La capacitación
En un viaje de trabajo viví una experiencia nueva de sexo.
Es increíble como el sexo y la perversión nos transforma llevándonos a vivir experiencias que jamás hubiéramos imaginado. De mi parte fue así hace ya casi un par de años. Actualmente tengo treinta y dos años. Soy esposo de una mujer hermosa y tengo dos bellos hijos.
Sobre la parte sexual, a lo que se refiere a relaciones sexuales y lo que conlleva, desde los veinte años mi esposa, es la que me ha satisfecho en ese aspecto. No mentiré diciendo que he sido fiel, porque un par de veces la he engañado. La primera fue en una despedida de soltero de un amigo, con una bailarina de un bar. La segunda con una ex compañera de trabajo y la tercera con una novia que tuve en la preparatoria. Nos volvimos a encontrar y sucedió.
Transcurrió el año 2020 y llegó al mundo la infección mundial que nos mantuvo a la mayoría encerrados por varios meses. Atendía algunos asuntos laborales desde casa y todos los días durante ese lapso de encierro la pasaba con mi familia. Algunas ocasiones era estresante, se presentaban los pleitos maritales que muchas veces se arreglaban con un buen sexo entre mi esposa y yo. Durante casi un año y medio, mi esposa era la única que me complacía sexualmente. Ya que no había podido socializar con más personas.
Debido al desempeño que demostré durante la pandemia. En mi trabajo reconocieron el esfuerzo y decidieron darme un mejor puesto. Cómo íbamos a volver a laborar presencial, tenía que capacitarme antes para llegar con todos los conocimientos a mi nueva etapa. Por lo que se decidió mandarme a otra ciudad a tomar un curso obligatorio que duraría varios días. Aunque el aumento de sueldo no era mucho, accedí para mi experiencia laboral y tener mejores herramientas para conseguir otro trabajo. Ya que la empresa donde laboraba en aquel entonces, era casi nueva y no tenía muchos recursos para que una persona tenga gran desarrollo. Pero como la escasez de trabajo estaba fuerte debido a lo sucedido, no tenía otro lugar.
Fue así como me mandaron en el vuelo más económico que encontraron hacía el lugar de la capacitación. Sabía que la empresa no tenía el dinero suficiente para darme un viaje de lujo. Y era más un viaje de negocios que para disfrutar. Me conforme con lo del vuelo, pero no me esperaba que alquilaran un hotel demasiado barato para mi estadía. Se me aviso con algo de anticipación que compartiría la habitación con otro compañero de la empresa, que también percibía para el mismo puesto que yo en su ciudad. Cabe mencionar que esta empresa solo tenía dos sedes en mi país.
No podía quejarme, por como mencione era el único empleo disponible para mí y viví como decayeron las ganancias a un ochenta y cinco por ciento por la pandemia. Pero aun conservaba mi sueldo inicial, al contrario de muchos conocidos que el suyo fue reducido.
Llegando a lo principal. Me registre en el hotel, confirmando quien era, me dieron una llave extra para la habitación. Me dirigí al lugar correspondiente, y ahí se encontraba mi compañero de cuarto en esos días. El cuál llamare Alberto, para guardar su identidad. Era un joven padre de familia como yo, menor por dos años. Desde el primer instante se mostró amable conmigo. Para mi gran sorpresa, la habitación era tan pero tan económica, que solo había una cama y un sofá cama, el cuál dijimos que íbamos a decidir donde dormía cada quien al terminar el curso.
Nos alistamos y fuimos a tomar el curso del primer día para capacitarnos. Al contrario del hotel barato, era un lugar más lujoso, en dónde se encontraban varios vendedores de distintas empresas. Se nos explico que solo necesitábamos asistir para obtener un reconocimiento, el cual era necesario para los nuevos puestos que Alberto y yo queríamos. Terminando el curso, nos dieron un pase a cada uno para ir a comer. Cómo celebración del primer día, nos invitaron a un bar todo pagado, nos dijeron podíamos beber lo que quisiéramos, ya que al día siguiente no era necesario que haya curso, solo fue una presentación. Eso nos dio la seguridad a Alberto, a mí y a otros compañeros del curso para beber como si no hubiese mañana. Me divertí aquella noche conociendo a mis futuros colegas. Platicamos de nuestras vidas y ya siendo muy noche, cerró el lugar y mi compañero de cuarto y yo, volvimos a nuestro hotel. No sin antes pasar a un lugar clandestino a comprar unas cervezas, ya que nos habíamos quedado con ganas de más.
Al llegar a nuestra habitación. Alberto y yo seguimos tomando y conviviendo. Durante la plática salió tema de nuestras esposas. Él me mostró fotos de ella, y yo de la mía. Su esposa no se veía para nada mal. Ambos eran jóvenes apuestos. Me siguió mostrando fotos de ella hasta llegar a una en donde está con un bikini demasiado diminutos. Se disculpó diciendo que la mostró por error y guardo el teléfono. Pero sabía que lo había hecho a propósito.
Pasaron unos segundos de eso y me pregunto que tal el sexo con mi mujer. La confianza entre ambos fue muy rápida y ya por mi estado de ebriedad le respondí. Él igual me contó de lo suyo con su esposa, comenzando una plática sexual. Vi como se agarraba su entre pierna escuchándome pero me hacía el disimulado. Ya en eso me pregunto si me cogería a su esposa. Me tomo de sorpresa la pregunta, pero respondí con la verdad afirmando. Mencionó que también lo haría con la mía. Ambos nos reímos y seguimos bebiendo hasta terminarnos las cervezas.
Tanto él como yo nos encontrábamos demasiado ebrios. Había llegado la hora de decidir donde dormiría cada uno. Cómo los dos estuvimos en el mueble bebiendo, sentimos que era incómodo y él sugirió que podíamos dormir juntos en la cama. No tenía ningún problema con ella. Accedí y nos preparamos para ir a dormir.
Estaba tan alcoholizado que tuve mucha confianza para decirle que usualmente yo solo duermo con una camiseta, sin nada abajo. Mi esposa y mis hijos no tienen problema con verme mis partes privadas y me gustaba estar cómodo. Dijo que a él también le gustaba dormir desnudo, ya nos conocíamos un poco y no tenía inconveniente si los dos nos acostábamos de esa manera. Por mí estaba bien. Fue así cómo ambos nos desnudamos, él se acostó sin nada encima y yo solo me puse una camisa larga para cubrir mis partes.
Nos acostamos y la cama era muy cómoda. Me empecé a sentir extraño, tal vez por el alcohol. Era la primera vez que me encontraba semi desnudo durmiendo al lado de otro hombre. Solo había estado así con mis hijos y más pequeño con primos. Sentí algo de pena, y a la vez excitación. Me volteé boca abajo y al sentir mi pene contra el colchón me dio un placer que no había sentido antes. Se sentía tan pero tan rico, que empecé a frotarlo para causar una erección. Cada vez sentía más y más placer. Era tanto que me había olvidado por unos instantes que estaba Alberto durmiendo al lado mío. Era más mi calentura que seguí, hasta que siento una mano en mi trasero. Alberto se había levantado o ya estaba despierto y se había dado cuenta. Me detuve algo apenado y me quede en silencio. Él dijo que siguiera. Vi en su mirada algo de lujuria mientras me apretaba una nalga. Su mano se sentía tan agradable. Pero aun así me cohibí porque era algo nuevo para mí.
Quitó su mano un momento, para tomar su celular. Entro a una galería de fotos en las cuales su esposa estaba desnuda y en otras metiéndose cosas por la vagina. Dijo que me iba a ayudar, me dio el celular para que yo las viera libremente y volvió a colocar su mano en mi trasero, esta vez dándole fuerza para que mi pene volviera a hacer fricción con la cama. Cosa que me generó un placer inigualable, aunado a las fotos de su mujer. Así que con su ayuda volví a frotarme. Mientras él con la otra mano libre, tomo su pene y comenzó a jálarselo. Él también estaba bastante excitado. Tanta era nuestra excitación, que puedo jurar que se me había quitado lo ebrio, porque recuerdo muy bien todo lo sucedido.
Me pregunto de que manera me cogería a su esposa, mientras yo veía las fotos me imaginaba y le respondía. Cosa que le causo más placer para seguir en lo suyo. Voltee a verlo y se veía demasiado excitado, mordiendo un poco sus labios y jugando cada vez más con mis nalgas. Nunca había visto a un hombre así y nunca imagine que dicha escena también me causaría tanto placer. Por lo que me dio más adrenalina para moverme más y seguir contando la forma que le destrozaría el culo y la vagina a su mujer. Cada vez él se prendía más lo que hizo que apretará con más fuerzas mis nalgas y sentí como acerco unos dedos a mi ano. Lo que me dio algo tipo calambre, pero a la vez sentí tan rico. Era la primera vez que alguien jugaba con mi culo.
Años atrás no me habría ni cruzado por la cabeza, el permitir que alguien me estuviese tocando mi trasero de aquella forma y menos alguien de mi mismo sexo. Siempre había sido dominante con mi mujer y un chico menor que yo me estaba dando una de las mejores masturbaciones de mi vida. Yo me sentía a full de excitado y el mucho más. Lo comprobé al sentir cómo parte de su semen cayo en mi espalda, nalgas y piernas. Estaba jadeando de placer, se disculpo por batirme con su liquido caliente y dije que no importaba. Realmente no me importaba, yo igual estaba disfrutando. Mientras él se detuvo para tomar aire después de terminar, la única respiración elevada que se escuchaba era la mía quien aun no se venía. Seguí viendo las fotos de ella y el calor de su semen encima mío me genero tanto placer que poco después era yo quien chorreó la cama de semen caliente.
Emití como él un ruido de placer y me detuve. Me pregunto si había terminado, le dije que sí. Me pidió ver, así que me voltee y le mostré mi pene erecto bañado de semen. Se río satisfactoriamente diciendo que estuvo bien. Cómo el me coloque boca arriba manchando mi espalda y trasero ahora con mi semen. Ambos nos reímos, como dos adolescentes descubriendo la masturbación. Había tenido una nueva experiencia que me gustó demasiado.
Decidimos dormirnos en nuestros propios líquidos. Ninguno de los dos se levanto de la cama hasta el día siguiente. Al despertar sentí una cruda física y moral. Recordé lo que había sucedido y no podía creer que me había masturbado con un desconocido. Me metí a bañar para limpiar mi cuerpo pegajoso y sudado y al ver, vi a mi compañero durmiendo desnudo aún con nuestro semen encima. Llame a mi esposa y a mis hijos para ver como estaban. Durante la llama pensaba lo que había hecho. Tenía un sentimiento extraño, entre pena, pero no estaba arrepentido. Tanto Alberto como yo lo disfrutamos y estuvimos de acuerdo.
Creía que se iba a presentar algún momento de incomodidad cuándo el despertará. Pero fue como si nada hubiese sucedido. Se baño también. Pedimos de comer y salió el tema. Confesó que a pesar de no recordar muy bien por lo ebrio que estaba, lo había disfrutado bastante. Él estaba a otro nivel que yo. Era tan pervertido y de mente abierta que me había contagiado de su seguridad. Así fue como tuve mi primer acercamiento sexual con otro hombre.
Esto fue lo ocurrido el primer día. Durante los días de capacitación vivimos más cosas. Si les agrado y desean saberlas, háganmelo saber para animarme a seguir contando. Igual al recordarlo, vuelvo a disfrutarlo. Gracias por su tiempo de lectura.
si cuenta mas amigo, u me ha gustaa su experiencia, cuenta pronto bro, ya alkgo aasi iguala me haa psado, disfrute y vivi ese tiempo son los mas ricos de laa vida.
Caliente relato, me masturbé y eyaculé sobre el puto teclado… Bien bro…