La niña del balneario (Final)
Tras ganarme la confianza de Anita, nos esperaba un encuentro más desinhibido que el anterior en la ducha.
Nuevamente me marche del lugar nervioso y asustado, sin embargo, de nuevo, no hubo consecuencias, el dueño del lugar desaparecido y la madre de la chiquilla también. Pasaron días y luego unas tres semanas aproximadamente, pero no se volvió a repetir esa difícil situación que requería se alinearan los planetas. Lo que sí sucedió es que me cruce con ella un par de veces, le sonreí y la salude con mi mirada discretamente y ella correspondió tímidamente esos gestos con una sonrisa con la cara ruborizada.
Llegó el gran día, por fin se volvió a quedar el balneario solo con ella y yo, esta vez no me oculte de ella, incluso pasé cerca de donde ella se encontraba fingiendo que no había notado su presencia. Cuando ella se dirigió a las regaderas, sin ningún tipo de precaución me fui detrás de ella. Estaba muy excitado, mi deseo sexual por ella ya me nublaba el juicio, se dice que los hombres somos muy fácilmente manipulables con el sexo, pues esa niña me tenía a su merced.
Se escuchaba el ruido del agua dentro del cuarto de baño, esta vez no deje mis cosas en el vestidor masculino, incluso hice ruido con mis pisadas para no asustarla como la vez anterior.
Yo: Hola –le dije esbozando una sonrisa-
Yo: ¿Puedo? –como si llevara años de conocerla le pedí permiso de bañarme con ella, a lo cual ella solo afirmo con la cabeza desviando su nerviosa mirada y sonriendo tímidamente-
Yo: hace mucho que no te veía Anita, ¿Cómo has estado?
Anna: Bien
Empecé a desempacar mis cosas: toalla, sandalias de baño, jabón, una esponja. Todo eso delante de ella, enviando indirectamente el mensaje de que no estaba allí porque necesitara jabón, sino porque necesitaba su compañía. En otras palabras, su hermoso cuerpo desnudo de niña y no daría un paso afuera hasta no vaciar la leche de mis testículos ante sus ojos.
Abrí la regadera a un lado de la suya, repito, no había paredes ni divisiones ni nada, era solo un cuarto amplio con varias regaderas colocadas en hilera, lo que provocaba que a más regaderas abiertas más vapor se producía, que, combinado con la poca iluminación del lugar, creaba una atmosfera increíblemente erótica que no dudo haya sido usado varias veces de la misma manera que yo pretendía hacerlo.
Charlamos durante 5 minutos, o quizás debo decir, hable mientras ella me escuchaba y tímidamente miraba de reojo mi enorme falo deseoso por ella. Vale la pena mencionar que no soy muy dotado, es un pene promedio o quizás un poco menos, pero nunca me ha defraudado.
Repetí el ritual de enjabonamiento de la vez pasada, tenía planeado culminar en una paja descomunal en su honor, la diferencia es que cada que me enjabonaba cierta parte del cuerpo a veces le daba una caricia rápida a mi verga, buscando mantener la erección o incluso endurecerla.
Esta vez Anita no se quedó mirándome fijamente, comenzó a enjabonar su largo y hermoso cabello, en ese momento decidí no desaprovechar la oportunidad.
Yo: Tienes un cabello muy bonito ¿me dejas lavarlo?
Anna: mmm… bueno
La alejé un poco de la regadera, tomé su shampoo, llené mi mano de él como si quisiera acabarme la botella, y comencé a acariciar su cuero cabelludo, masajeaba suave y lentamente, buscando llenarla de espuma y crear esa sensación de relajación. Ella hizo su cuerpo un poco hacia atrás, provocando que mi enfilado sable pinchara su espalda, su reacción fue que, en lugar de quitarse, se echó todavía más hacia mí, curiosa de sentir el contacto piel con piel.
Eso me éxito de manera increíble, por lo que involuntariamente empecé a mover mis caderas lentamente a fin de puntearla, era delicioso, exquisito, su piel era de seda. Nunca había sentido una piel tan femenina y suave, seguí masajeando su melena y punteándola unos minutos, más de lo que se tardaría alguien en lavar el cabello, pero tampoco demasiado.
Me retire un poco, tome el jabón y comencé a untar mis manos, le di una rápida pasada con este a mi pene a fin de lubricarlo, me arrodille y me dispuse a lavar la bella espalda de la niña, ella dócil se dejaba hacer y dada mi posición mi pene esta vez se infiltraba en sus muslitos de terciopelo. Tras enjabonar su espalda decidí dar un paso más, pasando mis manos a su abdomen y posteriormente a sus pechitos. Nunca había tocado los senitos de una niña, eran un par de bolitas diminutas y suaves, sus pezones posiblemente lo más suave que jamás toqué nunca. Ella comenzó a suspirar y a respirar de manera un poco más agitada, ¡se estaba excitando!
Me tomé mi tiempo, me hubiera gustado penetrarla en ese momento y bombearla de tal manera que fuera doloroso para ambos, pero no debía, todo a su tiempo. Tallé sus bracitos, sus hombros, sus axilas, su cuello, acariciándola toda y masajeándola. Despegue mi pene de sus muslos para agacharme un poco más, llegue a su generoso trasero y comencé a acariciarlo superficialmente, quería darle unas nalgadas, era tan carnoso. Unté mi mano con más jabón y la metí en su raya, está vez apretando y masajeando de manera más morbosa cada una de sus nalgas, intentando estimular indirectamente su anito.
Ella no decía nada, estaba totalmente dócil y sumisa a mis lascivos manoseos, nunca hizo ningún intento por alejarse, al contrario, estaba completamente receptiva.
Acaricie sus piernas, pantorrillas, tobillos y pies, no soy fetichista de pies en lo más mínimo, pero eran tan bonitos que no los dejaría sin besar, lamer o chupar si tuviera oportunidad.
Finalmente, llegue al lugar tan esperado, me puse frente a ella con la erección más dura que nunca, la tome de una mano arrodillado como estaba, subí una de sus piernas en la mía y comencé a acariciar su vagina superficialmente. Increíble, se dejaba guiar por completo, ahí si no pudo evitar soltar gemidos de poco a poco, intentaba mirarla a los ojos mientras la masturbaba, pero ella no los abría, solo se dejaba llevar por el placer. Empecé a pasar mi dedo por en medio de su vagina, como queriendo abrirla al pasito y así, sentir sus labios y clítoris.
Ya no pude más, sin dejar de acariciar su vagina me dirigí a su cuello y lo empecé a besar y lamer, ella solo echaba hacia atrás su cabeza para facilitar mi trabajo. Luego la sujete de la barbilla, la mire a los ojos y bese sus labios.
muack…
muack…
muack…
Tres besos tronados y sonoros que se escucharon en todo el baño, seguido de un cuarto beso de lengua en el cual nuestras lenguas bailaban produciendo un fino hilo de saliva que inmediatamente desaparecía por el chorro de la ducha.
Esta niña sabía lo que hacía, era increíble, en ese momento, perdí control de mi cuerpo, me incorpore y con la misma energía con la que me levantaba la tomé de la cintura y la cargue en brazos como una muñeca, colocándola arriba de mi cabeza y besándola de abajo hacia arriba, como si ella fuese más alta que yo. Mientras nos besábamos ella se sujetó fuertemente de mi cuello, rodeo mi cintura, con sus piernas, y en automático la tomé de sus hermosos glúteos y empecé a puntear su vagina.
Uno… dos… tres… al tercer punteo mi pene entro en ella, era como un cuchillo caliente en mantequilla, en cuanto entro comenzó a apretar como si quisiera triturar mi pene.
Anna: ahhh… ahhh… que ricoooo!!!
Desde que empecé a lavar su cabello no habíamos cruzado palabra alguna
Yo: ahh… ahh… ¿ya habías hecho esto verdad mi amor?
Anna: Si… ahh mi tío me lo hacía cuando era más chiquita… ahh… ahh… pero se fue a Estados Unidos
Yo: mmm que rico, yo te lo haré las veces que quieras
Desde el primer día que vi a esa niña quise hacerla mía, sus caderas, su delgada y delicada figura, su sexy traje de baño, esperé meses para poder follarla. Sin embargo, en ese momento, se notaba que ella había esperado años por ser amada, estaba poseída, parecía alguien que lleva días sin comer y le ofrecen un banquete.
Yo: ¿ya menstruas Anita?
Anna: ahh… ahhh… noo, noo, ¡¡¡acaba adentro!!!
Su timidez desapareció, no sé cuántas veces lo habrá hecho con el tío, supongo que bastantes pues parecía disfrutarlo más que yo. Me canse de cargarla, la coloque en el suelo que, si bien no estaba helado, estaba algo frio en comparación con el chorro del agua.
Yo: ok niña, voy a eyacular, pero todavía no hemos terminado, te la voy a chupar y quiero que me la chupes a mí, ¿te parece bien?
Anna: ahh… si… ahh ¡sí!
La puse en posición de pretzel y comencé a bombearla con toda la intención de maximizar mi placer y de venirme dentro de ella como si quisiera preñarla, me sorprendió que no menstruara, la verdad su figurita invitaba a hacerle bebés todos los días.
Yo: AHH AHH AHHHHHHH
Yo: QUE RICO NIÑAAA
Yo: increíble, desde que te vi te quería coger niña, estas deliciosa, quisiera robarte y hacerte mi noviecita bebé.
Anna: ahh ahhh sí que rico
Apenas recupere un poco la orientación tras venirme continúe estimulándola, ella, no se había venido todavía, empecé a penetrarla con mis dedos medios y a darle lengua sin piedad en ese botoncito. Estimulaba su clítoris como una golosina, que rico olía su entre pierna, clavaba mi nariz e inhalaba como si fuese un adicto a los solventes.
Yo: sabes delicioso mi amor, no quiero dejar de hacerte esto…
En ese momento sentí como su orgasmo venia, se notaba que no era su primer orgasmo, sabia como recibirlo y disfrutarlo, pero también se notaba que llevaba tiempo sin disfrutar del sexo.
Anna: Ahhh… ahhhh. Ahhhhhiiii papíiii, mmmmmmm, ahiiiiiiiii, ahhh… ahh… ahh… que rico, que rico… ahh mmmm
Yo: ¿Te gusto mi amorcito?
Anna: ahh… si, si me gustó mucho, se siente muy rico
Yo: A qué edad empezaste con tu tío
Anna: No sé, creo que 8 o 9
Yo: Nunca lo he hecho con una niña de 8 años, debe ser delicioso… y más si es una princesita tan hermosa como tú… -la beso en los labios
Yo: ¿quieres que lo hagamos de nuevo?
Anna: Si, pero rápido, mi mamá no ha de tardar de terminar de ayudarle al dueño (ambos desconocíamos en que lo “ayudaba”)
Nos besamos unos minutos para descansar de la faena anterior.
Yo: ven… -la sujete de la cabeza y la lleve hacia mi pene en erección, no le pedí una mamada, simplemente la sujete y empece a penetrar su boquita-
Se veía hermosa, deliciosa, era una princesita chupadora, tras unos segundos ella solita empezó a hacer su trabajo, no solo con su lengua, succionaba, lengüeteaba y se ayudaba con las manos a bombear mi pene. No diré que lo hacia como una actriz porno, pero si con suficiente experiencia y destreza para deslecharme sin ningún tipo de ayuda o instrucción.
Yo: auuuu bebé, que delicioso me la estas chupando, tu tío te hacia que se la chuparas ¿verdad?
Anna: Sí, siempre me ponía videos de niñas y luego lo hacíamos nosotros jiji
Yo: ¿y a ti te gustaba mucho tu tío?
Anna: Sí, lo extraño mucho, quiero casarme con el
Yo: Ojalá se te cumpla mi niña, mientras practica conmigo para que vuelvas loco a tu tío cuando regrese.
La niña no respondio, solo empezó a mamar con más entusiasmo al escuchar mis palabras, wooow me dolia el pene por el orgasmo anterior pese a ya haber descansado.
Yo: ahhh.. espera… espera… -la tome del rostro, la coloque de misionero y la volví a penetrar_
Yo: Quiero acabar adentro de nuevo mi amor…
No pasaron ni 20 segundos cuando la llene de nuevo, ahhhhh que delicia, quiero preñarte de dos gemelitas hermosas…
Yo: ahhh… ahhh ya no puedo más…
Anna: Mejor ya me voy, no vaya a venir mi mamá
Yo: Aun no… -la sujete de la mano y baje de nuevo a su vagina, empecé a lamerla fuertemente haciendo una mezcla desagradable entre mi saliva, semen, sus fluidos y algo de jabón que todavía escurría. No me importaba, la haría acabar de nuevo, quería que fuera adicta a mí, que olvidara a su tío y se mudara a mi casa para deslecharme todas las noches de mi vida.
El cunnilungus fue progresivo, empece con pequeños roces con mi lengua, luego cada lengüetazo se abria paso entre sus labios vaginales, una vez abiertos y todavía sensibles de su orgasmo anterior, la volvi a penetrar con los dedos, haciendo ruidos que se escuchaban en todo el cuarto de baño mientras con mi lengua lamia ese clítoris como si lo quisiera arrancar.
En eso a la distancia se escuchó una voz molesta: ¡¡Annaaaaa!! ¿¿Dónde estás?? ¡¡Ya vámonos niña!!
No la solté, la adrenalina y excitación me tenían completamente enloquecido, segui deseándola y lamiéndola como si fuera la última vez que la fuera a tener entregada a mis deseos.
Anna: ayy… ayyy… ayyy.. AAAAAYYYYYY AAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYY
Dio un grito tremendo, imposible que alguien no lo escuchara, empezó a convulsionarse en el suelo de manera increíble, admito que me asusté, no solo por el grito sino por lo fuerte de sus espasmos. Debieron ser 20 segundos
Anna: Ayyy…. Ayyy… mi mamí…. Ayyy ayyyyy, ya me voy…. Ay…..
Como pudo se levantó, aturdida y con dificultad de caminar, se asomó a la puerta y sin sacar la cabeza le grito a su madre: YA VOY MAMÍ
Señora: ¡Rápido que ya nos vamos!
La ayudé a secarse, a guardar sus cosas, se vistió rápido estaba toda atolondrada.
Anna: Gracias, luego nos vemos
Yo: Si princesa, mejor que no le cuentes a tu mamí de esto
Anna: Ya sé, me mataría a palos, adiooos
LA niña se fue, tuve que esperar un rato para poder salir de esas duchas sin ser visto.
Desgraciadamente no volví a ver a la niña, pasaron un par de semanas y no volví a coincidir con ella. Poco después la esposa del dueño descubrió que tenia de amante a la señora de la limpieza, se hizo un drama del cual en su momento me entere. Ese problema, sumado a la poca clientela y a que una empresa constructora estaba interesada en comprar ese terreno, marcaron el fin de ese balneario. No era imposible investigar en que escuela iba la niña, abordarla o algo así, pero era un pueblo pequeño, en esos lugares todos se enteran de quien va a tu casa y todos saben quién se acuesta con quien, la gente suele ser muy entrometida. Era muy peligroso hacer eso por lo que jamás volvería a vivir una experiencia así, fue el mejor sexo de toda mi vida y la mejor amante que alguien pueda tener, agradezco que haya sucedido pues la mayoría de hombres solo pueden aspirar a fantasear con que les suceda algo así.
Hola que rico relato y que rica exp a mí la verdad me gustan las niñas nunca eh tenido una exp así jejeje
Muy buen descenlace, un gran relato, muchas felicidades y gracias por hacenos volar la imaginación
Oooo me pone triste que no pasara mas
Pues aunque no estoy de acuerdo con tener sexo con niñas siendo adultos, creo que sería magnífico para mí, tener sexo con una niña sin consecuencia de embarazo, sin que esto pueda traumarle.
O sea:
No estás de acuerdo con que los adultos se cojan niñas, EXCEPTO si tú eres el adulto.
«Mal cuando lo hacen los demás, y bien cuando lo hago yo».
Payaso egoísta hipócrita.