• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos)
Cargando...
Heterosexual, Incestos en Familia

Historia de Amor. C-3

Este capítulo ya lo había escrito pero de alguna manera se perdió. Se trata de la primera vez en un motel. .
El Motel

Había pasado una semana sin verla, sólo hablamos por teléfono, ahora estaba estacionado en el lugar acordado a la hora señalada, a dos cuadras de su casa esperando verla salir. Estaba ansioso por verla, cuando salió de su casa mi corazón dió un salto y la adrenalina corrió por mis venas. Se veía hermosa caminando hacía mi, sin prisa, como flotando pero pisando con seguridad.

– Hola  – dijo subiendo al auto, y dándome un beso sentí el click del cinturón de seguridad.

– Hola, te ves hermosa  – dije después del beso.

– A dónde vamos? – preguntó.

– Vamos al mall, tengo que ver algunss cosas. Eché andar el motor del auto de mi mamá y nos fuimos. Mi papá tiene un Toyota sedan del año pasado, aunque me lo prestaría si se lo pidiera, pero prefiero la sub de mi madre, algo más viejita pero cómoda.

En el mall se nos pasó el tiempo mirando vitrinas, de ésa manera yo sabía de sus gustos para cuando quisiera regalarle algo. Después fuimos al patio de comida por unos sándwich y bebidas.

Me contó que aunque no era huérfana, nunca conoció a su padre, sólo por algunas fotos de su madre con él. Pero me dijo que siempre estuvo presente de forma anónima.

Trabajó como secretaria para el gerente de una empresa siendo joven, se enamoró de su jefe y sin darse cuenta quedó embarazada. A los 7 meses de embarazo tomó el prenatal, después el prenatal, luego las vacaciones y después ya no volvió a trabajar, sin embargo su jefe, el padre de la guagua, le siguió pagando el sueldo todos meses, con lo que le permitió vivir bien y dedicarse exclusivamente al bebé.

Además le daba un bono extra, que era como una pensión de alimentos para su hija, también le mandaba regalos para su cumpleaños y de vez en cuando las visitaba.

– Pero yo estaba chica, no recuerdo su rostro, se que hablaba con mi madre por teléfono y algunas veces se juntaban cuando el tenía algo que darle. Pero yo me acostumbré a vivir sin él, de manera que no lo hecho de menos. Sé que era casado cuando tuvo la aventura con mi madre, ella lo sabía, por éso no le hizo ningún problema – dijo con tranquilidad.

Salimos de mall y tomamos la autopista, eran cerca de la 9 pm.

– A dónde vamos? Al drive-in? – preguntó acariciando mi muslo con su mano suave y cálida.

– No, vamos a otro lugar mejor  – le dije. Después de unos 20 minutos salí de la autopista y 5 minutos después estábamos entrando al motel.

A la entrada me preguntaron por el tiempo y el tipo de habitación, luego me dieron el número de la cabaña. Continúe por una calle llena de arbustos y puertas con un número y una luz roja encendida. Llegamos a una cabaña que tenía luz verde y el portón abierto, entre y me estacioné, sentí el portón automático cerrarse detrás mio. El número de la cabaña correspondía.

Nos bajamos del auto y entramos a la cabaña, era una habitación amplia con un baño con un gran cristal que lo separaba de la habitación. Todo muy elegante y una mullida alfombra de muro a muro.

– Qué lindo – dijo mientras se quitaba los zapatos, hice lo mismo, luego la abracé y nos besamos. Mi erección ya no daba más, se apretó contra su pelvis lo cual me excitó más aún, comencé a desvestirla mientras nos besabamos, ella hizo lo mismo, se sentó en la cama para desabrochar mi pantalón mientras terminaba de sacarme la polera, en cuanto liberó mi erección la introdujo en su boca y sentí la humedad caliente que lo envolvía y su lengua que lo recorría. Cerré los ojos y me dejé llevar por esa indescriptible sensación.

Abrí los ojos y vi como mi miembro entraba y salia de su boca, el ruido que hacía el aire al entrar por las comisuras de sus labios mientras succionaba. Con una mano en su frente retiré mi miembro de su boca que sonó como destapar una botella.

– Ahora déjame a mí  – le dije arrodillándome entre sus piernas, ella se recostó apoyándose en los codos, retiré la única prenda que le quedaba y dejé su hermosa vulva a la vista, una especie de suave colina se levantaba en su pelvis, desde la parte superior bajaba una canal con unos labios gordos levantados hacia mí pidiendo que los besara y eso hice, lentamente fui recorriendo sus labios vaginales introduciendo mí lengua en la canal, sentí su clitoris suave pero tenso, jugué con mi lengua a su alrededor, ella gemia y la empujaba contra mi boca, chupé sus labios uno por uno, chupé su clitoris, y pasé mi lengua por el vestíbulo vaginal hasta la entrada misma, lami la entrada y luego introduje mi lengua lo más que puedo, ella apretó mi cabeza contra su vulva cortando mi respiración, aguanté mientras mi lengua entraba y salía.

– Ven, lo necesito adentro, por favor  – dijo trémula. Terminé de sacarme los pantalones que tenia en los tobillos mientras ella tomaba posición en la cama. Los moteles siempre tienen condones en los veladores, éste no fue la excepción, al abrir el cajón habían varios y saqué uno, ella me miraba con atención y el deseo reflejado en su rostro. Con el condón puesto y arrodillado entre sus piernas le pregunté:

– Estás lista ? –

– Sí! –

– Estás segura? –

– Sii! –

Con la punta de mi miembro comencé a hacer el mismo recorrido que hice con la lengua hasta llegar a su vagina,  introduje un poco la punta y la saqué, repetí varias veces el proceso, sabía que era virgen y no quería causar un trauma la primera vez.

– Ya! Mételo por favor  – me rogó. Lo introduje lentamente, centímetro a centímetros, los quejidos y suspiros se sucedían uno tras otro hasta que toqué fondo. Sentí su útero en la punta de mi miembro y mi pelvis apretada contra la suya, sus hermosos ojos muy abiertos me miraban mientras su boca abierta tragaba aire. Me quedé quieto, la besé en la boca, succionó mi lengua y comencé a moverme, un quejido primero y luego otro entrecerrando los ojos,  seguí moviéndome cada vez más rápido y com más fuerza, empujándola hacia el respaldo, sabía que tenía que esperarla, no podía acabar antes que ella, de repente sus quejidos pasaron a ser gemidos, no me detuve, seguí el mismo ritmo,  con un gemido largo me di cuenta que le llegaba el orgasmo y aceleré mis movimientos. Con mis manos sujetando sus piernas veía como se movían sus nusculos del estómago y sus lindos y firmes pechos.

Ella abrió los brazos, bajó sus piernas y con los ojos cerrados, su cara hacia un lado trataba de recuperar el aliento, su pecho subía y bajaba con fuerza. La aplasté apoyado en los codos, besé sus pecho y chupé sus pezones, ella vibraba.

– Tengo cosquillas en todo el cuerpo  – dijo sujetando mi cabeza. Estaba tan hermosa, así excitada, que me exitaba más.

– Terminaste? – me preguntó.

– No – le respondí.

– Quiero más  –

Comencé a moverme despacho, fui aumentando la velocidad y la intensidad, la mantuve hasta su gemido final de su orgasmo y el mío.

Después derecuperar el aliento nos miramos y nos pusimos a reir.

– De qué te ríes? –

– No sé y tú? –

– De felicidad  – dijo dándome un beso enorme.

– Gracias  – dijo ya más relajada.

– Gracias a ti por hacer feliz también –

Nos quedamos así, aplastándola suavemente apoyado en los codos acariciando su pelo.

– Tengo que ir al baño  – me dijo .

Espera  – me levanté lentamente, pero el condón se había desprendido de mi miembro flácido, lo afirmé con los dedos para sacarlo de su vagina. Después le hice un nudo para que el semen no se saliera, me di cuenta que tenia los dedos con sangre.

– Quiero tocarlo  – le pasé el condón, ella lo aplastaba como sintiendo la textura de su interior.

– Tanto líquido te sale? –

– Si, cuando estoy mucho tiempo sin tener sexo –

– Y cuando fue tu última vez? –

– No lo recuerdo  –

– Pero cómo? Días, semanas, mesas? –

– Años – dije.

Pero cómo años? –

– Si, me masturbou de vez en cuándo, tengo esa necesidad y lo hago en la ducha –

– Bueno, yo te voy a quitar esa necesidad dijo devolviendo el condón.

– Es sangre? – preguntó mirando la sangre seca en sus dedos.

– Primera vez que nos ducharnos juntos  – dijo riendo.

– Y no será la última  – dije.

– Aquí no, vamos a la cama  – dije viendo y tomando mi erección.

– Quiero besarlo, lo amo –  dijo moviendo lentamente el prepucio. Me di vuelta dejado mi miembro en su cara, apoyé mi mejilla en la cara interna de su muslo, como estábamos de lado ella hizo lo mismo, poniendo su cara en mi muslo metió mi miembro en su boca y lo chupó como si fuera una mamadera.

– Me lo tragué todo – dijo pasando su lengua por los labios, rescatando las gotas perdidas.

– Te gustó? –

– Sí,  me habían contado que era rico y quise probarlo  – dijo dándome un beso con gusto a semen, la verdad que será mi semen pero no lo encuentro rico, no es malo, se puede tragar, pero debe ser como sus jugos vaginales que yo los encuentro ricos.

– Y tú acabaste? – le pregunté.

– Sii, dos veces  –

Ocupé tres condones más esa noche antes de salir del motel.

– Espera, me cuesta caminar – dijo al salir de la cabaña, había perdido la cuenta de cuantas veces lo hicimos y pensé que le dolía.

– Te duele mucho ? –

– No, tengo las piernas como dormidas  – sujetándose de mi brazo.

Las tres horas que pasamos en el motel, sólo las ida al baño interrumpieron nuestros coitos.

– No me quiero ir, quiero quedarme contigo  – me dijo antes de bajarse del auto.

– Vamos a mi casa y duermes conmigo  – le dije.

– No, estas loco? Es lo que más me gustaría, pero no puedo – dijo besándome con pasión. Le devolví el beso con la misma pasión.

– Otra vez me excité  – le dije, ella puso su mano sobre mi miembro palpando.

– Quieres que te lo chupe?  – me preguntó al oído.

– Si, me encantaría  –

– A mi también, pero no aquí, alguien me puede ver y aquí todos me conocen  -:

– Lo entiendo  –

– Adiós amor  –

– Te llamo  – un beso más y bajó del auto. Esperé que llegara a su casa, ahora la encontraba más hermosa conociendo el cuerpo que iba debajo de la ropa, conocí besé y lamí cada centímetro de su piel.

 

16 Lecturas/7 octubre, 2025/0 Comentarios/por Riseva
Etiquetas: baño, cumpleaños, hija, madre, padre, semen, sexo, vacaciones
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Jessica y Terry sexo
ALICIA Y SUS AMIGOS 12
Puti aventura 14x
Mi nieto 5
Orgia familiar bisexual
La desgracia del COVID y mí nueva realidad
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.248)
  • Dominación Hombres (3.749)
  • Dominación Mujeres (2.799)
  • Fantasías / Parodias (3.012)
  • Fetichismo (2.498)
  • Gays (21.433)
  • Heterosexual (7.727)
  • Incestos en Familia (17.396)
  • Infidelidad (4.298)
  • Intercambios / Trios (2.981)
  • Lesbiana (1.116)
  • Masturbacion Femenina (869)
  • Masturbacion Masculina (1.730)
  • Orgias (1.899)
  • Sado Bondage Hombre (426)
  • Sado Bondage Mujer (168)
  • Sexo con Madur@s (3.981)
  • Sexo Virtual (247)
  • Travestis / Transexuales (2.336)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.358)
  • Zoofilia Hombre (2.133)
  • Zoofilia Mujer (1.631)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba