KIRA (Amante 6yo). Capítulo 3. Con la Carita Empapada.
Esta es la tercera parte del inusual romance entre Gerardo, un viudo de 37 años, y Kira, su hermosa hijastra de 6 años, de cómo se conocieron, cómo se hicieron amantes, y sus primeros encuentros sexuales. .
KIRA (Amante 6yo). Capítulo 3. Con la Carita Empapada.
Esta es la tercera parte del inusual romance entre Gerardo, un viudo de 37 años, y Kira, su hermosa hijastra de 6 años, de cómo se conocieron, cómo se hicieron amantes, y sus primeros encuentros sexuales.
La pequeña niña de 6 años sonreía mientras chorros de leche caliente y espesa se estrellaban en su frente, en sus mejillas, contra su nariz, sobre sus labios, y hasta en su cabello rubio y ondulado.
Kira recibía todo el semen en la cara. La bella niña sometía dichosa su carita de ángel a la aberración sexual del hombre de 37 años. Hace una hora que Kira había recibido todo su semen, 7 disparos de crema salada, directamente en la boca y se lo había encantada. Fueron tres tragos amargos que le arrugaron el entrecejo, pero le endulzaron el corazón. Minutos después, su estrecho recto envolvía el pene de Gerardo de arriba abajo. “TAH… TAH… TAH… TAH” chocaban incesantes los cuerpos de los amantes. Kira consiguió dos orgasmos enloquecedores y Gerardo, a fracciones de segundo de llegar al clímax, soltó sus manos de la cadera de la nena, se echó un poco para atrás (se oyó un chasquido cuando su miembro salió del recto de la nena), corrió frente a ella y empezó a eyacular sin parar directamente en la carita divina de Kira. –Aaaahhh— gruñó el hombre. Kira cerró sus hermosos ojos azules, dulces y soñadores, y un primer chorro de esperma se estrelló sobre sus párpados mezclándose con sus lágrimas de placer y sufrimiento, fruto de la intensa faena anal. –Mmmmhhhh— pujó el hombre tras liberar un segundo disparo hirviente. En la nariz fina, que daba a Kira ese toque de distinción, se estrelló otra dosis de semilla y se deslizó lentamente hacia sus labios delicados pero voraces juntándose con minúsculas gotitas de sudor. –Uuuuuffjjj— gimió él anunciando la salida de otro chorro poderoso que dibujó un largo camino que subió por su mejilla izquierda, le surcó la nariz, le untó la frente, y se estrelló en su cabello rubio. El precioso rostro de Kira, fino y elegante, era un regalo para la vista a cualquier hora del día, pero en este momento, recibiendo una gran descarga de esperma, era irresistiblemente excitante.
Este momento no era solo del final de un exquisito anal en el que la niña tuvo dos orgasmos y el hombre gozó de ese estrecho esfínter y del placer de comprimirle las entrañas, sino que también era otro punto clave en la consolidación de una de los actos sexuales favoritos de Kira. La niña abrió a boca para recibir la leche que baja por sus labios y el hombre le apuntó tres chorros más que entraron hasta su garganta y casi la hacen vomitar. Gerardo le empujó suavemente la punta de la verga en la boca y ella lo recibió encantada. –Aaayyy. Eso es, preciosa. Te ves tan sexy— le decía él contemplando su carita cubierta de semen y disfrutando cómo su boquita caliente le exprimía las últimas gotas. –Mmm, riiiico– gemía la nena mientras le daba placer a su padrastro y a su propio paladar.
Si pudieras asomarte a la habitación de esta hermosa rubia de 6 añitos, la verías en cuatro patas sobre su cama y con el culito apuntando al techo. Disfrutarías el paisaje de sus nalgas redondas y su ano enrojecido y abierto después de la follada que acaban de darle. Frente a ella verías a un hombre retorcerse de placer, haciéndole el amor por la boca lentamente mientras le acariciaba el cabello.
Ay, Kira hermosa, podrías estar perfectamente posando para un comercial de shampoo, de perfume, o de cualquier cosa que requiriera un rostro tan bello como el tuyo. Pero, no. Mírate. Estás en cuatro, desnuda, con el culito abierto y maltratado, con tu dulce vaginita hinchada y goteando, tienes semen hasta en las orejas, y tienes una verga follándote la boca y un par de huevos pegándote en el mentón.
Gerardo se puso en cuclillas frente a ella y con el pulgar le limpió el ojo izquierdo, cubierto con su espesa semilla. Le metió en la bosa el pulgar embadurnado de esperma y Kira lo chupó tiernamente. Se miraron y rieron; él, dichoso y satisfecho viendo ese bello rostro empapado con su leche, y ella, feliz y un poco avergonzada. –Acuéstate boca arriba— le ordenó. Kira hizo lo que él le pidió sin saber qué quería hacerle ahora. Gerardo se puso de pie y le puso las bolas en la frente y empezó a barrer todo su esperma. –Me haces cosquillas—reía la niña disfrutando el roce por toda su cara. –Toma, mi vida. Lámelas. No se vale desperdiciar ni una gota. Ya sabes—Le dijo el él pícaramente poniéndoselas sobre la boca a la niña.
Qué dichoso era Gerardo al tener a esta belleza lamiendo, besando y chupando sus huevos, buscando milímetro a milímetro el líquido salado que tanto le gustaba, como una abejita en una flor buscando néctar.
Gerardo le besó el pecho, le chupó delicadamente los pezones aún lejos de desarrollarse. Siguió haciendo un camino de besos por su abdomen y su cadera. Se desvió un poco por los muslos y llegó a su pelvis. El aroma de la vagina sedienta de placer era abrumador, enloquecedor. Le puso una mano en cada muslo y los separó al máximo. Es muy común en países eslavos, como en el que Kira vivió sus primeros años, que las niñas practiquen gimnasia. Ella había practicado desde lo cuatro años y por eso tenía tanta elasticidad y podía abrir las piernas completamente, además de mantenerse delgada y fuerte. A Gerardo le encantaba hacerla abrir las piernas para darle sexo oral, y eso hizo. La piel suave y perfecta era enloquecedora. Los leves gemidos de la niña cuando esa lengua se recorría sus labios eran increíblemente excitantes. –Ay, sí. Qué rico se siente— decía la joven amante con los ojos cerrados concentrada en su propio placer. El pulgar izquierdo entró por su estrecho esfínter. –Mmm—pujó ella retorciéndose. El dedo medio de la mano derecha se deslizó por entre su vagina. La niña pujaba y respiraba más fuerza. La lengua rozó el pequeño clítoris. –¡Uujjj!—exclamó Kira sobresaltada. Era la hora de devolver a su amada todo lo que le había dado esa tarde, por habérselo mamado y tomado su leche, por dejarle encular bien rico, por recibir otra corrida en la cara, y por mucho más. Así que manos a la obra.
Algunos estiran la lengua para darle place a la mujer, pero Lo que más le gustaba a Kira era el beso con lengua. Gerardo la complació con ese beso francés que tanto placer le producía. Al fin y al cabo, la vagina parece una boca, así que tiene todo el sentido del mundo besarla. Gerardo la besaba suavemente enviando ondas de satisfacción que vibraban a lo largo de todo su cuerpo, como cuando lanzas una piedra a un lago. Giraba despacio el pulgar izquierdo en el recto de la pequeña amante y movía el dedo medio de la derecha dentro de su canal estimulando el punto G. No había necesidad de penetrarla con los dedos; solo dejaba el dedo dentro y hacía un movimiento como si quisiera unir la punta del dedo con la muñeca. Esto combinado con el beso cálido y la lengua tranquila, pero en movimiento constante sobre el pequeño clítoris sencillamente tenía a la nena en el cielo. Una mujer puede alcanzar su orgasmo de al menos unas seis maneras: por estimulación del clítoris, por penetración vaginal, por penetración anal, por una mezcla de penetración y estimulación del clítoris, por caricias en otras zonas erógenas con el cuellos o los pezones, y por una contracción de la zona pélvica, que sucede a veces cuando la estimulación ha sido lenta y ha durado mucho tiempo. Ya sabrá el lector decidir cuál de estos caminos tomaron nuestros protagonistas.
Kira ya había tenido dos orgasmos en la última hora cuando Gerardo la penetró analmente, y el tercero no tardó en llegar. Su canal lubricó más que nunca, desde bien adentro hasta la entrada, empapando la mano del hombre. Los músculos de sus paredes vaginales y su esfínter se contraían y expandían rítmica e involuntariamente apretando fuerte el dedo medio y el pulgar que los estimulaban. Su cuerpo entero no se podía quedar quieto. Se mordía los labios casi hasta hacerse sangrar y volteaba los ojos sin control. Gerardo no retiró el pulgar del recto de la niña, ni el dedo medio de su vaginita durante sus fuertes espasmos. Kira tuvo estas contracciones por casi un minuto.
–Quieres que siga, preciosa— le preguntó el hombre cuando ella se recuperó. –Despacio. Si. Suave. Despacio— respondió ella jadeando y sin liberarse completamente de la tensión.
Gerardo besó sobre su botoncito duro y lo lamió despacio, pero ella estaba aún muy sensible así que le dio besos suaves y lentos sobre sobre sus pequeños labios vaginales. A la vez, reanudó los movimientos circulares del su pulgar, estimulándole el ano y arrancándole gemidos tiernos. Por un par de minutos l tuvo en ese estado de estimulación y relajación, cada vez más lento, más suave, hasta que ella por fin estaca completamente tranquila. Lentamente retiró el pulgar y el dedo medio, le cerró las piernas, y se desplazó cuerpo arriba dándole besitos amorosos. Un besito en la pancita, uno otro el ombligo, otro por el lado, uno en cada pezón, otro en el cuello, y otro en la boca. Se acostó al lado de ella. Ella giró y quedaron de frente. Sonrieron alegres mirándose a los ojos. Ella sintió el miembro erecto presionando contra sus piernas río sorprendida. Kira estiró la mano y agarrando el pene erecto dijo traviesamente –Parece que alguien quiere más—. —Contigo siempre voy a querer más— agregó él y la abrazó.
Cómo se imaginan a Kira?
Yo me la imagino como @ruby_official1000 (IG)
Está linda pero en mi imaginación veo está carita bañada en leche… https://nypost.com/2017/12/05/6-year-old-dubbed-most-beautiful-girl-in-the-world/