La niña del periódico (todo comenzó a la fuerza)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por soyelconde.
Comenzaré por describirles a Lily, ella es una niña no mayor de 18 años rubia, nalgoncita y de unos senos protuberantes, de esas niñas que te hacen voltear al verlas, y te pueden despertar los más bajos instintos, ella reparte el periódico en mi casa todas las mañanas, dueña de una sonrisa maravillosa y un carácter dulce, aunque su cuerpo se ve maduro se nota inocente, comencé a notarla un día que bajé la escalera para recoger el periódico, Dios que niña tan linda,.. -Buenos días señor, dijo con una voz tierna,.. – Buenos días, alcancé a contestar.
Desde ese día la esperaba a las 6:00 am en el quicio de la escalera para verla y saludarla, no pasaba de un buenos días y ocasionalmente la pregunta obligada de ¿Cómo está usted?, pero era suficiente para alegrar mis mañanas, un día sin tenerlo planeado salí a correr a las 5:00 am (ya que solía hacerlo por las tardes) y la vi a 2 cuadras de mi casa, en la esquina de una avenida recibiendo el periódico del camión repartidor,..
– Buenos días, señor, alcancé a oír aun con mis auriculares puestos.
– Buenos días, niña, le contesté siguiendo mi camino para no hacer notorio mi interés.
Ya al volver a casa la vi repartiendo los periódicos en las casas, al dirigirme a la puerta de la entrada, me alcanza ella y trata de entregarme el periódico a la mano,..
– Si quieres ahí aviéntalo niña, ando sudado y no quiero estropearlo.
– No como creé.
– Es eso o me ayudas a subirlo a la mesita de la entrada, ya lo leeré al rato.
– Está bien, subo y lo dejo.
Mi corazón se salto un latido al oír la respuesta, ya había fantaseado con la forma de hacerla entrar a la casa, pero jamás lo había intentado, ni pensé que se daría de una forma tan natural, le di paso para que subiera por delante, lo que me dio una espectacular vista de su trasero, llevaba una mini falda de mezclilla desgastada pero muy mona, sus piernas se veían suaves y bien torneadas, se notaba que estaba en buena forma, no despegué mi mirada de tu hermoso trasero mientras subíamos, hasta llegar arriba y abrir la puerta le indiqué una mesita que tengo casi a la entrada.
– Tiene usted una casa muy bonita, señor.
– Gracias niña, a la orden.
– No me llamo niña, soy Liliana, pero todos me dicen Lily.
– Mucho gusto Lily, al darle mi nombre ella lo dijo al unísono, y se sonrió, -lo sé,.. Me dijo está en la lista de entregas, creo que sintió la necesidad de aclarar por mi cara de extrañeza.
Pasaron los días y se volvió rutina el ejercitarme por las mañanas, para verla en la esquina de la avenida y al volver con suerte la veía de nuevo al entrar a mi casa, no todos los días subía a dejar el periódico, pero era algo que yo trataba de provocar, comenzó una amistad esporádica, con saludos de no más de 20 segundos y charlas que rondaban el minuto, pero me eran suficientes para obsesionarme con ella cada día más, la deseaba, no podía creer lo que en mi despertaba esa pequeña, había días que por las tardes me encontraba solo en casa pensando en ella y en el encuentro que tendría lugar al día siguiente, fantaseaba con la manera de llevar una de nuestras cortas charlas por el tema del sexo y encamarla, hacerle toda clase de cosas, poseerla.
Una noche de Noviembre salí con mis amigos a un bar llamado Oyster y la fiesta se tornó intensa, había estado bailando sugestivamente con una amiga a la que le traía ganas, Dafné, de piel blanca y unas caderas de infarto, ojos verdes como aceitunas y una carita de niña que me encantaba, cuando hablábamos, me hablaba como niña, lo que ella sabía que me gustaba bastante, pasó la noche y seguimos bailando y bebiendo, ya al salir cerca de las 5 de la mañana, fuimos al estacionamiento y nos besamos apasionadamente, mis manos recorrían su cuerpo con lujuria, mi pene estaba erecto y mi respiración agitada, estaba acelerado, completamente fuera de mi, pensé que en esa ocasión sería mía, pero no fue así, al invitarla a mi casa rechazó la invitación diciendo que tenía que trabajar temprano, que la próxima vez saliéramos temprano de la fiesta, la llevé a su casa, sin más acción, de esas frustraciones que te hacen doler los testículos, sabía que tendría que llegar a la casa a masturbarme, pero no podía hacer mas.
De vuelta a la casa ya estaba amaneciendo, estacioné mi camioneta en la calle y bajé, cerré la puerta y caminé hacia la escalera de mi casa,..
– ¿Viene llegando de la fiesta? – escuché detrás de mí, era la voz de Lily, volteé y la vi, un sueño de niña, traía su pelo en 2 coletas, tenis blancos con calcetas largas, una mini falda a cuadros parecida a las de los uniformes escolares y una blusita de niña pegada al cuerpo que le hacía lucir sus pechos abultados y hermosos, parecía irreal, y las cervezas en mi panza lo hacían ver aun mas cachonda.
– Pasa le dije abriendo la puerta y dejándola entrar primero.
– Si, dijo ella con una sonrisita, no sé si por mi estado o por su natural alegría.
La dejé subir unos escalones para quedar justo detrás de su trasero, la minifalda a cuadros era realmente corta y desde ese ángulo podía casi ver el inicio de sus nalguitas, guau mi pene se paró al instante nomas de verla, subí las escaleras sobándome mi ya abultada erección, no es posible como me pone esta niña con solo verla subir las escaleras…
– Ya va a terminar su año de suscripción, me dijo volteando justo ates de terminar las escaleras – No vaya a pasársele pagar el siguiente año, volvió a voltear pero esta vez me sorprendió mirando su falda y agarrando mi pene, llegué a la puerta de arriba y abrí lo antes que pude, le mostré la mesita y se agacho a dejar el periódico, no sé si en un ataque de demasiado valor o suficiente estupidez, mi razón nublada por las cervezas o mi calentura extrema por la infructuosa cachondeada anterior, o una mezcla de todas juntas, acaricié su trasero en esa pose, guau, temblaba mi cuerpo de excitación y temor, su trasero firme valía la pena, pero ya me había animado, ella se incorporó de manera violenta y me dijo: Señor, ¿por qué hizo eso?,..
Para ese instante yo ya no razonaba, las repercusiones de mis actos no importaban, me sentía fuera de mi, ella intentó irse pero la tomé por la cintura, la jalé hacia mi cuerpo y le bese el cuello por detrás, olí su cabello, y me sentí fuerte, excitado, animal, ella forcejeó para liberarse de mí pero ya la tenía agarrada, de un manotazo cerré la puerta, y la arrastré hasta la sala, ella se quejaba y decía que no, me pedía que la soltara, me hace daño repetía, yo no le hacía caso, besé bruscamente su boca cerrada mientras subía su falda para agarrar ese trasero que me tenia obseso, ella intentaba inútilmente de liberarse de mis brazos, subí su blusita por encima de sus pechos sin podérsela quita y enterré mi cara entre ellos, el olor era embriagante, olía a limpio, a niña, la dejé caer sobre el sillón y me recosté rápidamente sobre ella manoseaba su cuerpo como poseído, besaba su cuello, y jalaba su cabello para que no levantara la cabeza, mi fuerza era muy superior a la suya y la obligaba a seguir recostada, saque mi pene del pantalón y lo puse sobre su rajita que aun tenía el calzón puesto, se lo restregaba y ella hacía por quitarse, de sus ojos vi salir un par de lagrimas pero no me importaba, estaba cumpliendo mi fantasía y no pensaba en consecuencias, empujaba mi pene contra su seño como si la quisiera penetrar, ella se movía hacia los lados tratando de evitarlo, coloqué mi mano derecha sobre su boca y con la izquierda separé el calzón hacia un lado y de un golpe la penetré, fue tal mi embestida que llegue hasta el fondo sin que ella estuviera lubricada aun, ella abrió sus ojos y note s gesto de dolor aun con mi mano cubriendo casi la mitad de su cara, estaba adentro, rodeé su cuerpo con mi brazo izquierdo para tener mejor agarre y comencé a meterla y sacarla sin piedad, su gesto era de disgusto y dolor, pero yo estaba disfrutando como nunca, después de un par de minutos en esa posición, decidí voltearla, ella solo me veía con tristeza en sus ojos.
La acomode boca abajo recargada en el posa brazos del sillón, volví a quitar el calzón hacia a un lado, y la penetré, tapando su boca, para evitar que gritara, estaba sobre ella penetrándola, por su vagina deliciosa, noté que no peleaba mas por liberarse, seguí embistiéndola y al cuarto o quinto embiste note que estaba lubricando, las penetraciones eran mucho más fáciles, mucho más ricas, me percate que movía sus caderas al ritmo de la penetración, estaba gozando, estaba excitada, solté su boca sin dejar el mete y saca y me acerqué a su oído, así que te está gustando? le pregunté, jalando levemente su cabello hacia atrás y obligándola a levantar la cabeza,.. – Si, contesto entre sollozo y excitación, solté por completo su cara y levanté mi cuerpo, ya no era necesaria la fuerza
Comencé un mete y saca más rápido pero menos violento, sin forzarla, sus gemidos me ponían cada vez más caliente, ella se agarraba a los lados del sillón y levantaba su cadera para recibir las embestidas con mayor facilidad, yo estaba loco de gozo, y la tome por la cadera para facilitar la penetración y ayudarla a subir y bajar al tiempo que la penetraba, volteé a la ventana que da a la calle y vi apagarse el letrero de la tienda departamental de enfrente, me vino un recuerdo y sonreí, al tiempo que la jalaba hacia mí para sentarnos y que ella me cabalgara, me acomodé en la orilla del sillón y la sostenía en el aire con sus piernas abiertas, ella arqueaba la espalda para pegarse a mí, con mi brazo izquierdo la sostenía y mi mano derecha la llevé hasta su rajita, moví hacia un lado la parte de su calzón que aun estorbaba y acaricie su clítoris, ella comenzó a jadear muy fuerte mientras la tenia ensartada y la estimulaba con mi mano, note que su lubricación comenzó a ser abundante y arqueaba mas la espalda con su brazo derecho se sostenía de mi cuello y con su brazo izquierdo se levantaba apoyada en mi pierna, su clítoris completamente endurecido comenzó a palpitar, estaba en un orgasmo fabuloso que la hacía jadear, gemir de placer, comenzó a convulsionarse por el clímax que sentía, sus fluidos mojaban mi pantalón y bajaban hasta el sillón, sus espasmos eran fuertes y casi incontrolables, llevé mi mano derecha a su boca aun con sus jugos y con mi mano izquierda seguí estimulándola, lamió mis dedos, mientras se desvanecía sobre mí la abracé fuerte para que no se cayera sin dejar de penetrarla y estimularla, quería que se viniera todo lo que pudiera, me dijo, – Ya con una voz entre cortada y volteo a besar mi boca, cerro sus piernas y quitó mi mano, sacando mi pene con el mismo movimiento, con sus manos tomo las mías y se abrazó, muy fuerte,..
– No sabes cuantas ganas tenía, de poseerte así,.. Le dije al oído abrazándola fuerte.
– Yo también quería, se detuvo un momento,. Pero no a la fuerza, me dijo.
– Perdóname, vi la oportunidad y me aventé, no me pude detener.
– Si me lo hubiera propuesto sin forzarme, también habría aceptado.
– ¿También?
– Si, ¿no creé que pude haber gritado para pedir ayuda?
La abracé y la gire quedando de lado sobre mis piernas, la bese tiernamente en los labios y correspondió llevando su mano a mi rostro,..
– ¿Qué puedo hacer para compensarte?
– Repetirlo, pero a la próxima con mas ternura, y quitándome la ropa.
Reí y la abracé, – Te lo prometo la próxima será sin ropa, y sin violencia.
ESTE RELATO LLEVA DEDICATORIA, ESPERO QUE TE HAYA GUSTADO “DD”
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