La mamá de mi mejor amigo me usa para desquitarse de su marido
La madre de Enrique, tiene 36 años. Es una mujer preciosa por donde se la mire. No es de esas mujeres exuberantes, pero tiene de todo en su justa medida. Por sobre todo tiene unos labios carnosos que cada vez que la veo, me hace soñar que sería bárbaro que me de una buena mamada..
Enrique es mi mejor amigo, prácticamente nos conocemos desde jardín de infantes, por lo que a su madre la conozco hace mucho. Y siempre me sentí atraído por ella. Y a medida que fuimos creciendo, más todavía. Reconozco me me he masturbado hasta tres veces en el día pensando que tenía sexo con Iliana. A mis 17 años todo lo que tiene agujero es para mí trinchera. Por ejemplo hace un par de años mantuve una relación incestuosa con mi prima Ely. A la vez tenía sexo con la hermana de Enrique, que es dos años mayor que yo. Soy promiscuo, si pudiera estaría todo el día teniendo sexo. Y encima Diosito me dotó de una herramienta contundente (24×6.0cms), cada mujercita que la prueba, luego le cuesta dejarla. Por ejemplo a mi prima Ely la desvirgué una noche en que había fiesta en casa, esa noche la pasó bastante adolorida pero luego no dejaba de buscar la oportunidad de tener sexo conmigo, así me adueñé también de su culito. Y ese sí que fue un problemita. Pero eso lo contaré en otro relato. Volvamos a Iliana, la madre de mi amigo.
Como dije Ileana es hermosa y me calienta mucho. Su marido trabaja en la industria minera, por lo que casi siempre está lejos de casa en alguna mina. Su esposa es joven y le sobran partidarios para hacerle el favor. Pero ella siempre se ha mantenido fiel a su marido.
Hasta que una tarde, su hija le contó que hace tiempo atrás había tenido relaciones conmigo, que yo gozaba de buena salud y mejor herramienta. La madre quedó intrigada, ya que nunca habíamos tenido ningún acercamiento. Y eso que yo más de una vez me la quedaba mirando al pasar, ese culo precioso y sus equilibradas tetas, ni grandes ni chicas. Tamaño justo. Claro para ella era el amigo de Enrique, pero al descubrir que le había cogido la hija, y que encima estaba bien dotado pasé a ser algo que se debería probar. Y allí comenzó todo.
Llego esa tardecita a buscar a mi amigo y me cruzo con su hermana, la muy turra se me aproxima, me apoya su pubis sobre la verga y me dice que deberíamos volver a encontrarnos algún día, y se retira a su habitación contoneando ese precioso culo. Igual al de su madre. Aparece la madre y noto que trae una calza de lycra que hace resaltar su cuerpazo, parece una piba de 15 años. También hace resaltar sus gorditos y separados labios vaginales a través de la tela. Lleva una camiseta de algodón y sin sujetador, lo que me permite apreciar su pezones agresivos, bueno yo ya a esa altura estaba caliente y la verga se comenzó a poner dura. Iliana se me acerca, me abraza apoyando dos cosas en mi cuerpo, sus tetas en mi pecho, tiene casi mi altura y su pubis contra mi verga. Al notar y sentir el bulto se aleja un poco y mira mi entrepierna, claro, la pija ya está totalmente erecta y hace un buen bulto. Se queda pensativa y luego con una sonrisa muy pícara me pregunta si salgo de viaje, por la maleta. Y abiertamente estira la mano y la posa sobre mi pija, la calibra por sobre la tela y se asombra. Pero noto que su piel ha tomado un color sonrosado y que su respiración se agitó. O sea que Iliana se está excitando.
Siguiendo su juego, yo muy atrevido pero ya lanzado, le pregunto si quiere revisar lo que llevo en la maleta. Iliana se me acerca y me dice que su hija está por salir. Y que Enrique no está. Por lo que dentro de un ratito seguiremos esta charla. Y me lleva a la cocina, prepara unos mates y no quita la vista de mi. Me paro cuando ella se da vuelta y me presenta su culito, le apoyo la pija y ella ronronea como un gato. Le acaricio la concha y ella abre un poco las piernas. Se nota que está muy mal cogida. Pobre la madre de mi amigo. Seguimos con el mate y viene la hermana de Enrique y le dice a la madre que se va y que volverá tarde, no sin antes guiñarme un ojo y decirme que en la semana saldremos a tomar algo. Yo asiento sin hablar. Apenas se cierra la puerta de calle, Iliana se abalanza sobre mí, me ataca con alevosía, me arrincona contra la mesa, se arrodilla frente a mí, me baja el short y el calzoncillo dejando así al aire mi verga. La toma en sus manos, la admira y simplemente abriendo bien la boca se la mete hasta la garganta. Me está dando una tremenda mamada, yo acaricio sus pechos, pero está a punto de hacerme acabar, se lo comento y ella solo intenta meterse la verga más adentro todavía y allí le suelto mi primer acabada de la tarde. Se toma toda la leche y saborea mi tripa. Se para y comienza a desnudarse, allí mismo en la cocina. No quiere perder tiempo, está desesperada por la verga. Al sacarse la remera puedo apreciar sus hermosos pechos con los cuales hace mucho que sueño morderlos y hacerme una paja en ellos.
Al bajarse la calza puedo apreciar por primera vez ese escultural cuerpo, sus piernas son torneadas y largas, su culo es redondito y macizo. Bueno toda ella es espectacular. Con solo apreciarla totalmente desnuda, mi tripa volvió a resurgir. Y tomo la posta del asunto, la pongo de panza a la mesada, le abro las piernas como hace la policía cuando detiene a alguien, me arrodillo atrás y simplemente me apodero de su concha y su culo con mi lengua y mis dedos, enseguida comienza a gemir, sus labios vaginales son gorditos y abiertos, pero su concha es bastante estrecha. Su culo está cerrado, se nota que hace mucho no tiene sexo por ahí. Hoy cambiará eso. La elevo a un nivel de calentura que sus flujos corren por el interior de sus piernas. Está desesperada por que se la meta. Y no me hago rogar, tomo mi tolette por el tronco, se lo posiciono entre sus pliegues vaginales, ella lo mantiene en posición y simplemente empiezo a penetrarla, ella se abre más de piernas para recibir mi pedazo de carne. De a poco se la voy enterrando, siento que suspira fuerte, gime un poco, se queja pero sigue adelante, y finalmente tres cuartas partes de mi pija está en su concha. Se queda quietecita por un momento mientras se acostumbra al tamaño del agresor, y luego comienza con un movimiento giratorio de caderas impresionante, y cada vez busca meterse más pija dentro de su vagina. Finalmente logra que gran parte de mi tripa esté dentro de su caliente y estrecha cueva, la cojo con fuerza, y no dura mucho, se viene en un intenso orgasmo, y eso solo aceleró sus movimientos, siguió desesperada en busca de un segundo orgasmo, yo le di gusto y pija, luego de varios minutos volvió a desesperarse y me regaló su segundo orgasmo. Mi tripa está más que dura, ya tengo ganas de acabar. Se la saco y se la apoyo en su ano. Enseguida se corre. Me dice, tranquilo amigo que con ese tronco me vas a reventar mi culito. Se mueve hasta la heladera y para mi sorpresa saca de allí un tubo de gel lubricante. Vuelve a mi lado, se arrodilla y se adueña nuevamente de mi verga con su boca, me la mama y me pajea con estilo. Luego de unos minutos se acomoda nuevamente de panza contra la mesada, me entrega el tubo de lubricante y me pide que le haga la cola pero con suavidad, no quiere que la lastime. Sus deseos son órdenes para mí. Iba a entrar en ese culo tan soñado. Puse gel en mis dedos y comencé el trabajo de ablandar y estirar su cuerito trasero, mientras tanto volví a penetrarla por la concha, lo que a ella le pareció muy bien. Mientras le daba matraca con ganas a su vagina, llegué a meter tres dedos en su ano. Ya su esfínter estaba bien dilatado, puse bastante gel en su culo, unté mi verga con más gel, le pedí que se abra los cachetes, y posicionando la punta de mi tripa en su rosado ano, presioné y comencé a entrar en tan preciado tesoro, ella comenzó a respirar fuerte y suspiraba. Se le escapó algún gemido mientras mi pija seguía su avance por el aterciopelado túnel trasero de la mamá de mi amigo. Finalmente toda la pija estaba dentro, mis testículos pegaban en sus nalgas. Yo lentamente me movía buscando penetrarla al máximo, ella colaboraba abriendo sus nalgas, y la verdad es que no aguanté mucho más y finalmente con potentes chorros de esperma, le saqué un orgasmo por el culo. Quedó media despatarrada, me dolía la verga de lo apretado de su ano, tuvimos que esperar que se achicara mi tripa para poder sacársela sin hacerle daño. Luego ambos apoyados en la mesada, uno al lado del otro, Iliana me dice, querido de haber sabido que tenías tamaña verga, hace tiempo te hubiera cogido yo a vos. Y sonriendo toma mi poronga, la sacude y me pide que me vista, no vaya a llegar Enrique, pero que esté siempre atento a su llamado. No será esta la única vez que tengamos sexo.
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