Historia de Amor C-14
La casa nueva, el matrimonio y todos felices hasta donde se pudo. .
La casa nueva, nuestra casa, la casa de todos.
– Estás bien, amor? – le preguntépregunté deteniendo mis movimientos.
– Si, sigue, no hay problemas – dijo ella.
– Me preocupa tu embarazo – dije detenido sobre ella boca abajo en la cama.
– Sólo tengo cuatro meses, no pasa nada, sigue, no tengas miedo – dijo Ingrid.
Aunque continúe con más cuidado, seguí dándole hasta que tuvo su orgasmo.
– Parece que vamos a tenet que seguír haciéndolo anlal – le dije.
– Mas adelante, por ahora podemos ir alternandolo – dijo ella con su linda y coqueta sonrisa.
No sé por qué cada vez que tenía un orgasmo con ella, me da gusto saber que es mi hermana con la que hago el amor.
Nos habíamos casado hacía dos meses y habíamos llegado a la casa nueva hacía 5 meses. Fue una boda sencilla, por parte de Ingrid, ella tenía una sola tía, hermana de Katy. Por mi parte sólo un par de amigos y algunos parientes.
Mi madre no supo que Ingrid era hija de mi padre y que Katy, con la que tuvieron una buena amistad, fue la amante de mi padre.
En cierto modo ellas tenían un parecido físico y de carácter, talvez éso fue lo que llevó a mi padre tener una relación paralela con Katy, la misma que tenía yo con ella.
Talvez por éso nuestro amor con Ingrid fue instantáneo y recíproco, una atracción genital, como dos imanes.
Sin yo saberlo, ella tenía genes iguales a mi y por lo tanto iguales a Angy. Entonces el amor por mi hermana fue idéntico al de Ingrid.
Ahora, la conversación que tuvimos una noche los tres en la cama, dejó las cosas claras, yo podía dormir con Angy un par de noches a la semana, aunque muchas veces hicimos el amor y después me iba a mi cama con Ingrid. Después de esa noche, la noche de los acuerdos, no volvimos a estar los tres juntos en la cama, cada una quería su propio momento.
En cuanto a Katy, ella se retiró de su trabajo, dejó en arriendo su casa, la casa que le había comprado mi padre y se vino a vivir con nosotros, a hacerse cargo de la casa nueva. Nosotros vendimos la nuestra, dinero que se destinó a aumentar el capital de inversión. Por lo que cada mañana, de lunes a viernes, íbamos los cuatro a trabajar a la empresa, había comprado para eso una SUV amplia, moderna, de una conocida marca japonesa.
También había contratado a una señora local, que venía a trabajar todos los días, ella era cocinera y la joven de unos 18 años para el aseo. Cada una recibía su salario mensual.
El fin de semana Katy cocinaba porque a ella le gustaba la cocina, mi madre le ayudaba por lo que cocinaban juntas.
– Estuve a punto de decirle yo era la amante de su marido – me contó Katy una noche ella.
– Ella se dió cuenta que tu padre tenía una amante y habló muy mal de ella sin conocerla, no le dije nada por que podía producir problemas en nuestra convivencia, imagínate si le digo que también duermo con su hijo – dijo ella conteniendo la risa.
– Si, es mejor que no sepa nada, no le hace falta – dije a Katy continuando con mi movimiento pélvico.
– Como tu digas – y continué con mis penetraciones profundas. Casi siempre tenía conversaciones durante el sexo, no era sólo sexo y a dormir.
Lo mismo me pasaba con Angy, mis hermanas se parecían a mí es ése aspecto, además y la relación entre ellas era buena, éso quedó establecido cuando hicimos el trío esa noche y ellas tuvieron lo suyo porque también tenían una atracción entre ellas, lo que me pareció genial. Aunque nunca más se repitió lo del trío, no se si alguna otra vez volvieron a tener una relación de ése tipo entre ellas, pero se llevaban bien, como buenas hermanas.
Al año siguiente y en las mismas circunstancias, tuve la misma conversación con Angy, una noche mientras hacíamos el amor me contó que estaba embarazada.
– Pero cómo? – le pregunté sorprendido.
– Adivina como? Teniendo sexo contigo – me dijo en tono irónico.
– Los anticonceptivos no funcionaron? – le pregunté.
– Había dejado de tomarlo hace meses, le dije a Ingrid si ella tendría algún problema si me embarazaba de su esposo, me dijo que ninguno, que estaría feliz de que lo hiciera y eso hice – me dijo Ingrid.
Entonces tenía un hijo de un año de mi hermana y a mi otra hermana embarazada, pero todos sabían y todos felices.
Después vinieron más hijos, todos tenían un padre y dos madres, todos eran hermanos iguales y la familia fue creciendo.
Lo lindo era verlos a todos en la piscina jugando y tirándose agua, todos sin trajes de baño, no había nada que ocultar. Menos entre nosotros, los adultos obviamente.
Fin



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