La hija de Rosy
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de varias cogidas me di cuenta que me excitaa pensando en cogerme a la hija de me vecina, ahora eso se me había metido en la mente.
Era una chica de 18 años, muy guapa y atractiva. Vestía siempre ligera de ropas y era alegre y coqueta. A la casa desfilaban novios y amigos muy seguido. La llegué a sorprender besándose con alguno en la calle, y otra vez la encontré con las tetas de fuera en el auto novio en el auto.
Desde ese día nuestra relación era distinta, me abrazaba, me repegaba las tetas, se abría de piernas para mostrar su ropa interior, etc. En pocas palabras me estaba seduciendo.
Un día llegué a su casa y a buscar a Rosy pero ella no estaba, me invitó a pasar y me dijo: ya se que andas con mi mamá, yo no voya decir nada, pero tienes que pagar por mi silencio, le respondí que sería cuestión de ver que quería. Sin más se sentó en el sillón y abrió las piernas y e dijo tu sabrás lo que debes hacer. No lo podía creer qu estaba a punto de cogerme a la vecinita, la hija de mi amante, una chica muy caliente igual que su mamá, pero que para mi fortuna aún era virgen.
Me acerqué y recorrí sus piernas con mis dedos y me detenía a verla a los ojos ella los cerró y empezó a disfrutarlo. Abrió las piernas invitándome a tocarla deslice mis manos entre sus muslos de abajo hacia arriba lentamente, ella volvió a gemir y puso sus manos en mis hombros.
Toque su rajita sobre sus pantaleta, estaba caliente, ella empezó a acariciar mis hombros. Olía a limpio, recién bañada, su piel era deliciosa suave y tersa, la tome de la cintura y la estreche, mi boca quedo a la altura de su abdomen el cual empecé a besar.
Al sentir esto, ella se apretó mas a mi, la aparte, me pare y la tome de la mano y le dije al oído.
-Acuéstate, solo voy a revenir te con mi lengua.
-Te gusta?
-Si, y la empecé a besar, y le pedí que se quitara su blusa, sus pechitos quedaron de fuera, los recorrí con mis manos suavemente, yo sentado a su lado, observando a mi vecina putita, la exhibicionista con un diminuto calzoncito rosa cubriendo su rajita.
La bese en los labios, y me correspondió ardientemente, estaba excitada, continué bajando por su cuello, yo sentado junto a ella, baje mas y llegue a sus pechos ya estaba hincado en la cama chupando sus tetitas, bajando mas, rumbo a su abdomen plano tomándola de las caderas con mis brazos metí mis pulgares entre su piel y su calzón y empecé a bajarlos. Puso su mano sobre mi pene… mis piernas habían quedado a un lado de cabeza y mi pene le daba un espectáculo ahora,
le abrí las piernas suavemente con mis manos y le succione lentamente su frágil hoyito, ella soltó un quejido de placer el cual se volvió constante, no paraba, le estaba gustando que le metiera mi lengua, hice una pausa y le dije.
-Calla nos van a oír le dije… tápate la boca.
Y continué con mi labor y ella con sus quejidos.
-Entonces me meteré esta cosa enorme en mi boca papacito!
Y así fue, la trago poco a poco e hicimos el 69, ella estaba ya muy caliente, yo empecé a explorar con mis dedos su hoyito y ella me daba una mamada colosal.
Tuve que detenerla, estaba provocando que me viniera, y yo quería bañarla con mi leche así que le dije.
-para tengo otra idea para mi leche.
-ibas a venirte ya papito?
-Si y quiero bañarte tus senos o meterlo en tu hoyito.
y me dispuse a masturbarme y echarle mi leche en sus pezones,
-Deja yo me encargo de eso mi amor… este palo y yo ya nos entendimos muy bien.
Y lo masturbo, chupo y beso ahora yo acostado y ella hincada haciendo un trabajo fenomenal, me veía y ponía sus poses mas putas que encontraba en su mente.
-Listo voy a venirme acuéstate tu…
Pero no se movía, quería comerse mi leche? que bien, y yo que no se lo había propuesto por que estaba seguro se negaría.
-Me vengo, aaaahh Y no paro continuo chupando y tragando todo, me desplome, no podía moverme cerré los ojos y seguía acabando con mi verga, abrí los ojos y entonces solo recorría con su lengua mi verga.
-Estuvo bien? o no? Con una cara de putita que jamás le había visto. -Genial, estuviste genial. Se acostó a mi lado, estaba tan excitada que seguía tocándose los pezones y se retorcía.
Me incorpore, la voltee boca abajo y levante su par de nalguitas redondas y firmes, parecía una muñeca frágil que obedecía ciegamente a mis movimientos.
Así de rodillas en la cama, me mostraba su gran tesoro virgen, estaba depilado minuciosamente, sus labios eran rosas y carnosos.
Chupamelo anda…hazlo! sin pensarlo dos veces mordisquee sus nalguitas y empecé a bajar lentamente, soltó un quejido de placer al llegar con mi lengua justo a sus labios carnosos.
Explore con mi lengua lentamente, tocando un terreno virgen, desconocido jamás antes explorado por una lengua.
El sabor era excitante y el aroma enloquecía, poco a poco fui moviendo mi lengua mas rápido, ella pedía que no para y empezó a balancearse.
Giró hábilmente y quede entre sus piernas me tomo del cabello y me oprimió a su sexo mojado, estaba tan excitada que empezó a gemir con fuerza y repetir.
-Con fuerza… hazlo con fuerza… asi asi asiiiiii.
Yo obedecía al ver el placer que provocaba en ella, estaba seguro que estallaría en placer de un momento a otro.
Entonces me tomo nuevamente del cabello, me dolió un poco, llevo mi cabeza a la altura de la suya y me susurro al oído.
-Quieres ser el primero? Mis manos la recorrían al tiempo que me repetía entre besos y caricias.
-Necesito que me lo metas lo mas hondo que puedas.
Salte y me puse el condón ella estaba esperando impaciente, posando como una diosa virgen en espera de mas placer.
Al terminar de ponerlo, me acerqué a ella, me dio un beso, nos abrazamos y volvió a susurrarme al oído.
-Me has puesto muy caliente… vas a ser el primero.
Me coloque sobre ella y mientras me decía.
-Hazlo suave amor…
Y así lo hice, nos miramos a los ojos antes de empezar a penetrarla, entonces lo metí suavemente, cerro los ojos y me abrazo.
-Me duele… me duele… pero no te detengas.
Empecé a subir y bajar primero lentamente, después un poco mas rápido y así entre gemidos de placer de ambos ella le decía.
-Eres la putita mas joven que e probado, lo tienes muy cerrado.
-Me gusta tu pene grueso… a siii siigue, no hables no te detengas.
Poco a poco subimos el ritmo ella se movía a mi mismo ritmo sentía que la lastima un poco pero ella misma provocaba esto.
Sus gemidos eran tan fuertes que temí ser escuchado por mis demás vecinos, pero que importaba?… el momento era grandioso.
-aaaah, ahh, aaah, sigue, mas hondo, massss. Se detuvo un poco y me monto rápidamente sobre mi palo, empezaba a cabalgarme yo aprisioné un seno con mi boca y otro con mi mano, la respuesta fue un fuerte orgasmo de parte de ella, sentí el calor revenir mi miembro se había venido.
-Para… para… aaaah., me muero… aaaah.
Pero seguí moviéndome, trataba de huir pero, la detuve tomándola de la cintura, sentí una segunda descarga de placer y entonces me vine por segunda vez, al tiempo que ella gritaba desplomándose sobre mi pecho.
-Yaaaaa aaaaaah…aaahh, no puedo mas.
Un par de segundos, se recostó a mi lado, cerré los ojos… y la abrace, me quede profundamente dormido.
Así comencé a cogerme a la hija de Rosy. Entre las cosas que mas recuerdo que sucedieron fue que un día las acompañe a comprar ropa, ambas se metieron a los probadores y yo me quedé afuera. Daniela –asi se llama la hija de Rosy no había cerrado bien la cortina y se la podía ver perfectamente. La sorpresa fue de lo más agradable cuando la se quitó toda la ropa y se quedó completamente en desnuda. Aunque estaba de espaldas podía contemplar su precioso cuerpo, cuando se inclinó hacia delante y me mostró sus deliciosos agujeros al tiempo que se metía los dedos para masturbarse.
Sin perder más tiempo y sin dudarlo entré en el probador, cerré bien la cortina, me saqué la verga, que ya estaba lo suficientemente dura, y sin siquiera preguntar le metí mi verga dentro de su vagina. La situación era muy excitante y ella aguantaba los gemidos para no ser oída, pero su mojadísimo chocho delataba que se estaba corriendo como una puta. Ante esto ni pude ni quise evitar venir me en apenas tres minutos. Descargué una impresionante ración de leche en el interior de su apretada y húmeda vagina. Como seguía ofreciéndome sus agujeros supuse que quería más, así que calculando que Rosy aún tardaría en terminar de probarse, le saqué mi verga de su vagina y se la metí por el orificio anal, que lo tenía bastante dilatado.
Mi verga seguía completamente tiesa, así que no me fue difícil destrozarle el culo con mis embestidas. Ninguno de los dos pudimos evitar en esta ocasión proferir algunos gemidos, perdimos un poco el control y acabamos corriéndonos. Aunque en menor cantidad le llené de semen todo el recto, Luego ella se sacó mi verga del culo, se dio la vuelta y se puso a chupármela para dejarla bien limpia. Salí justo a tiempo, antes de que Rosy descorriera la cortina de su probador.
– ¿Te lo has probado todo? –le pregunté-.
Ella me contestó:
– Me está todo perfectamente. Me asomé un momento para que me vieras un vestido, pero no estabas. ¿Dónde has ido?
– Estaba aquí cerca, había salido para no estar aquí de pie todo el rato.
Entonces ella se me acercó para decirme al oído:
– Pues si no te hubieras ido habrías escuchado a los que están en otro probador. Tenían que estar cogiendo, se les escuchaba jadear como animales en celo.
Justo en ese momento Daniela salió del probador.
Y le preguntó por cierto, ¿no has escuchado unos gemidos raros? Parece que venían de ahí dentro.
Daniela reaccionó astutamente.
– ¡Ah, sí! Creo que venían de este otro probador. Había una parejita, pero ya se han marchado. Estarían haciendo sus cositas. Salimos de los probadores y nos dirigimos a nuestras casas.
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