La masajista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre me ha producido un especial morbo las chicas orientales, ya sean Japonesas, Chinas, Coreanas, Vietnamitas, etc. La belleza de esta raza de mujeres, es a veces increible, su tez blanquecina, sus ojos rasgados, su por lo general pequeño y bien proporcionado cuerpo, consiguen un efecto devastador en mi.
He de decir que debido a este comportamiento mio, no se vayan a pensar que soy un obseso sexual, o un violador, decidi que algun dia tenia que cepillarme a una chica oriental. Pues bien en una ocasion, tuve la fortuna de que me tocara un pellizco de dinero en la loteria, no era mucho pero si lo suficiente, para acabar de pagar el piso, comprarme un buen coche, y permitirme algun que otro capricho mas. Uno de estos caprichos fue irme de viaje al Japon.
Me decidi en ir al Japon y no a cualquier otro pais oriental porque de todos es conocida la rabiosa belleza de la Geishas. Una vez que llegue a mi destino, Tokio, me hospede en un fabuloso hotel, que disponia de todas las comodidades necesarias y tambien de algunas otras banales como jacuzzi, servicio de masajes etc.
Mi primera noche me la pase paseando por las calles cercanas al hotel para no perderme, intentado buscarme una putita a quien poder fallarme, ya saben para empezar bien la visita, pero no lo logre asi que de vuelta al hotel pedi una masajista para relajarme un poco.
Me di una ducha, y espere que llegara el masajista. Diez minutos despues llamaron ala puerta, me levante, abrir la puerta, y quedarme de piedra era todo uno, que belleza, sin duda puedo afirmar que era la mujer mas hermosa que jamas habia visto, y puede que jamas vea. Tenia una carita que cuando me dio dos besos en la mejilla para saludarme temi romper, blanca piel fina sin una arruga, con un pequeño hoyito en la parte derecha que solo se hacia visible a reirse, ojos verdes pelo negro y media melena recogida en una coleta, orejas pequeñas, cuerpo bien torneado, pechos no muy grandes, culo duro, piernas largas y perfectas, vamos una chica de infarto. Llevaba puesto una batita negra con la marca del hotel bordada en un lado, unos zapatos bajos, y una pequeña cadena de oro con una especie de figura rara.
Que ni decir tiene que no hablo ni una palabra de japones, por lo que hacerme entender era harto dificil, y que yo la entendiera a ella mas dificil todavia. A duras penas, consiguio que me tumbara en una camilla escamoteable que salia de un mueble del armario. Me estaba mandando desnudarme pero no entendia ni jota de lo que me estaba tratando de decirme, asi que fue ella la que me intento desvestir.
Ya tumbado en la camilla boca abajo, empezo a extenderme una cremita que estaba helada por cierto, y que tenia un aroma exquisito, y empezo a masajearme, estaba empezando a entrar en la gloria, recorria todo mi cuerpo, de mis pies asta mi cabeza. Yo por mi parte al principio intentaba ver el cuerpazo de la chica, ya saben averiguando si tenia ropa interior etc. En uno de sus movimientos un boton de su escote se aflojo, y pude ver parte de sus pechos. Mi calentura empezaba a subir.
Acabo de masajearme la espalda, y me dio la vuelta para quedar boca arriba. Hizo justo lo que habia estado temiendo todo el tiempo. Mientras habia estado boca abajo mi ereccion estaba tapada por mi cuerpo, pero ahora que estaba boca arriba mi polla se iba a notar irremediablemente, y mas si solo estaba tapada por una sabanita corta. Justo nada mas darme la vuelta, zas la tienda de campaña estaba abierta. La chica se puso colorada, y sonrio haciendome ver ese hoyito tan sexy que le salia en las mejillas al reirse, yo mas rojo que un tomate, cerre los ojos y deje hacer.
Me retiro la sabana de mi miembro supongo que para darme mejor el masaje, ya que hasta despues de diez minutos no la toco directamente. En ese momento yo estaba confiado, por que no me la habia tocado, pero observaba que sus dos pezoncitos se marcaban a traves de su bata, y que su mirada no se apartaba de mi miembro. Pero llego el momento, la agarro con su pequeña y fuerte mano y empezo a pajearme, subia lentamente, mientras su cara pasaba del blanco porcelana al rojo fuego, y mi mente me trasportaba a la tierra del placer. Intente incorporarme, pero no me dejo, no se que demonios dijo y siguio con su extraordinaria paja. Intente varias veces acercarla a mi pero se las arreglaba para escabullirse, pero al final lo consegui y acercandola, desabroche otro boton de su bata y meti mi mano para acariciar sus pechos. Era algo indescriptible, era redondos y pequeños, pero duros con unos pezones apuntando al cielo. Los garre con mis dedos, intentando retorcerlos acariciarlos, al principio ella se movia para que no pudiera hacerlo, pero despues sucumbio al placer y se dejaba hacer, mientras yo estaba a punto de correrme, ella se dio cuenta y paro de masturbarme. Aproveche el momento y me incorpore, esta vez ella si me dejo, y poniendome enfrente de ella desbroche los botones que faltaban hasta dejar totalmente descubierto su cuerpo blanco como la nieve. Retire su bata y se quedo solamente con unas bragas de algodon coronadas por una pequeña puntilla, que dejaba transparenta su bello. Le retire la braga y ante mi quedo un precioso y velludo coño, la acerque a la camilla y la hice tumbarse, abri sus piernas, y pase un dedo entre ellas, dio un respigo hacia arriba al mismo tiempo que emitio un apagado gemido, agarro mi mano intentando apartarla, pero entonces me acomodandome entre sus piernas empece a besar, a lamer y chupar su clitoris, empezo a gemir al tiempo que movia sus caderas para arriba y para abajo, y con las manos me apretaba mas hacia su sexo, no tardo en pasar lo que tenia que pasar, y se corrio, el nectar que emanaba de su cueva, olia maravillosamente, se asemejaba mucho al potingue que acababa de usar para darme el masaje, intente seguir chupando del maravilloso nectar pero me quito de alli, se incorporo, y me cogio de la mano, me llevo a la cama, y me tumbo.
Volvio a agarrar mi miembro y empezo a acariciarlo otra vez, cuando estaba a punto de correrme otra vez, paro y me agarro los huevos con fuerza, y no los solto hasta que mi ereccion bajo por completo. Entonces se la metio en la boca, y con tan solo dos mamadas, ya estaba otra vez tiesa, mas tiesa que nunca y me dolia, creia que me iba a explotar, seguia chapandomela, y necesitaba correrme, tal vez asi se me calmara el dolor, pero lo volvio a hacer cuando estaba otra vez a punto se paro. Yo me levante y intente acabar yo pero no me dejo, se la volvio a meter en la boca, y siguio chupando, deslizo un dedo debajo de mis huevos e intento introducirlo en mi ano, pero no le entro, entonces se llevo el dedo a su coño y lo introdujo dentro buscando lubricacion, luego lo coloco en mi entrada, y lo introdujo, esto produjo una sensacion nueva e indescriptible, mientras me la seguia chupando seguia moviendo el dedo dentro de mi, hasta que por fin me dejo correrme, solte dos chorros de semen que llegaron al techo, y los restantes cayeron encima de mi, entonces me quede en un estado genial como si me hubieran drogado, pero mi asombro vino cuando no se me bajaba la ereccion, ella seguia moviendo el dedo en mi ano, yo queria follarmela asi que deslice la mano a un cajon y saque un preservativo, se lo di, pero huyo asustada, se vistio y se retiro de la habitacion.
Al dia siguiente volvi a ordenar otro masaje, pero ya no vino ella, y con la otra no tuve tanta suerte. Ademas estaba bastante jodido, me habia enamorado de ella, intente buscarla pero no la encontre, pregunte en el hotel por ella pero nadie me supo decir nada, y asi me quede, folle todo lo que pude, que fue bastante, eso si siempre con putas, ya que ligarse a una tia en una lengua, y con una cultura que no conoces es bastante dificil.
Autor: Anonimo
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