La amiga de mi hija II al IV (Final).
Continua la intimidad entre nuestro protagonista y la joven amiga de su hija..
Después de mamarme la polla, se metió en la piscina y comenzó a nadar como si nada. Miró hacia la casa y se quitó la parte baja del bikini. Yo me levanté para irme, cuando ella me cogió la mano y tiró de mí.
No puedo hacerlo… -Le dije mirándola a la cara…- Te conozco desde que naciste, podría ser tu padre.
Pero no lo eres… -Contestó poniendo cara de pucherito…- ¿No te gusto?, porque tu polla dice lo contrario.
Dicho esto, me metió en la piscina. La verdad, no dejaba de mirar su delicioso culito, difuminado por el agua. Me llevó hasta donde casi no hacíamos pie y colocándome a su espalda y enterrando mi polla entre sus nalgas, le agarré las tetas y subiendo su sujetador comencé a jugar con sus pezones. Luego la coloqué de cara al borde de la piscina y empecé a restregar mi polla por su coño y su culo. Busqué la entrada y de un solo empujón se la inserté en su coño.
Al final no has podido resistir… -Me dijo entre gemidos, con cara de triunfo…- Ummm, sigue.
Le agarraba por las caderas, atrayéndola hacia mí para que la penetración fuera más profunda. Después de un rato bombeando, sentí los espasmos de su coño con el orgasmo. Saqué mi polla de su coño y la pasé entre sus nalgas, hasta colocarla en su ojete, interrumpiendo la acción, pues sonó la voz de mi hija llamándola.
Joder… -Protesté…- Que oportuno.
No te preocupes… -Comentó, dándome un pico…- Ya tendremos otra ocasión.
Se colocó las braguitas del bikini y fue a la casa meneando su culo descaradamente, hasta un poco antes de entrar. Yo salí de la piscina y me senté en el porche. Me abrí una lata de cerveza y fumé un cigarro. Me sentí aliviado porque se cortará, pero mal porque volví a caer en sus redes.
Por la tarde, salimos todos al pueblo a pasear y tomar algo. A la vuelta a casa. después de cenar, todos se acostaron menos yo que me quedé viendo la tele, pues no tenía sueño.
A los pocos minutos, salió ella con una camiseta de tirantes muy ceñida, que se le notaban los deliciosos pezones, que parecían reventar la tela y un culote también ceñido, que se le insinuaba su culo y se le notaban los labios mayores del coño, notando que no llevaba ropa interior, mi polla creció por segundos. Ella se agachó me bajó el bañador, sacó mi polla y sin avisar se la metió en la boca. Intenté apartarla, pero me estaba dando demasiado placer, y volví a caer en su lujuria. Al igual que en la piscina, comenzó haciéndome una deliciosa mamada, con sus labios subiendo y bajando por mi rabo y su lengua jugando en mi glande. Era toda una experta. Antes de correrme le hice una seña y sacó mi polla de su boca, la colocó entre sus tetas, subiéndose la camiseta y terminando con una cubana, soltando toda mi lefa sobre sus deliciosas tetas.
Mientras fue al servicio a limpiarse, yo encendí un cigarrillo. Cuando regresó, la coloqué sobre el sofá de perrito, le bajé el culote y abriéndole las nalgas, comencé a comerle el coño, jugando con mi lengua en su clítoris y con mis manos en sus tetas, llegando a hacerle un beso negro. Cuando mi polla se volvió a poner dura, me incorporé y apuntando a su culito se la clavé poco a poco, soltando un gemidito de placer y molestia a la vez, pero le gustaba. Después de un buen rato bombeando, le llené el culo con mi lefa. Seguí jugando con mis manos en sus tetas, mientras mi polla salía de su culo fláccida después de la corrida.
Nos fuimos juntos al servicio para limpiarnos mutuamente, y después de vestirnos se fue a su habitación y yo me senté en el salón a tomar unas cervezas.
A la mañana siguiente, me levanté temprano, sobre las 8:00 am. Y me dispuse a desayunar, apareciendo ella por la puerta. Se preparó el desayuno y se sentó a mi lado, con una camiseta de tirantes.
Mientras desayunábamos, no dejaba de mirar sus tetas por el escote de la camiseta. Sus pezones parecían querer salir a través de ella.
Cuando terminamos de desayunar, recogimos los vasos y mientras se dirigía a la cocina, fui tras de ella y la agarré por las tetas desde atrás, besándole el cuello. Bajé mis manos por su vientre, hasta llegar al elástico de su bikini, bajándoselos hasta los tobillos y colocándola de bruces contra la encimera, le empecé a comer el coño. Cuando estaba lubricado con mi saliva y sus jugos, se la inserté suavemente hasta que mis huevos chocaron con su piel. Comencé un mete y saca mientras jugaba con sus tetas y sus pezones. Le di la vuelta y sentándola en la encimera, volví a insertarla, y subiéndole el sujetador jugué con mi lengua en sus tetas. Después de un rato bombeando, saqué mi polla y dejé su vientre inundado de mi corrida. Limpie su vientre con una servilleta de papel, mientras acariciaba su clítoris con mi pulgar. Nos vestimos y salimos al porche a fumar.
Por la tarde, salimos todos a tomar algo a un bar cercano. Ella llevaba una falda corta, por encima de las rodillas. Al llegar al bar nos sentamos uno frente al otro, yo aproveché para sacarme la sandalia y acariciarle el coño dando un pequeño respingo, pues no lo esperaba. Entre risas yo seguí acariciándole el coño. Por la noche al llegar a casa, nos cambiamos para estar más frescos. Cuando todos se acostaron nos quedamos ella y yo solos. Llevaba una bata de botones delanteros, me senté a su lado y desabrochándole los botones de abajo, con ayuda de ella, comencé a acariciar el coño. Me coloqué de rodillas frente a ella y echándole el tanga a un lado, comencé a lamerle el coño, jugando con mi lengua en su clítoris. Le cogí de la mano y la llevé a mi habitación, colocándola de perrito en la cama y clavándole mi polla en su coño, antes de correrme la saqué y se la inserté en el culo, donde descargué toda mi lefa. Nos dimos un beso en los labios y se fue a su habitación.
Serían las 6:00 am, más o menos. Yo estaba dormido en mi habitación, cuando me comencé a despertar con una agradable sensación. Al abrir los ojos me encontré con la mirada de la chica, mientras engullía mi polla. Me estaba despertando con una deliciosa mamada. Me dejé llevar, mientras sus labios subían y bajaban por mi polla y daba lametones a mi glande. Noté una sombra en la puerta, y vi a mi hermana observando y con una mano en su coño. Ella ya conoce el sabor de mi polla y la ha sentido en todos sus agujeros. Mientras la chica seguía con su faena, la atraje hacia mí, colocando su coñito en mi cara, pues se había desnudado, y comencé a pasarle mi lengua por su rajita, desde el clítoris hasta el ojete del culo, en un placentero 69. Mientras le lamia el coño, le metí un par de dedos y comencé a follarla con ellos, al poco rato, sentí su espasmo e inundar mi boca con sus flujos y yo su boca con mi leche, en un orgasmo conjunto.
Se acostó a mi lado y miré de nuevo a la puerta, pero mi hermana ya se había ido. Abracé a la chica y nos besamos, mientras le daba suaves pellizquitos en su culo. La coloqué boca arriba y comencé a darle suaves besos y lametones en el cuello, bajando hasta sus tetas y deleitándome con sus duros pezones, succionando con mis labios. Seguí bajando, jugando con mi lengua en su ombligo, haciéndola soltar una risita, por las cosquillas, para seguir por el monte de Venus hasta su coñito, separar los labios con mis dedos y meter mi lengua, jugando con sus labios y su clítoris, hasta que se arqueó con otro orgasmo. Volví a subir, de la misma manera que bajé, besando y lamiendo, colocándome encima de ella y poco a poco, introduciendo mi polla en su ya encharcado coñito. Después de un rato de bombeo, la saqué y le blanqueé las tetas con varios chorros de esperma. Se levantó, me besó y recogiendo la ropa del suelo, se fue al baño. Yo me quedé otra vez dormido.
Cuando me levanté, sobre las 11:00 am, ya estaban todos en el porche desayunando o habían terminado.
Buenos días, dormilón… -Me saludó mi hermana…- ¿Has dormido bien?
Buenos días… -Saludé…- He dormido como un bebé.
Ya veo… -Comentó mi hermana con una sonrisa picarona-.
La mañana pasó como siempre. Juegos en la piscina, tomando el sol, bebiendo cerveza, más juegos en la piscina. Lo que notaba era que mi hermana siempre procuraba no dejarme solo con la chica. A mediodía, después de almorzar, mi hija y su amiga se fueron a la habitación a preparar el macuto para la vuelta. Mi cuñado y mi tía se acostaron y me quedé con mi hermana.
Te lo has pasado bien con la chica, ¿eh? -Comentó mi hermana, susurrando…- Es muy fogosa.
Demasiado… -Contesté…- ¿Celosa?
Yo, ¿Por qué?… -Contestó susurrándome en mi oído…- A mí me tienes cuando quieres, dormida o despierta.
Cuando me dijo esto, la agarré y la llevé al sofá, mientras acariciaba su culo, la coloqué boca arriba y echándole a un lado el bañador, comencé a comerle el coño, chupando su clítoris y mordisqueándolo, hasta que llegó al orgasmo inundando mi boca con sus jugos.
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