La esposa de mi amigo
Un encuentro después de años que terminó como nunca me imaginé….
Era una tarde calurosa en la ciudad…salí de hacer unas compras en un gran supermercado y, de pronto siento que me agarran del brazo y me llaman por mi nombre, volteé y me encontré con la sonrisa de la esposa de un amigo, a la que llamaremos Carla, que se acercó, me dio un beso en la mejilla y me comentó que ella y su esposo siempre se acordaban de mí, pero que no sabían cómo encontrarme. Conversamos breves minutos, le di el número de mi celular y el directo de la casa en la que vivía solo, desde que me separé de mi primera esposa; era un mini departamento de una habitación y baño.
Dos o tres días después del encuentro con Carla, a eso de las 2 de la madrugada, sonó el teléfono… contesté y escuché una voz femenina que me decía que estaban tomando cerveza, pero que ella se había acordado de mí, que yo debería saber que ella me amaba, que siempre me había amado y que al pensar en mí se había mojado toda la concha…que quería estar conmigo…
Yo no tenía idea de quién podría ser, pregunté y me contesto que era Carla, con quien me había encontrado dos días atrás…le dije que disculpe, pero que no era hora para llamadas, que mejor deje de tomar y se vaya a dormir, me despedí y colgué.
Pocos días después, a eso las 9 de la noche, recibí una llamada en mi celular, contesté y se identificó como Carla, se disculpó por la llamada en la madrugada, me preguntó dónde me encontraba a ver si era posible reunirnos ese día, le contesté que en mi casa, pero que no iba a salir porque estaba preparando unos documentos de mi trabajo…
Le pedí que mejor me llame su esposo para coordinar una cita…escuché su risa y me dijo que sí sabía que estaba en mi casa, que salga porque estaba en la puerta…
Pensé que era una broma… ¿Cómo se había enterado de mi dirección?…miré por la ventana y, efectivamente estaba parada frente a la casa, junto a su automóvil. Salí y, sin abrir la reja, le pregunté a qué se debía su visita, cómo se había enterado de mi dirección…me contestó que mi amigo, como siempre, había viajado por motivos de trabajo a otra ciudad, que ella estaba segura que lo del trabajo era mentira y que sólo iba a visitar a su amante…
Qué, cómo yo era tan amigo de ambos, ella había pensado que, hablando conmigo, yo podría intervenir para arreglar la situación, que se había enterado de mi dirección por las páginas blancas de la guía telefónica, usando el número del teléfono directo…bajó su cabeza, me pidió que la atienda porque estaba desesperada y yo era la persona ideal para ayudarla…su voz era casi llorosa…
Me conmovió, abrí la reja y la hice pasar…la invité a sentarse en una silla, pero prefirió mi cama…me contó la triste historia de mujer abandonada, engañada y maltratada por un esposo cruel, que se mostraba muy caballeroso, atento y tranquilo frente a los demás, pero que era un salvaje en la casa… yo estaba parado frente a ella, me costaba creer lo que me decía, pero su actitud era muy firme y, como yo no les veía, por lo menos, en los últimos 5 años, pensé que algo debía haber ocurrido para hacer cambiar tanto a mi amigo…
De pronto se paró, se tiró sobre mí, me abrazó y se puso a llorar. Yo la abracé, le comencé a pedir que se tranquilice, que yo iba a hacer lo que estuviera a mi alcance para ayudarles, pregunté cuándo regresaba…no me contestó, siguió llorando y, sin soltarme retrocedió hasta caer en la cama y yo sobre ella…intenté pararme, pero me abrazó con más fuerza y me dijo que sólo buscaba cariño de mi parte, el cariño que ella siempre había sentido que yo les daba…giré, me puse paralelo a ella en la cama, saqué mi pañuelo, comencé a limpiarle las lágrimas y a hacerle cariño en la cabeza…
Ella se acercó, me agarró la cabeza y me besó en la boca, primero suavemente, pero pronto metió su lengua en mi boca y comenzó a tratar de sacar mi pene, yo estaba con un short y sin bóxer, como acostumbro a estar en mi casa… le retiré la mano, le dije que eso no estaba bien, que se tranquilice y que me iba a cambiar para ir a tomar o comer algo a algún sitio. Me dijo que estaba bien. Agarré la ropa que me iba a poner y entré al baño, me vestí y, cuando salí, ella estaba totalmente desnuda, echada sobre la cama.
Al verla así, el pene comenzó a ponerse en alerta, la tapé con la sábana de la cama y le pedí que se vista, creo que sin mucha convicción, porque desde que me separé, hacía ya dos años, me había mantenido casto y puro…además, ella siempre me había gustado…pensé qué se podía hacer para no fornicar, no penetrarla, pero pasar un rato caliente y, si era posible, llegar a una eyaculación en un lugar diferente a su vagina…
Me senté en el borde la cama, la destapé parcialmente, le dije que lo que podíamos hacer era abrazarnos y estar conversando un rato, si quería sin ropa, pero, sin llegar a la penetración…estuvo de acuerdo, me saqué la ropa y, desnudo, me eché a su lado, la abracé, puse su cabeza en mi pecho y le di un beso en la mejilla…
Ella se acurrucó, me dijo que yo era bien calientito y, como es más baja que yo, se deslizó hacia abajo para que su pubis quedará a la altura del mío…su boca ya estaba cerca de mis tetillas, las que comenzó a lamer suavemente…la verga crecía, mi resistencia se achicaba…siguió bajando hasta que su boca se encontró con mi pene grande y duro…lo comenzó a chupar lentamente…yo la dejé hacer…
Siguió chupando hasta que el semen inundó su boca y se derramó sobre su pecho y la cama…yo traté de no mostrarme muy animado, pero, por dentro, gozaba de algo que había quedado en el pasado en mi vida…ella se destapó totalmente, se echó boca arriba, abrió las piernas y me dijo: – hazme gozar, querido…
Comencé a imitar su rutina, le besé las tetas, le lamí y chupé sus pezones, le lamí el cuerpo casi totalmente, luego me dirigí hacia su vagina, le pasé suavemente la lengua por todo el exterior, le abrí los labios con dos dedos, le lamí y mamé su clítoris, mientras ella se retorcía, gemía y me decía “Así”, “eso quiero” “sigue” y, con la lengua y los dedos la hice terminar varias veces…
Como mi pene comenzó una nueva erección, la volteé, agarré un poco de alguno de los líquidos que estaban sobre nuestros cuerpos y la cama, le humedecí el ano y le metí la verga hasta donde pude…gritó, jadeó y me pidió que no la saque, que le rompa el culo, que la llene de semen, que la haga sentir de nuevo mujer y deseada…
Salí de la cama, me paré a un lado, la jalé, le hice poner en posición de perrito y, sin darme cuenta, se la metí por delante, cosa que habíamos quedado en evitar…al sentir la textura y humedad vaginal, se la saqué y se la clavé en el culo, lo más adentro que pude…sólo los huevos quedaron afuera, metí y saqué una y otra vez, hasta que, como lo pidió, le llené el culo de semen y a ella de placer y relax…
Lo mismo me pasó a mí, que caí a su lado, casi desmayado…permanecimos inmóviles varios minutos, luego, sin hablar, fuimos de la mano al baño, nos duchamos, nos vestimos, fuimos a comer a un restaurante cercano, le ofrecí hablar con su esposo apenas regrese del viaje…me preguntó, ¿Cuál viaje? Él debe estar viendo televisión en la casa, esperando que yo regrese de la casa de mi mamá…me dio un beso en la mejilla, me dijo: – Chau, mami…y se fue…
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