Jaime, el caliente
Bueno, el adjetivo le queda bien y sus correos me calientan mucho. Así que quizá debí escribir “Ishtar, la caliente” De eso hablo aquí..
Recibí el primer correo de Jaime Orestes hace unos 10 meses. Él también escribe relatos eróticos y pornográficos con el nick name “vfive5” en “Cuento Relatos”. Continuamos la correspondencia con relativa frecuencia, obviamente conversábamos de cuestiones sexuales alrededor de nuestras vivencias.
Le comenté lo que yo hacía para darme el gusto del sexo oral pues mi esposo no quiere que lo hagamos. También platicamos sobre las experiencias de incesto. A los interesados sobre estos asuntos sobre mí, los remito a que lean mis relatos.
Al mes me solicitó unas fotos mías, cosa que no acostumbro enviar, pero él me envió una de su pene (circuncidado, reposando semiflácido sobre una antojable cama de vellos en el abdomen) para mostrarme visualmente cómo estaba de caliente cuando leía lo que yo escribía, lo cual agradecí. Me dijo que le gustaría enviarme alguna foto más. “Algo que te apetezca ver, algo que te pudiera gustar, calentar o simplemente te excite…”, precisaba. Yo decliné su oferta, pero después me envió otras más (rasurado, con el pene erecto, etc.), las cuales yo sólo miraba sin mayor interés. Más me calentaba lo que él decía que me quería hacer. Insistió en que le gustaría enviarme un video. Un día me llegó uno donde se masturbaba y se escuchaban sus gemidos cuando empezó a eyacular. ¡Dios mío! Era hermoso ver cómo le salía el semen, hasta se me hizo agua la boca…, y así se lo hice ver.
Posteriormente escribió y publicó una fantasía sobre nosotros dos, en la cual sí me sentí protagonista y me gustó mucho, porque al leerla sentía que yo saboreaba el semen, ese que varias veces había visto en el video y con el cual me había hecho varias pajas. Continuamos platicándonos nuestras calenturas; algunas veces me acariciaba el chochito al leerlas. Jaime siguió enviando fotos de su aparato, los huevos grandes se antojaban, me imaginaba que yo jugaba a dos manos con ellos mientras le estimulaba el meato con la lengua. Una de las fotos estaba bellísima: el glande se veía de frente con una espesa plasta blanca… ¡Para lamerla!
Siguieron fotos, textos y videos deliciosos. “Me encantaría lamer tu chochito bien jugoso. Y darte rico placer cuando sientas mi lengua en él estrellita. Quiero que te dejes ir, y que te vengas en mi boca. Mójame de tus jugos cariño.”
Hasta que no aguanté más y le escribí “¡Basta! Me calientas mucho. Va ésta única foto para que lamas la pantalla, o te la jales y sueltes la leche en una impresión (me pasas foto o video). Después de enviártelo, me meteré los dedos hasta donde alcance… Besos.” y le adjunté foto de mi vagina peluda y húmeda, así como me tenía en ese momento…
Contestó “OOoooohhhhhhh que delicioso chochito exhibes mi querida estrella… me pone a mil mirarlo el imaginar como mi lengua se deslizaría sobre esa rajita y, cuando empieces a jadear, hundiría mi lengua en tu interior. Realmente deliciosa esa imagen de tu vello púbico pidiendo unos dedos que se enreden con ellos y que desciendan a tu clítoris para mezclar la frotación digital con deliciosas lamidas en lo más íntimo de ti cariño. Me voy a hacer una paja deliciosa para con tu foto en la pantalla de la tablet y voy a grabarte cómo me pajeo y me corro encima de tu coño… para que mi semen caliente moje tu panocha y tu vientre”. ¡Y así lo hizo! Me envió el video donde se masturba ante la imagen de mi panocha y un par de fotos con las gotas de leche en la Tablet que mostraba la imagen peluda y receptiva de mi pepa.
Han continuado los videos y las fantasías. Jaime dice: “El tacto de tu vello púbico sobre mi cara me estimula para lamerte más agitadamente. Mi deseo por ti sube al sentir tu miel brotando de tu intimidad. Su sabor salado, ácido y amargo excitan mi libido y te como tu coño salvajemente. Y noto, como al venirte en mi boca, se apoderan te ti deliciosos movimientos espasmódicos, contracciones vaginales e incontroladas reacciones que llenan mi boca de tu jugo caliente”. Y yo le contesto: “Me gusta que me lo chupen, aunque casi siempre lo hacen con la miel de mi marido…”. Esto es así, porque el palo matutino es casi diario.
Jaime contesta: “Me apetece chupártelo como tu desees dármelo a probar. Solo espero que lo disfrutes cielo”. Y es natural el asunto, porque hasta cuando estoy bien cogida les agrada chuparme.
Cada vez que me envía fotos o videos me pregunta si ya las vi y qué opino. Mis respuestas son parecidas “¡Claro que lo he visto, y varias veces! (y con muchas caricias)”. La última vez me envió una foto supuestamente después de haberse pajeado viendo la foto de mi pucha, pero le reclamé así: “En tu correo decías de una paja, y en las fotos no había evidencias de ella. En los videos es claro que te la jalas con provecho, pero también esto puede ser visto en una foto, por ejemplo donde me muestras mi pepa llena de tu miel. Claro que el video es más evidente, pero imagina que me mandas una foto así (ya sin la mano) con el vientre chorreado y la cabeza goteando la lefa”; y coloqué una captura de imagen de un video de él que me fascina.
Su respuesta fue “Uuummmmm…. me encanta tu propuesta. Luego me tumbaré un ratito y aprovecharé para mirar tu panocha peludita y jalármela a tu salud. Dejaré que mi semen caiga y empape mi vientre. Y te mostraré como queda”.
También preguntó “¿Que tipo de braguitas sueles usar? ¿Lencería? ¿Dejan intuir esa mata oscura de pelo?” Le aclaro su duda: “Raras veces me pongo lencería sexy, casi siempre son pantaletas normales. Piénsame las bragas como tú quieras; blancas y delgadas, pequeñas y ajustadas, que permiten dejar fuera unos pelos para excitar a los cogelones, y quítamelas… Huele mi coño mientras te jalas ese rico tronco, lame, prueba el sabor que tu lengua me exprime hasta que te vengas. Jala, jala con una mano y con la otra juega con tus huevos para que estimulen la producción de crema hasta que brote a borbotones y el chorro te salpique el pecho, dejando la cauda blanca desde el vientre, inundando tu ombligo. Jala, jala… (por cogelones, me refiero a mis amados: Diego, José, mi esposo y otros dos)” Mientras escribo me caliento imaginándolo con su boca en mi raja, y recapacito añadiendo “¡Dios mío! ¡Qué puta soy! Al terminar de escribir puse varios de tus videos, me acaricié la panocha y, al poco tiempo de meter los dedos, ¡me corrí! ¡Qué puta! Me quedé caliente, voy a montar a mi marido. Aunque, a decir verdad, me gustaría ponerle mi sexo húmedo en la boca. ¡Lástima que a él no le gusta eso!, pero a mí sí me gusta que me coja. Buenas noches, voy a por verga.”
Minutos después envío otro correo: “No funcionó, me quedé prendida. Voy a aprovechar el tiempo para escribir en un relato parte de nuestra correspondencia. ¿Puedo mencionar también tu apellido, además del nombre? Antes va otra paja a tu salud mirando los videos. Besos. Ishtar.”
Este escrito es el resultado. Constancia de la calentura que sufro…
Con los ejemplos que muestras, Jaime sabe escribir para convencer. ¿Puedo ver la foto que le enviaste? quizá recibas a cambio una video corrida mía…
Ja, ja, ja. Primero envíame una tuya, «encuerado y de perfil» como un profe les decía a sus alumnos que lo veían a él en lugar de ver al pizarrón. «Les voy a regalar una foto mía, encuerado y de perfil». Además otra donde se vea lo que a Mar le gusta de ti…
No conozco la foto de la que habla el tal Jaime, circúlala con tus admiradores…
Misma respuesta que la dada a Ber…
Ese Jaime Orestes, sabe cómo calentarnos. Esa foto: «el glande se veía de frente con una espesa plasta blanca… ¡Para lamerla!» A mí también me encanta, se antoja metérsela a la boca. ¡También son hermosos los videos de sus venidas! El puto sabe cómo excitarnos…
¡Ajá, no soy la única incauta a la que calienta este puto!
Pero sí, aunque su verga con las cicatrices de la circuncisión no es nada fuera de las normales, quizá chica, lo que sí tiene excelente es la manera de soltar el semen, se ve espeso y lo imagino riquísimo. Además, sabe bien cómo calentar a una. Varias veces me he dormido con la verga de mi marido en la mano, imaginando que es el tronco de Jaime.
Yo me emocioné cuando recibí el primer correo y le pregunté «¡No me digas que eres Orestes Santoyo! ¿Ahora con qué pseudónimo escribes? Aún conservo tus fotos, ¿y tú las mías?» Pero no, me dijo que no era Orestes Santoyo y que no tenía fotos mías, así que le mandé una…
Después recibí varias de él y también videos de corridas que se antojaba estar ahí para lengüetearlo.
A mí también me llegó una foto como la que describes: «el glande se veía de frente con una espesa plasta blanca… ¡Para lamerla!» ¡Me pasó lo mismo al verla pues le contesté «Y yo, nada más mirando y con la boca abierta… ¿Por qué me gustará tanto saborear la lefa tibia?»
Aunque Jaime Orestes no suelta tanta leche como otros, la consistencia, la densidad y el color aperlado son excitantes.
Era fácil que tú cayeras, Mar, te encanta mamar y sacarles todo, «hasta los sesos», diría Tita. A mí también me fascina el 69, lástima que a mi marido no…
No he tenido el gusto de ver las imágenes o videos que comentas. Pero han de ser tan calientes como sus misivas. Además, lo haces ver calentísimo. Buen texto.
Me sonaba el nombre, por Orestes Santoyo, pero busqué… y sólo encontré dos correos de Jaime, sin mayor trascendencia. Obviamente, no le interesé como tú.
Supongo que así como a nosotras, les habrá escrito a muchas otras y tiene sus respectivas fotos. Creo que Mar es la única que distribuye sus fotos como volantes de propaganda. Ja, ja, ja. Ya recordé que el admirado escritor Orestes Santoyo sí intercambió fotos con Mar. Es que ese avatar y las portadas que puso, antojaban a cualquiera, aunado a sus interesantes relatos, de los cuales siempre había mucho que aprender. ¿Qué será de él? Espero que simplemente se haya retirado, pues es de la tercera edad (supongo que andará en los 80 años).
No solamente tú te preguntas sobre Orestes Santoyo, lo extrañamos muchos (y muchas, ¿verdad Mar?). Ja, ja, ja, me imaginé a Orestes Santoyo huyendo de Mar pues según sé viven muy cerca, en la misma ciudad o al menos muy cercanas. Vi a Mar queriendo convencerlo para coger y él huyendo porque aún no quería que se lo chupara la bruja y lo dejara completamente inservible. Hace 4 años que no sabemos de él…