La nena que me tiene loco

Cada día que pasa veo más hermosa a la nieta de mi esposa .
Cuando conocí a mi esposa, hace siete años, ambos veníamos de divorciarnos, los dos con hijos y en el caso de ella ya tenía una nieta de 4 añitos.

Comenzamos un noviazgo de aproximadamente 2 años en los cuales poco a poco sus hijos fueron aceptando nuestra relación , que al principio no les parecía, y así fue como empecé a convivir con ellos y en especial con su nietecita que es un amor de nena. Desde pequeña le gustaba jugar conmigo a distintos juegos, que le leyera cuentos y que la cargue. Como siempre me ha gustado convivir con niños siempre a sido un deleite para mí jugar con ella, sobre todo cuando se sentaba en mis piernas y al hacerlo a veces me ponía sus nalguitas en mi pene, o cuando se montaba en una de mis piernas y comenzaba a moverse podía sentir como tallaba su panochita en mi pierna, y cuando la cargaba me deleitaba acariciando su nalguitas y sus piernas.

Notaba que buscaba mucho mi contacto, lo que provocaba que la verga se me pusiera durísima y en más de una ocasión yo creo que ella sintió como me ponía, aunque yo la tocaba de una forma «inocente» mientras jugábamos, disfrutando de su cuerpo pero sin ser obvio para no espantar a la nena.

En ese entonces mi esposa vivía con sus hijos, hasta que le propuse matrimonio y nos fuimos a vivir a otro estado por lo que ya no teníamos tanta convivencia con sus hijos y nietecita. Cada vez que nos visitaban, que era una o dos veces al año, yo buscaba que el trato que tenía con la pequeña fuera el mismo, pero al ya no convivir tan seguido, al parecer ella ya no sentía la misma confianza o quizas por su mismo desarrollo o qué tal vez su mamá le dijo algo; el caso es que ya no podía tener tanto contacto con ella y me conformaba con deleitarme con su belleza, sobre todo cuando vamos a la playa y puedo admirar su lindo cuerpo en traje de baño.

Por cosas de la vida, la hija de mi esposa y la protagonista de mi historia se vinieron a vivir con nosotros desde hace 2 años. Cundo llegaron la nena ya tenía 9 años cumplidos y en estos dos años que llevamos viviendo bajo el mismo techo he sido testigo del desarrollo de mi nena hermosa. He presenciado como han ido creciendo sus pechitos, como se ensanchan sus caderas, como se afina su cintura y crecen sus piernas. Actualmente a sus 11 años ¡es un bocado delicioso! Lo cual me tiene loco de deseo. Pero lo más que logro hacer actualmente es darle besito en la mejilla y algún ocasional abrazo. La última ves que acepto sentarse en mi piernas fue hace un año, ahora ya no lo permite. También he notado que cuando me dejo llevar por la emoción de sentirla cerca, y la abrazo muy efusivamente o me pongo empalagoso y la quiero llenar de besos, ella se muestra algo incómoda, lo que frena mis muestras de cariño ya que no quiero que se sienta acosada y algo le diga a su mamá o a su abuela.

Hace un mes aproximadamente, tuvieron que salir mi esposa y su hija y yo me quedé en casa solo con la nena. Ellas salieron muy temprano por lo que ambos nos quedamos dormidos, cada quien en su habitación. Cuando me levanto para ir al baño aún no amanecía por lo que aún estaba oscuro. Al pasar por la recamara de la nena resulta que la puerta estaba entreabierta y la pude observar. Se veía hermosa acostada boca arriba, con las piernas abiertas. Como usa un short para dormir su piernas lucían muy antojables, incluso pude observar la pantaleta que se asomaba por un costado. Me quedé helado en la puerta admirando tan celestial visión. Trato de alejar los malos pensamientos y me regreso a mi recámara, llego a la cama temblando de deseo y una lucha interior se desarrolla en mí, por una parte se que puedo afectar a la nena, crearle un trauma e inclusive llegar a prisión sí se me acusa de abuso. Por otro lado la visión que acabo de tener me incita a querer ver más. Gana el diablito y regreso a la recamara de la nena, ya había algo más de luz diurna y lo que le encontré hizo que mi verga se erectara de inmediato, la nena se encontraba acostada de lado en posición fetal, lo que hacía que su shorts dejara al descubierto su ricas nalguitas. No me puedo resistir y me acerco despacio intentando no hacer ruido, me siento en la orilla de la cama y observo la cara de mi nena, está profundamente dormida lo que me anima y acarició despacito sus piernas y sus nalguitas procurando no despertarla. Ella entre sueños siente mis caricias y se mueve, yo me levanto de la cama como un resorte asustado, ¡creo que la desperté!

Afortunadamente no se despierta, solo cambia de posición y queda boca arriba con la piernas un poco abiertas y ambos brazos a los costados. Noto su respiración pausada, incluso veo en sus ojos el REM lo que me indica que está soñando. Esto me da valor y decido continuar disfrutando su cuerpecito. Trato de ser lo más sutil y nuevamente me deleitó acariciando sus piernas, sus pechitos que ya tiene un tamaño considerable para su edad, siento todo mi cuerpo ardiendo de pasión, poco a poco acerco mi mano temblorosa a su monte de Venus que se ve tan apetitoso que no me resisto a acariciarlo suavemente, paso mi mano una otra ves sintiendo que ya tiene un poco de bello púbico mi nena. Nuevamente se mueve un poco lo que hace que desista de continuar, no sabría que explicación darle el porque estoy en su cuarto si se llega a despertar, pero antes de salir le deposito un suave beso en sus labios. Salgo y cierro la puerta. Me dirijo a mi recamara donde me masturbo frenéticamente rememorando lo vívido, hasta lanzar chorros de semen como hace mucho tiempo no lo había hecho.

Dudo que se haya dado cuenta, pero no sé que pensar, a veces la descubro que me observa mientras yo estoy ocupado en otra cosa, mi mente calenturienta quiere pensar que la nena me desea, en ocasiones como que es más accesible y acepta que la abrace y le plante un par de besos en la mejillas, pero otras veces siento como que se pone tensa y nerviosa cuando intento ponerme cariñoso, lo cual me tiene loco. Quisiera saber la manera de poder seducir a una adolescente de 11 años a mis 53. Que fuera ella quien me diera pauta para poder ir un poco más allá y se entregara de manera voluntaria a mis deseos. Sería una gran dicha poder enseñar a mi hermosa nena los secretos del placer carnal, poder probar su panochita, saborear su jugos. Enseñarle a besar, a descubrir sus zonas erógenas y llevarla de la mano a su primer orgasmo, provocado por mí besos y caricias