La chica altanera
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Enrique, me considero un chico normal, de estatura promedio, soy de clase media, no tengo adicciones y no tengo problemas con nadie. Toda mi vida ha sido normal, menos lo que sucedió hace un par de años.
Cuando tenía yo 16 años estudiaba en un colegio solo de varones; corría el mes de marzo, y en mi colegio se organizó una fiesta para recaudar fondos para la construcción de una piscina olímpica en la institución.
Asistieron a la fiesta todo tipo de jóvenes, yo iba con la intención de divertirme un rato y pasarla bien, y regresar a casa no muy tarde, pero no me imaginaba lo bien que la iba a pasar.
Como ya mencioné, a la fieta asistieron todo tipo de jovenes, pero mis ojos se iluminaron cuando vi entrar a una chica que, aunque ya la había visto antes y sabía por lo que los otros chicos comentaban que se llamaba Karla y ya me había echado unas cuantas pajas en su nombre, jamás la había visto tan hermosa como esa noche, pues llevaba una blusa azul metálico que se veía muy fina, un pantaloncito blanco que resaltaba sus curvas y su lindo trasero, unos zapatos de tacón muy elegantes, sus siempre vistosas joyas, una gargantilla de plata que combinaban con unos largos aretes, estaba maquillada como toda una princesa y su peinado que debió tomarle horas en el salon.
Ella es una chica para entonces también de 16 años de piel trigueña, cabello castaño oscuro, de estatura promedio, con curvas verdaderamente sabrosas que a cualquier chico como yo hacen suspirar, sus pechos no se puede decir que son grandes sino que son normales para su edad, un traserito no exageradamente voluptuoso pero sí bien definido y apetitoso, pero lo más destacable es su carita angelical, pero de un angel egocéntrico y su mirada es creída pero muy intensa, lo cual nos levantaba la verga a mi y a mis amigos casi instatáneamente.
Por supuesto que una chica así de buena no iba sola a las fiestas sino que siempre acompañada de su novio que nunca era el mismo pero siempre era un chico de unos 19 o 20 años que se le notaba la plata, andaba en buenos carros y en los lugares mas exclusivos de la ciudad.
Ella también tiene plata, bueno, por lo menos más que yo, no se puede decir que sea hija de un rey pero sí se viste siempre con ropa fina y tiene bolsos de marca, zapatos de las mejores tiendas y habitualmente con un peinado se salón de belleza, todo muy superior a lo que pudieran tener las chicas de mi alcance, por lo que sobrepasaba por mucho mi nivel.
Además de sus novios siempre las rodeaban a ella y a sus amigas una parvada de verdaderos cuervos, chicos de similares características que sus novios, esperando a que algo fallara para caerles encima, por lo que creo que ni notaba mi existencia.
Todos teníamos por seguro que no tenía ya ni una pizca de virgen y de que de seguro al salir de sus noches de dicoteca se iría con su novio a que se la tiraran en algún hotel, lo que me preovocaba una envidia inimaginable.
Cuando llegó a la fiesta de inmediato se incorporó al grupo de chicos y chicas de su clase, todas sus amigas están bien buenas, pero ella las opaca con su belleza incalculable.
Bueno, yo sabiendo que no tenía ningún chance me fuí a bailar con otras chicas de mi alcance y mis amigos, nada relevante, solo para divertirme un rato, pero de vez en cuando miraba lo que hacia ella. Ya que la fiesta era para todas las edades iban a vender bebidas alcoholicas pero se necesitaba indentificación de ser mayor de edad para comprarlas, lo que no era problema para el novio de Karla. En el momento que los observé su novio la estaba invitando a un trago, él lo compraba y se lo pasaba a escondidas a Karla para que bebieran juntos y como toda chica de este tipo, buenísimas de cuerpo pero descerebradas, cayo fácilmente ante estas propuestas.
Continué bailando una hora y media, de vez en cuando descansábamos y bebíamos una soda o algo por el estilo, y siempre que veía a Karla ella estaba bebiendo algun trago o bailando, pero su novio siempre con el trago en la mano, que de vez en cuando le extendía a Karla para que bebiera por lo que ya debía estar bastante borracha, su novio también había tomado bastante. De repente los dos se retiraron a una parte del colegio en la que es mas privada, ideal para sentarse a conversar. esperé un par de minutos y luego me excusé y fuí yo solo a observar que estaba pasando con Karla. Cuando llegué a lugar el novio de Karla le estaba gritando e insultándola, la llamaba puta, zorra y cosas así. Tanto yo como las demás personas (unos 4 o 5 desconocidos) nos quedamos sin palabras.
Karla se quedó sola llorando y los desconocidos la ignoraron completamente, por lo que en ese segundo mi cerebro tuvo una lluvia de ideas y sin darme cuenta estaba caminando hacia donde estaba Karla.
Me armé de valor y fuí a consolarla. A Karla pareció no importarle quien era yo y se eschó a llorar a mi hombro y yo le daba palabras de aliento. Sabía que si quería llegar a algo tenía que llevármela a un lugar completamente privado pero no sabiá como hacerle creer que debíamos movernos, y en ese momento Karla me dió la respuesta, me dijo que tenía frío, y le dije que la llevaría a un lugar mas cálido.
Inmediatamente me puse a pensar y recordé que un día antes habían empezado a cambiar las cerraduras de todas las puertas del colegio, así que algunas no estaban terminadas y solo estaban sujetas las puetas con algún alambre, fácil de quitar. Mi entonces retorcida y pervertida mente me hizo recordar que en el salón de gimnasia guardan unas colchonetas para los ejercicios, el salón no estaba an cerca del área de la fiesta, así que planeé una ruta y me la llevé a paso rápido a ese salón pasando por los callejones traseros de los edificios para no ser vistos por nadie. Cuando vi que efectivamente la cerradura no estaba puesta y la puerta solo estaba sujetada, sentí una sensación grandísima de alivio y al mismo tiempo de exitación, por lo que mi verga se levantó al momento pensando que esaría solo con Karla.
Entramos al salón que era la bodega donde se guardaban los balones y cosas así. Encendí la luz del armario que era perfecta pues era tenue para no ser descubiertos. Karla tenía en ese momento ojos adormitados y mirada perdida, en ese moménto pensé en aprovecharme de ella como todo un degenerado, lo que no me hacía sentirme muy cómodo, pero de todas formas alisté la cámara de video de mi teléfono celular. Justo en ese momento sentí una mano que apretó firmemente mi verga y vi que era la mano de Karla, me quedé congelado por un momento y ella me dijo -¡Cómo te llamas! ¡Le voy a enseñar a ese estúpido quien es la puta! ¡Vamos a coger!- obviamente nunca hubiera oído esto de ella estando sobria, pero el oírlo de su boca me hizo sentirme muchísimo mas cómodo pensando en tirármela, y le dije mi nombre.
Le arranqué la blusa y le destrabé el sostén, y ella me bajaba enérgicamente el pantalón, no sé si era necesario pero casi la desnudé completamente, le quité su pantaloncito blanco y solo le dejé sus finos zapatos de tacón, sus aretes y su brillante collar, ya con mis pantalones abajo me quité la camisa y los zapatos de un tiro, nunca lo había hecho tan rápido, en lo que estaba alcanzando una colchoneta ella me agarró la verga y me la empezó a mamar, también me la lamía como paleta y me la pajeaba, yo mientras apenas y como pude tiré la colchoneta al piso y coloqué mi celular en un angulo para grabarlo todo.
Karla introducía gran parte de mi verga en su boca mientras yo le sujetaba la cabeza por detrás, estaba tan exitado que mientras Karla me la estaba mamando me corrí con fuerza, Karla dio un trago rápido pero de todas maneras sus rosadas mejillas se incharon cuando toda su boca se llenó de mi semen,
se le salío un poco por sus labios pero la mayor parte la tragó, mientras tanto las réplicas de mi corrida cayeron en su carita muy asombrada y en su peinado de salón, no la bañé pero sí se notaba mi corrida, ella me dijo que la leche estaba calientita. Como yo era un experimentado pajero, me repuse rápidamente y mi verga se puso dura como una piedra en poco tiempo, la agarré de las caderas y con una fuerza brutal que no sé de donde salió, en un instante la giré y la puse a 4 patas sobre la colchoneta, ella solo dió un suspiro del susto pero no lo terminó de dar porque introducí la mitad de mi verga rápidamente en su rosadísima y húmeda vagina con lo que dió un gemido que me exitó más, la penetré de esta manera algun tiempo mientras, en la misma posición, le agarraba las tetas con fuerza, ella gemía mi nombre que hasta hace unos minutos no conocía -¡Enrique! ¡Enrique!- gritaba y gemía, esto me puso muy caliente, me detuve y solo le dejé la cabeza de mi verga adentro un par de segundos, para luego insertarle brutalmente la totalidad de mi verga que hasta mis bolas embistieron la parte exterior de su vagina, con lo que ella lanzó un fuerte gemido, que de no ser por la fiesta que seguía sonando se hubiera escuchado en toda la institución, esto me exitó tanto que inmediatamente me corrí en sus entrañas y, mientras ambos dimos un largo gemido, sentí que Karla caía rendida al suelo pero la sujeté y la volví incorporar en 4 patas porque se me ocurrió algo perverso: Ella podría estar muy usadita de su vagina pero su apetitoso culito estaba seguro que era virgen, a mí no me gusta hasta hoy en día el sexo anal, pero sabía que tenía que hacerlo si quería que ella recordara ese momento por siempre. La tomé y mi verga ya muy mojada no tuvo problemas en entrar en su culito, ella dijo: -¡No por el culo no!- pero no le hice caso, la embestía rápidamente y ella dejaba ir gemidos cortos, yo sabía que a ella le dolía un poco pero aún así ella gemía del placer, empecé a embestirla mas fuerte y mas rápidamente para provocarme una tercera corrida mientras agarraba con fuerza su colgantes pechos y así tuve una corrida que disfrutamos mucho en su culito, mientras ella gemía yo acerqué mi cara a la cámara de mi celular y dije: -¡Así se tratan estas perras altaneras!- Yo pensaba en tantas veces que había sido ignorado por este tipo de chicas, y al fín tenía a la más buena rogándome por que le metiera la verga, ella pareció no escuchar en ese momento lo que dije, después de la corrida le saqué mi verga y recosté a Karla sobre la colchoneta. Quedé impresionado cuando mi amiguito se levantó una vez más, durísimo como una piedra listo para mas acción, totalmente distinto de Karla que estaba rendida y respirando rápidamente tendida en la colchoneta, me le tiré encima y le empecé a besar las tetas con violencia ella daba unos gemidos lastimeros, metí mis manos por debajo de su culito y lo apreté con mucha fuerza, con esto ella se abrió de piernas y no pude resistir no insertarle fuertemente mi verga una vez mas en su mojada vagina, ella dio un gemido desgarrado, se la inserté así unos 20 segundos para luego solo dejarle mi verga insertada mientras yo también caía rendido, solo sentía las ultimas réplicas de mi corrida y la respuesta de sus jugos en mi verga. así me quedé como 30 segundos y se la saqué. Karla parecía haber corrido 8 kilómetros sin parar, cerró sus ojos y no se movió mas.
Detuve la grabación e hice una copia oculta en mi celular, pero mi plan malvado no se detuvo ahí: busqué en su bolso su celular, era un BlackBerry, sin dudarlo le pasé una copia a ella también, se la dejé a la vista para que la viera al día siguiente. Sabía que después de semejante cogida no iba a tener el valor de enseñárselo a nadie. tomé mis cosas, me vestí y me fuí del lugar, dejando a Karla dormida sobre la colchoneta que estaba bastante mojada.
Regresé a la fiesta iba a durar todavía como 1 hora mas, cuando mis amigos me vieron todo sudado me preguntaron que si me había divertido bailando y les dije que me divertí muchísimo más que eso pero no les dije nada mas, Me senté a la mesa con ellos y bebí una soda. Como media hora después vi que apareció Karla toda desarreglada y fue donde sus amigas, no se que excusa habrá inventado.
Así terminó la fiesta y el día siguiente fue día de descanso así que no tuve noticias de Karla. Un día después mientras llegaba al colegio estaba una camioneta estacionada cerca de la entrada, ya la había visto antes, era de una amiga de Karla que era un poco mayor, y con quien ella tenía mucha confianza. Cuando me acerqué más se abrió la puerta y desde adentro me dijo Karla: -Sube por favor- subí y estaban las dos, Karla no estaba llorando como yo esperaba, talvez ya había llorado todo el día anterior, pero se le notaba que su orgullo estaba mur dolido, y sin muchas palabras me dijo que llegaramos a un trato: yo no le debía contar a nadie lo sucedido, borrar allí mismo el video de mi celular y a cambio ella me daría $300 dólares, le dije : -¿Crees que eso valgo Karlita?- con una sonrisa y ella no cambio su expresión, y me ofreció $600, sabía que este dinero debiá ser solamente de ella y me dió un poco de lástima, tomé los $600, hice lo que me pidió y me fuí muy feliz del lugar a clases.
Todo regresó a la normalidad después, Karla regresó con su novio y se hacía la que me ignoraba y no me conocía, a lo que yo le respondía con una sonrisa sarcástica. Por supuesto que esnseñé la copia del video a mis mejores amigos, solo aquellos que sabía que no me traicionarían y no le dirían a nadie y ellos me alabaron como a un rey. Se crearon algunos rumores menores, pero nunca se supo completamente la verdad. Mi alcance de chicas incrementó y también el respeto de los demás chicos, según ellos porque había besado a chicas como Karla, no sabían lo mucho que me divertí con ella. Así toda mi vida mejoró esa noche, me tiré a la chica más buena de la fiesta y encima ella me pagó. Ahora que tengo más experiencia gracias a Karla me tiro a otras chicas que están dentro de mi nuevo alcance mejorado. ¡Gracias Karlita!.
Kike
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