La Isla de los Niños 3
La jerarquía .
Después de bañarnos en la laguna volvimos al claro donde estaba la choza.
– Cómo se sienten? – preguntó la chica.
– Super bien, si mi piel esta suave nuevamente –
– Que era eso verde? – pregunté.
– Son hojas de plantas molidas y mezclada con otro tipo de plata parecía a la áloevera. Mientras una humecta las otras tienen vitaminas y nutrientes –
– Dió buen resultado –
– Si, nosotros llevamos años usándolo –
– Años? Cuantos años ? –
– Más de lo que tienen entre los dos. Ahora vengan, síganme –
Será por eso que tiene un lindo trasero – pensé para mí. Al de mi hermana le faltaba mucho. Pero si estuvimos mucho tiempo sin comer, quedamos en los huesos.
– Pasen – dijo entrando a la choza.
En el suelo habían algunos acostados y otros parados. Entre ellos estaba el primero que nos recibió y que parecía ser el jefe.
– Aquí están los chicos –
– Ah, hola, cómo están? –
– Bien – dijimos a coro.
– Que bueno, no se si Safey les habrá dicho algo –
– Sólo les hablé del sexo –
– Ah, bien –
Hablaba lento, como si sopesara las palabras que iba a decir.
– Aquí no tenemos leyes, nosotros no somos un gobierno, sólo somos un consejo que vemos los problemas y tratamos de resolverlos.
Pero tenemos algunas reglas, como la de no obligar a nadie a tener sexo. Tampoco hay parejas, aquí los niños son hijos de todos, todos somos padres y todas las mujeres son madres –
– No entiendo, donde están las madres de esos niños, por todos lados, aquí tienen a una – dijo indicando a Safey que estaba sentada de piernas cruzadas.
– Los primeros en llegar fuimos Peter y yo, teníamos la misma edad de ustedes. Al día siguiente llegó Safey con su hermano, igual que ustedes pero ellos eran más chicos –
– Qué edad tenías tú cuando llegaste a la isla?
– Mi hermano 10 y yo 7 – dijo Safey.
– Después llegaron los otros dos, pero una venia muy mal y no sabíamos que hacer y falleció en la playa.
– Pero de donde salieron tantos niños? –
– Bueno, te explico, nosotros éramos 5 hombres y una sola mujer. Todos íbamos a cuidar de ella, a protegerla y alimentarla, sólo pedíamos que ella fuera una esposa para todos –
– Mi hermano se opuso al principio, pero era ser demasiado egoísta. Entonces me preguntaron a mí, y les dije que si, pero cuando yo quisiera, que no podían obligarme –
– De qué edad comenzaste a tener sexo? –
– Como a los 8, primero con mi hermano y después, poco a poco con todos. Pero no al mismo tiempo, de a uno y sólo hasta cuando yo quisiera, porque algunos se repetían – dijo riendo.
Entonces comenzaron a tener sexo entre ellos y todo fue más fácil. Ahora puedo tener sexo con los 5 no importa cuantas veces se repitan, incluso con mis hijos que son muchos, o los hijos de mis hijas. Todos son mis hijos –
– Si, de manera que ella fue la primera madre y la respetamos y la cuidamos hasta ahora – dijo Samy. No es su verdadero nombre, se lo puso por Sam.
– Cuantos hijos tienes? – le preguntó mi hermana.
– No sé, perdí la cuenta, pero todos los mayores, hombres y mujeres son hijos míos –
– Pero no entiendo, si ellos son casi de tu misma edad? – le dije yo.
– La verdad es que tratamos de tener un calendario porque no sabemos el día en que estamos entonces contamos los años por los embarazos. Un embarazo es para nosotros un año. Y yo he tenido como 30 embarazos –
– Entonces tienes más de 40 años? Como es eso posible? –
– Eso te lo contaré más adelante – dijo Safey.
– Lo que tienen que saber por ahora es que no temos hora, nog guiamos por sol. Tampoco se cocina, no tenemos fuego, todo se come crudo, no hay hora para comer, se come cuando da hambre –
– Ahora los voy a llevar a dónde pueden comer y que cosa comer –
Salimos de la choza y seguimos a Safey por entre árboles palmeras y arbustos.
– Estas hojas se pueden comer – dijo llevándose una a la boca.
– Aquí hay hongos, solo coman este tipo, tengan cuidado porque hay algunos venenosos, estas algas y estos tubérculos también se pueden comer – dijo agachada recogiendo verduras y comiendo.
– Ahora los dejo, nos vemos más rato –
Nada era rico, algunos tubérculos de color blanco, tenía un gusto como a zanahorias. Después de comer un rato nos acostamos a descansar sobre un césped grueso pero mullido.
– Tengo hambre – dijo mi hermana.
– Toma – le dije pasándome un tubérculo.
– No, no quiero más vegetales –
– No hay otra cosa –
– Quiero tu leche – dijo.
– Bueno, ven – dije poniéndome de lado. Ella se acostó al revés, con su mejilla en la cara interna de mi muslo y metió a su boca mi flácido miembro. Se sentía rico, chupaba con muchas ganas. Ahora que había recuperado fuezas parecía que se lo iba a tragar. Como su vulva quedaba en mi cara, comencé a chuparsela, pero no como en la balsa, ahora con más cuidado y no era por la orina, por el gusto de hacerlo.
Ella se quejaba y movía su pelvis, chupaba con tantas ganas que parecía que mis testiculos iban a salir por mi miembro. Comencé a eyacular y ella seguía chupando, su boca estaba pegada a mi pelvis. Le hice cariño en su peló, al final se tomó hasta la última gota. Había aprendido a mamar y lo hacía muy bien.
– Que rico, me hacía falta – dijo dándose la vuelta y besándome con su boca con gusto a semen.
– Te gustó? – le pregunté.
– Si, estuvo delicioso –
Descansamos un rato y después bajamos porque el sol se estaba poniendo.
Entramos a la choza y nos acostamos en un rincón. Mi hermana se dió vuelta y yo la abracé por detrás. No quería que nadie la tocara. Ella sintió mi flacidez y se acomodó dejándola entre sus nalgas y nos quedamos dormidos. Había sido un día largo.
– Buenas noches – le dije.
– Buenas noches – me dijo girando su torso y besándome en la boca como nos abismos besado en la laguna. Comence a tener una erección, ella se movió, acomodó su trasero y la penetré suavemente hasta el fondo y me quedé quieto. Y me dormí.
Otra parte
Quisiera sacarle leche a esos niños, me encanta. Sigue.
Hermoso ser el Gatorade de una hermana, hija, madre, tía, Prima o Sobrina, perdidos en una isla detenida en el tiempo una idea Brutal… Felicitaciones al Escritor anhelando otra parte