Historias del sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Saizhou.
"Era una tarde gris. Caminaba junto a ella por las húmedas aceras de la ciudad. Ella seguia hermosa a pesar de los 35 veranos de su cuerpo. Su cabello, azabache, largo, suave y perfumado, caia como una cascada por su espalda. Sus ojos negros, profundos, me miraban a la vez que su sonrisa iluminaba su cara en un destello angelical.
Se detuvo ante una puerta de un local. Alli se exhibian carteles que mostraban ofertas de todo tipo de productos a los cuales en un principio no preste atencion. Hasta que lei el rotulo del lugar. Se trataba de una especie de SexShop.
-Me gustaria entrar. Nunca vi ninguno por dentro. Si quieres claro.-sus palabras me parecieron mas un pequeño desafio a una simple peticion. Ella queria entrar y no veia problema para no hacerlo.
-De acuerdo. Entremos.
Le agarre de la mano y nos internamos en el lugar. La estancia era grande, poblada de varias estanterias con diverso material en venta. No habia mucha gente. Estuvimos un buen rato mirando los articulos, bromeando con el tamaño de algunos consoladores y el titulo de algunas peliculas que alli se vendian. Luego llegamos a la zona de las cabinas. Pequeñas habitaciones donde una television era la unica compañia de aquellos que buscaban el placer en solitario. Mi mirada se quedo clavada en una cabina, mas grande que las demas, que se encontraba al fondo del lugar. Un pequeño sofa sustituia la silla de las otras cabinas. Entre para verla mas de cerca. Parecia estar enclavada entre dos cabinas mas estrechas.
-¿Te gustaria que vieramos alguna pelicula hay dentro? -Su peticion me sorprendio. No sabia que le atrajera este tipo de lugares. Aun asi, asenti con la cabeza. Me parecia un lugar perfecto para poder saborear un rato de placer con ella.
Entramos y cerramos la cabina. Introduje la moneda en la ranura de la television y enseguida un pelicula se proyecto en su pantalla. Me volvi en su direccion y sus labios se pegaron a los mios. Unos labios carnosos, dulces, que se manejaban a la perfeccion sobre los mios. Nuestras lenguas, salieron a escena. Jugaban entre ellas, enlazandose, acariciandose. Mis manos se posaron en sus gluteos. Ella me abrazaba, me acariciaba la nuca a la vez que me apretaba contra ella. Luego se separo y comenzo a desnudarse. Se despojo del abrigo y de su camisa. Un sujetador de color blanco sujetaba con dificultad dos preciosos pechos de gran volumen, que quedaron libres con un suave movimiento de expansion. Me encantaban sus pechos. Yo comence con la misma tarea y en un momento ya estaba desnudo, con mi miembro erecto y dispuesto para la accion. Ella se quito el tanguita dejando ver su sexo, depilado, solo con una pequeña hilera vertical de vello que parecia señalar la fuente de placer.
Se arrodilló ante mi, y con un suave movimiento su mano se posó en mi miembro erecto. Lo dirigió hacia su boca y su lengua comenzó un baile sobre mi glande. Poco a poco se iba internando mas y mas en el interior de su boca. Notaba sus labios sobre mi tallo, los cuales habian iniciado un pequeño movimiento por mi miembro, la humedad de su lengua, el calor de su aliento.
Me separé de ella y la tumbé sobre el pequeño sofa. Mi boca se volvio a cerrar sobre la suya. El beso se hizo cada vez mas fuerte. Mis dedos comenzaron un lento y sensual viaje por sus senos. Los acariciaba con suavidad, tratando de tallar mi excitacion en ellos. Luego se deslizaron por su abdomen hasta llegar a sus muslos. Al final, su sexo fue victima de mis juegos. Con leves y graciles roces en su hermosa cavidad, pronto note su cuerpo ardiente, apoderado de dulce movimiento del placer que llenaba su interior. Ella apretaba sus labios en mi boca, abarcando el mayor terreno posible. Pose mi glande en la entrada de su sexo y con delicadeza y lentamente, fue abriendose paso hasta el interior de su cavidad, carnosa, humeda, caliente.
Empece con suaves movimientos que se aceleraban en pequeñas embestidas. Mis manos se posaron sobre sus pechos, capturando el movimiento de estos.
De repente, el sonido como el descorrer de un cerrojo nos sobresaltó. En el lado izquierdo de la cabina, una pequeña compuerta se abrió, mostrando inmediatamente un enorme miembro, de color azabache, con un glande de color rosado, que se erguia firme a escasos centimetros de nuestras cabezas.
Al principio nos quedamos asombrados, pero pronto continue con mis movimientos haciendola regresar al mundo del placer. Pero ello no quitaba ojo del enorme aparato. La mire a los ojos y pronto ella me devolvio la mirada. Yo asenti, sabia lo que ella queria.
Ella alargo una mano y agarro con delicadeza el brutal miembro. Comenzo con un suave movimiento de arriba abajo, y finalizo con su lengua sobre su glande. Note como la otra persona se contraia detras de la pared. Poco a poco fue introduciendo en su boca parte de aquel descomunal aparato. Podia diferenciar la parte del miembro seca y la parte humeda con cada subida y bajada de sus labios por el. Me sentia cada vez mas excitado y queria mas. Invite a nuestro misterioso invitado a entrar con nosotros. Cuando entro pudimos observar a un hombre de raza negra. Los musculos de su pecho y brazos eran enormes. Ella comenzo otra vez a succionar aquel miembro mientras él acariciaba con suavidad su cabello. Su lengua recorrio sus depilados testiculos, y luego trazo la longitud de aquel tallo con su boca. Me coloque detras de ella y volvi a penetrarla por detras. Me deleitaba con las vistas de sus gluteos carnosos pero firmes. Mis manos se posaban sobre sus caderas, su cuerpo se amoldaba a mis movimientos. Notaba mi miembro entrar y salir de su sexo. Ella aceleraba su masaje bucal sobre el aparato de el. Mis musculos trabajaban incesantes en cada embestida. El disfrutaba con cada succion que recibia.
Con un leve gesto de mi cabeza le indique que cambiaramos de posicion. Queria que ella sintiera dentro todo ese enorme trozo de carne en su interior. Introduje mi miembro en su boca. Notaba como su lengua y sus labias me apretaban y acariciaban con gran efusion. Eche la cabeza hacia atras y me deje llevar por ella. El comenzo a introducir su descomunal rabo dentro de ella. Tenso sus musculos y comenzo con grandes embestidas que robaron de la boca de ella leves grititos mezclados de dolor y placer. Podia escuchar como el la correspondia con graves jadeos. En poco tiempo ella estaba cerca del abismo del orgasmo. Los tres teniamos el cuerpo convulsionando de placer. Yo ahogaba sus jadeos, ocupando su boca, ofreciendola un delicioso manjar.
De repente él se levanto, acerco su aparto a la cara de ella y descargo como un torrente su simiente sobre su cara. Varias sacudidas vaciaron sus testiculos llenos, sobre ella. Yo la tumbe boca arriba, volvi a penetrarla y comence mis movimientos finales. En un instante derrame mi fuente en sus cavidades, llenandola de mi, vacioandome en ella. Ella nos correspondio con el juego de su lengua, limpiando nuestros miembros de todo resto de simiente, agradeciendo el trato dado y deseosa de repetirlo alguna otra vez.
Nos vestimos, ella se despidio de el con un profundo beso. Luego salimos del lugar, exhaustos, sudorosos. Nos esperaba una calida ducha en nuestra confortable casa, seguros de que otras experiencias nos llegarian en el futuro."
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