Jenny perdió la virginidad y yo…casi la vida
“Jenny, la sopa con leche del sábado”. fue sólo el calentamiento, dos días después, el lunes, ocurrió … casi una tragedia… qué rico….
Jenny se había retirado, el sábado, no muy relajada, porque era evidente que tenía ganas de nuevas experiencias… en mi caso, decidí no masturbarme el resto del fin de semana para tener algo de semen y erección el lunes. Pasé la tarde del sábado y el domingo sólo bajando fotos de nenitas, para mis días de soledad…
El lunes me levanté temprano, hice mi rutina de ejercicios para que el organismo funcione bien, me sobrealimenté para tener energía, tomé bastante agua porque leí que eso aumentaba la cantidad de leche al eyacular y me puse en reposo para estar tranquilo y listo a las 3 de la tarde, hora en que debía llegar Jenny.
Al mediodía comí algo suave, tomé más líquido y salí a caminar un rato para motivarme, admirando culos de mis vecinitas. A eso de las dos, revisé el área de acción, en mi casa, tanto en el living como en mi dormitorio, puse el Sildenafil y el vaso con agua en la mesa del comedor, bien a la vista, para no olvidarme de tomarlo…y, de pronto, reparé que Jenny tiene ¡13 años!, que ya menstrua y, por lo tanto, ya la puedo preñar…¡¡¡No tengo condones!!!… Las pastillas y condones los compro en una farmacia que queda lejos de mi casa, en una zona comercial, donde nadie me conoce, sólo la vieja que atiende y que, cada vez que llego, me mira, sonríe y me pregunta si llevo Sildenafil, condones o las dos cosas… me fui en un taxi para no cansarme, le dije al taxista que me espere, entré y, antes que la vieja me pregunte, le pedí los condones y le entregué el dinero; la vieja se rió y me dijo que yo conocía mejor que ella los precios… agradecí y salí de inmediato…
Ya en casa, me saqué la ropa y me puse la “de casa”, la camiseta que me tapa parte de la verga y deja los huevos a la vista; a las 2:45 tomé la pastilla y me puse a mirar por la ventana a mis vecinitas, aún de vacaciones, jugando…eso me anima… a las 2:50 vi llegar a Jenny, sola; abrí la puerta del edificio con el botón del intercomunicador y la de mi departamento; me saqué la camiseta y decidí que la primera hora de “clase” iba a tratar sobre la vida sexual de los perros…me puse en cuatro pasas en el piso y detrás de la puerta.
Jenny empujó la puerta, entró y, al cerrar, sintió mi lengua recorriendo su pierna derecha, me miró, yo saqué la lengua como perro arrecho: -Guau, guau…arfff. Ella entendió, dejó sus cuadernos sobre el sofá, se quitó la poca ropa que llevaba puesta y asumió su rol de perrita en celo. Se puso en la posición de cuatro patas; me puse frente a ella, me acerqué y le lamí la cara, desde la barbilla hasta la frente, luego, los ojos, la punta de la nariz, se la mordí suavemente y la chupé; pasé mi lengua por sus labios y, metí mi lengua en su boca, mientras con mi pata delantera derecha, le sobaba una teta… fui avanzando por su costado, lamiendo todo lo que quedaba cerca de mi boca; ella comenzó a hacer lo mismo; al llegar atrás, le mordí una nalga, metí mi cabeza entre sus patas traseras, abrí la boca y metí su vulva en ella; ambos respirábamos muy fuerte, casi gruñíamos… comencé a lamerle la conchita y con mi nariz le frotaba la entrada del ano; comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás, la conchita brillaba del fluido que salía, yo saboreaba los labios exteriores de su aún virginal rincón y tragaba ese delicioso manjar… en determinado momento, ella se movió y su culo quedó en mi boca…mi lengua se introdujo en el estrecho camino…ella gruñía y ladraba y mi verga no aguantaba las ganas de perforarla…
Puse mi verga en la entrada de su vagina y, al buscar la posición perfecta para desvirgarla, sentí que yo estaba ya mojado de precum y que necesitaba ponerme el condón… preferí, mojar mi mano con su fluido y meterle uno y después dos dedos mojados al culo para humedecerlo; le apreté la cintura, la jalé hacia mí y metí la cabeza de la verga en su orificio trasero… ella gimió un poco y trató de alejarse, pero ya no me aguanté y la seguí metiendo, empujando, ladrando y gritando, mientras ella aullaba y se movía desesperadamente… yo sentía dolor y más ganas de entrar hasta el fondo…metiendo y sacando, avanzando y retrocediendo, fui convirtiendo el virginal culo de Jenny en el primer y doloroso paso para su nueva condición de mujer…
Cuando sentí que el semen recorría mi interior rumbo a su nuevo alojamiento, retrocedí, me puse rápidamente el condón y, sin dudas ni murmuraciones, como en el momento más duro de una batalla, clave mi vieja verga en su cerrada, pero muy mojada concha; de un solo empujón, arrasé con todo lo que significaba virginidad, pureza, infancia y pudor…el grito de Jenny coincidió con un tremendo vértigo que hizo caer mi cabeza sobre su espalda; una sensación de muerte recorrió mi cuerpo y mi peso hizo que ella aflojara las patas delanteras y cayera sobre sus tetas, casi desmayada, al piso…
No sé cuántos minutos pasaron, nada se movía, ni sonaba…al rato, ella se movió lentamente, respiró profundamente y trató de levantarse, al sentirla, creo que resucité, sentí que estábamos pegados como verdaderos perros, retrocedí, dejé la personalidad canina y me paré, miré mi verga y el condón empapado de sangre y fluidos de Jenny… eso me arrechó, la ayudé a pararse, la jalé hacía mi cama, me saqué el condón y la hice echarse, cara arriba, con la cabeza en el filo de la cama, yo me paré de manera que mi verga quede en su cara y me eché sobre ella para llegar a lamerle la concha recién profanada y alimentarme con su mezcla de vida, placer, gusto y virginidad…ella movió su cabecita, metió mi verga en su boca y tragó lo que quedaba de semen…
Subí a la cama, la jalé y comenzamos a besarnos, como padre e hija, suave, dulcemente…cuando la verga despertó nuevamente, nos volteamos para practicar matemática, con el número 69, que se convirtió en 88, pues mi lengua se metió en el camino a su ano y la de ella en el mío…una sola vez en mi vida, hace muchos años, una puta me había hecho el beso negro, que, esa vez, no me gustó, pero ahora, en ese ambiente de amor, sentí cosquillas, me aumentaron las ganas y eyaculé en su cuello y parte central de sus tetas…
Terminamos embarrados, ella deslumbrante, yo casi muerto… dejamos las otras clases para el miércoles, dormimos como una hora, nos duchamos rápidamente, por la hora y la alumna Jenny se retiró, llena de nuevos conocimientos, dejando a su profesor al borde de la tumba fría…
¡Simplemente, delicioso!…
Ricky
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