La hija de mi vecina 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mercedes con la escusa que la ayudo a estudiar historia, viene casi todos los días a casa.
«Sabes una cosa Ricardo?, el ano me dolió casi una semana, pero bien valió», me dijo levantando uno de sus pies luciendo los championes que le había comprado.
«Y por que haces eso Mercedes, es como si te estuvieras prostituyendo», le dije mirando su carita de niña buena.
«Tarde o temprano me van a coger y lo más probable que sea gratis, así que antes que pase eso, aprovecho», me dijo sonriendo.
«Y a quien le chupaste la pija, que me habías dicho que lo hiciste a cambio de algo?», le quise sonsacar, «ha, eso no se dice, que me das si te la chupo?», dijo dejando de escribir, «pero te tragas la leche», le dije buscando sus tetitas con mi mano, «por supuesto que la trago», me respondió dejando que le acaricie las tetas.
«Cuando elijas el vaquero, te doy una camisa también», le dijedije apartando la silla de la mesa y me bajé el pantalón.
«Ya estuviste en mi cola, ahora vas a estar en mi boca y en pocos días me vas a romper la concha también», le dijo a mi pija, dándole besos, le pasaba la lengua, se la metía en la boca, sentía como se ponía dura a medida que Mercedes, de rodillas entre mis piernas la chupaba.
Yo le acariciaba la cabeza viendo con que naturalidad la chupaba.
Metió su rubia cabeza entre mis piernas y siento como me lambe y me chupa los huevos, volvió a subir pasando su lengua por toda mi pija, se la metió de nuevo en su boca, y subía y bajaba su cabeza.
«Que bien que la chupas», le dije dejando que siga subiendo y bajando su cabeza, metiendo mi pija casi hasta su garganta.
Mercedes la empezó a chupar más rápido, hasta que me hizo acabar en su boca.
Yo sentía como salía mi leche a chorros de mi pija y ella seguía chupando.
Cuando deje de echarle leche en la boca, tragó todo, bajó mi prepucio y limpió toda mi pija con su lengua.
«Satisfecho?», me dijo pasando su lengua por sus labios y siguió estudiando.
«Cuando me vas a dejar que te desvirgue?», le dije volviendo a pasar una de mis manos por sus tetitas.
«Te gustan mis tetas he», me dijo y se sacó la camiseta y el corpiño, dejando sus tetitas al aire.
Acomode mi silla junto a la de ella y mientras hablamos jugaba con sus tetitas, apretando sus pequeños pezones.
«No me respondiste, cuando me vas a dejar que te desvirgue?», le dije sin dejar de manosear sus tetitas.
«Cuando traigan un vaquero de cintura baja, tipo colombiano, ahí vengo y me desvirgas», me dijo dejando de estudiar.
«Y no me das un adelanto?», le dije, «otro?, pero si recién te chupe la pija», me dijo dejando que le siga acariciando las tetas.
«Quiero chuparte la concha», le dije.
«Bueno, pero nada de intentar cogerme», me dijo poniéndose en pié y fuimos a mi cuarto.
Con toda frialdad se terminó de desnudar y se acostó boca arriba, abriendo bien sus piernas, yo le miraba esa conchita rubia, con apenas bellos y se la empecé a chupar, a lamer, sentía el sabor a pis que tenía.
Busqué su clítoris con mi lengua y pasaba mi dedo notando que aunque no quisiera, que quería mostrarse fría, se estaba mojando, escuchaba sus gemidos, movia su cuerpo, le levanté bien las piernas y metí mi cabeza entre sus piernas y empecé a lamber su ano, que estaba salido para afuera, abierto, volví a subir lambiendo bien esa conchita rubia, virgen, empapada.
Mercedes gemia y movía su cuerpo para los costados.
«Cogeme, rompe mi concha, desvirgame», me pedía entre ayes de placer, retorcindo su cuerpo.
Yo tenía dura la pija, la fui besando, le chupe sus tetas, mi pija rosaba su concha.
Mercedes estaba con sus piernas totalmente abiertas, se le abrían los labios externos de la concha, me arrodille entre sus piernas, la acomode con la mano y escuchaba sus gemidos mientras haciendo fuerza se la iba metiendo.
Dio un fuerte gemido cuando metí más de la mitad de mi pija, otro empujón mas, otro quejido de Mercedes y mi pija estaba toda dentro de su concha.
Sentía lo caliente que tenía la concha, veia como mi pija entraba y salía de dentro de Mercedes sucia de sangre.
Me metí sus pies en mi boca y mientras la cogía pasaba mi lengua por entre sus dedos, haciendo que Mercedes gima con mucha fuerza, siendo casi gritos de placer.
«Te gusta como te estoy cogiendo?», le dije metiendo y sacando mi pija de su concha, «siiiiiiiii, sigue, me encanta como me estás cogiendo», dijo gimiendo, suspirando, dando ayes de placer.
«Te la voy a meter en la cola, no quiero dejarte embarazada», le dije sacando mi pija ensangrentada de su concha.
Así como estaba, le levanté más las piernas y se la acomode contra su ojete, «despacio», me dijo.
Veía su cara de jovencita, sus tetitas bien blancas, sus pezones y sus aureolas bien rosadas, sus pies junto a mi cara, y empecé a meterla en la cola de Mercedes lo más despacio que podía.
Los ayes de placer, como me decía que siga metiendo la pija en su cola, como pasaba sus pies por mi cara, hacían que se la fuera metiendo, disfrutando de su cola, pero con todo cuidado.
Su ojete se volvía a abrir a medida que mi pija entraba.
«Uffff, uffff», decía Mercedes teniendo toda la pija metida en su cola.
«Ahora no te dolió tanto la cola, verdad?», le dije pasando mi dedo por su clítoris.
«Noooooo, estoy disfrutando, sigue cogiendome así que me estás matando», me gritaba Mercedes sin dejar de gemir.
«Ricardo, Ricardo, me meo, sigue no pares que me meo», gritaba Mercedes empezando a temblar, a sacudirse, yo seguía sacando y metiendo mi pija de su ano, sentía una extraña sensación, quise gritar, me empecé a acabar de nuevo dentro de la cola de Mercedes, no podía dejar de mover mi cuerpo.
Los dos gemiamos con mucha fuerza.
Yo le mordia los pies a Mercedes, movia mi pija en círculos dentro de su cola, no podía dejar de moverme.
Quedamos exhaustos, respiramos agitados, yo apoyaba mi cara en la planta de sus pies, lentamente saqué mi pija de su cola, vi lo abierto que tiene el ano, me acosté a su lado.
«Madre mía, que cogida me diste, me dejaste muerta», dijo Mercedes, dejando que la abrace y quedamos así, juntos, desnudos, hasta que vi que ya tenía que abrir mi negocio.
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