La abuela de mis vecinas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Federico, tengo 56 años, soy argentino, vivo solo en las afueras de Madrid en una urbanización muy tranquila, trabajo de noche, bueno, un tipo normal, siempre me gusto el deporte y me voy conservando.
Pegado a mi casa hay una familia polaca, donde viven dos niñas de entre 6 y 8 años, con sus padres y su abuela, una señora de 60 años. Son unos vecinos intachables, gente muy juiciosa y nos hicimos amigos. Yo siempre que vengo del trabajo me cruzo con la abuela de las niñas que siempre anda corriendo para llevarlas al colegio y luego ella se va a hacer algunas limpiezas, nos saludamos con mucha cortesía, alguna que otra vez hemos comido juntos, tanto en su casa como en la mía y la verdad que Ana, que así se llama la abuela de las niñas es muy simpática, es una señora muy rubia, de ojos azules y el cuerpo clásico de una señora de su edad.
El sábado a la tarde estaba yo paseando a mi perro por un parque que hay frente a donde vivimos y me encuentro con Ana, que había llevado a sus nietas a que jueguen, nos saludamos y nos ponemos a hablar, las niñas se llevaron a mi perro, ya que lo conocen y así quedamos Ana y yo sentados en un banco hablando de nuestras cosas como dos abuelos que cuidaban a sus nietos, en el derroteo de la conversación, me contó que es divorciada hace muchos años y que se vino con su hijo a vivir a España, ya que en Polonia estaba sola, yo le conté parte de mi historia también y le pregunté si le gustaría salir a tomar algunas cañas conmigo, cosa que aceptó de buena gana y quedamos para eso de las ocho de la tarde noche, ya que siendo verano, oscurece mas tarde.
Vinieron las niñas y nos fuimos, ellas a su casa y yo a la mía con mi perro. Me ducho, me afeito y a las ocho la voy a buscar a su casa, que esta pegada a la mía, me atiende su hijo, me hace pasar y entre bromas me dijo que cuide bien de su madre, que era la primera vez que salía con alguien desde que estaba en España, nos reímos y cuando sale Ana, su nuera la había estado maquillando y estaba realmente hermosa, unas sandalias planas, un pantalón de hilo blanco suelto, y una camisa haciendo juego que realmente me gustó mucho, un maquillaje muy difuso, estaba para comerla, bueno, nos despedimos y nos fuimos caminando, yo la quise agarrar de la mano pero me dijo que todavía no, que estábamos muy cerca de la casa, "a donde vamos Ana?", le dije, "no lo se, donde tú quieras", me dijo, "a la cama", pensé yo, "nos sentamos acá y mientras tomamos algo lo decidimos?", le dije, sentándonos en una terraza cerca de la estación del tren, nos pusimos a conversar y ella estaba nerviosa, "me parece tan extraño volver a salir con un hombre después de tantos años", me dijo, dejando que le tome su mano, "quieres ir a Madrid o paseamos por el parque", le dije moviendo mis dedos a modo de caricia en su mano, "lo que tú digas, pero pasear por el parque me gustaría mas", me dijo, moviendo ella sus dedos y acariciando mi mano. Bebimos y nos fuimos caminando de la mano y hablando
Ella me decía que tenía miedo de empezar una relación y que la vuelvan a hacer sufrir como le paso con su marido y esas cosas, en el parque nos sentamos en un banco un poco retirado, al amparo de unos cuantos árboles y la abracé, ella un poco dubitativa me dejo abrazarla y a medida que seguíamos hablando nos íbamos pegando mas el uno al otro, hasta que mirando su cara, le di un beso, ella como sorprendida no reacciono a mi beso, separe mis labios de los suyos, la volví a mirar y la volví a besar, pasando mi lengua por sus labios y noto como ella entre abre su boca dejando que yo meta mi lengua y ella con su lengua buscaba la mía, así nos estábamos besando con Ana, mientras mi mano buscaba una de sus tetas por sobre su camisa, ella con su mano retuvo la mía para que no llegue a su teta, pero hice un poco mas de fuerza y dejo que mi mano agarre su teta por sobre la ropa, aceptando mi caricia, nos miramos y yo no dejaba de acariciar su teta, ella suspiro y cerró sus ojos, apoyando su cabeza sobre el banco, yo muy despacio fui soltando algunos de los botones para meter mi mano dentro de camisa y le volví a besar la boca, cosa que ella respondió, dejando que le meta la mano
Le saque la teta fuera del sujetador, una teta mas bien pequeña, que con mi mano la tapaba toda, ella gemía a medida que los besos eran mas profundos y mis dedos apretaban su pezón, yo agache mi cabeza y ella se acomodó de tal forma que me dejó sacar su teta de la camisa y que le empiece a chupar el pezón, mediano, bien rosado sobre una teta blanca como la leche, mi mano empezó a bajar para acariciar su concha, "no cariño, acá no, nos pueden ver", me dijo, quitando mi mano y guardando su teta dentro de la camisa, "vamos a casa", le dije, sin dejar de besar sus labios, yo tenía la pija muy dura, le agarré su mano y la puse entre mis piernas para que viera como estaba, ella la apretó, no muy fuerte y me volvió a besar, "cariño, no se, que pasa si me ven mi hijo y las chicas, que van a pensar", me decía siguiendo con su mano sobre mi pija, acariciándola suavemente, "no pienses en eso, vamos", le dije yo metiendo mi mano entre sus piernas, escuchando el pequeño gemido de placer que dio cuando le empecé a acariciar su concha, "hace tanto que no estoy con un hombre que no se que hacer, si va a gustarte estar conmigo", me decía acariciando mi pija y dejando que yo le acaricie su concha, "vamos a casa", le dije, poniéndome en pie y haciendo que ella haga lo mismo. Cuando estábamos cerca del portal de urbanización, nos soltamos de la mano, entramos hablando como si nada, para esto eran casi las diez de la noche, no había nadie en los jardines y subimos en el ascensor, bajamos un piso antes para que no se escuche el ruido y subimos por la escalera, no había nadie, muy despacio abro la puerta de mi casa y Ana entra muy nerviosa, yo la abrazo y le beso la boca metiendo mi lengua de nuevo en su boca y mis manos se fueron a sus nalgas, apretando fuerte su culo esponjoso y la apreté bien contra mi, pasando mi pija contra su concha por sobre nuestras ropas
Ella suspiraba mientras mis manos no dejaban de acariciar su culo y yo besaba su cuellos, pasaba mi lengua por el contorno de su oreja, yo restregaba mi pija dura contra su concha y ella movía su cintura aceptando y devolviendo las caricias genitales que le estaba haciendo, entre besos y suspiros de placer de los dos, le empecé a aflojar su pantalón, a lo que ella no opuso ninguna resistencia, por el contrario, su mano acariciaba suavemente mi pija, así, besándonos y acariciándonos, la fui llevando a mi habitación, entre besos y caricias la fui desnudando, le quité su camisa, el sujetador, dejando dos hermosas tetas, tan blancas como la leche, coronadas con una aureola y un pezón bien rosados, como dije eran bastante pequeñas y ahora que las veía bien un poco arrugadas, pero una delicia, se las empecé a chupar mientras le bajaba el pantalón, a lo que ella gemía y suspiraba dejando que la desnude, la recuesto sobre la cama, le saco las sandalias que tenía puestas y le empiezo a sacar el pantalón junto a su braga, dejando una concha bien rosadita, con unos pocos bellos tan rubios que parecían blancos, le terminé de quitar el pantalón y sin poder contenerme y sin haberme quitado mi ropa, le abro sus piernas y le empiezo a chupar esa deliciosa concha, que para mi sorpresa, estaba empapada de sus jugos vaginales, ella dio un gemido de placer al sentir mi lengua sobre su clítoris, y abriendo mas sus piernas se la metía lo mas adentro que podía, mi cara, mi barba enseguida se mojaron con los jugos que le salían de la concha, ella acariciaba mi cabeza a medida que movía su cuerpo disfrutando de como le estaba chupando su concha, la hago dar la vuelta, quedando con su culo para arriba, y abriendo sus esponjosas nalgas, le empiezo a lamer su ano, rosado, tan delicioso como su concha, la verdad que no me extrañó ver que lo tenía abierto, ya que supuse que habría mantenido relaciones anales con su marido, pero no me importaba
Yo estaba en la gloria chupando el ojete de Ana y sintiendo los quejidos de placer que daba a medida que mi lengua quería entrar dentro de su culo, yo me puse en pie y lo mas rápido que pude me desnude, mientras ella seguía así, boca abajo, exponiendo ese hermoso culo, que lo movía como pidiendo mas lengua, me acuesto a su lado y nos abrazamos, nos besábamos con desesperación, ella me fue poniendo boca arriba y se subió sobre mi, acomodando con su mano mi pija contra su concha que se fue sentando lentamente haciendo que mi pija le entre toda, gimiendo, cerrando sus ojos y disfrutando como su concha se abría y dejaba entrar mi pija hasta los huevos, ella enderezó su cuerpo moviendo su cintura despacio, en para adelante y para atrás, en círculos, su cabeza levantada, sus ojos cerrados, gimiendo, disfrutando, yo jugando con sus tetas, las acariciaba, las apretaba, haciendo que disfrute mas, nos movíamos con mas y mas fuerza, "cariño, córrete dentro mio, que ya me estoy por correr yo", me decía moviendo mas y mas fuerte su cintura, hasta que cae sobre mi teniendo un tremendo orgasmo, haciendo que yo me acabe dentro de su concha, nos besábamos, nos mordíamos los labios disfrutando de como estábamos acabando los dos juntos, "mi amor, cuanto hace que no disfrutaba así, cuanto hace que no estaba con un hombre", me decía sin dejar de mover su cintura con mi pija dentro, notaba como le salía la leche de su concha mojando mi pelvis, yo le chupaba sus tetas sin dejar de mover mi cintura, sintiendo como ella seguía moviendo su culo sobre mi sin sacar la pija de dentro de ella, de lo mojada que tenía su concha, era alucinante sentir eso.
Ana es mas pequeña que yo y bastante delgada, lo que me facilitó poder darnos la vuelta sin sacar mi pija de dentro de su concha, quedando ahora ella debajo mío, con sus piernas bien abiertas y levantadas, yo me puse de rodillas sin sacar mi pija y le levanté mas sus piernas, dejando sus pies casi en mi cara, ella seguía gimiendo y disfrutando con los ojos apenas abiertos, yo le fui sacando la pija muy despacio y se la acomodé contra su ano, ella abrió sus ojos pero no me dijo nada, solo sonrió y se empezó ella acariciar sus tetas mientras yo hacía fuerza y sentía como lentamente le iba metiendo ahora la pija en el culo, "despacio cariño, hace mucho tiempo que no lo hago por ahí", me dijo, dejando que lentamente le baya abriendo el ojete de nuevo, yo empecé a lamer sus pies, a pasar mi dedo por su concha, ella gemía a medida que mi pija le entraba toda en su culo, le abrí mas sus piernas y termine de meter toda la pija dentro de su ojete, quedándome quieto un momento, ella seguía acariciando sus tetas y gimiendo a medida que le empecé a hacer entrar y salir mi pija de su ojete, yo seguía lamiendo sus pies, acariciando su concha, "te gusta mi vida?", le dije yo moviendo mas fuerte mi pija en su culo, "si cariño, me encanta como me haces el amor", me respondió Ana, con sus ojos cerrados dejando que la siga cogiendo por el culo, los movimientos se hacían cada vez mas fuertes, mas rápidos, ella sola se metía sus dedos en su concha, yo la tenía agarrada de sus tobillos, levantando mas sus piernas, se la sacaba casi toda y se la volvía a meter fuerte, haciendo que Ana gima de placer, "cariño, me voy a volver a correr", me dijo, con un gesto de placer en su cara y metiendo sus dedos en su concha hasta donde le entraban, gemía, suspiraba, casi gritaba a medida que mi pija entraba y salía cada vez mas fuerte y rápido de su culo, hasta que empieza a temblar y gemir mientras se corría y yo seguía moviendo mi pija dentro de ella, queriendo acabar también, hasta que siento que me acabo y le meto toda la pija dentro de su culo sintiendo la sensación de acabarme de nuevo
Le apretaba sus tobillos, los dos temblábamos de placer, estábamos empapados en sudor, nuestras respiraciones eran agitadas, teníamos los ojos cerrados, satisfechos el uno con el otro. Le saco la pija del culo, acostándome a su lado, nos abrazamos, nos besamos, sentíamos nuestro sudor, "cariño, es muy tarde ya, que le digo a mi hijo?", me dijo un poco preocupada, "te quedas a dormir conmigo y mañana le decimos que queremos conocernos y tal vez formar una pareja", le dije, apretando mas su cuerpo contra el mio, para dormir bien abrazados.
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