La niñera que cuidaba a mi niña
Josefina con sus 13 años es muy linda y tiene un cuerpazo muy desarrollado para su edad. Como vivimos en el campo ella comparte gran parte del día con nosotros, mi esposa es médica y va al pueblo todos los días para atender su consultorio y sus pacientes en el hospital.
Como conté, Josefina, Yo y mi niña pasamos muchas horas juntos al día, mientras mi esposa atiende a sus pacientes. Nosotros tenemos una granja en las afueras del pueblo, son 40 hectáreas, donde sembramos cereal, tenemos quinta para las verduras que se consumen en casa, también tenemos varios animales de cría, como gallinas, conejos, cerdos, seis vacas para la leche diaria y procesamos algunos quesos para consumo propio, y tenemos también caballos. Seis yeguas y un padrillo. Los animales andan sueltos por el campo.
El día en cuestión donde comenzó esta historia, transcurrió normal hasta la hora de la siesta, mi hija dormía y yo estaba en el establo con los caballos, es que una de las yeguas estaba alzada y el padrillo tenía que servirla, y yo estaba preparando todo cuando apareció Josefina por el establo. Vestía un pequeño top que apenas cubría sus hermosos y voluminosos pechos, y una calza de lycra pierna corta que le marcaba muy bien sus labios vaginales, y hacía que su culito tan redondo y firme resaltara más todavía. Esta niña tiene una sonrisa a flor de labios, y es muy amistosa. Será que ya hace dos años que vive y trabaja con nosotros, por lo que la confianza es ya muy amplia. Llegó en el momento justo en que el padrillo pelaba su larga verga y se subía sobre la yegua ensartándola hasta el fondo, a la yegua se le doblaron las piernas ante tamaño vergazo. El padrillos le pegaba tremenda montada a la yegua . Esto es común en el campo pero este día no sé si por la presencia de Josefina o qué, pero que el semental monte la yegua hizo que la verga medio se me pusiera dura. Yo andaba en short liviano por lo que inmediatamente la carpa de mi pija se hizo notar, y obvio que para la avispada Josefina no pasó desapercibido. De repente la miro y se estaba sonriendo , mientras miraba sin disimulo o vergüenza alguna el bulto en mi short. Yo no tengo un miembro descomunal, son apenas 18 x6,5cms. Algo cabezón pero nada que resalte para decir, guau que tripa tiene. Y al momento al observar bien a la niña me doy cuenta que tiene los pezones erectos, pugnaban por salirse del top. Y lo que nunca hasta ese día había pasado, sucedió. La miré con otros ojos, ya con las ganas de cogerla. Y descaradamente al estar nosotros dos solos, me le acerqué y la arrimé por la espalda hasta que mi pene quedó incrustado entre sus nalgas. Ella lejos de horrorizarse o alejarse echó hacia atrás su culito propiciando un mejor contacto. Eso me puso a mil, me adueñé de sus tetas mientras agachándome un poquito calcé la punta de mi verga bien entre sus cachetes, casi ya en su orificio trasero. Estando así apretándola contra los maderos del corral, le tiré de una, viste que tripa que tiene el caballo. Ante la pregunta Josefina se sonrojó y bajó la vista. Yo ya lanzado, simplemente le digo que yo no la tengo tan grande pero si Ella quiere se la puedo mostrar. La niña alzó los ojos hacia los míos, y medio sonriendo y medio con los ojos lagrimeando me dice, Patrón, yo nunca vi el pito de un hombre. Más dura se me puso la pija, ya estaba bien al palo. Le hice prometer que no diría nada, y simplemente me bajé el short liberando así mi tronco ante los ojos de esta pequeña. Ella simplemente se quedó mirando mi pija, le tomé una mano e hice que tomara el tronco por la base y lo sacudiera un poco. Su mano resultó muy cálida y suave, me acerqué más a Ella, la pija parada entre los dos, y simplemente la tomé por los hombros la di vuelta y la besé. Josefina respondió con ganas. Yo proseguí con mi asalto a su ingenuidad. Puse ambas manos en sus nalgas y la atraje hacia mí, logré apoyarle el tronco duro en su vagina, ella suspiró y no se retiró, es más, abrió un poquito las piernas para darle cabida a mi miembro entre sus piernas facilitando el contacto con su vulva. Sus pezones apretados contra mi echo parecían dos arvejas duras, Josefina se prodigaba en el beso con su lengua, de repente se empezó a mover frotándose descaradamente y ávidamente contra mi dura verga, cuando me di cuenta que la niña estaba lista para ser cogida, con mi short entre los tobillos y la verga tiesa, la fui llevando donde tenemos apiladas las bolsas de cereal para los animales, al llegar simplemente la recosté contra ellas, se dejaba hacer, ya sabía que Ella sería la yegua y yo el semental. Bajé sus calzas y su bombacha descubriendo así su hendidura de labios finos y pequeña para el tamaño de mi falo. Me arrodillé entre sus piernas y acometí su vagina con mi lengua y su ano con mis dedos, todo en conjunto, Josefina gemía, suspiraba y se quejaba suavemente totalmente entregada, de repente sin previo aviso con un largo gemido descargó un terrible orgasmo que llenó mi boca con sus fluidos, casi se desvaneció. Yo aprovechando el momento me alcé sobre la niña y puse mi pija pegada a sus labios, y le dije simplemente ahora te toca a vos. Ella sin saber mucho que hacer simplemente abrió la boca bien grande y se comió mitad de mi verga apretándola con sus labios, yo estaba muy caliente, por lo que rápidamente alcancé el mayor éxtasis y le llené la boca de semen con potentes chorros, Josefina no sabía que hacer, pero reaccionó tomándose todo sin desperdiciar una gota. Así con la verga todavía dura, simplemente alcé sus piernas por los tobillos, los puse sobre mis hombros, y tomando mi falo por el tronco, lo froté varias veces contra su vagina, y finalmente habiendo encontrado la entrada de su conducto vaginal, le metí la cabezota de una, la niña se quejó, gimió un poco y yo seguí entrando en ese virginal cuerpo, llegué a su himen y sin reparo se lo perforé de una sola embestida, mi pija volvía a estar esplendorosa, la penetré hasta tocar su útero, Ella solo suspiraba fuerte, habiéndola penetrado en su totalidad, le dejé la tripa adentro tranquilita hasta que se acostumbrara al tamaño, prontamente fue Josefina quien comenzó a moverse, primero suavemente adelante y atrás, pero prontamente se cogía ella sola, me tenía tomado de los glúteos y quería que se la metiera toda hasta el fondo, y así alcanzó su segundo orgasmo prendido del tercero, su vagina pulsaba y apretaba muchos, es muy estrecha, su conchita muy caliente prontamente me tuvo otra vez a punto de acabar, por lo que sacándosela justo a tiempo, se la apoyé en su esfínter y apenas haciendo un poquito de fuerza entró la puntita y descargue por segunda vez mi semen. Josefina parecía desmayada. Pero abriendo sus ojazos, me mira, sonríe y me dice, Patrón, Ud. no es el caballo pero tiene una buena verga. Y me besa con ganas. Ahora espero mañana cuando nuevamente el padrillo monte a la yegua, espero poder montar a Josefina de vuelta. Ella anda contenta y sonriendo por la casa, y cuando pasa cerca mío me tira besitos. Yo estoy muy caliente. Ahora voy por su trasero.
Que lindo papi