Historia de Amor C-9
Había que tomar una decisión, qué era más importante, el amor o los prejuicios. .
– Hola, cómo están? – pregunté entrando a la casa. Ingrid me abrazó fuertemente. El ambiente era lúgubre, todos perdíamos un ser querido por todos. Nos besamos suavemente, ella tenía los ojos rojos.
– Mi niño – me dijo Katy abrazándome. Seguramente ella me había conocido cuando era un niño y mi papá nos llevaba a la empresa en navidad, pero no recuerdo nada de eso. En ese tiempo Katy era la secretaria de mi padre.
Nos quedamos abrazados un momento en silencio.
– Tenemos que irnos – dijo Ingrid. Salimos de la casa, ellas cerraron todo. Le abrí la puerta del copiloto a Ingrid y después a Katy que se sentó atrás. Todo el viaje fue en silencio, creo que cada uno buscaba una salida al problema.
Al llegar a la capilla mi hermana salió a recibirnos.
– Angy, ella es Katy, la mamá de Ingrid –
– Katy, ella es mi hermana Angy – dije presentándolas. Katy le dió las condolencias a mi hermana y juntas entraron a la capilla. Katy abrazó a Ingrid conmovida, mi hermana en silencio sólo observaba. Katy le dió las condolencias a mi madre, Angy le dijo que era la mamá de mi novia. Al salir de la capilla ardiente Katy preguntó por el baño, le dije que la acompañaba. A mitad del pasillo se puso a llorar, la abracé en silencio, pero no pude aguantar unos sollozos y lloramos abrazados. Me gustaban los abrazos de Katy, tenían un algo especial que me hacían sentir bien. Más atrás estaban Ingrid y Angy también abrazadas.
– Quieres tomar agua? – le pregunté a Katy. Mi hermana le pasó una botella de agua. Habíamos comprado mucha agua envasada justamente para casos como éste. Volvimos caminando lentamente, ahora Ingrid abrazaba a Katy y mi hermana me abrazaba a mí.
Después del funeral fui a dejar a mi madre y mi hermana a la casa.
– Hijo, vas a volver? – me preguntó mi mamá antes de salir con Ingrid y Katy, las iba a llevar a su casa.
– Sí mamá, pero no sé a qué hora – me despedí de las dos, mi madre se había recostado en su cama.
En casa de Katy le pedí a Ingrid que me diera un trago, lo necesitaba. Ingrid me trajo un vaso con whisky y un par de hielos. Agité los hielos y me tomé el whisky de un trago. Casi no había comido en todo el día. Sentí el calor agradable del whisky que recorría mis venas.
– Quieres otro? – me preguntó Ingrid.
– Si, por favor – le dije.
– Y tú mamá, también quieres uno ? –
– Si, pero con bebida – dijo Katy sentada a mi lado en el sofá. Me sentía destruido. Ahora ya podía relajarme, quizás hasta llorar, porque no he podido hacerlo. Ingrid trajo los vasos y se sentó a mi lado.
Bebimos en silencio, la pregunta flotaba en el aire, pero ninguno quería hacerla.
– Te amo – dijo Ingrid.
– Yo también te amo – le dije. Katy nos abrazó a los dos y estuvimos abrazados los tres un rato.
– Si ustedes se aman, no veo porqué no pueden casarse – dijo Katy.
– Pero somos hermanos – dije.
– Ingrid, tu tienes algún problema para casarte con Carlos? –
– No mamá, lo amo –
– Y tú Carlos, tienes algún problema para casarte con Ingrid? ‘
– No, yo también la amo – dije.
– Bueno, está todo dicho, tienen apellidos diferentes, por lo que legalmente no son hermanos y pueden casarse y tener hijos – dijo Katy. Nos besamos, besamos a Katy, ella nos beso, el problema estaba resuelto.
– Me voy a la cama, estoy muy cansada – dijo Katy y tenia razón.
– Yo también estoy cansada – dijo Ingrid acompañando a Katy a su dormitorio. Fui a la cocina y me serví otro whisky. Ahora venía el otro problema, la empresa.
– Mi amor, ven a acostarte un rato con nosotras – dijo Ingrid tomándome de la mano.
Katy estaba acostada sobre la cama tapada con un cobertor. Me senté en la cama, Ingrid me sacó los zapatos.
– Hazte más allá – dijo indicando a Katy. Me pegué a Katy para darle espacio a Ingrid. Me sentía tan bien, tan cómodo, Ingrid me abrazaba y Katy también. No supe en qué momento me quedé dormido.
Desperté a media noche semidesnudo entre ellas dos. Ingrid apoyaba su cabeza en mi hombro, una mano en mi cintura y una pierna por sobre la mía. Pero había otra mano que me acariciaba suavemente por encima del bóxer que era lo único que tenia puesto. Se sentía tan bien que con los ojos cerrados disfrutaba de las caricias. De pronto me di cuenta que me dolía el hombro, el peso de la cabeza de Ingrid me tenía complicado. Levanté el brazo y lo saqué de atrás de Ingrid. Ella sintió el movimiento y se dió vuelta al otro lado. La mano seguía con las canciones, ya no cabía duda de que era la mano de Katy, quizás cuánto tiempo soñó ella con tener un hombre a su lado y acariciarlo. Solo permanecí quieto, sin hacer ningún movimiento. De pronto la mano bajó mi bóxer liberando mi erección. Ahora las caricias tomaron otro color, me estaba masturbando delicadamente, seguramente para no despertarme, pensaba yo. El cobertor bajó y sentí algo húmedo y caliente que envolvía mi miembro. Se sentía muy rico, seguí haciéndome el dormido. Ella si sabía hacerlo, bajó mis bóxer hasta media pierna y siguió con las caricias y la succión. No pude evitar acabar en su boca, con cada chorro succionaba con más ganas hasta el punto de dejarme seco y aun seguía succionando. Me relajó tanto que me quedé dormido denuevo.
Desperté en la mañana con una erección a tope, Ingrid estaba en posición fetal chocando sus nalgas contra mi pelvis, mi miembro entraba y salía lentamente de su vagina, ella lo estaba disfrutando u yo también. Poco a poco Ingrid comenzó a aumentar la intensidad yo hice lo mismo y le escuché el gemido largo cuando está teniendo su orgasmo. Después todo silencio y paz. Me puse de espaldas con mi erección, sentí en mi mano las nalgas desnudas de Katy que me daba la espalda. Me volví lentamente y puse mi miembro entre las nalgas. Ella lo sintió y se acomodó echándose hacia atrás, con su mano me tomó de la pierna tirando hacia ella. La penetré profundamente, ella emitió un quejido y me quedé quieto. Ella comenzó a moverse y la seguí el ritmo, a los 5 minutos ña sentía gemir bajito y muy rápido, la rapidez aumentó más aún y un quejido largo me hizo eyacular profusamente. Pensé en Ingrid y me volví pero no estaba.
– Vamos a ducharnos – dijo Katy.
– Gracias , hacia tantos años que no me sentía mujer perdóname por el abuso – me dijo en la ducha.
– Por nada, para mí fue muy agradable, me gusta porque ahora te quiero más – le dije.
– Yo también te quiero más – dijo abrazándome lo que me provocó otra erección.
– Que rico – dijo poniéndolo entre sus piernas.
– Sólo espero que Ingrid no se enoje – dijo moviendo su pelvis atrás y adelante.
– Ya, terminemos de bañarnos – dijo ella.
– Hola hija – dijo Katy cuando entramos al comedor.
– Hola mami, cómo estuvo la ducha? – preguntó con una sonrisa.
– Exquisita, hacia mucho que no me daba una ducha tan rica – dijo Katy sacudiendo su pelo.
– Que bueno mami, me gusta verte así –
– Hola mi amor? Como estás? – dijo Ingrid abrazándome y besándome.
– Muy bien mi amor y tú? – Le pregunté.
– Muy feliz. Anoche te quedaste dormido profundamente, no hubo caso despertarte. Mi mamá dijo que te dejáramos dormir de manera que te desnudamos entre las dos y te dejamos durmiendo con nosotras –
– Estaba tan cansado, tanta tensión más los whisky, no supe nada de nada. Lo único que sé es que dormí muy bien, gracias a ustedes – dije.
Pasamos la mañana conversando y sólo con ropa interior.
– Dónde vamos a almorzar? – preguntó Ingrid.
– Lo siento mi amor, pero tengo que ir a ver como está ni mamá –
– Si, cariño, nosotras lo entendemos, vaya nomás – dijo Katy. De manera que me vestí y me fui a ver como solucionaba el problema de mi casa.


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