la historia de Dina – Parte III
Esta es la historia de una vecina, como de muchas otras, recatada y de su casa, que poco a poco fue inducida por mí a pecar y fue volviéndose una putita hasta convertirse en una prostituta hecha y derecha..
Al día siguiente, como a las 8 de la mañana tocaron mi puerta, aún somnoliento pregunté quién era y oí la voz de Dina.
– Te traje desayuno- Dijo, y entró con una bandeja con 2 tazas de café y panes con huevo.
– Gracias Dina, porqué te molestas.
Sólo al verla con una especie de piyama corta me excité y como yo estaba con calzoncillo la jalé a la cama caliente.
– ¿Tu hija? – Le pregunté sólo para saber si ella venía con ganas de cachar.
– Está durmiendo- dijo en un susurro, «confirmado, quiere cachar»
Luego de darle su beso a la francesa, me puse con el pene a la altura de su cara y lo saqué de su encierro, ella lo cogió y se puso a besarlo sin meterlo a su boca, yo la empujaba para que se lo ponga, de tanto insistir aceptó con meterlo el capullo y daba unos chuponcitos deliciosos, poco a poco se lo fui metiendo hasta el fondo hasta darle arcadas, pero tosía mucho por lo que la puse en posición de perrito, recién me di cuenta que no traía calzones, tanteé la almeja que estaba rezumando de jugos y se lo mandé hasta el fondo, dio un quejido y puso su cabeza al nivel de la cama levantando su culo, lo cual me permitió darle profundas estocadas hasta el fondo, ella daba unos gritos ahogados con la boca en la almohada, no pasaron ni 10 minutos cuando se desvaneció con un prolongado orgasmo estirándose en la cama, yo me mantuve con el pene en su almeja esperando que se recupere, luego seguí dándole en esa posición, levanté ligeramente su culito, pasé mis manos por debajo de ella, con el izquierda tomé su pezón y con la derecha froté su clítoris, empezó a gritar nuevamente que amortiguaba con la almohada, ahora no pude aguantar más, saqué mi pene y los chisguetes salieron ensuciando su espalda, estaba con el piyama arremangada, al terminar la limpié con papel higiénico y me eché a su lado esperando que vuelva en sí, se quedó como dormida por un rato, luego se volteó bruscamente mirándome fijamente.
-Y ahora cuanto me pagas- y se puso a reír
Yo tenía una idea fija por donde llevarla, de ninguna manera estaba en mis planes establecer una relación de pareja, por lo tanto, debía poner bien en claro en algún momento, tampoco ella había dado muestras de otra cosa, es decir no afloraba de ella nada que daba la idea de enamoramiento que siempre surgen en una mujer en situaciones como ésta, así las cosas seguí con el juego.
– ¿Me debes todavía no?, esto que vaya 30 soles de los 60 que me debes.
– Ya sabía que me ibas a decir algo así- Ella estaba asumiendo el juego, estaba asumiendo el papel de puta.
Pero nos quedamos un rato conversando mientras tomábamos el café y los panes con huevo frito.
– ¿Te gustó lo de anoche?
– Mi esposo nunca me hizo esas cosas
– ¿Es tu esposo?, ¿están casados?
– No, estábamos conviviendo, no nos hemos casado
– ¿Y él nunca te lo metió por tu culito?- Empecé con un lenguaje más «erótico», para que se vaya acostumbrando.
– Que grosero eres, él quería hacerlo, pero yo no me dejaba, cuando empezaba a doler no quería ya.
– ¿Él tenía más grande?
– ¿Qué cosa?…. jajajaja- también empezaba a jugar ella
– La verga pues, ¿qué te iba a meter por el culito?
– No, era más o menos como el tuyo, pero él quería meterlo sin cuidado, así nomás
– Que burro era tu esposo, no sabe tratar a las mujeres, a las putitas
– ¡Oye!, yo no soy una putita
– Sí que lo eres, te gusta la verga, te va a gustar dar el culito
– No seas grosero por favor- lo decía riendo
– ¿Y anoche te dolió mucho?
– Es que estaba un poco tensa, dolió un poco, pero me asusté cuando entró, pero luego ya no sentí dolor, pero he amanecido con un dolorcito, no creo que pueda hacer el dos.
– ¿Quieres que lo repitamos ahora?
– Que vivo eres, se va terminar tu plata, jajajaja, además está delicada todavía, me va a doler más.
– Todavía me debes 30 soles.
– No, ahora no, ya va despertarse mi hija, ya tengo que irme
– Bueno, pero alista ese culito porque va a recibir bastante verga- y la palmeé en el culo mientras ella tomaba la bandeja y se dirigía a la puerta.
Pasaron varios días, ella venía todas las noches a ver la tele y yo notaba que tenía las intenciones de tener sexo cuando se dormía la niña, pero no se atrevía a pedirme y yo le decía que tenía que dormir porque tenía que salir a trabajar temprano, además quería que aumente su deseo y por otra parte, en ese plan se iría la mitad de mi sueldo para ella.
Sin embargo, el miércoles en la noche la niña se durmió temprano y de regreso de su cuarto la jalé hacia mi cuarto, ella estaba vestida con un buzo, pero desde que empezó a tratar conmigo se cuidaba mejor, se le veía más joven y atractiva, pero seguía vistiéndose conservadoramente. Al entrar en el cuarto y cerrarlo, la puse contra la pared y la agarré con un beso, mientras mis manos masajeaban sus tetas, se metían por debajo de su polo y cogían los pezones erectos, estaba sin brasier, luego bajé su buzo junto con el calzón hasta su rodilla, me saqué la verga e intenté penetrarla en la misma posición, ella adelantaba su pubis y a pesar de estar lubricada y mi pene con los líquidos pre-seminales no lograba penetrarla, aprovechando la lubricación lentamente empecé a meter y sacar por entre sus piernas, dirigiendo mi verga hacia arriba, en una de esas sentí que entraba un poquito, hice un poco más de presión levantándola un poco y supe que había entrado casi la mitad.
– ¿Ya entró? – La pregunté
– Siii entró- Dijo en un susurro
Aproveché para quitarme el pantalón y el calzoncillo, separé más sus piernas para que entre hasta el fondo, ella empezó a gemir más fuerte, luego de varias embestidas me cansé en esa posición, hice que se volteara siempre contra la pared, ella sacó el culo mucho más de lo necesario lo que aproveché para poner el capullo en la entrada de su almeja y mandarlo hasta el fondo, al cabo de unos 5 minutos empecé a tantear su agujero posterior, como mi verga estaba súper mojado le puse la cabecita en la entrada de su agujero, una pequeña presión y regresaba a su almeja, arrastrando los jugos vaginales nuevamente iba al culo y con un poco más de presión, así una y otra vez hasta que sentí que el capullo se hundía, saqué nuevamente y ahora con el dedo lubriqué abundantemente metiendo hasta el fondo una y otra vez, ahora con el capullo hundí un poco más, en una de esas presioné más fuerte y se hundió casi hasta la mitad provocando un gemido de ella, allí seguí con el mete y casa sin llegar a sacarlo totalmente, con mi mano derecho rodeé su cintura y hundí mis dedos en su almeja, sentí aflojar el esfínter y hundí mi verga hasta el tope, luego saqué un poco y volví a hundirlo, seguí el vaivén acompasado hasta que ella se vino con un temblor en todo el cuerpo, la sostuve en la misma posición y cuando se calmó me acerqué al borde de la camas empujando a ella sin sacar el pene de su culo, la hice echar doblada en el borde de la cama con los pies en el piso, me separé abriendo un poco sus nalgas y pude apreciar mi verga hundido en su agujero, me eché encima de ella con todo mi peso, tomé sus tetas con mis dos manos y la fui penetrando hasta sentir que se hundía hasta la raíz, ella empezó a reaccionar nuevamente y a gemir casi desfallecida, sin sacar mi verga de su culo hice una maniobra para ponerla de espaldas en la cama, previamente quité su buzo y su calzón que aún estaban en sus tobillos, ahora pude observar mi verga incrustado en su angosto culo y el agujero de su vagina se había angostado por la presión de mi verga, al penetrar más profundamente pude ver que se redujo más el agujerito, mientras un líquido transparente salía de su agujerito e iba directo a la entrada de su culo, una cuantas embestidas más y ya no pude contener mi eyaculación al mismo tiempo que ella daba un gemido y se desvanecía, mi verga expulsaba chorros de semen al mismo tiempo que sentía las contracciones del esfínter de Dina, saqué un poquito viendo la lechada que salía de su agujero y lo hundí nuevamente permaneciendo bastante rato hasta calmarme totalmente. Al salirme de su culo no pude evitar que una gran cantidad de semen se chorreara en la cama, ella se quedó tendida de pecho en la cama con los dos pies en el piso y el culo levantado por el borde de la cama, abrí nuevamente sus cachetes para contemplar el agujero semi-abierto del cual seguía saliendo grumos de leche que seguía por los bordes de sus labios vaginales hacia la cama.
Luego de un momento fui al baño a lavarme, al volver ella se había puesto de espaldas con las piernas medio abiertas, el polo arremangado sobre sus senos, su buzo y calzón en el piso, al verla así mi amigo empezó a erectarse nuevamente. Me eché a su lado y hablamos de cosas triviales, poco a poco fui llevando a temas eróticos, en un momento por propia iniciativa ella tenía puesta la mano en mi verga ya parada, la fui conduciendo para que se lo lleve a la boca, la introduje hasta el fondo hasta provocarle arcadas, tosió fuerte por lo que moderé mi embestidas, al principio rosaba con los dientes pero aprendió rápido y su boca era un guante caliente como una chucha, tuve que pararla, bajé de la cama, la jalé tal como estaba boca arriba al borde de la cama, doblé sus rodillas hacia su pecho de tal forma que su almeja quedó abierta a mi disposición, como estaba muy mojada mi verga se deslizó hasta el fondo, a cada embestida mi verga se fue poniendo más duro de tal forma que el glande chocaba con algo y parecía abrir otro conducto, ella bufaba más y más, en un momento lo saqué y lo introduje nuevamente por el agujero trasero que se abrió como una flor y mi verga se introdujo como en mantequilla, sólo al cabo de unas embestidas nos venimos ambos en un concierto de estertores regando sus intestinos con mi semen, estuvimos así por un momento, clavado mi verga en su culo hasta la empuñadura, hasta que se ablandó y la saqué despacio, cayendo los grumos de semen al piso, me quedé aun contemplando sus chucha y su culo que se cerraban poco a poco quedando sólo unos hilos blancos que seguían saliendo de su culo.
Luego de asearnos quedamos aún un rato reposando, cuando de pronto dijo:
– Ahora ya no sé cuánto me debes.
– A ver, vamos a sacar las cuentas- Me puse a recordar y sacar las cuentas.
– Te debía 30 soles, y lo de ahora ¿cuánto crees que es?
– A ver, 50 por el primero y 50 por el segundo, descontando los 30 me debes 70
– Oye, no seas tan carera, yo no soy cualquier cliente, soy tu amigo, ¿cómo estás sacando tu tarifa?
– Bueno, normal 30 y por atrás 50
– No, es muy caro, por atrás debes cobrar 40
– Entonces te rebajo 20, sólo me debes 50
– Oye, a este paso me vas a volver pobre
– Oye, no seas chistoso, yo no soy cualquier puta
– Deberías pensarlo seriamente, podrías ganarte buen dinero como prosti
– Eres un grosero, me ha molestado tus palabras
Y se fue simulando estar muy molesta.
– Oye, tu plata- le alcancé un billete de 50 soles
Ella cogió bruscamente el dinero y se fue rápidamente a su cuarto.
Continuará…
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