Intercambio de fotos y mensajes
Mi amante me cuenta cómo avanza el plan para convencer a su esposa para hacer una reunión de parejas: ellos con mi esposo y yo..
El domingo en la mañana, me llegó una foto más, tomada desde arriba por Manuel, mi amante, parado en la cama (se veía un pie de él): La esposa de mi amante, desnuda en la cama, bocabajo, mostrando medio rostro plácido (y muy bello), con las piernas abiertas (donde se le notaba el chocho babeante entre unos pelos muy crecidos), dormida. y completamente destapada. “Para que tu marido te coja rico al pensar en ella”, decía el texto. A mí no me gustó lo que Manuel escribió, sentía que me denigraba mostrando un cuerpo tan hermoso para calentar a mi marido.
Más tarde, llegó otro texto de mi amante: “¡Eres fantástica! Ayer al despertarnos, le conté a mi mujer del ‘sueño’ que había tenido y se prendió. Tomó mi pene y me dijo ‘Éste es el que me gusta, después de ti no he probado otro’ y se puso a mamarme, ¡casi nunca lo hace!, dice que no le gusta. Al parecer, mis palabras le recordaron algún amorío antiguo y pronto se la metió mi verga en la panocha”. (Para empezar a convencer a su esposa de que cogiera con alguien más, yo le había sugerido “pregúntale si se le ha antojado otro, pues tú soñaste en la noche que ella hacía el amor con alguien, a quien no distinguiste si se trataba de un exnovio o de un vecino; que te despertaste con la verga bien parada y quisiste metérsela también, aunque no te atreviste a despertarla”.)
Luego llegó la continuación: “Como ya te dije, en la noche ella me llevó a la recámara, jalándome del pito, y me pidió que le contara mi sueño. Yo comencé a inventarle que estaba en el estacionamiento donde dejamos el auto y ella esperaba a alguien, que no era yo porque estaba separado unos metros, mirándola. Alguien llegó, no supe quién, sólo lo vi de espaldas. Su rostro se iluminó con una sonrisa tierna y se abrazaron para besarse. Él, quien evidentemente traía ya el pene de fuera porque ella sonrió al mirar hacia abajo y dijo algo y le extendió la mano para acariciárselo, le levantó la falda. Ella, con la otra mano hizo a un lado el puente de su pantaleta y acercó el pubis para dirigir el miembro a su vagina. ‘Luego yo me colgué de su cuello para meterme completamente su erección’, me dijo ella y yo me sorprendí. ‘¡¿Tú también lo soñaste?!’, pregunté asombrado. ‘No ese sueño, pero así se hace, ¿ya no recuerdas?’, contestó”.
“Sí, entonces, ¿ella estaba pensando en ti?”, respondí al mensaje.
“Pues no, ella me confesó que así lo había hecho con otros también y que se calentó al recordarlos cuando le conté mi sueño, ‘Particularmente, a quien recordé así, le dije <<caliente>>, eso le dije al tomar su pene bien parado’, me amplió la confesión, y luego cogimos muy rico”, reveló Manuel. “Seguramente ella pensaba en ese galán de su juventud y yo imaginaba ver lo rico que se la cogían, ¡me gustará ser cornudo!”, añadió.
De inmediato, vino lo que siguió: “Después que descansamos le pregunté si le había gustado cómo lo hice, porque la noté muy caliente mientras cogíamos. ‘La verdad sí, pues estaba imaginando a uno de mis compañeros que tuve en la universidad, era muy fogoso, así como tu estuviste hace rato’ dijo ruborizándose por la desfachatez de su comentario. Y yo le confesé que estaba así de caliente porque imaginaba que alguien se la cogía y que quizá por eso desperté del sueño con la verga muy crecida”.
“¡¿Qué más pasó?!”, le rogué que contara.
“Pues le dije ‘Tal vez sea bueno intentar algo nuevo entre nosotros’, y ella respondió ‘¡Esto sí que es nuevo!, no creo que necesitemos más…, por el momento’. Le voy a proponer que nos veamos con alguno de sus ex”.
“¡Uhh, mi marido no sabe para quién trabajó… A ver si no la pierdes”, respondí.
“¡Ja, ja, ja…! sólo eso me faltaba.” escribió.
En la tarde, después que terminamos de ver una película cómico trágica, donde coincidentemente una pareja tenía una situación de doble cornamenta, pero ellos se decían que se amaban, y sus respectivos amantes (solteros ambos) los presionaban para que se divorciaran y se unieran con ellos. Todo terminó en divorcio y ambos se quedaron sin nadie.
–¿Y si nos pasa así, que ellos quieran casarse y pidan que nos divorciemos? –comenté con mi marido.
–Los mandamos a la…! –contestó eufórico Miguel– Yo no suelto a mi chichona aunque ella sea muy puta, prefiero tener al sancho viviendo aquí para hacerle sándwich a mi mujer.
–Por cierto, Manuel me mandó otra foto para ti –le dije–, ¡está muy bien!
–¡A verla! –respondió de inmediato.
–Encuérate y te la mando por WhatsApp, quiero ver cómo se te para al verla… –le dije tomando mi teléfono.
Más rápido que otras veces se desvistió. “Ponte de perfil porque ahí te va…”, le ordené y Miguel tomó su teléfono. De inmediato tomé una foto donde se le veía el pene colgando sobre sus huevos. Le hice el envío y comencé a grabar video. “Ja, ja, ja, se nota que sí te gustó la foto” dije riéndome de la manera en la que se le erguía el miembro.
–¡Qué buena se ve! –exclamó mi marido.
Cambié a foto con alta definición y tomé una memorable fotografía. La envié a Manuel con el texto: “Miguel viendo la fotografía de Laura”. Luego me levanté a hacerle unas caricias al tronco y apareció una gota de presemen en el glande. Otra foto en acercamiento y como texto “Se le cae la baba por tu mujer”.
–Te toca encuerarte, no me vas a dejar así. ¡Vámonos a la cama, puta! –me exigió, y yo, obediente, me encueré…
¡Ay, Vaquita, no pierdes la mira! Calentones para tu marido, a ver si resistes verlo coger a una chica guapa y perfecta de la cintura para abajo.
¡Sí, sí estoy dispuesta! Por lo pronto, con el último calentón que tuvo, yo, sumisa lo obedecí y me dio tanto amor que me volví a desmayar. No lo niego: ¡me gustó!
Al parecer, tu amante avanza rápido en el convencimiento a su mujer. También tú, no sólo tienes a tu cornudo feliz de serlo y contándole los avances. Deseo que sea pronto el encuentro programado.
Yo también quiero que se dé lo más pronto posible.
Van bien, aunque Laura no sabe por qué esta pasando esa nueva etapa.
Ya verás cómo reaccionó cuando supo de qué iba el asunto.
¡Ay, amiga! Creo que estás jugando con fuego. Te dijo que te amaba, pero ya está muy volado por esa (la supongo güera natural). No se te vaya a quedar bien enchufado a ella. Bueno, tú también te enchufas al marido…
Sí, es rubia, ¿no lo dije antes? Yo soy pintada de rubio rojizo (sólo la cabeza). Espero que sólo se trate de coger, al menos así tengo a Manuel, sólo para coger, a ver qué se siente tener otra verga (u otras, como tú y Tita), y hasta ahora es muy satisfactorio. El que a mi marido le guste ser cornudo, ha resultado un «plus» extraordinario.
¡Ay, no! Cuando yo hice un intercambio, la esposa de mi amante se enamoró de mi marido y pidió una segunda reunión, «pero sin DIU», dijo y a los nueve meses fuimos padrinos de una linda nena. Creo que esa vez me usaron mis compadres para tener un semental en la cama.
Debiste rentarlo. ¿A poco Eduardo no podía solo?
Yo ya no puedo, y al parecer, sería terrible que pasara algún imprevisto con Laura. Voy a preguntarle a Manuel, no quiero sorpresas.