbo normal.
Después del almuerzo me fui a mi dormitorio a dormir una siesta, lo que fue imposible, pensaba como lo iba a hacer.
– En qué piensas? – dijo mi mamá acostándose a mi lado.
– En unas mil cosas – le respondí. Me abrazó y pusi su cabeza en mi pecho. Acaricié sus cabellos lentamente.
‘ Todo va a estar bien, no te preocupes – dijo ella.
– Sí, vamos a superar este momento, los tres juntos – pensando en voz alta.
– La mamá te necesita más que yo, anoche lloró tods la noche, aún le cuesta creer que el papá ya no está. Todo lo del funeral piensa que fue una pesadilla – dijo ella.
– Si, lo entiendo. Sabes, creo que voy a dormir un rato, anoche no dormí bien yo tampoco – le dije para que me dejara sólo.
– Nosotras también pasamos mala noche, yo también tengo sueño, abrázame – dijo dándome la espalda. La abracé, puse mi mano en su estómago y lo acaricié. Ella tomó mi mano y la puso en su pecho el cual también acaricié durante un momento, después decidí dormir, me sentía mejor.
Nos despertó la mamá, tenía preparada la cena, dijo.
– Qué hora es? Cuanto dormimos? – pregunté.
– No sé, dormí tan bien… – dijo ella.
– Bueno vamos a cenar – dije.
Después de la cena tuvimos una conversación, mi hermana seguiría asistiendo al colegio, mi madre se iba a quedar en casa un tiempo más antes de volver a trabajar, y yo iba a ocupar el puesto que dejó mi padre.
Por suerte ya había trabajado con él antes, de hecho hice la práctica en la empresa y la tesis estaba basada en lo mismo.
– Bueno, yo me voy a acostar – dijo mi madre.
– Yo me voy a acostar contigo mamá , voy a ir un rato más –
– No es necesario hijo, estoy bien – dijo ella, pero no se veía bien.
– Mamá, déjame que me acueste contigo esta noche –
– Bueno hijo, como tu quieras –
– Yo tampoco quiero dormir sola – dijo mi hermana.
– Bueno, vengan los dos a dormir conmigo – dijo con una sonrisa.
– Tú tienes que terminar de estudiar en el colegio para que después vayas a la universidad – le dije a mi hermana.
– Yo me voy a hacer cargo de dirigir la empresa, además tengo algunas ideas nuevas que quiero implementar. Y quiero que la mamá vuelva a trabajar, como lo hacía con el papá, no se puede echar a morir y trabajar le va a hacer bien –
– Me parece bien, ahora vamos a acostarnos – dijo mi hermana.
La mamá estaba viendo la televisión cuando llegamos al dormitorio, me desnudé dejándome solo una camiseta y me acosté al lado de ella, me acarició un muslo y me entregó el control. Mi hermana se acostó a mi lado de lado abrazándome. Con el control en la mano le pregunté a mi hermana si quería ver algo especial pasándole el control. .
– No quiero ver nada – dijo apagando la televisión.
– Yo voy a dormir – dijo mi madre dándose vuelta, la abracé por detrás y mi hermana hizo lo mismo contigo. Comencé a tener una erección al sentir las nalgas suaves y desnudas, ella al sentirlo se acomodó contra mi pelvis y la penetré lentamente, ella emitió un gemido pero de aprobación. Mi hermana que estaba detrás mío la escuchó y tomándola de la cadera me dió un empujón con lo que la penetré completamente y de una vez, cosa que hizo a mi madre gemir. Estaba entre las dos, ni siquiera podía moverme. No sé sentía mal, dormiré así, pensaba yo. Pero ella comenzó a moverse, lentamente primero empujando hacia atrás, retirándose y volviendo a empujar. Mi hermana se dió cuenta y tomándola de la cadera me empujó hacía adelante, y seguimos con ése movimiento hasta que mi madre tuvo su orgasmo. Nos quedamos quietos, a pesar de mi erección me relajé y me quedé dormido.
A la mañana siguiente abrazaba a mi hermana la que se movía rítmicamente contra mi erección, le seguí el ritmo hasta que tuvo su orgasmo y yo el mío. Nos quedamos abrazados.
– Vayan a ducharse – dijo mi madre que ya se había duchado y se estaba vistiendo.
– Vas a ir a trabajar? – le pregunté.
– No pienso quedarme sola y sin hacer nada, seria lo peor que me puede pasar –
– Vamos a ducharnos – dijo mi hermana que estaba de pie al lado de la cama.
Pasamos a dejar a mi hermana al colegio, la que se veía hermosa con su uniforme escolar, una falda escocesa que dejaba ver una gran parte de sus piernas y con mi madre nos fuimos a la empresa a trabajar.


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