La biblioteca y el marques de Sade
Al mirar asia su lectura noté que sólo tenía el gran libro de aritmética como fachada, lo que en realidad leía era un pequeño ejemplar de «filosofía de tocador» un libro bastante erótico..
Era una tarde de octubre cuando conocí a Kate, la sobrina de la bibliotecaria. Su tía se había enfermado y ella la cubría mientras se ausentaba, Kate era la típica ratón de biblioteca; utilizaba lentes, una cola de caballo y siempre tenía un libro en las manos, fuera de eso lucía tan atractiva como su ropa permitía.
Yo solía ir por las tardes a la biblioteca después de la universidad para leer los clásicos de la literatura.
La tia de Kate solía tener siempre un libro apartado pará que yo leyera y durante su ausencia dejo una lista para mi, la cual Kate me entregó.
Cierta tarde después de un largo día de estudio fumé un cigarrillo y decidí ir a continuar mi libro «la divina comedia» al entrar a la biblioteca note a Kate sentada en una de las mesas de lectura, estaba roja cuál cereza. En sus manos tenía un libro de aritmética, -¿hay acaso alguien que se sonroje con la aritmética?- me pregunté.
Procedí a centarme en una mesa frente a ella y el morbo no me permitía concentrarme, decidí caminar hacia un estante detrás de ella y hacer como que tomaba un libro. Al mirar asia su lectura noté que sólo tenía el gran libro de aritmética como fachada, lo que en realidad leía era un pequeño ejemplar de «filosofía de tocador» un libro bastante erótico.
Debí mirar por más tiempo de lo normal ya que ella se volvió hacia mi y más roja que antes me grito -¡¡¡no es lo que parece!!!-
Sonreí pícaramente y le dije -shhh es una biblioteca-
-no jueges conmigo- susurro algo molesta
Entonces repliqué -no estoy jugando, ese libro me encantó, la forma de narrar del marqués de Sade es magnífica y su trasfondo social es interesante- mientras susyrraba
Ella puso un rostro más relajado, comenzamos a hablar de «120 días de Sodoma» después hablamos de mi carrera de astronomía y de su carrera como biologa, era una chica inteligente y cuando hablaba sobre los seres vivos sus ojos emitían un brillo, cuando comenze a explicarle cómo las estrellas supermasivas se convertían en agujeros negros su mirada emitía ese radiante aspecto de el estudiante que entiende todo lo que el maestro explica.
Ella comenzó a hablar algo de como los animales tienen distintos conteos de cromosomas cuando sin pensarlo le plante un beso en los labios, esperando lo peor de ella, al aver hecho algo así en un momento tan repentino me alejé un poco para despegarme, pero ella me detuvo asintiendo el beso, pude sentir su lengua entrar en mi boca, sus manos entraron por debajo de mi camisa.
Me sobresalte, no estaba listo para hacer algo así en público (aún cuando no había nadie), ella me tomo del brazo y sin decir nada me llevo al cuarto donde tenían los libros infantiles, el cuál tenía una puerta que se cerraba y daba más privacidad.
La tomé por las piernas, la puse contra un librero, en el acto ella se levantó la blusa y pude ver lo que su ropa olgada ocultaba; un par de pechos más grandes de lo abitual en las chicas delgadas como ella, me levanto mi playera asiendome sentir algo apenado al no tener la figura más marcada que digamos, ella beso mi cuello, cosa a la que soy bastante sensible y provocó que se me escapara un suspiro que ella ahogo con sus manos.
Se quitó las bragas, y levantó su falda, procedí a estimular su vagina con mi lengua, sentí cómo ella se mojaba más cuando masajeaba su clítoris con la punta de mi lengua. Cuando llegó la hora de entrar en ella la bajé a la alfombra de rompecabezas del aula y desabrochado mi cinturón desenfunde mi arma.
Entre el va y ven de caderas no pudimos evitar gemir, decíamos blasfemias susurrando al estilo de Sade. Ella era buenísima y por ello me esforzaba como nunca, para mí eso fue un récord. Ella comenzó a estremecer, sus pies se retorcian y no tenía control de su tono de voz, cuando supe que el orgasmo era seguro pude liberar la carga que yo llevaba en mi.
Nos quedamos unos minutos ahí tirados jadeando y sudando hasta que recuperamos el aliento. Salimos al lobby de la biblioteca, aún no había nadie por lo que volvimos a nuestros libros y el resto de las tarde nos lanzamos miradas cómplices.
Cabe destacar que repetimos esta actividad cada tarde, después de una larga charla sobre lo que aprendimos en nuestra carrera, pero ahora en mi departamento y con más libertad de gritar la cita literaria que deseamos al volumen que deseamos.
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Gracias por leer es mi primer relato hetero, muchas gracias.
Ufff, recuerdo que de chico, entre los 11 y los 15 años, todos los domingos iba a casa de una tía, del cuarto de mi primo sacaba unas revistas chilenas, «El Pingüino» y me iba al baño a masturbar con las fotos de chicas…un domingo, no habían revistas, sólo un libro «La Filosofía en el Tocador» del Marqués de Sade…pensé que mi primo se quería convertir en sádico, pero, de curioso, me llevé el libro al baño…en la sexta página ya tenía la verga como burro en celo y me estaba corriendo la paja como loco…fue la primera vez que me masturbé leyendo, no viendo…lo he descargado de Internet para revisarlo…
Uf que te puedo decir, yo sabía la fama del escritor y así leí el libro, el tipo no solo era un crack para las fantasías, su narrativa era perfecta, su descripción hermosa, no importa lo asqueroso que fuera el acto sonaba hermoso. Y en eso me inspiró para escribir, en su forma de relatar, pero con toda mi imaginación. eesperó un día tener ése nivel de talento