HISTORIA DE UNA COLEGIALA 03
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CAPÍTULO 03 – LA ULTIMA VEJACIÓN DE LA TARDE.
Cuando desperté, sentía que todo se movía… estaba confundida, no sabia si lo sucedido había sido real o solo un magnifico sueño. Sin saber por que noté que mi cuerpo se estremecía… me sentí adolorida… aun adormecida vi por la ventana y me di cuenta de que estaba oscureciendo… mis nalgas retumbaban… escuche una voz que alegremente me dijo: – ¡Hasta que despertaste perra!… Voltee para saber que pasaba… me di con la sorpresa de que el portero me tenia enganchada por el ano, ¡su gruesa verga había logrado entrar por mi pequeño agujero!… – Sabia que esto te despertaría… exclamó satisfecho. – Nooo… ya nooo… suélteme… nooo… reclame con lo que me quedaba de aliento. Intente levantarme, pero nuevamente caí sobre el escritorio… estaba deshecha… – Tranquila putita… intentaba calmarme el. – Ohhh… aahhh… uhmmm…. me quejaba yo con desesperación. – Yo se que esto te gusta…. replicaba buscando animarme. – Uhmmm… si… pero ya nooo… ahhhh….. Su terrible miembro me estaba sometiendo de nuevo, ahogando el poco buen juicio que me quedaba… mis ganas de huir flaquearon, mi pecho vibraba al son de su ritmo… – Ya nooo… por favorrr… ya nooo…. uhmmm ouchhh…. me seguía quejando, pero en el fondo quería mas de ese suplicio, sabia que mis suplicas lo excitarían mas y que me castigaría con mayor vehemencia. El portero, para evitar que intentara pararme de nuevo, me empujo mas contra el escritorio, estaba completamente atrapada, con mi gordo trasero rebotando en su ingle, con su dura verga atorando frenéticamente mi ano… ahora yo temblaba de placer… – Ayyy… siii…. asiiii… ohhh…. – Tomaaa… – Sigue por favor…. ahhhh…. – Sufre… perraaa…. Quise ver el rostro de ese asqueroso portero, ver como disfrutaba con mi estrecho agujero, con mis carnosas nalgas… vi su cara con una expresión estúpidamente morbosa, apuraba sus movimientos… se regocijaba con mi agradecido rostro, con mi sumisa y provocativa expresión… – Ahhhh…. ohhhh…. que rica verga tienes… uhmmm…. exclame en mi delirio. – Y tu tienes un culo fenomenal!!!… Sonreí complacida, de pronto note que había un espejo en la pared, detrás de el, con curiosidad mire a través de el…. Fue increíble: no pensé que mi culo fuera tan grande, tan apetitoso. Vi como su enorme verga desaparecía dentro mío, como mi blanca piel se ponía roja por el continuo martilleo de su cobrizo cuerpo, como mis abultadas nalgas retumbaban con su fiereza, como mis senos bailaban, y mi rostro completamente extasiado… – Uhmmm… siiii…. asiiii…. no paresss…. Uhmmmm… Sentí mi culito húmedo, pensé que mi dulce inquisidor habría terminado su labor, pero el continuaba castigándome frenéticamente… nuevamente me fije en el espejo y pude ver como un hilillo de sangre salía de mi maltrecho ano… – Ayyy…. ¡Me rompiste el culo!… hummm…. ahhhh…. Por suerte eso le importo poco, mas bien apuro sus movimientos… yo sentía que iba a explotar, mi corazón estaba acelerado… seguía soportando sus ultimas embestidas, con mi trasero criminalmente satisfecho, reventado… – Ahhh… uggghhhh….. uhmmmm….. En una ultima incursión, me apretó con toda su fuerza contra el mueble, su verga reventó dentro mío… yo me estremecí… sentía que no había espacio para mas dentro de mi ano, mis entrañas estaban inundadas con su leche caliente… – Ufff…. ahhh… exclamo el mugriento satisfecho. Recostada contra el mueble, me reponía de aquella maravillosa experiencia, de aquella brutal violación… creí que me desmayaría de nuevo. El, cansado, se echo encima mío, me beso el cuello, y sus dedos acariciaban mi cabello… – Eres una buena puta… me dijo cariñosamente Yo sonreí complacida. Su grueso pene se fue deshinchando en mi interior, luego el lo saco… – Damelo… quiero limpiártelo… le dije hacendosamente. Acerco su flácido, pero aun enorme miembro a mis labios, tenían una mezcla de semen y sangre, no me importo, lo lamí como pude… luego mire por el espejo, mi ano era un enorme agujero rojo del cual discurría leche y sangre… me impresiono esta imagen, pero aun sentía una sensación de satisfacción, así que me aboque a limpiar agradecida aquella masa de carne que me había provocado tal placer… El portero me llevo cargada a las regaderas del gimnasio, donde me ayudo a limpiarme… en agradecimiento deje que jugara con mis senos, ya que mi culito y mi conchita me dolían por las bestiales cogidas que habían recibido… su lengua y sus manos incentivaron de buena forma mis endurecidos pezones y mis henchidos senos, tanto que lograron sacarme otro orgasmo…. estuve a punto de pedirle que me la metiera por el ano de nuevo… Me vestí, con mi maltrecha ropa cubrí lo mas que pude mi cuerpo, luego me despedí del portero. Camine como pude hasta mi casa, sentía mis partes intimas adoloridas, no podía caminar derecha. Llegue cerca de las 7 de la noche, por suerte aun no llegaban mis padres… Escondí mi ropa con restos seminales en el closet, me puse un largo suéter y me recosté… mis padres llegaron tarde… así que no me molestaron… Pase un tiempo pensando en lo que paso, recordando cada vejación sufrida, inicialmente me sentí sorprendida por la forma en que actué, sobre todo la manera en que había disfrutado de aquella experiencia. A la mañana siguiente, reflexionando mas detenidamente la situación… me sentí avergonzada. ¿Como le daría la cara a esos profesores al volver a clases?… y que tal si al verlos nuevamente se encendía aquel fuego interior que no sabia como explicar y que por momentos tampoco sabia como controlar… Sabia que yo había disfrutado de todo aquello, pero no quería ser vista como una puta… aunque confieso que goce siendo tratada como tal. Claro que siempre he sido una chica coqueta, provocadora, pero mas allá de eso no… no hasta esa tarde… Frente al espejo me preguntaba como cambiaria aquella experiencia mi vida, mientras levantaba mi largo suéter que usaba como pijama y revisaba mis partes intimas. Observaba mi adolorida conchita salvajemente desflorada por la larga verga de García; luego gire un poco y pude ver mi enorme y blanco trasero con algunos leves moretones, seguro por aquellos brutales martilleos a las que fue sometido; mas arriba, en mi cintura, también tenia algunas marcas, parecía que las garras de aquel mugroso portero, habían quedado grabadas como recordatorio de el ultimo suplicio que recibí; justamente acordándome de ello, con mis manos, abrí mis nalgas para revisar mi anito… lucia mas grande de lo normal, dilatado, un poco irritado… Sin pensarlo, comencé a acariciar mi maltratado anillo… aun lo sentía adolorido… solo que con ese pequeño roce, me vino a la mente la imagen de cómo fui cogida por el portero, aquella imagen que vi frente al espejo cuando el me poseía sin piedad… instintivamente cerré los ojos y comencé a disfrutar de las caricias que yo misma me propiciaba, embebida por los recuerdos de la tarde anterior… Llego un punto en el que no pude mas de la emoción y me enterré todo un dedo en mi arrugado esfínter… el dolor que esto me produjo fue mayúsculo… me hizo despertar de aquella fantasía… Sin embargo la cara de satisfacción que tenia, tan solo por esos breves momentos de placer auto propiciados, aquellas gratificantes sensaciones, me hicieron entender que aquello no terminaría con lo ocurrido la tarde anterior… quizás ahora no era el momento propicio, por la manera en que habían quedado mis partes intimas… pero cuando el dolor y las marcas desaparecieran… podría intentarlo nuevamente… Solo para saber si en verdad me gusta esto… me dije, mintiéndome a mi misma, dándome una excusa para callar a mi conciencia… después de todo… no soy una puta… El lunes siguiente, al volver al colegio, procure seguir con mi ritmo normal de vida, con mis amigas, aunque me gastaron algunas bromas por lo del examen, no paso nada mas allá de eso. Seguí comportándome de igual forma que antes, nada había cambiado… solo que sentía algo de vergüenza, así que evitaba encontrarme con el portero y con los profesores… Fue inevitable asistir a la clase del profesor que origino esta aventura… pero me di cuenta que Ruiz era estaba mas avergonzado que yo. De por si yo sabia que el era un tipo un tímido. Tal vez aquella tarde envalentonado por algunos tragos y en compañía de sus amigotes se atrevió a actuar así, pero en definitiva el no era de esos tipos arrojados… mi instinto me susurro que por ese lado no podría satisfacer mis necesidades… Al ver a García, me sentí cohibida al inicio, pero después, al ver la grotesca sonrisa que el me brindaba, me entro algo de repugnancia… este me servirá, me dije, pero solo si estoy muy angustiada… Varios días después, cuando, escondida detrás de una columna, observe al portero en sus labores habituales de limpieza, me estremecí un poco… no pude evitar sentir algo de asco… ¡Aggg!!!… ¿Como pude dejar que este tipo me tocara?, ¿que disfrutara de mi cuerpo?, sin duda que fui el mejor banquete que ha tenido en su vida… soy mucho para el… Le di una ultima ojeada y al verlo sudoroso por su labor, lo recordé en otro momento: cuando empapado también en sudor me destrozaba mi culito… se me contrajo el esfínter, la piel se me puso como de gallina, mis senos endurecieron repentinamente… mi conchita comenzó a empaparse… El ruido de la campana me saco de mi abstracción… volví a clases, espantada de aquellas sensaciones que aquel mugroso me había despertado, solo fue una calentura temporal… porque con ese mugroso ¡nunca mas!… me dije con absoluta convicción. Lo que no sabia era que semanas después quebrantaría la promesa que me había hecho… Continuara…
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