La madre y su nena, en el supermercado
Una madre me aborda en el supermercado, con una propuesta inverosímil..
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La verdad, es que esto que me paso es de no creer.
Y me que me haya pasado a mi, es aun mas increíble.
Me ocurrió hace solo un día.
De mi, diré que no soy muy atractivo, y que vivo solo, alquilando.
Pero como la casera es una vieja mal llevada, no puedo llevar nadie allá, mucho menos una mujer.
Así que mis opciones sexuales son muy bajas.
Justo toco el feriado del 8 de diciembre, y todos los negocios cercanos estaba cerrados, con lo cual tuve que ir al supermercado mas cercano, que queda como a 1 kilometro de donde vio.
El supermercado estaba lleno, con esto que se acercaban las fiestas de navidades.
Yo solo quería lo mínimo para mí, para comer un par de días cuando volvía del trabajo.
Luego de deambular por el lugar buscando los alimentos, y tratando de conseguir precios, me cruce con una nena muy linda, de pelo medio cortito con rulos, que intentaba alcanzar un paquete de golosinas, que yo cortésmente le acerque, con una sonrisa.
Ella muy simpática me regalo una hermosa sonrisa, y luego se fue corriendo al lado de su madre.
Por mi parte, continue con las compras.
Cuando ya tenía los pocos, pero necesarios productos para comprar, me puse en la fila para las cajas de cobranza.
Por vaya uno a saber que cornos le pico a los del supermercado, formaron una sola y larga fila en la que todos estábamos atorados.
Y como dije, es esa época del año en donde todos compran toneladas de cosas, aun cuando no las necesiten.
Así que mi estancia en la cola para pagar, fue mas larga de lo que fue el seleccionar las cosas.
Incluso ya estaba lamentando no tener mi teléfono, por que al menos podría haber escuchado un poco de música mientras esperaba y no los llantos de algunos bebes, la charla de la gente, o el pésimo gusto musical de quien estaba a cargo.
Ya mas cerca de las cajas registradoras, la cola hacia unas curvas y vueltas, y ahí pude ver de nuevo a esa nena de rulos, junto a su madre.
Cuando me vio, me sonreía a la distancia.
Estaban delante mío unos cuantos lugares.
Y según íbamos avanzando y girando, nos seguíamos encontrando.
Pude ver como en un momento la nena le hablo a la madre, diciéndole algo al oído, lo que asumo habrá sido mi “heroico” gesto de alcanzarle un paquete de chocolates.
La madre enseguida giro hacia mi y me miro. Me pareció que intentaba saber quien era yo o algo así.
Me observo con detenimiento, como quien me estudia. Luego me miro a los ojos y me sonrió a la distancia.
Yo le devolví el gesto con una sonrisa y un ademan de la cabeza.
La madre también estaba linda, aunque no tanto como la hija, con lo cual asumo que era belleza heredada del lado del padre, o una mezcla entre ambos.
La madre estaría en sus 30, quizás, y tenia un cuerpo delgado que no tenia muchas curvas, estaba bien conservado.
Según avanzábamos mas en la fila, las sonrisas iban y venían con la nena.
Era difícil calcular su edad por que vestía con ropas holgadas y si bien su carita y sonrisa eran de nena, parecía un poco mas alta.
Quizás estaría en sus 9 años solo que es alta, o quizás estaría en sus 12, pero con cara de nena. Quien sabe.
Madre e hija llegaron a la caja, y pagaron sus compras, que eran bastante.
Para mi mala suerte, una de las cajas registradoras no sé que problema tuvo, así que era una menos para la cobranza, y el suplicio de esperar en la fila, se estiro aun mas.
Habre estado como otros 15 minutos mas en esa maldita fila.
En eso, me pareció ver que la nena volvió a ingresar al supermercado un par de veces, aunque no estoy seguro.
Al fin toco terminar con mi sufrimiento y procedí a pagar de inmediato todo lo comprado, y salí con un par de bolsas del lugar.
Pase por el estacionamiento, y luego a la calle.
Habre hecho al menos dos cuadras desde el supermercado, cuando un auto blanco, se detiene a mi lado, en la calle.
Era la madre y su hija.
“Hola, te acerco?” Me pregunto asomándose por la ventanilla, la madre.
Mire al auto y solo estaba ella y su hija, en el asiento trasero.
“Emm… no sé… si usted quiere… pero esta segura?”
“Si, si no hay problema, veni, subite.” Me dijo, mientras se inclinaba al asiento del acompañante a abrir la puerta.
“Bueno… aunque no vivo tan lejos”, le respondí mientras me sentaba en el asiento del acompañante.
“Holis!” Me dijo una vocecita coqueta detrás de mí. “soy Micaela.”
“Hola, Mica… yo soy Roberto”, le respondí.
“Esta es mi mamá, Agustina”, se apresuro a decir la niña. La madre solo sonrio.
“Un gusto, gracias por llevarme, no se hubiera molestado” le dije, mientras el auto arrancaba y yo me ponía el cinturón de seguridad.
“No es nada…” me respondió Agustina. “Por donde vivís?”
“En X 123, casi esquina Z” le di mi dirección. “Basta con que me dejen cerca.” Agregue.
Tras una cuadra, estaba pensando en que tema de conversación sacar, cuando escucho la tierna vocecita detrás mio preguntarme:
“Tenes novia?”
Yo me reí un poco por la sorpresa de la pregunta, y le dije la verdad.
“No, no tengo novia, tampoco estoy casado. Tengo mala suerte en el amor.”
“Ah, que bueno! Mejor!”
La madre, solo se reía moviendo la cabeza, y atenta al camino.
“Te has cogido a alguna nena como yo?”
“EEeehhque???”
Inmediatamente gire como quien escucha mal, pero eso fue muy clarito.
“Micaa!” le reprocho la madre con una sonrisa, como quien dice una travesura o un chiste. “Así lo vas a asustar…”.
“Pero es que quiero saber…”
Yo estaba de no creer… creo que hasta tenia la boca abierta como un tarado, sin saber que mierda responder.
“Perdona a mi hija, es muy impetuosa y cuando algo se le mete en la cabeza, lo quiere si o si.” Yo seguía en silencio.
Agustina, aminoro la marcha y se estaciono a un costado de la calle. Puso freno de mano, y luego se volteo a verme y a decirme:
“Mira, no quiero asustarte. La cosa era pedirte tu teléfono o sugerírtelo de forma mas suave, pero esta señorita de acá es una nena malcriada que necesita unas buenas nalgadas.”
Yo pensaba en que decir. Solo asentía con la cabeza y ya.
Trate de actuar calmado, y pensaba decirle que yo no era ese tipo de hombre, o preguntarle si era un chiste o que carajos.
A ver, no soy pedófilo, no he estado con niñas.
Nunca se me paso por la cabeza el sexo con nenas… aunque no voy a mentir diciendo que no he mirado por ahí.
No reprimo mis deseos o fantasías y confieso que soy mucho de mirar jovencitas.
Pero jovencitas, con vello púbico en la conchita y tetitas notorias paraditas. Y mirar, pero no tocar por obvias razones.
Pero una nena de la edad que tuviera la mocosa esta?
“Te soy sincera, no tenes que mentir con nosotros. Sé reconocer a un pedo cuando lo veo.”
“Para… tengo cara de pedófilo?” le pregunte un poco ofendido.
“No, no. Para nada. Pero si sé reconocer los detalles de gente como vos. Se reconocer cuando te da hambre un culito.
Note como disimuladamente le mirabas el culo a la pendejita delante de ti. También te note cuando te pusiste a mirarme el culo a mi, gracias por comerme con la mirada.”
Yo estaba atónito.
Era todo eso real??
Realmente estaba siendo levantado por una madre y su hija?
O era todo una trampa?
“Y… tu marido?”
“Nah, ese pelotudo no existe mas. No le intereso hacerse cargo cuando me preño, así que desapareció, solo somos Mica y yo.”
“Ah…”
“Mira, te entiendo, te agarramos muy de sorpresa. No sabes que pensar. Mi nena se enamoro de vos. Y si bien no sos atractivo, tampoco sos feo. Así que si tenes una linda verga y sabes usarla, hasta yo te cojo.”
Yo me gire a ver a la nena en el asiento trasero, por que me costaba trabajo poder asimilar la idea de todo el asunto. Incluso la manera en que hablaba sucio delante de la nena.
Cuando me giro, la pendeja me miraba con una sonrisa tierna de oreja a oreja, muy contenta con la conversación. Incluso al verla, me lanzo un besito romántico con su manito.
“Mira, hagamos esto: si te interesa, si te animas a cogerte a Mica, y de paso a mi, te voy a dar un numero para que me llames. Anota.”
“Noo… no tengo mi teléfono encima, lo deje en casa”.
“Ok, te lo anoto a mano. Toma”.
“Ok…”
“No tengo que decirte que no le cuentes a nadie de esto, no? Además no van a creerte. Y no te confundas, no vendo a mi hija, no tenes que pagarme nada. Tampoco me vendo, no soy una puta, solo nos gusta coger. Y le gustaste mucho a mi hija que quiere cogerte. Si tenes huevos, te animas, me llamas hoy o mañana. O si me mandas mensaje, no escribas nada comprometedor, solo deci quien sos y que aceptas y arreglamos. Te parece? Pero si no, no me llames dentro de una semana que ya habrá pasado el asunto. Esta es una oportunidad única que te ofrezco, por mi hija. Esta claro?”
“Si, si… me queda claro”.
“Ya esta te dejo aca, pensalo, toma aire por que veo que estas como un tomate. Decile chau a Roberto, Mica.”
Cuando me di vuelta para despedirme de la nena, esta se me abalanzo, y me planto un beso húmedo en la boca, incluso llego a meter lengua.
“Chau, papito, no me dejes sola”.
Shockeado, consternado, traumado y peor aun, caliente, me baje del coche y me quede parado ahí un momento, con las dos bolsas en la mano.
Esa era la actitud de una nena de…10, 11 años?
La madre la obligo?
Es todo una trampa?
Con la cabeza yendo a mil por hora con muchos pensamientos, comencé a caminar.
También para bajar mi erección a medias, para que no se vaya a notar por encima de mi pantalón.
Por suerte las calles por donde regresaba, estaban prácticamente vacías.
Al regresar a casa, guarde las cosas y decidí darme un baño para calmarme, pero como no era tan fácil, y todo lo ocurrido no dejaba de darme miel vueltas por la cabeza, decidí hacerme una buena paja, que me hizo acabar muy rico.
Fue una explosión de placer.
Mas que nada no quería que mi calentura me gane y la termine llamando.
Aun no confiaba en la situación, era muy buena para ser cierta.
Llego el sábado, y todo el asunto aun me daba vueltas por la cabeza. Por ambas cabezas.
No sabia si seria una trampa, pero estaba seguro de que si dejaba pasar la oportunidad, la idea me iba a carcomer la cabeza por años. Así que al final, decidí poner fin al asunto, llamando a Agustina al numero que me dio.
No tardo ni un segundo en contestar.
“Hola?”
“Hola…si… habla Roberto, hablamos ayer, te acordas…?”
No me dejo ni terminar, que enseguida respondió algo emocionada.
“Si, si, obvio que me acuerdo de vos. Al final te decidiste entonces… donde te busco? Asumo que queres juntarte en algún lugar publico o algo de eso.”
“No, mejor no. Puede ser en por las calles Sarmiento y calle 32? Esta a unas dos cuadras del supermercado donde nos conocimos, hay varios terrenos baldíos por ahí, y no anda casi nadie.”
“No, yo te quería traer a mi casa, para que te cojas a mi nena en un lugar seguro y tranquilo”
“No, me refería a que ahí es esas calles, no nos va a ver nadie conocido. De buscas en el auto y vamos para tu casa.”
“Ah, bueno, entonces si. A que hora te parece?”
“Cuanto antes mejor… si puede ser ya… en media horita…”
“Pues solo tengo que agarrar el coche y en 5, 10 minutos estoy ahí si queres.”
“Mucho mejor entonces. Nos vemos ahí.”
“Dale, besotes”
Así es como tome un paquete de preservativos, me puse un poco de perfume, tome mi teléfono, mi campera, mis llaves y salí muy emocionado al encuentro. Pensaba que si por ahí, de ultima, no se daba con la nena, capaz me podía coger a la madre, ya que lo había mencionado.
Que sea lo que Dios quiera, a fin de cuentas.
Llegue prácticamente enseguida al lugar indicado.
Estaba totalmente solo en el lugar, las casas mas cercanas estaban mas de media cuadra, y no se veía ningún alma ese sábado a las 9 de la mañana.
No pasaron ni dos minutos, que veo el coche verde oliva asomarse a la distancia, en dirección al supermercado.
Sentía un poco de nervios, mezclado con un poco de la brisa fresca de la media mañana.
El auto se acerco y freno frente a mi.
En el asiento del conductor, estaba ella, Agustina, quien ahora veía era una mujer bastante atractiva y joven.
Y atrás, casi saltando de alegría, estaba Micaela.
Agustina me hizo señas de que suba al auto, y asilo hice.
“Perdona que tarde un poco, a esta loca se le ocurrió venir también. Esperaste mucho?” Dijo, mientras se inclino hacia mi, saludándome con un beso.
La mocosa de atrás tampoco se contuvo y salto a darme un beso también.
“No, no paso ni un minuto…”
“Ya veo por que querías que te recoja acá, se nota que ya la tenes parada, jaja”
Cuando Agustina me dijo eso, mire a mi entrepierna y efectivamente, no me había dado cuenta de gran bulto en mi pantalón, que era notorio incluso estando sentado.
Para cuando me termine de poner el cinturón de seguridad, ya estábamos en marcha.
En el camino, me hablaron de algunas de sus cosas, como que no estaban acostumbradas a hacer eso, pero entre que Micaela sintió una conexión especial conmigo, y que Agustina me inspecciono y se dio cuenta de que podría funcionar, pues se animaron.
Además yo era un tipo atractivo, según ellas.
No era un Adonis, pero estaba bastante bien, de físico y de cara.
También comentaron otras cosas mas que no recuerdo, por que estaba centrado en ver hacia donde íbamos, y con mil pensamientos a la velocidad de la luz.
Charlas un poco sin sentido, que asumo, habrán sido para romper el hielo.
No tardamos mucho en llegar a su casa, ya que vivía mas o menos cerca, en una buena casa grande, con un terreno grande, que tenía incluso rejas automáticas.
Así que entramos directamente a escondidas de los vecinos.
Incluso la casa de dos pisos, se encontraba alejada de los vecinos por el mismo terreno.
Eran unas pocas cuadras lo que nos separaba del barrio de clase media en donde yo alquilo, y de este barrio de clase alta en donde viven ellas. Y aun así, dos mundos diferentes.
Bajamos del auto, ya dentro de la cochera, y las acompañe a una puerta que daba directo a la casa.
La nena se comportaba como una mujer grande, como si fuera una persona importante que trae un invitado a su casa, pero en un claro tono infantil.
La madre me invitaba a entrar y que no sea tímido que no me iban a comer, al menos no de momento, y se rio pícaramente.
Pasamos al living, en donde me puse mas cómodo, sacándome la campera.
Ahí Micaela se sentó en mis piernas casi de inmediato.
Agustina regaño a su hija:
“Mica, hija! deja que primero se aclimate, estas desesperada por cogértelo.”
“Perdón, mami, es que estoy caliente y me pica la chuchis un poco.”
Ahí Mica se bajo y se sentó a mi lado, mientras Agustina se sentó en otro sillón frente a mi, y poniéndose seria, me dijo:
“Tendríamos que haber aclarado las cosas antes, pero esta mocosa esta desesperada y se apuro. La cuestión es así: nada de violencia, ni drogas, ni insultos. Mica solo esta desvirgada por la vagina, pero eso es todo. El ano lo tiene virgen y debe seguir así.
Si luego ella quiere que se lo agranden cuando sea grande, es otra cosa, pero mientras, solo te la podes coger por la conchita y despacio, por que veo que tenes una pija grande.”
“Ok…”
“Que mas? Ah, fumas?”
“No, no fumo.”
“Tomas?”
“Si, pero no soy borracho, no tengo aguante para el alcohol, a lo mucho alguna cerveza.”
“Perfecto. En esta casa no quiero ni drogas, ni cigarrillos. Tampoco le vas a decir de esto a nadie, será nuestro secreto. Sábelo que nosotras tenemos las de ganar. Si quiero, te denuncio y vas preso, y nadie te va a creer.
Tampoco quiero que tomes fotos o filmes.
Por ahora, vas a probar a ver si a Mica le gusta lo que tenes para ofrecer, quizás luego yo también lo pruebe. Y si las cosas salen bien, luego hablamos de repetir.
Pero si no, esta será tu única oportunidad y si te he visto no me acuerdo. Y en cuanto sospeche que nos acosas, policía. Esta claro?”
“Si, si…”
“No tenes enfermedades, no? Por las dudas yo te voy a pasar unos forros.”
“Traje un par yo…”
“Deja, los míos son mejores. Por ahora, relájate, disfruta… juga con mi nena, hacela sentir bien rico, y cuando ambos estén listos, ella te va a llevar a la habitación y ahí te la coges a gusto, pero como dije, sin violencia, sin lastimarla.”
“Ok…”
“Ok… yo voy a estar por ahí si me necesitan.”
Acto seguido, la madre se retiro a la cocina.
Micaela enseguida se me lanzo encima, sentándose a caballito encima de mi pija.
Yo comencé a acariciarle el pelo, la cabecita, las piernitas… era (y es) una nena muy hermosa.
Su pelo enrulado era muy suave.
Traía puesta una jardinera de pantalones cortos, con adornos floreados, y una camisetita rosada.
Ya hasta se había quitado los zapatos, y solo tenia puestos sus zoquetes de alguna princesa de Disney.
Casi inmediatamente, comenzó a moverse encima mío, restregando su tierna vagina infantil contra mi bulto, para luego acercar su carita y besarme en la boca.
Sus labios eran chico comparados con los míos, pero le ponía mucho empeño.
Incluso comenzaba a usar su lengua y mucha saliva.
Era una niña, una nena, pero con experiencia.
No paso mucho en que comencé a meterle mano en sus caderas y especialmente en sus nalguitas.
Incluso me atreví a recorrer la raya de su cola con mi dedo mayor, aunque por encima de la ropa.
Eso la activo y me dijo: “papi, quiero que me la metas.”
El “papi” me sorprendió, pero mas me sorprendió escuchar a la madre quien estaba atenta a todo diciendo:
“Vayan a coger a la habitación”.
Así es como lo hicimos.
A llegar a la habitación yo esperaba que fuera el cuarto de la niña, pero era el de la madre. Una cama de dos plazas nos esperaba.
Allí, comenzamos a desnudarnos. Yo iba un poco mas tímido que la niña, quien ya estaba arrodillada en la cama, solo con sus calzones rosados y sus zoquetes de princesa.
Yo también me quede solo con los calzoncillos, y me senté a su lado, para seguir besándonos y acariciándonos.
Yo quería ir despacio, por que un poco de intimidación de la madre cuando dijo que no la lastimara, pues tenia.
Después de todo era una nena de 9, 10 años, y yo un tipo de mas de 30, con una pija adulta.
Acariciándole su hermoso pelo rizado, le pregunte a modo de chiste:
“Abajo también tenes rulitos?”
“Eh? Que?”
“Si abajo en tu conchita también tenes pelitos con rulos…”
“No, no tengo pelitos aun, soy una nena.”
“Una nena caliente”
“Una nena bien puta, papi”.
Ahí es cuando comencé a bajarle su calzoncito, y me dispuse a chuparle su chochito infantil.
Su piel era muy blanquita, pero su pequeña vagina semi abierta y mojada, ya mostraba un interior completamente rosado, con tonalidades rojas.
No pude chupársela mucho porque ella quería que me la coja.
“No, papi, métela la pija, quiero tu pija dentro mío…!”
Como pude la acomode en la cama, y para no aplastarla con mi peso, la puse de costado.
Ahí es donde acomode mi verga y comencé a rozarle a todo lo largo de su rajita.
Mi glande intentaba abrir esa conchita, pero no podía, estaba bastante cerradita.
Luego recordé que tenia que usar preservativos, así que me estire y tome unos que la madre me había dejado en la mesa de luz.
Luego de ponérmelo, y viendo lo desesperada que estaba Micaela, comencé a frotar mi verga por toda su vagina infantil, intentando penetrarla.
Pero tampoco quería por que me daba cosa.
De todas maneras no duramos mucho.
Mica estaba muy caliente, y yo no podía creer lo que estaba haciendo con una nena.
Al final, terminamos acabando al poco tiempo.
Al volver al living, Agustina nos miro y comento:
“Que rapidez… ya terminaron tan pronto?”
“Es que teníamos muchas ganas…”
“Si, pero es malo, no me la metió…”
“Es que la tengo grande y su conchita es diminuta…”
“Ah, me hubieses dicho y te daba una mano.”
“Pero estas segura? Mira que la tiene tan cerradita… la puedo lastimar.”
“Vos quédate tranquilo que por algo soy medica de cabecera. No te conte?”
“No…no sabia…”
“Vos quédate tranqui que luego de comer, lo intentamos y yo te ayudo a cogerte a mi hija.”
Hicimos una pausa para comer.
Micaela estaba desnudita sentada en la mesa, yo me había puesto el pantalón y la remera.
Ahí, mientras comíamos, y ya entrados en confianza, nos contamos varias cosas.
Por ejemplo que Agustina era medica de cabecera.
Que quedo preñada de Micaela por un boludo con el que cogió una noche, pero no quería tener una relación con el tipo, además de que el flaco no estaba listo para ser padre y prefirió ser madre soltera.
También conto que a ella, la inicio un tío cuando tenia 13 años, por que la encontró masturbándose con sus revistas porno.
A partir de ahí le encanto el sexo.
No quería que su hija se iniciara en el sexo tan joven, pero tampoco le prohibió conocer cosas.
No tenia problemas en que Micaela vea a su madre coger con algún macho que se encontraba.
Prefería educarla en lo sexual, y así disfrute del sexo y se cuide.
Luego cuando Micaela cumplió 9 años, en un viaje con unas amigas en México, un chico de 13 la convenció a Mica de chupársela y luego la termino desvirgando.
A partir de ahí Mica quiso experimentar mas sexo, y su madre accedió pero con cuidado.
Primero con algunos jovencitos, pero eran demasiado inexpertos y bruscos, además de que no les iba la pedofilia.
Pero luego un día, en otro viaje, Agustina cogió con un tipo que noto que su hija los espiaba y se masturbaba.
El viejo resulto ser un pedófilo, y luego de acordar tratarla bien, se cogió a la nena.
A partir de ahí, y desde los 10 años, que Micaela muy de vez en cuando, se coge a algún hombre adulto pedófilo.
Pero es difícil encontrarlos y que sean buena gente.
Y ahí entre yo.
Yo no era ningún depravado sexual ni nada de eso, solo un tipo que le gusta el sexo, y tiene la mente abierta para cogerse a jovencitas.
Y es que como dice el dicho: si hay pelito (en la conchita), no hay delito.
Yo les conté un poco de mi vida, aunque no mucha.
Y luego de descansar del almuerzo, Agustina dijo:
“Listo? Vamos que te voy a enseñar como cogerte a mi nena…”
Volví a desnudarme, y Micaela se acomodo boca arriba con las piernitas abiertas.
Agustina, se desvistió también aunque se quedo en ropa interior.
“Roberto… estas seguro de que estas limpio, no? No tenes ninguna enfermedad?”
“Si, si… me cuido, no soy boludo. Y además, como te dije antes, hace rato que no la pongo, con todo esto de la pandemia…”
“Ok, yo confió en vos entonces, no me desilusiones. Te la vas acoger sin forro, total no podes preñarla.”
Acto seguido, acomodo una almohada debajo de las caderas de Mica, dejándola un poco mas alta.
Luego me pidió acercarme a ella de rodillas abiertas.
Finalmente, Agustina se puso detrás mío, abrazándome. Luego me dio indicaciones especificas:
“Agárrala fuerte de las caderas, que no se te escape.”
Luego tomo mi verga con su mano izquierda y con la derecha, abrió un poco los pliegues de la pequeña vagina de Micaela.
Enseguida, Agustina comenzó a empujarme con sus caderas, para que comience a penetrar a su hijita.
“Dale, dale… vos dale tranquilo, solo agárrala firme, que no se te escape.” Me decía mientras movía mi pija arriba y abajo para que se abra camino en el vientre infantil.
La nena daba unos pequeños gemidos de molestia, que no estaba seguro de si era de placer o dolor. O ambos.
“Vos dale tranquilo que la medica acá soy yo. La vagina se estira, tanto a lo ancho como a lo profundo. Se la podes meter toda hasta el fondo si queres, no la tenes tan larga.
Los quejidos de Mica iban en aumento.
“Dale, pendeja, vos querías pija acá tenes, aprovecha de comértela toda.” Le gritaba la madre a la hija.
Yo podía sentir como esa funda vaginal entraba muy apretada, pero por momentos iba aflojando.
Estaba en la gloria, y si no hubiera acabado media hora antes, ahora estaría acabando solo con esa hermosa penetración.
Ya estando mas pegados, Agustina saco su mano de nuestras entrepiernas y se aferro a las caderas de su hija, tirándola hacia mi, al tiempo que me empujaba con sus propias caderas para que yo ensarte a la niña completamente.
Micaela se retorcía un poco, y podía ver que su rostro estaba empapado en sudor, y sus ojos dados vueltas producto de la demencial estocada.
Luego comenzamos a movernos lentamente.
La madre me imponía el ritmo con el cual cogerme a su hija de 10 años.
“Viste que putita es mi hija? Le encanta que te la cojas… sos su macho, su novio ahora.”
Podía escuchar las duras palabras de la madre en mi oreja, incluso podía escucharla agitarse y calentarse, mientras me hacia mantener el ritmo.
En este punto, Micaela gemía brutalmente cada ensartada.
Incluso intentaba elaborar algunas palabras calientes
“Papi, cógeme duro, así, me encanta, esta rico”.
Los gemidos de la madre a un costado mío, me hicieron animarme a darme la vuelta y darle un beso, el cual ella provecho y se prendió de mi boca con todo y lengua.
Esto acelero el ritmo que me imponía, acercándonos al climax muy rápidamente.
Micaela lanzo un dulce gemido muy sexual, producto de su orgasmo infantil.
Yo lo hice unos momentos después, llenado sus entrañas de mi leche.
O eso quise creer, ya que al estar tan estrecha, es poco lo que salió.
Cuando Agustina se retiro de detrás mío, yo también me retire un poco, haciendo que mi verga se saliera de la vagina infantil, y mi semen comenzara a fluir entre mi miembro y su vaginita.
Yo intente buscar algo para no manchar las sabanas, pero Agustina se prendió de mi pija para tomarse la poca leche que aun me brotaba, y luego de la vagina de su hija, asegurándose de que ningún semen mío sea desperdiciado.
Yo me retire un poco, y me puse a disfrutar del espectáculo.
La madre, en 4, inclinada sobre la vagina de su hija de 10 años, chupándosela toda.
La madre se tomo su buen tiempo chupando a su hija, quien volvía a sentir otro orgasmo infantil.
Y ahí estaba la vista:
La madre tenia el calzón un poco corrido, lo que me daba un buen espectáculo de su orto parado, mostrando un lindo y rosado ano, así como una vulva madura y peluda que chorreaba algunos jugos femeninos.
No me aguante y también me abalance a comerle esa zorra peluda que claramente necesitaba atención.
Esto le encanto a Agustina quien como pudo, se acomodo para darme mas acceso a su vulva.
No paso mucho en que mi verga estaba erecta de nuevo y lista para la acción.
Y así en la posición ideal en laque se encontraba Agustina, le baje el calzón del todo, y arremetí cual potro salvaje perforando esa concha adulta.
La madre puso el grito en el cielo ante semejante sorpresa entrándole.
“Ah, hijo de puta para!”
Yo no le hice caso y recordando como quería que me coja a su hija, me la comencé a coger a la madre con esa misma intensidad y profundidad.
Sus gemidos eran hermosos, dejando ver que tenia una hermosa voz, muy femenina.
Si no hubiera sido doctora, tendría que haber sido cantante.
Al menos yo la estaba haciendo cantar.
Para cuando decidimos cambiar de posición y estar frente afrente, la pequeña Micaela yacía agotada y desparramada a nuestro lado, mientras su madre y yo nos matábamos cogiendo como animales salvajes.
Estábamos poseídos.
Agustina lubricaba como una puta en cada orgasmo que tenía, mojándome y permitiendo que mi verga le entrara con mayor facilidad.
Y ya estando frente a frente, también nos comíamos la boca.
Aun podía sentir en sus besos, el sabor de su saliva mezclado con mi semen, y los jugos infantiles de la pequeña Mica.
El clímax no tardo mucho mas en llegar, en donde vacié todo mi contenido de semen dentro de Agustina.
Años que tenia los huevos llenos, mitad fue a parar en la conchita infantil de Micael, y la otra mitad en el útero maduro de Agustina.
Nos quedamos dormidos, y al final, despertamos cuando sonó el teléfono de Agustina.
Debía atender sus asuntos, y me dio a entender que debía irme.
Micaela aun seguía despatarrada sobre la cama, con su vagina semiabierta, aun chorreando un poco de mi leche.
Claramente tuvo la cogida de su vida.
Me despedí con un beso en su boca infantil, pero seguía durmiendo y babeando un poco.
Un hilo de saliva nos unió por un momento.
Cuando termine de vestirme, Agustina me llevo al auto, y partimos.
Me dejo a unas cuadras de donde alquilo, y cuando nos despedimos, me dio un lindo beso de lengua.
“Creo que rompiste a mi nena…” me dijo.
No pude preguntarle mas nada, si habría otro encuentro, si me llamarían o que pasaría.
Solo pasaron dos días del eso, y sentí que se lo tenia que contar a alguien. Por eso este relato en total anonimato.
Solo espero volver a tener suerte y que esta madre puta y su hijita putita, me llamen de nuevo para cogérmelas rico.
me encantó, muy bien escrito y con muchos detalles, espero que tenga continuación
Que rica experiencia como deseo que me pase algo así jejejeje
excitante y con morbo, espero la continuacion.
Preciosa experiencia , mejor que no estés contando nada , asi esta bien , en relato al final es bien anonimo.
Muy buen relato!,dedusco que ya que es anónimo es completamente real?,podrías confirmar?,y de qué país eres?,la verdad me exita de sobre manera una situación así mmmm, ojalá me pasará algo parecido🤤🤤aunque por donde vivo es poco probable ya que la mayoría de las madres que he visto con sus hijas y que ambas son bien hermosas son muy puritanas…..pero nunca dejo de pensar que capas que en algún momento me pase algo así….sería de lo más rico!,habrá segunda parte??mmmmmm
hermoso
Me encanto cada detalle de tu relato es muy excitante y lleno de perversión espero poder leer más es increible
Excelente sigue