La iniciación de Emilia
Emilia decide que ya es tiempo de convertirse en mujer .
Bueno, ya les he contado varias historias de Emilia, mi sobrina. Pero creo que es importante también contar como inició su historia.
Nosotros somos una familia familia naturista y que vive su sexualidad libremente. Eso hizo que Emilia viera cuerpos desnudos desde siempre, generalmente de mi familia. Recuerdo cuando llevé a mi esposo a conocerlos, él en ese entonces era mi novio formal, así que cuando llegó el momento él también se desnudo y estaba un poco incómodo al estar desnudo con niños alrededor y con su suegra pero luego se acostumbró. Emilia siempre mostró mucha curiosidad por el cuerpo de los hombres y por el sexo. Me preguntaba sobre mis experiencias y lo que sentía. A los 7 comenzó a besarse con sus amigos y cuando entró a los scouts comenzó a besar a chicos más grandes que ella. A los 10 años su curiosidad aumentó y comenzó a preguntar sobre sexualidad. Cuando tenía 11 años en un campamento un chico la llevó detrás de unas rocas, se bajó el traje de baño e hizo que mi sobrina le chupara la verga. Durante ese campamento Emilia le chupo la verga a todos los amigos del chico más algunos otros. Cuando llegó y me contó lo que hizo me sentir orgullosa y le enseñé como hacerlo mejor. Mi cuñada y yo ya nos habíamos dado cuenta que sería una puta.
Después de eso se volvió costumbre que mamara cuánta verga podía, por supuesto, tragar todo el semen de los chicos. Esto hizo que comenzará a ganarse una rePUTAción entre los chicos. Además, empezó a recibir presiones y también quiso explorar más allá. Y comenzó a preguntarme sobre perder la virginidad. Y yo siempre fuí honesta, le dí recomendaciones, le conté sobre mi experiencia y como supe cuál sería buena opción. Porque aceptemoslo, la primera vez es muy importante.
Comenzó a buscar a distintos chicos, y cuando estábamos en su fiesta de cumpleaños número 12 se acerca a mí y me apunta a un chico de scout. Y ella me dice “creo que ese podría ser”. Y se fue a la fiesta, yo me quedé observando y el chico era muy guapo, se veía simpático y sociable. Después de estar un rato y ver cómo apagaba las velas me fuí.
Al otro día me escribe para contarme que dió los primeros pasos, le dió unos besos a Agusto y se la mamo, para conocer su verga. Además me dió algunos detalles de él. Es un año mayor, es líder en los scouts y ha tenido un par de experiencias. La primera con una chica mayor (15) de otra compañía pero que en los campamentos la chica se lo llevó al bosque para instruirlo varias veces. Y la otra era de su compañía y fueron solo 2 veces. A Emilia le gustaba mucho y se escuchaba emocionada.
A la semana siguiente nos vimos en su casa, y le llevé una caja de preservativos. Yo sabía que estaba lista y prefería que llevara protección. Incluso sabía que sería muy pronto, porque se acercaba una semana de campamentos y tendrían la oportunidad. Y justo como los pensé, después de estar todo el armando el campamento y preparando las cosas, mi sobrina lo invita a la carpa. Ambos sabían lo que iba a pasar y apenas cierran el cierre de la carpa comienzan a besarse y sacarse la ropa mutuamente. Cuando terminaron él tenía la verga dura y mi sobrina estaba mojada. Así que mi sobrina se acostó y él se puso el preservativo. Se puso encima de ella y le preguntó si estaba lista, Mi sobrina le dijo que sí. Puso su verga en la entrada de la vagina de mi sobrina y mete toda su verga de una sola vez. Emilia suelta un pequeño quejido y se agarra del saco de dormir. Él le pregunta si está bien y ella le dice que sí que siga. Augusto empieza a embestirla suavemente pero profundamente y Emilia disfrutaba cada vez más. No pasó mucho para que él se corriera. La beso y penetró hasta el fondo.
Luego sacó su verga y se acostó junto a ella. Quedaron hablando y acariciándose un rato. Hasta que él se recuperó y lo volvieron hacer. A Emilia le ardía un poco la vagina, pero no quería detenerse. La segunda vez, fue más placentera y larga que la primera. Las chicos que pasaban sabía lo que pasaba por los suaves gemidos y por el movimiento de la carpa. Algunos sabían incluso quienes estaban adentro y hacían algún comentario. Cuando terminaron se acurrucaron y se quedaron dormidos juntos.
Temprano por la mañana, Augusto se levanta y se va, porque los superiores no debían saber que hicieron. Emilia se levantó un poco más tarde y una amiga le preguntó todo. Ella muy emocionada se lo contó todo. Los días siguiente cada vez que podían escaparse lo hacían se iban a la carpa, detrás de unas rocas, mismo rio o atrás de algunos matorrales. Sí, ambos se veían era el momento de coger y en las noches se iban directamente a la carpa.
Al tercer día ya habían agotado los preservativos. Emilia sabía que sin protección no debía hacerlo, pero es amor joven y cuando estás con ganas nada detiene a un adolescente. Esa tercera noche ya estaban desnudos y Augusto tenía la verga erecta, Emilia esperando con sus piernas abiertas. Cuando él le dice que la caja está vacía. La carpa queda en silencio, y Emilia le dice que está tomando pastilla. Vuelven a pensarlo y Augusto le dice que puede sacarlo antes de correrse. Emilia lo besa y lo empuja encima de ella. Augusto comienza a besarla y el deseo de ambos no se hizo esperar. Él toma su verga y la pone en la vagina de Emilia, y la comienza meter los gemidos de placer no se hicieron esperar. Ambos estaban sorprendidos de lo placentero que se sentía hacerlo sin protección. Pasaron unos minutos y Augusto no aguantó la calentura y la nueva sensación. Soltó toda su leche adentro y Emilia en su excitación lo agarró de su trasero para que no pudiera sacar su verga. Él cayó sobre ella y después de unos segundos le pide disculpas y saca su pene.
Ambos se quedan en silencio pensando. Él le vuelve a pedir disculpas, y ella simplemente le dijo que no importaba. Emilia le dice que mucho mejor sin protección y él pensó lo mismo. Esa misma noche volvieron a hacerlo y él volvió a correr adentro. El resto de los días lo siguieron haciendo en cada oportunidad posible. Augusto a veces lograba sacarla, pero la mayoría de las ocasiones dejaba su leche adentro. A Emilia le gustaba tanto que la llenara que cruzaba sus piernas sobre la cintura de él para que no pudiera sacar su verga.
Cuando llegó me llamó asustada por todas las veces que Augusto se vino adentro, pero yo la calmé y le dije que si estaba tomando las pastillas y no estaba en sus días fértiles era muy difícil que quedara embarazada. Además me contó con todo detalle su experiencia.
Ella disfrutó mucho su primera vez, pero no quería nada exclusivo y al otro se vió con un amigo del colegio. Pero está vez sí usó protección.
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