Historia de Amor C-13

Afinando detalles y llegando a acuerdos. .
Los viernes por lo general me retiraba temprano de la empresa, siempre y cuando todo estuviera en orden. Y ese viernes no fue diferente, salimos temprano tipo 4 de la tarde, llevé a mi madre a casa y me dirigí a la casa de Ingrid.

– Hola Katy! – dije cuando entré a la casa.

– Hola – ella abrazándome como siempre lo hacia. Me gustaba su abrazo, tenía algo especial, sentir sus carnes firmes, el calor de su cuerpo pegado a mí mientras su suave aroma me envolvía, mi erección se hacía sentir y ella la sentía.

– Ingrid está por llegar, me llamó para avisarme  – dijo ella, pero no quería soltar sus firmes nalgas de mis manos.

– Que bien, la he extrañado esta semana, a las dos  –

– Tengo que preparar la cena y en estas condiciones no puedo – me dijo al oído.

– Si, perdona, es que tus abrazos alteran mis hormonas  – dije sin soltarla.

– Y también las mías  – dijo ella

– Si quieres solucionamos el problema  – le dije excitado.

– Me encantaría, pero ambos sabemos que éso no puede ser  – sacando sus brazos de mi cuello.

– Cuando quieras, siempre estaré para ti  – dije soltando sus nalgas a mi pesar. Me dió un beso suave en los labios y se dió vuelta en dirección a la cocina. Admiré su lindo trasero, a quién más podría haber sacado el suyo Ingrid. Me fui al baño a lavarme las manos y la cara.

Al entrar a la cocina ví a Katy de espalda preparando la cena, no pude evitar acercarme y tomándola de las caderas apreté mi erección entré sus nalgas.

– Así no puedo cocinar  – dijo ella enderezándose.

– Perdona, pero me dejé llevar por mis impulsos  – dije soltándola.

– Si me dejara llevar por mis impulsos, estarías en problemas  – dijo ella riendo.

– Voy a tomar bebida, tengo sed – dije sacando un vaso y la bebida del refrigerador.

– Si, claro, y sírveme a mi también  – dijo ella. Serví los dos vasos y le alcancé uno. Me senté en una silla mientras ella apoyaba sus nalgas contra la mesa de la cocina.

– Ahora entiendo porqué mi padre estaba loco por ti  – le dije después de tomar un sorbo de bebida.

– El también me tenía loca y tú eres igual a él  –

– Nunca tuviste nada con ningún otro hombre? – pregunté.

– No, nada, hubiera sido una traición a tu padre  –

– Bueno, pero estoy yo  – dije con una sonrisa maliciosa.

– Pero tú tienes dueña, y es mi hija  –

En ése momento escucho la puerta de calle.

– Llegó Ingrid  – dije levantándose de la silla.

– Salvada por la campana  – dijo Katy riendo.

– Hola amor  – abrazando a Ingrid y tomándola de las nalgas la apreté contra mi erección y besándola apasionadamente.

– Hola  – dijo cuando pudo respirar.

– Niños, está lista la cena, preparen la mesa  – dijo Katy saliendo de la cocina.

– Tengo que ir al baño  – dijo Ingrid caminando rápidamente, la seguí mirando su trasero, no había ninguna duda, aunque el trasero de Angy está bastante bien también.

La esperé sentado en la cama, ella entró sacándose la blusa, me indicó que soltara el broche de la espalda, lo que hice liberando sus hermosos senos. Se sacó la falda y se puso una pollera corta muy liviana, arriba una polera corta y estaba lista.

La cena transcurrió con normalidad, hablamos de todo un poco, sólo al final les conté de mi proyecto.

– Pero dónde sería éso? – preguntó Katy.

– Todavía no lo sé, estoy buscando el mejor lugar  – dije.

– Y yo también me tengo que ir a vivir con ustedes? –

– Pero no te puedes quedar sola, mamá  – dijo Ingrid.

– Y qué voy a hacer con la casa? – dijo Katy.

– Puedes venderla o arrendarla  – le dije.

– No sé, lo voy a pensar  – dijo.

Después de la cena nos fuimos al dormitorio de Ingrid, nos acostamos y comenzamos a besarnos y desnudarnos al mismo tiempo.

– La Angy sabe todo ésto? – me preguntó Ingrid después de hacer el amor. Mientras teníamos sexo le habia contado de mi idea.

– Si, dijo que ella no tenía ningún problema, le parecía buena idea  – le dije.

– El problema es mi mamá, no creo que quiera irse de esta casa  – dijo ella.

– Pero tú estás de acuerdo con que nos vayamos a vivir todos juntos? –

– Si, me gusta la idea. Y cuando crees que será posible? – preguntó Ingrid.

– Creo que en un año máximo, en cuanto tenga todo coordinado fijamos la fecha de nuestra boda  – le dije.

– Y porqué no la fijamos ahora? Total igual nos vamos a vivir juntos, estemos casados o no.

– Está bien, tienes razón, veamos todos los parámetros y fijamos la fecha  – le dije.

– Mañana hablo con mi mamá para decirle que nos vamos a ir, para que se vaya haciendo a la idea  –

– Me parece bien  –

– Ahora en qué estábamos? – me preguntó con una sonrisa subiéndose encima y comenzando a cabalgar lentamente seguido de un trote corto.

– Si quieres yo puedo conversar con la Katy  – le dije mientras ella iba y venia sobre mi. Me gusta verla a la cara, ver sus ojos cuando hacemos el amor, estamos concentrados en éso y la conversación es parte de éso, no es sólo sexo, es estar comunicados en todo momento.

– Déjame a mi primero y después te encargas tú de terminar de convencerla  – me dijo besándome.

– Quieres que termine con ella o que ella termine conmigo  – dije en doble sentido.

– Sabes que no me importa si terminan al mismo tiempo o no, yo estaría feliz por ella – fue bastante directa. No hice ningún comentario, sólo pensé en que el único obstáculo, según Katy, era Ingrid y éso estaba resuelto. Seguimos hablando el amor con más intensidad hasta el final que llegó después de su segundo orgasmo consecutivo.

– Ya conversé con mi mamá, en principio está de acuerdo, sólo quiere saber los detalles, por lo que le dije que tú le darías todos los detalles  – dijo

– Quieres que vaya ahora? – le pregunté pensando en que estaba en la cama desnudo.

– Si, pero ponte algo, no vas a ir completamente desnudo  – dijo ella. Me levanté y me puse un bóxer, me imaginaba todo lo que podía ocurrir.

– Hola, puedo pasar? – pregunté de la puerta.

– Desde cuando preguntas para meterte en mi cama? – preguntó con una sonrisa.

– Ingrid me dijo que tú querías saber más detalles de mi idea  –

– Si, quiero saber qué va a pasar conmigo  – dijo poniendo su cabeza en mi hombro y su mano acariciando mi pecho, su aroma, su calor, su piel con mi piel, la erección no se hizo esperar y su mano llegó sin titubeos, unos apretones primero por encima del bóxer y luego por debajo.

– No te importa que haga esto? Hace tantos años que me siento como una adolescente  –

– No, todo lo contrario, también me siento así contigo  –

– Ven, súbete y cuéntame los detalles  – dijo en mi oído.

Cuando terminé de contarle todos los detalles, había tenido 3 orgasmos consecutivos.

– Le quedaron claros los detalles? – me preguntó Ingrid cuando volví a la cama después de lavarnos en el baño con Katy.

– Si, absolutamente claros – le dije con una sonrisa.

– Así me pareció cuando los fui a ver  – dijo ella.

– Fuiste a mirar mientras cogiamos? – pregunté.

– Si, escuché a mi madre gritar como si la estuvieran matando, por eso fui a ver que pasaba, la pobre hacía tanto tiempo que no tenía sexo que seguramente le dolía  –

– No, no le dolía, es escandalosa, aunque creo que es como me dijo, se sentía una adolescente y seguramente gemia tan fuerte, pero lo estaba gozando  –

– Si, éso puede ser  –

– Pero más adelante no va a tener ese problema  –

– Qué? Piensas seguir haciéndolo con ella? –

– Si, es que me faltaron algunos detalles  – le dije.

– Tonto, abrázame que tengo sueño  – dijo dándose vuelta.

La abracé por detrás, se acomomodó entre mis brazos y nos quedamos dormidos.