Irene, ya de niña resultó ser una buena compañera de juegos – Parte I
Irene es la hija de una amiga de mi madre. Tiene hoy 13 años, cuando esto inició contaba apenas con 10 años. Pero ya era toda una belleza. .
Mezcla de sangres hacen mestizas muy bellas. Su madre es afroamericana, pero de los del caribe. Su padre es un latino originario de Italia. Por consiguiente la niña salió con una piel color café con leche suave, con ojos verdes como su padre, pelo lleno de rulos color avellana y su cuerpo, es simplemente bello. Piernas largas y cola prominente. Sus pechos típicos de la raza negra, no muy grandes y erguidos, con pezones agresivos. Su boca, generosa de labios gruesos y una dentadura perfecta.
Yo soy un flaco ni muy agraciado ni musculoso, pero soy simpático y me gustan mucho las niñas, por lo que siempre trato de que mi trato hacia ellas, sea amistoso. A mis 15 años todavía no tenía gran experiencia con las chicas, algún que otro faje, y una noviecita que por ese tiempo solo había logrado que me chupe la verga y masajearle las tetas, se pegaba unas calenturas cuando se frotaba con mi verga que convengamos no era una anaconda pero a mi edad contar con una vara de carne de 17x6cms suele ser motivo de inquietud entre las niñas, pero a ella le daba miedo avanzar en el sexo. Yo obviamente siempre alzado a pura masturbación.
El primer encuentro con Irene fue en su casa, con motivos de una cena de familias amigas. Irene como dije contaba con 10 años, sigue siendo muy simpática y cariñosa. Desde que nos conocimos siempre hubo una buena relación, pero esa noche luego de la cena, salimos al jardín de su casa, yo me apoyé en el paredón que limita la propiedad y la niña se me acercó, me pidió que la abrazara que tenía frío, Irene es apenas un poco más baja que yo. Yo apenas llego al 1.60cms y ella debía medir en ese entonces 1.50/53cms. Se puso de espaldas a mí y me permitió abrazarla, al recostarse sobre mi, sus nalgas quedaron bien apoyadas y centradas sobre mi entrepierna, por lo que mi poronga inmediatamente comenzó a llenarse de sangre y a ponerse dura. Cabe acotar que Irene vestía una pollera escolar de esas tableadas a media pierna y una remerita de algodón. Yo un short de futbol y una remera deportiva.
Comenzamos a hablar del colegio y cosas sin trascendencia, qué podía yo hablar con una nena de 10 años. Pero la charla estaba animada y nos sentíamos cómodos uno con el otro. De pronto Irene se acomoda mejor y mis manos quedan ubicadas sobre sus pequeños pechos, pronto sentí como sus pezones se endurecían y la niña tratando de ser disimulada, movía su culo frotándose con mi pija que ya estaba dura y gruesa. Yo un poco sorprendido la dejé hacer para ver hasta donde llegaba su accionar. Disimuladamente puso una mano hacia atrás y la metió entre sus nalgas y mi poronga, a la cual tomó por arriba del short, la apretó como calibrándola, verificando el largo y grosor, yo viendo eso comencé a acariciarle los pechitos, Irene solo suspiraba cada vez más fuerte. Y yo cada vez estaba más excitado. Metí mis manos por debajo de su remerita y me adueñé de esas prometedoras tetitas, ella gimió y se apegó más a mi verga, por unos minutos nos estuvimos acariciando, luego le di unos besitos en el cuello, ella se dejaba hacer, dejé libre sus pechitos y bajé mis manos hacia sus caderas, la separé un poquito y me dio lugar a levantar la parte de atrás de su pollerita permitiéndome observar que traía una bombachita muy pequeña tipo tanga. También desaté el cordón de mi short y me lo bajé con lo que mi verga quedó al aire libre, me agaché un poquito y metí mi pija entre sus piernas en dirección a su vagina, Irene al sentir mi pija en esa posición, abrió un poco las piernas dando lugar a mi palo el que pronto se acomodó entre sus labios vaginales por arriba de la tela de su calzón y luego cerró las piernas atrapando mi poronga entre esas dos hermosas piernas. No sé de donde la niña había obtenido estas enseñanzas sexuales, pero convengamos que no se resistía a nada. Es más pude sentir al poner mis manos sobre su conchita que ya estaba muy mojadita. Ella comenzó a masturbarse con mi pija, mientras yo acariciaba su conchita. Eso la puso muy cachonda. De repente se hace para adelante, me saca de entre sus piernas, se baja la bombacha y se vuelve a acomodar en la misma posición que tenía dos minutos atrás, con mi verga entre sus piernas, la cabeza de mi tronco entre sus labios vaginales y volvió a iniciar ese movimiento de vaivén, en determinado momento la cabeza de la pija abrió sus labios vaginales y quedó posicionada bien acomodada en la entrada de su virgen vagina, y al hacerse para atrás la cabeza entró entre sus pliegues. Se quedó quietita y suavemente me pide que la toque, acaricio su concha con mis manos, busco su clítoris que está duro, se lo acaricio y de pronto con un gemidito siento como la niña acaba llenando la cabeza de mi verga y mis dedos de sus fluidos. Yo a esa altura estaba como loco, Irene, se hace para adelante dándose espacio, toma mi verga por el tronco y para mi sorpresa lo acomoda bien centrada la punta de la pija entre sus nalgas, sentía el agujerito de su ano bien caliente, y solita se hacía hacia atrás buscando penetrarse, mi verga es muy gruesa para su ano sin lubricación ni dilatación previa, pero ella insistía entre quejidos y suspiros, de pronto su esfínter cedió y la cabeza de mi picha entró, se le escapó un gritito y yo no quería moverme por miedo a que gritara, pero no pasó, simplemente girando la cabeza me pide que le acaricie la conchita cosa que hago con esmero, y la niña comienza a moverse, la pija en su culo avanzó apenas un par de centímetros, su ano apretaba mucho, pero su conchita era una piscina de jugos y así logró llegar a otro orgasmo. No lo podía creer. La niña de 10 años ya había tenido dos orgasmos. No aguanté más la calentura y de pronto comencé a lanzar chorros de semen dentro de su aterciopelado túnel trasero. Cuando mi tripa se ablandó procedí a sacársela. Ella sonriente me pregunta si me gustó. Le dije que sí, ella también confirmó que había estado genial. Y que si yo quería, podíamos tener esos encuentros muy seguidos. Me confirmó que era virgen, pero también me confió que su tío más de una vez la tocó e intentó metérsela por el culito. Pero el dolor era tanto que no se atrevió a más. Pero que sí más de una vez le había chupado la verga por eso sabe que la poronga de su tío es mucho más grande que la mía. Pero a ella le gusta todo lo que su tío le hace. Pero si nosotros nos convertimos en novios, Irene no va a dejar que su tío la toque más. Solo yo seré quien la disfrute. Y así terminó nuestro primer encuentro.
Ansioso por leer la siguiente parte
No mam3s!!! Qué rico relato!!! Otro igual!!!