Historia de Amor C-11
Ahora tenia dos casas con la que tenía que salir adelante. .
El viernes llegamos del trabajo con mi madre. Mi hermana estaba en la casa porque ella salía temprano del colegio.
Después de la cena les dije que me iba a la casa de Ingrid, de manera que me despedí de ellas y me fui.
– Cómo está tu madre? – me preguntó Katy después de abrazarla.
– Está mucho mejor, ya está trabajando y eso le hace bien – le contesté.
– Si, claro, eso le hace bien a cualquiera, hasta mi me haría bien trabajar –
– Te gustaría trabajar conmigo ? – le pregunté.
– Yo trabajé para tu padre, era su secretaria, iba conmigo a todos lados, en ese tiempo yo era bonita y tenía lindas piernas, las que le gustaban a tu padre y que yo generosamente le mostraba. Me enamoré de él y estaba dispuesta a hacer lo que me pidiera y así se lo dije.
– Estarías dispuesta a acostarte conmigo? – me preguntó.
– Pensé que nunca me lo pedirías – le respondí. Me tomó en sus brazos y me besó.
– No sabes cuantas ganas tenia de hacer ésto –
– Y yo de que lo hicieras – le dije.
El trabajo era lo primero, lo que no quitó algunos besos y caricias. Para el aniversario de la empresa me fue a dejar a mi casa, pero después de ir a un motel en donde le demostré lo que lo amaba y mi felicidad.
Seguimos nuestra relación pero tomando anticonceptivos, pero ya era tarde, me había embarazado la primera vez y que no tomaba precauciones porque no eran necesarias. Esa vez, la primera en el motel lo pensé, pero como va a ser que a la primera me quede embarazada, me dije, y así fue. Llevaba poco mas de un año trabajando. Cuando tenía tres meses se lo dije, él me quedó mirando, yo no sabía qué hacer.
– No te preocupes, sigue trabajando y después te tomas el prenatal – dijo acariciando mi barriga. Nos besamos y seguimos trabajando. Como no lo iba a amar,
Después del prenatal seguí con el posnatal luego me tomé las vacaciones y cuando quise volver a trabajar, me dijo que no, que prefería que me dedicara a cuidar a la niña. Él me seguiría pagando el sueldo por cuidar a la niña y además me daría una pensión de alimentos.
Con éso yo vivía bien, él compró esta casa a mi nombre y pagaba el dividendo.
Me venía a visitar y a ver a la niña a la que adoraba y ella adoraba a su papá. Se acostaba conmigo un rato y después se iba. Nunca le hice ningún reproche porque yo sabía que era casado y tenía un hijo. Con rl tiempo, con más trabajo y que había tenido otra hija, el tiempo para venir a verme era escaso. La última vez que vino Ingrid tenía 5 años y como lo veía poco cuando venía ella pasaba encima de él, claro que ella ahora no se acuerda, pero él la amaba mucho y ella a él.
– Si, yo me acuerdo de él, los veía jugar en la cama y yo también quería jugar – dijo Ingrid.
– Pero no sabias lo que estaban haciendo? – le pregunté.
– Si, jugando desnudos y me gustaba verlos jugar, no sabía que estaban haciendo el amor, eso lo supe después –
– Espero que Ingrid termine de estudiar para que vaya a trabajar contigo, así podrá verte todos los días – dijo Katy.
– Primero nos vamos a casar, no hay nada ni nadie que lo impida salvo mi mamá, pero ella no sabe que Ingrid es hija de mi padre. Y después cuando se entere, porque se lo voy a decir, ya no podrá hacer nada – dije.
De manera que de ése día comenzamos a programar el matrimonio.
– Y dónde vamos a vivir? – preguntó Ingrid.
– Déjame que yo resuelva éso – le dije y de verdad era que tenia mucho que pensar.
– Vamos a acostarnos dijo Ingrid – siempre nos acostabamos en la cama de Katy porque ellas veían una serie en la noche. Me acostaba al medio, porque a Ingrid le gustaba abrazarme y hacerme cariño mientras veía a serie y a Katy también porque le recordaba a mi padre. La verdad que la serie no tenía ninguna importancia para mí, sólo cerraba los ojos y me dejaba querer.
– Ya, vaya a hacer el amor a su cama, que están contando dinero delante de los pobres – decía Katy y nos echaba de la cama.
– Mamá, no soy celosa, te lo he dicho, no me molesta que hagas el amor con él, todo lo contrario, te sacrificaste muchos años por mi, y en rigor, soy yo la que no debería hacer el amor con él porque es mi hermano –
– Ya, está bien, pero ahora vayan a hacer el amor a la otra pieza – dijo Katy y tenía razón, se excitaba mucho viéndonos hacer el amor al punto de querer intervenir. En cambio a Ingrid no le molestaba y si intervenía de una u otra manera. Terminábamos haciendo el amor los tres. Y como eran dos noches y dos días, hacíamos el amor de tanto en tanto, entre comidas y tragos.
El domingo en la noche llegaba a mi casa, donde me esperaban mi hermana y mi madre.


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