La gran sorpresa, mi vecina y su hija terminan ambas en mi cama – parte 1 «La Mamá»
Verónica y Sofía, madre e hija ambas un tremendo portento de mujer. Una en la flor de su mejor edad y la otra una rosa con pétalos nacientess.
Julio es mi nombre, carilindo y soltero, 30 años. Con una altura promedio que ronda los 1,83 mts, deportista nato. Horas de gimnasio encima, muy a la moda, y por sobre todo lo que a las mujeres más las atrae, una buena billetera y una camioneta 4×4 Range Rover modelo 2023. Soy de profesión Ingeniero en Petróleo y trabajo para la cuarta petrolera mundial hace ya 10 años. Por lo que suelo ser envidia de varios amigos y compañeros de deporte. Pero dejemos de lado todo esto. Vivo en un edificio de apartamentos muy lindo, en una zona muy selecta. El vivir solo me permite ciertos lujos, y no los desaprovecho.
Mi apartamento es un semipiso de 135m2, y en el piso sólo hay otro más. Qué para mi sorpresa se alquiló hace un par de meses a una familia compuesta de la pareja y su hija. El esposo, trabaja en un buque mercante, es capitán del barco, por lo que casi siempre está navegando. Eso le permite también tener un muy buen pasar económico a la familia por lo que su familia casi siempre está sola. Su esposa Verónica de 34 años, es una latina que está para el infarto, tiene unos pechos turgentes, y unas nalgas redonditas y muy firmes, su pelo lacio le llega hasta debajo de sus nalgas. Para colmo es de esas personas que no pueden estar cerca de otras sin entablar conversación. Es muy cordial. Su hija, Florencia tiene 14 años y al igual que su madre se está convirtiendo en una hermosa mujercita, muy proporcionada físicamente. Casi te diría que más hermosa que su madre. Basta de presentaciones
Llegué hace una media hora del gimnasio, me metí a la ducha, y me vestí solamente con un short deportivo. Me puse a merendar y de pronto suena el portero. Observo por la cámara y veo que es mi vecina con una taza en la mano. Seguro necesitaría algo. Abro y me encuentro a la mejor sonrisa que he visto en mucho tiempo. Su boca generosa muestra una dentadura perfecta, y me siento cohibido por primera vez en mucho tiempo. Se presenta con un Hola vecino!!. Y enseguida ensaya una disculpa para pedirme si puedo prestarle una taza de azúcar, ya que está haciendo un pastel y no le alcanzó lo que tenía. Obvio que le dije que sí, la hice pasar a mi depto, se quedó cerca de la puerta mientras iba a la cocina, le traje directamente un paquete de 1Kg de azúcar y cuando se lo entrego noto en su mirada algo picaresco, y me tira una frase que me pone cachondo inmediatamente, hay Julio, eres un dulce. Y se larga a reir. Con mayor interés en ella la miro detenidamente, puedo ver que su blanco pantalón está que revienta sus costuras, sus pechos escondidos detrás de su remera de algodón no tienen sujetador, por lo que sus pezones se notan mucho. Sin querer mi pene comienza a ponerse duro. Es que es irresistible esta mujer. Y lo que es peor, es que no parece tener ganas de irse, se queda mirándome, de pronto baja la vista hacia mi entrepierna y sus ojos descubren el bulto en mi short. Levanta la vista y se encuentra directamente con mis ojos. Se sonroja, y vuelve a bajar la vista hacia mi entre pierna. Ya mi verga está totalmente empalmada. Son 22×6.0 cms, bien cabezona gracias a Dios. Me da un poco de verguenza pero al fin es lo que Dios me dio. Y debo hacer uso del mismo. Verónica se me acerca y sonriendo muy pícaramente me dice, oiga vecino, creo que va a necesitar ayuda con eso que le ha crecido abajo. Deja el azúcar sobre la mesita ratona, se arrodilla frente a mí, me desata el cordón del short y me lo baja liberando así mi verga. Sonriendo aprecia mi badajo, y comenta, bueno Julio, no sabía que tenías tan buena herramienta y sin más se mete la cabeza a la boca. Y comienza a darme una mamada de novela, a tal extremo que me retuerzo, es una experta mamando vergas. Pronto tiene tres cuartas partes de la misma hasta la garganta. Me apodero de sus pechos y gime cuando le aprieto los pezones. Por detrás de su espalda puedo apreciar sus nalgas, una gran tentación. Pronto me tiene a punto de acabar y se lo comento. Parece no importarle sigue y se esmera más todavía y de pronto comienzo a eyacular llenándole la boca con potentes chorros de semen, los que se los traga sin titubear. Luego limpia bien la verga con la lengua y se pon de pie. Y es obvio que ahora me toca a mí hacer lo mío. Y no me entretengo ni dudo. Simplemente la abrazo y la siento en el diván, le desabrocho el pantalón y ella ayuda a sacárselo, también su calzón y me ofrece una vista hermosa de sus piernas y sus caderas, Y puedo apreciar su depilada zona del pubis. Muy prolijita. Termino de sacarle la blusa y puedo apreciar en su totalidad esos hermosos pechos. Simplemente me arrodillo entre sus piernas y acometo su vagina con mi lengua y mis dedos, también su ano recibe caricias y lenguetazos. Pronto está totalmente excitada y lubricando al por mayor, sus jugos invaden mi boca. De pronto me pide que la penetre que ya no aguanta más. Haciendo honor a su pedido, pongo sus piernas sobre mis hombros, tomo mi verga por el tronco y se la coloco bien en el centro de sus labios vaginales, y empujando suave pero sostenido la penetro hasta que solamente queda un pedacito de tripa fuera de su vagina. Siento su cuevita ardiente, muy caliente e inundada de jugos. Pronto cruza las piernas detrás de mi cuello, y tomándome con sus manos de la cadera hace que mi verga llegue hasta el fondo de su conchita. Y alli aguanta los embates de mi verga. Cada vez la cojo más fuerte, ya habiendo acabado no me preocupaba por durar, quería hacerla acabar varias veces y que el polvo lo valiera. pronto está como loca, y sin aviso siento como su vagina pulsa como un volcán y pronto sus fluidos invaden su concha, acabó en un tremendo orgasmo, y no se quedó quieta, siguió buscando el segundo que lo encontró enseguida. Quedó laxa por un momento, pero se rearmó, me hace salir de encima de ella, se da vuelta y se pone en cuatro, de perrito. Sonriendo me dice si tengo lubricante. A buen entendedor pocas palabras, voy hasta la mesita de luz y traigo el gel. Aplico una buena cantidad en su esfínter y meto un dedo profundamente en su culo. Pronto recibe dos dedos y está muy calma, pongo más gel y meto un tercer dedo, y es cuando me dice, bueno basta de dedos y meteme esa tremenda verga que tenés hasta el fondo. No me hice rogar, unté mucho gel en la cabeza de mi tripa, se la apoyé en su arito trasero y de un empellón metí la cabeza y una tercera parte de mi verga, Verónica gimió fuerte, y me dice, despacio salvaje que duele. Seguí penetrándola suavemente hasta que mis testículos chocaron en sus nalgas. Entonces comenzamos un trajinar intenso, yo iba y ella venía, con ganas. Pronto estábamos como dos animales desenfrenados y no aguanté más y comencé a acabar, Verónica al sentir mi acabada también logró su orgasmo y quedamos exaustos ambos tirados en el sillón. Pasados unos minutos nos levantamos y nos dirigimos al baño. Nos duchamos juntos, ayude en la tarea, masajeando sus hermosas tetas mientras ella masajea mi palo. Finalmente nos vestimos, y cuando toma el azúcar para irse me dice, vecino, capaz que mañana me falte algo de café y venga a buscarlo. Sonriendo le digo que no hay problema, que estaré esperando. Y se marcha moviendo ese hermoso trasero. Continúa en parte dos.
Muy excitante y lujurioso, espero la continuacion.