La Isla de los niños 6
Los días pasan y mi familia crece. .
– Que te pasa? Te noto raro? – me dijo mi hermana.
– No pasa nada, es que me molesta la crema verde en el trasero –
– En el trasero? Déjame ver – me acosté boca abajo y ella miró entre mis nalgas.
– Y porqué? Qué te pasó? – le conté lo del chico y se puso a reír.
– Qué bueno, para que sepas lo que sentí yo la primera vez que me cogiste por atrás –
– Pero yo tenia 12, no lo tenia como lo tengo ahora – le dije.
– Si, pero yo tenia 9 y tenia mi trasero virgen –
– Pero te lo hice con mucho cuidado –
– Pero igual me dolió –
– Y no dijiste nada ? –
– Y qué podía decir? Además de que me gustaba – dijo riendo.
– Acaso a ti no te gustó? – me preguntó.
– Si, pero me dolió – dije.
– Es al principio, después no te va a doler y sólo te va a gustar. Además con la crema verde mañana vas a estar listo para que te cojan de nuevo –
– No, no por ahora – le dije sonriendo.
– Tiene que ser ahora, mientras más tiempo pase te va a doler más –
– No sé, mañana veo –
Al día siguiente estaba bastante mejor, casi bien.
– Hola ! – me dijo el mismo chico que había cogido el día anterior.
– Hola – le respondí mientras se sentaba a mi lado.
– Quieres que cojamos de nuevo? –
– No sé, es que ayer me dolió mucho – dije.
– Y no me dijiste? La idea es que no te duela, sólo que lo disfrutes –
– Si, si lo disfruté, sólo que me dolió –
– Todavía te duele? –
– No, ahora no –
– Déjame verte – dijo y me acosté boca abajo. Igual que mi hermana, examinó mi ano, sentí sus dedos suaves acariciar mi esfinter. Se sentía rico de manera que cerré los ojos y me quedé quieto. Mojó sus dedos y me mojó el ano, lo acarició y después introdujo un dedo.
– Te duele? –
– No –
Comenzó a penetrame con un dedo, se sentía rico, después metió dos dedos.
– Te duele? –
– No – y no me dolía, sentía sus dedos entrar y salir. Los sacaba todo y después los volvía a introducir.
Cuando sentí su miembro, no me dió miedo, sólo esperé. No esperé mucho, después de algunos intentos lo sentí entrar, abriendo mi esfinter al máximo, pensé que se iba a romper de nuevo. Pero no pasó nada y me temor, mi dolor inicial, fueron desapareciendo, sólo sentía como me cogia y me dedique a gozarlo, eyaculando contra el pasto, mientras él me llenaba con su leche. Después se quedó encima mío aplastándome. Me sentía muy bien así.
– Te dolió? – me preguntó bajándose y acostándose a mi lado.
– No, nada, estuvo rico – dije mirándolo a los ojos.
– Mañana lo hacemos de nuevo, te parece? –
– Si, claro – dije cerrando los ojos.
– Me voy a lavar, quieres ir conmigo? –
– No, voy a quedarme a descansar un rato –
– Ok, te veo más tarde – dijo y se fue.
Sentía salir su semen de mi ano y correr por mis testículos, era agradable. Cerré los ojos para dormir un rato.
– Hola, quieres coger conmigo? –
Abrí los ojos, era el mismo chico que le daba su leche a mi hermana.
– Me cogieron recién y me dejaron lleno – le dije, no quería ser descortés con él.
– Ah, bueno –
– Pero si no te importa, puedes cogerme – dije.
Se puso entre mis piernas abiertas, con una mano me tomó de la cadera, levanté mi trasero y él lo metió todo, a fondo. Exclamé un gemido.
– Te dolió? –
– No, para nada, está muy rico, sigue –
Y siguió cogiéndome no sé cuánto rato, aveces lento, otras rápido, aveces se detenía para descansar y después continuaba, yo también me movía empujando mi ano contra su miembro cuando venia entrando, volví a eyacular, era mi segunda eyaculacion anal. Que bien me sentía, el siguió cogiéndome hasta que se corrió muy adentro, un chorro con cada estocada a fondo, y conté cinco estocadas. Me dio un beso en el cuello que me hizo estremecer.
– Estás bien ? – me preguntó.
– Si, de maravilla – dije.
– Vamos lavarnos ? – dijo todavía aplastándome.
– Si, vamos – le dije.
Me dió un beso en el hombro, mi ano apretó si miembro mientras lo sacaba. Después me dió la mano y me ayudó a pararme, las piernas se me doblaban. Y como si fuera su chica, me llevó de la mano al sector de la laguna para éso. Su leche y la anterior habían corrido por mis piernas hasta los tobillos.
– Inclínate – me dijo en el agua. Sentí sus manos suaves acariciar mis nalgas y comencé a orinar. Después lavó mi ano, introdujo los dedos mojados para ayudar en la evacuación de la leche.
– Déjame lavarte – le dije dándome la vuelta tomando su miembro, algo que nunca había hecho ni había pensado hacer. Pero quería hacerlo y lo fui lavando lentamente, como masturbándolo. Se fue poniendo duro en mi mano, no podía sacar la vista de su erección.
– Te gustaría chuparlo? – me dijo.
– No sé, nunca lo he hecho – dije.
– Arrodíllate – me dijo.
Me arrodillé, de ahí en adelante seguí sus instrucciones, y le hice lo que mi hermana me hcia a mí. Después salíamos de la laguna de la mano.
– Cuando quieras coger de nuevo me avisas. Además de que puedes coger con todos los chicos que te gusten, aquí nadie es de nadie y todos somos de todos, hombres y mujeres –
– » Los chicos que te gusten » – me quedé pensando en esa frase. No había pensado que un chico podía gustarme, bueno, ahora él me gustaba, y el anterior también, podían cogerme cuando quisieran. Pero los demás…?
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