La isla
Un viaje en barco, una tormenta y un par de tragedias pero también una gran oportunidad.
La isla
La llegada
Me llamo Diego, tengo 14 años y vivo con mis padres, mi madre es enfermera obstétrica, de esas que apoyan en los partos, mi padre es ex militar y tiene su propio negocio de seguridad privada, Ahora nos encontramos en un crucero por el Caribe, la pasamos paseando y disfrutando del viaje, el primer día me fui a la piscina, debo decir que para mi edad no me veo tan mal, hago mucho deporte así que estoy marcado, llevaba solo unas bermudas esperando ligar algo, pero entonces las vi, a unos camastros alejados de mi vi a dos lindas chicas, niñas más bien, llevaban bikinis muy sexys, pareos, se veía que no superaban los 12 años, las miraba fijamente cuando la mayor de ellas me miró, solo sonrió de forma pícara, me arroje a la piscina, soy bueno nadando y pretendía impresionarla, salía cerca de ellas hasta que me anime a hablarles
-hola, me llamo Diego, tengo 14 y ustedes?
-hola soy Sandra y tengo 12 y ella es mi hermanita, Tamara de 11, venimos de paso con mamá
En efecto eran muy jóvenes pero algo en ella me volvía loco, eran de piel clara, cabello castaño, largo y chino, facciones finas y delicadas, la más pequeña su cuerpo era el de una niña aún, aunque se veía un culito redondo, la más grande ya se notaban un par de pechos en crecimiento, anuncio de la suculenta mujer que sería al crecer, entonces llego su madre por lo cual me sentí incómodo, tuve que retirarme, las niñas solo reían de mí.
El segundo día fue algo similar, pero está ves su mamá no nos interrumpió, pasamos la tarde juntos, sentía que era amor a primera vista, no sabía cuál me gustaba más, así pasaron los días, el quinto día del crucero al caer la noche no había nada programado, así que todos nos dispusimos a dormir.
Eran eso de las 3 am cuando un ruido ensordecedor me despertó, era un trueno, salí a ver qué pasaba, al asomarme por la ventana de nuestro camarote pude ver la tormenta más poderosa que jamás haya visto, al tratar de salir del camarote sentí como se movía el barco, salí a la cubierta y vi que la gente ya estaba alterada, de repente una ola golpeó el costado del barco, me hizo caer al mar, la corriente era muy fuerte, sentia que no lo lograría, vi que alguien me arrojó un salvavidas pero de poco sirvió, una segunda ola golpeó el barco y este comenzó a ladearse para al final empezar a hundirse, yo grite desesperadamente pero nadie escuchó mis gritos, vi como el barco se hundió sin poder hacer nada.
No sabía cuánto llevaba en altamar, me desmalle del cansancio, al final me despertó la luz del sol, a la mañana siguiente me encontraba cerca de la playa de una isla, nade con la poca fuerza que me quedaba solo para ver qué nadie más lo había logrado, estaba solo.
Desde el primer día me dedique a aplicar todo lo que mi padre me enseñó de supervivencia, así que no tendría mayor complicación, entonces un rayo de esperanza llegó en forma de un bote salvavidas a la deriva, me metí al agua para alcanzarlo, lo jale hasta sacarlo a la playa, cuando me asome vi con tristeza que había una mujer, era la madre de aquellas niñas, al parecer cayó al bote y se había golpeado tan fuerte en la cabeza que no había sobrevivido, pero a su lado vi a las dos nenas, aún respiraban, las saque del bote y las lleve a la playa, bajo la sombra de un árbol, llevaba aún sus batas de dormir, no pide hacer más por ellas que enterrar a su madre, no sabía cómo decirles cuando despertarán.
Tras unas cuantas horas al fin despertaron, les conté lo sucedido y ambas se rompieron en llanto, estuvieron tristes casi por 5 días, apenas comían, por suerte papá me enseñó que plantas eran comestibles y como cazar así que comida no nos faltaba, había un río que nacía en un estanque de agua dulce, teníamos todo lo necesario.
Llevábamos una semana varados cuando por fin las niñas empezaron a convivir conmigo, aún vestían sus camiones
-niñas, vamos, les diré donde está el estanque para que se bañen y laven su ropa
Fuimos los tres juntos, al llegar las nenas se metieron aún vestidas, yo estaba por irme cuando Sandra me dijo:
-espera! No nos dejes sola, si sale un animal que hacemos?
-esta bien, me quedaré a cuidarlas, las cuídate todo el tiempo que estemos aquí, seré como su hermano mayor.
Ambas me miraron con gran ternura con sus ojos como queriendo soltar lágrimas.
Todos los días que se bañaban yo me quedaba cuidándolas, teníamos un par de semana con esa rutina cuando Tamara, l pequeña, noto que su camisón estaba empezando a romperse
-ay no mi ropa! Me gustaba mucho
Se veía su carita triste, estuve a punto de hablar cundo la vi levantarlo sobre su cabeza, había quedado solo en unas lindas bragas blancas que con el agua se volvían completamente transparente, se le veía su conchita virgen, Sandra la vio y de inmediato le dijo:
S: Tamara que haces! No puedes estar desnuda frente a un hombre que no es tu esposo!
T: hay hermana y mi ropa se rompió mira, además el no es un hombre, es nuestro hermano mayor y no hay nadie más
Sandra lo medito poco, y cayó en cuenta que su hermanita tenía razón, entonces Sandra imitó a Tamara, ambas quedaron solo en bragas, sus cuerpos eran increíbles, blancos, suaves, pequeños, virginales, sin un solo bello en sus vaginas, Sandra tenía pechos pequeños, Tamara aún estaba casi plana pero se veía que sus pechos comenzaban a crecer, yo las vi y no pude evitar una erección, tenía que controlarme, yo aún me bañaba solo, así que mientras no me les acercara todo estaría bien.
Días después de ese suceso, volvimos al estanque y mis princesas repitieron la rutina, antes de entrar se desnudaban por completo, las veía camine, sus culitos hermosos moviéndose en coro, se aventaban al agua, ya se veían muy animadas, entonces Tamara me invitó
T: Diego! No te quieres bañar con tus hermanitas?
D: si claro, ya voy
Me acerque aún vestido
S: pero así no tiene chiste, quítate la ropa, para nadar iguales
No me la creía, me iba a bañar desnudo con dos nenitas hermosas, me desvesti y entre tan rápido como pude al agua, no quería que vieran mi verga parada, tan pronto como entre ambas se me acercaron y me dieron un abrazo, pude sentir sus piernas apretando mi verga, sus pechos contra mi abdomen, sus nalguitas en mis manos para sostenerlas, ellas se frotaban en mi cuerpo, con sus muslos, una de cada lado, frotaban mi verga, fue demasiado, tanto que sin darme cuenta me corri, supongo que fue lo mejor, así se me bajaría la calentura.
Jugábamos en el agua, aprovechaba cada momento que podía para abrazarlas y tocarles sus pechos, ellas reían felices, me sentí bien que esas niñas se vieran felices después de lo que habíamos sufrido, ahora todos éramos huérfanos, solo nos teníamos a nosotros.
Yo había hecho un pequeño refugio, una casa improvisada con ramas y restos del barco que de ves en cuando llegaban a la playa, después de varios días días de bañarnos juntos entendimos que no había razón para usar la ropa, decidimos guardarlo por si nos rescataban pero el resto del tiempo íbamos completamente desnudos, mi verga siempre estaba parada, me escondía para masturbarme, un buen día fuimos a bañarnos, entre juegos ellas se restregaban a mi, cuando algo cambio, Sandra le gustaba que la abrazara por atrás, mi verga siempre quedaba entre sus nalgas, ella reía pero nada más, hasta que un día al hacer eso, ella llevo su mano a mi verga, segura de espaldas a mi, entonces tomo con su pequeña mano mi verga y empezó a restregarla en su culo, reconocí las señales, ella volteo a verme y sonrió de forma traviesa, me empezó a masturbar, Tamara estaba feliz jugando a unos 15 metros de nosotros, yo estaba en el paraíso, Sandra con su mano me daba un paja y la cabeza de mi verga se perdía entre sus nalgas, sentía el inicio de su culo y de su conchita, pronto lla tome de la mano y la ayude para correrme rápido, toda mi leche quedó en el agua pero en contacto con su culito
D: Ahhh dios! Que fue eso
S: nada, un regalo por cuidarnos tanto
Salimos de bañarnos y yo seguía durísimo, el resto del día me dedique a buscar comida, al volver cundo comenzaba a caer la tarde nos metimos en el refugio, dormíamos juntos, yo en medio de las dos niñas hermosas, los tres desnudos, esa noche no fue la excepción, pero poco antes del amanecer sentí que Tamara se levantó, la vi correr hacia el estanque, me preocupe por ella así que la seguí, cuando al fin la alcance la vi sentada en un piedra llorando
D: Tamara? Que tienes, estás bien?
T: nooo me estoy muriendo, estoy sangrando mucho!
Se giro y la vi, le acaban de bajar, era su primer periodo, me acerque a ella y trate de calmarla
D: Tamara, ni amor, no es eso, es tu menstruación, tu mami nunca de hablo de eso?
T: no me acuerdo
Si carita era de un ángel, se veía asustada y llorando, me acerque y la abrace por atrás
D: eso es normal en las niñas se que vuelven mujercitas, es algo que a todas les pasa
T: pero mírame, estoy toda sangrada, me limpias?
No creía que me lo hubiera pedido, me puse frente a ella sentado con las piernas abiertas, mi verga dura apuntamdo a ella , tome agua y empecé a limpiar sus piecitos primero, ella empezó a reír como si de cosquillas se tratara, subi por su pierna, hasta sus muslos, agarre más agua y lave su entrepierna sin tocar su vagina aún
T: y aquí? De ahí sale no?
Señalaba su vagina, tomé más agua, trague saliva, mi corazón podía escucharlo en mis oídos, me temblaban las manos y al fin me anime, con mi mano empecé a limpiar su vagina, la veía que de ves en cuando cerraba los ojos, parecía que le gustaba y a mí me encantaba, una ves limpia le di una sonrisa, me tomé mi tiempo para explorar el interior se su vagina, toque su clítoris, pude sentir su himen aún intacto, quería seguir pero no quise que se asustara, aún así Tamara aún se veía triste
D: que tienes mi amor?
T: es que de seguro ya no me vas a querer
D:no digas eso, siempre te voy a querer
T: no es cierto, te voy a dar asco, si me sangra mi cosita
D: jamás me darías asco
T: demuestralo
D: quieres ver? Esta bien, si me dieras asco podría hacer esto?
Acerque mi cara a su vagina, saque mi lengua y comencé a lamerla, sabía delicioso, jamás había hecho esto con una mujer, pero había visto mucho porno así que sabía que hacer, lamía de abajo para arriba su vagina, le metía la lengua, Tamara romana mi cabello, una parte de ella trataba de alejarme pero otra quería que me hubiera más en su conchita virgen
T: ahhh ahhh se siente rico, me gusta que hagas eso! Aunque me vas a hacer que me haga pipi
D: no te preocupes mi amor, haz pipi, no me da asco
T: no! Ya no aguanto!
Yo metía mis dedos junto con mi lengua y con la otra mano la sujetaba por debajo de sus piernas para agarrarle el culo cuando de pronto sentí caliente en mi boca, me separé y vi que en efecto estaba orinando pero venia junto con si orgasmo, me separé de ella y de un chorro acabo toda su orina en mi pecho y bajo hasta mi verga, sentir ese líquido caliente recorriendo mi cuerpo fue muy excitante
T: ay perdón, no me aguanté
D: no te preocupes, tu pipi sabe rico
T: jaja no digas esas cosas tan raras
Nos levantamos, Tamara ya se veía feliz, íbamos caminando cuando me detuvo
T: hermanito, perdón por hacerme pipí en ti, si quieres puedes hacerte en mi para estar igual
Esto no podía ser mejor! Le dije que estaba bien pero que tenía que hacer algo por mi para poder orinar, debía hacer lo que yo le hice, así que la senté en una piedra junto a un árbol, y me enfile ni verga directo a su boca
D: mi amor, si quieres que haga pipi antes debes darle una chupadita a mi cosa
T: siii sentí rico, quiero pagarte por eso
Se metió mi verga en la boca, no era tan grande, de 17 CM apenas, pero cabía bien en su boquita, me daba una mamada maravillosa, era la primera ves pero sabía que era la mejor, solo veía ni verga entrar y salir de su boquita tan hermosa, de ves en cuando paraba por arcadas que daba, pero seguía, por instinto agarro mis bolas, las acarició suavemente
D: ahh que bien lo haces!
T: de verdad? Que bueno que te guste, cuando quieras puedes hacer pipi
D: siii ya viene
Solté dos chorros de leche, uno acabo en su boca, el otro voló directo a su tetitas, vi como escurría hasta su pelvis
T: hermanito, tu pipi está rara, es blanca y espesa como crema pero también sabe muy rico
La vi tomarla de su cuerpo y llevarla a su boca, se la comió toda, nos levantamos, nos dimos un último baño rápido y regresamos, había pasado casi una hora desde que nos fuimos, íbamos tomados de la mano, al llegar al refugio Sandra ya estaba levantada, nos buscaba preocupada
S: donde estaban? Me desperté y no los vi, me asusté, pensé que me habían dejado sola
T: no hermanita es que fuimos a caminar
S: tan temprano? Bueno, no importa.
Ahora cada ves que podíamos Tamara y yo teníamos sesiones de sexo oral, pensé que no podría mejorar, hasta que una noche hubo una fuerte tormenta
Eran las 2 am, el viento silbaba entre los árboles y la lluvia golpeaba nuestro pequeño refugio, Tamara dormía, tenía el sueño pesado pero Sandra estaba despierta, asustada, pude sentir que temblaba, trate de calmarla abrazándola pero no era suficiente
D: Sandra, abrázame fuerte para que no te de miedo
S: si!
Un trueno la asustó y de me enredo al cuerpo, su pierna estaba sobre mi, sin darnos cuenta mi verga estaba apenas rosando con su vagina, ambos lo sentimos, nos miramos abrasados y algo nos poseyó, le di un beso en sus lindos labios, ella no se apartó, la tenía acostada a mi lado, abrazada, con su piel desnuda en contacto con la mía, mi verga en la entrada de su vagina, y mi mano en su culito, cuando sentí que no podía aguantar mas
D: Sandrita, perdón por esto pero no aguando
S: que cosa? Ahhhhh
Metí mi verga en su conchita, poco a poco se iba abriendo camino hasta su útero
S: ahhh ahhh que es esto, se siente rico!!! Pero duele
Seguí metiendo hasta que sentí que rompí su himen, había tomado su virginidad, apenas un par de meses después de que habíamos llegado a la isla, saque mi verga un poco y la volví a meter, entonces estábamos cogiendo, metía y sacaba mi verga, mi boca y la de ella se encontraban, nuestras lenguas se restregaban en nuestras bocas, para ser virgen aguantaba bien mis embestidas
S: ahh siii siii sigue, ya no duele sigue! No pares porfavor!!!
D: ahh Sandra te amo! Quiero Hacer esto contigo todos los días, todo el día!
S: no hagas tanto ruido, vas a despertar a Tamara
Seguimos comiendo unos minutos más y sentir que ni leche lleno su vagina
S: ahh que es esto, de siente caliente y como mojado dentro de mi
Del placer se nos había olvidado la tormenta, voltee a ver si Tamara seguia dormida y si, estaba volteando a nuestro lado pero sus ojitos seguían cerrados, momentos después Sandra y yo nos dormimos.
A la mañana siguiente, fuimos como todos los días Tamara y yo a bañarnos y tener nuestra sesión de sexo oral
T: hermanito, hoy no quiero chupar tu cosita, quiero que me hagas lo que le hiciste a Sandrita, se veía que le gustaba
D: de que hablas?
T: no te hagas, los vi, me hice la dormida pero vi tu cosita entrando en su rajita y quiero saber porque le gustó tanto
Nos había visto, supongo que debía cumplirle
D: está bien, pero harás lo que yo te diga está bien?
T: sii
D: acuéstate con las piernas abiertas, prometo te voy a lubricar
Empecé como siempre a lamerle la vagina, metía mi lengua, usaba la mayor cantidad de saliva posible, estuve así unos 10 minutos, Tamara gemia de placer, su conchita se veía bastante mojada ya, entonces me acomode entre sus piernas
D: mira, con tus manos quiero que separes tu rajita
T: así?
Abrió los labios vaginales con sus manos dejándome ver el interior de su conchita, tan rosada y dulce, tomé mi verga y la acomode en la entrada, para asegurarme me escupo en la verga y la unte con mi saliva, empecé a meterla lentamente, sentí su himen
T: ahhhhhh se siente extraño! Duele mucho. Ya no quiero ya sácalo
D: espera pronto no dolerá
T: no no, no me gusta sácalo!
No podía, quería seguir así que decidí sujetarla fuerte de sus piernas, le ensarte la verga con fuerza
T: ahhh duele ya porfavor!
D: ahora acabamos
Empecé a cogérmela más fuerte, no pensé en ese momento en nada más que en mi placer, metía y sacaba la verga, la tome de sus brazos para que no se soltara, la bese para callar sus quejidos
D: ahh siii siii que rico! Me vas a hacer que me venga rápido!
Tamara empezó a llorar y yo sentí mi verga descargarse en su interior, cuando acabe la vi a la cara
D: ay por dios, Tamara perdón, no pude controlarme
Acababa de abusar de ella, y le había prometido cuidarla
T: tonto! Me dolió, y me dejaste tu pipi adentro, no se porque a Sandra le gustó esto
D: perdóname porfavor!
T: mmm con una condición
D: haré lo que sea, lo juro
T: limpiame con tu boca, eso me gusta mucho
No tenía opción, saque mi verga, la vi que le escurrió su corrida, mi semen y algo de sangre, lo pensé un poco, pero tuve que hacerlo, empecé a lamerle la vagina, pero lejos de darme asco era aún más erótico por alguna razón, lami y lami hasta dejarla muy limpia, ella reía de nuevo.
Regresamos al refugio, así pasaron los días, en la noche cogía con Sandra y a Tamara seguía con sexo oral, hasta que un día paso lo inesperado, Sandra me pidió hablar con ella
S: Diego, no se porque pero tengo un mes que no me baja, acaso no será que?…
D: es verdad????
Lo peor que podía pasar paso, Sandra estaba embarazada, con apenas 12 casi 13 años, y yo sin superar los 15 sería padre, lo peor llegó una semana después, iba con Tamara a nuestra sección de sexo oral, esos días se suponía que le iba a bajar también pero bote que por más días que pasarán no ocurría, entendí las señales, ambas hermanas estaban embarazadas, y aunque al principio me emocioné luego recordé que sin hospital, sin parteras, el riesgo era muy grande.
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