Jueves y Viernes a la salida
Todos los jueves y viernes a la salida, el sexo invadía los salones de preescolar (primer relato) .
Tenía 16 años y estudiaba en una escuela católica privada, tenía pocas amistades y socializar con ellos era difícil porque mis gustos no eran de su agrado: el anime y el deporte. Había una diferencia entre ellos y yo; conozco algo que sucede todos los jueves y viernes a la salida de clases: en los salones de preescolar se permite tener sexo, solo hay que pagar para entrar. El precio eran tres dólares y habían una serie de reglas básicas:
1-Uso de protección
2-Usar máscara o antifaz para mantener el «anonimato»
3-El pago te dejaba estar por dos horas (el salón estaba abierto hasta las 7pm)
4-Guardar en un locker asignado para tus pertenencias.
Todos sabemos que lo de usar protección nadie hacía caso sabiendo del riesgo que conlleva y mantener el anonimato es difícil de evitar el momento en que nos reconozcan por la voz. Un viernes decidí entrar por primera vez a ese salón, pagué el dinero y puse mis cosas en un locker. Estaba nervioso al entrar porque eran desconocidos, pasados los 20 minutos quería irme hasta que alguien vino a mí. Ella estaba desnuda; era alta (1.70 m), pelirroja, de pechos grandes pero algo caídos y muslos que uff. Con una voz aguda y seductora, me susurró al oído izquierdo
-Estás nervioso, acaso ¿eres virgen?
-La verdad es que sí.
-No te preocupes, solo déjate llevar.
Ella se arrodilla, mi verga empieza a reaccionar; poco a poco me quita los pantalones, baja mi bóxer y se queda algo sorprendida. Ella inmediatamente al verlo:
-Dios, ¡Qué grande lo tienes!
-Gracias, es la primera vez que lo dicen (no están mentira la respuesta).
Me pidió que me recostara, accedí y al instante empezó a meterlo en su boca, mi mente flotaba y la razón empezaba poquito a poquito se iba diluyendo. Usaba su lengua a placer hasta que le dije desesperado
-Me voy a correr
-Suéltalo todo en mi boca, tu primera vez debe ser especial.
Me corrí dentro de su boca, mi primera eyaculación dentro de una mujer y fue excitante. Abrió la boca para que viera la cantidad semen que había sacado, se lo tragó enteró y
-Espeso y algo amargo, me encanta [dijo ella].
Ella se pone encima mío y sin ponerme el condón, se monta en mi verga. Que difícil era para ella meterlo por lo ancho que lo tengo, así que cambiamos de posición; yo tenía el control y ella me guía.
-Ves allí, señalando a su vagina, mételo ahí.
-¿Y el condón? Debem… [me silencia]
-Es tu primera vez. Debe ser una experiencia única en la vida. -me lo decía en tono de regaño, como si fuera mi madre-
Empiezo con calma, es una sensación increíble; ella contiene sus gemidos y sus caderas tiemblan. Entró por completo y empiezo a moverme, iba a trompicones, pero a ella le excitaba (eso creía yo). En ese momento tocaba algo dentro de ella, me dijo al oído:
-¿Sabes lo que estás tocando?
-No.
Subo el ritmo de mi sube y baja, quería seguir tocando eso porque me gustaba y en eso siento su primer orgasmo; fue excitante y eso aumentaba mi ego. Ella ya no podía contener sus gemidos, ella estaba exaltada de placer hasta que sin pensarlo me corrí dentro de su vagina, segundos después llega su segunda corrida. Lo saqué porque se veía que no podía dar para más, pero mi amigo seguía animado. Ella al verlo me dijo:
-Veo que tu amiguito está firme aún, ¿otra ronda más?
Acepté. Cambiamos de posición, estando ella arriba con cada cavalgata nos descontrolábamos cada vez más; ella gemía con ganas y yo no aguantaba las ganas de venirme dentro de ella de nuevo hasta que sucedió nuevamente, ella se quedó cansada en el suelo dijo:
-Ven más seguido, aquí te esperaré.
Ese viernes seguí con dos chicas más, solo que no llegaban al nivel que de placer que tenía cuando follaba aquella pelirroja
Fui más seguido solo para coger con ella, cada día era una experiencia distinta y excitante para ambos hasta que se suspendió temporalmente. Un compañero del salón que va frecuentemente al lugar ya que el hermano mayor organiza esto me dijo el por qué
-Hey, supiste que el lugar lo suspendieron temporalmente
-No, ¿qué pasó?
-Una chica quedó embarazada, supuestamente ella iba seguido allí.
-Ya veo, y ¿volverán a abrir?
-Sí, eso creo.
– Por si acaso ¿ella era estudiante?
– No lo sé
Nos despedimos, pero él se devuelve para entregarme algo
-Ah, lo olvidaba. Toma, me lo dio una chica; me dijo que te lo entregará.
-Gracias ¿la leíste?
-No.
Era un papel rasgado, tenía escrito unas palabras con una letra que admito es bonita.
-«Estoy embarazada».
Los nervios me invadían por el miedo a ser expulsado, aunque admito que caer en la tentación de coger con esa sexy pelirroja todos los jueves y viernes a la salida es algo de lo que no me arrepiento.
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