La novia que lo cambió todo
De niño aprendí a ser una niñita pasiva, cuando la adolescencia me llegó, una hermosa Joven abrió mis horizontes sexuales..
Ha pasado un tiempo desde mi último relato en donde contaba como fue mi despertar sexual a la edad de tan solo 8 años, tuvo una recepción muy positiva así que continuaré con mi historia (me disculpo si me extiendo demasiado en los detalles, me gusta pensar que esa descripción hace más interesante el texto, acepto todo el feedback para siguientes publicaciones)
Bien, después de los acontecimientos que detallé en mi anterior publicación no pasó nada igual de emocionante, como suele suceder poco a poco me fuí distanciando de mi primo, tuvo bastante que ver que de a poco iba descubriendo mis verdaderos gustos y disfrutaba más mi tiempo a solas.
Saltamos en el tiempo, a mis 16 años la verdad tuve un cambio significativo físicamente hablando, disfrutaba hacer deporte, así que, de ser un niño con ligero sobrepeso pasé a ser un jóven esbelto, afortunadamente mi trasero creció bastante y gracias a la actividad física tomó una redondéz y firmeza exquisitos y me dejé crecer el cabello hasta tenerlo más o menos a la altura del hombro, a pesar de los cambios que conlleva la adolescencia en los hombres la gente me solía decir que tenía una apariencia androgina, algo de lo cuál me sentía súper orgulloso.
En fin, mi gusto por las mujeres floreció en esta etapa también, aunque soy muy introvertido llegué a tener un par de novias por ese entonces y una de ellas a quien llamaremos «M» es la primera chica con la que estuve y cooprotagoniza esta historia conmigo.
M era un par de meses menor que yo, con una suave piel blanca, unos ojos color miel hermosos, unos jugosos senos qué sin duda eran talla D, buen trasero y una breve cintura, sin duda la novia más voluptuosa que tuve.
Así que M y yo llevábamos un par de meses como novios, ciertamente aunque yo solía darme mis sesiones de auto placer muy seguido como cualquier adolescente, con «M» no había intentado nada sexual, no es que me diera vergüenza pero quería que ella llevara su ritmo, no podía darme el lujo de perder a semejante mujer por una calentura apresurada. Un día mientras nos besabamos ella se apartó de mí y me comentó que ya no podía evitar decirme que notaba mis erecciones cada que teníamos sesiones apasionadas de besos, yo me sonrojé demasiado, casi sentí el flujo de la sangre en mi rostro, tras unos segundos en lo que pensaba qué decir respondí que era algo que no podía controlar, que pasaba porque ella de verdad me gustaba mucho y tratando de ser lo más respetuoso (pero al mismo tiempo buscando una respuesta positiva) le dije que no era mi intención hacerla sentir incomoda.
M soltó una ligera risa como un gesto de complicidad y procedió a decirme que de hecho le gustaba, que la hacía sentir deseada y en ese punto aunque parecía tener luz verde continué siendo cauteloso, respondí que la verdad no había comentado nada al respecto porque no sabía como reaccionaría pero que había tenido ganas de expresarle mis deseos sexuales y por suerte ella me correspondió, en esa misma conversación acordamos que en cuanto tuviéramos oportunidad, tendríamos sexo.
Como es de esperarse es sumamente complicado tener casa sola, mi padre había cambiado a un trabajo que le exigia menos tiempo por lo que contrario a mi infancia ahora mis padres se encontraban casi siempre en casa, así que mientras tanto nos arriesgabamos a tratar de satisfacer nuestros deseos en la escuela, logré escabullirme unas cuantas veces en los baños de mujeres con ella gracias a mi apariencia femenina. Evidentemente no podíamos hacer mucho, aunque nos fascinaba masturbarnos mutuamente, sentir su delicada mano en mi pene era simplemente extasiante, mientras ella jugaba con mi sexo yo deslisaba mis dedos bajo su ropa interior, me encantaba sentir su vello, ella decía que le irritaba mucho depilarse totalmente así que mantenía recortado el vello y se veía demasiado sensual, sus labios eran de una forma y tamaño perfectos, y su tono rosado solo la hacía ver más apetitosa, metía mis dedos en su boca para lubricarlos y en seguida buscaba su clitoris que casi parecia buscar mi tacto, me gustaba quedarme ahí todo lo posible hasta sentir poco a poco como esa delicia de vagina se mojaba, ahí es cuando metía mis dedos a su dilatado canal, haciendo el tipico ganchito en busca de su punto G, todo esto mientras M recorria la totalidad de mi miembro con su mano, cambiando el ritmo, empezó a leerme, sabía cuando estaba rozando el climax y bajaba la intensidad de su movimiento. Yo también conocía su lenguaje corporal, su respiración se agitaba y trataba de ahogar sus gemidos, a ambos nos exitaba el riesgo de ser encontrados, poco a poco sentía como su vagina se estrechaba y el solo hecho de pensar como apretaría mi miembro me ponía todavía más caliente y finalmente llegaba a intensos orgasmos que llegaban a durar varios segundos.
Su cuerpo y en especial sus piernas se estremecían de una manera que me volvía loco, siempre me esmeré en hacerla acabar primero ya que mis orgasmos eran más intensos al verla gozar de esa manera tan apasionada, ella me hacía acabar en su ropa interior, le llenaba sus panties de leche. Nuestros encuentros en los baños no siempre terminaban en orgasmos por lo que ambos esperabamos ansiosos al momento más proximo en que pudieramos bajar nuestra calentura.
Finalmente el milagro llegó, era la fiesta de fin de año en la empresa de mi papá y se llevó a mi madre con él, M por su lado inventó a sus padres que iría a una fiesta con una amiga y se quedaría en su casa, mentira que por poco es descubierta a tan sólo unas horas de concretar el plan pero por suerte el universo estuvo de nuestro lado y pude ver a M en la escuela que era nuestro punto medio y de ahí nos dirigimos a la casa, el camino se sintió eterno, nuestras ganas estaban a tope y cuando por fin llegamos a la puerta ambos nos lanzamos una mirada complice y procedimos a entrar.
Aunque ya nos conociamos hasta el alma por alguna razón estabamos nerviosos, pero después de unos minutos dejamos que la pasión se apoderara de nosotros. Nos besabamos de una manera tan intensa que me llegaba a faltar el aire por momentos. No sé por qué se me ocurrió que era una idea muy exitante que nos desvistamos acomodandonos de espaldas y cuando estuvieramos totalmente desnudos vernos y apreciarnos totalmente, cabe aclarar que nunca nos llegamos a enviar nudes por lo que sería la primera vez que la vería al natural, ella rió con ternura y accedió, así lo hicimos y cuando la miré quedé totalmente maravillado y mi pene se puso más duro que nunca, sus tetas era perfectas, con unos pezones rosados y del tamaño perfecto, ni tan grandes ni tan pequeños, tenía una ligera muy ligera barriguita que su ropa había ocultado muy bien pero eso la hacía lucir aún mas sexy a mis ojos.
Sin pensarlo 2 veces me abalanzé sobre esas tetas, no me limité al pezón, mordí, besé y lamí la enteridad de esos jugosos senos, ella me masturbaba al mismo tiempo, sentí el liquido pre-seminal brotar de mi pene y de repente ella se arrodilló y me dio la primera mamada de mi vida (en los encuentros que llegué a tener con mi primo el siempre me penetraba, así que esta sería mi primera vez en varios aspectos) la verdad nunca nos preguntamos si teníamos experiencia sexual previa pero por lo que noté ella ya tenía bien entrenada esa boquita, no hacía garganta profunda pero se metía todo lo que podía de mi miembro en la boca, luego se concentró en mi glande, haciendo círculos con la lengua al tiempo que me masturbaba, luego se lo sacaba de la boca y pasaba su lengua por el tronco, yo trataba de contenerme y por momentos sentía que no podía más, pero ella me demostraba su perfecta lectura de mi cuerpo y bajaba el ritmo.
Después de unos minutos la detuve y le dije que también quería darle oral, de manera inesperada se negó al inicio, al parecer le daba un poco de vergüenza pero la convencí diciendo que si no le gustaba iba a parar sin problema, accedió, se recostó en la cama y abrió sus piernas dejando su deliciosa vagina a mi merced, me fuí acercando lento, besando la parte interna de sus muslos, pasando mi lengua por sus ingles e intensifiqué mi respiración para que ella la sintiera, M parecía muy exitada y comencé a lamer su clitoris, el sabor de su vagina era simplemente delicioso, era mi primera vez haciendo un cunilingus así que creo que fuí algo brusco ya que ella me separó levemente la cabeza de su entrepierna, hice más lentos mis movimientos y traté de que hubiera más saliva y eso fue la clave ya que comenzó a retorcerse y a soltar leves gemidos, despues de un par de minutos mi lengua se cansó así que comencé a masturbarla, esta vez ocupando ambas manos, metía los dedos masajeando su punto G y con la otra mano estimulaba el clitoris, cuando el cansancio desapareció y su cavidad se sentía más y más estrecha (señal de que ibamos por buen camino) retomé el trabajo oral, lamía su clitoris al mismo tiempo que metía y sacaba mis dedos cada vez más rápido, pareció como si hubiera apretado un boton mágico porque ella se retorcía con más intensidad, movía su pelvis y yo trataba de no despegarme ni un milimetro de mi delicioso banquete, sus gemidos eran más sonoros y finalmente sentí como su vagina se contrajo como nunca, yo seguía con mi labor mientras ella tenía el orgasmo más intenso que al menos yo le había dado, duró muchisimo, y pasó lo más exitante, me bañó con su squirt, lo que hizo que mi miembro que de por si ya estaba a reventar llegara a un nuevo nivel de dureza, finalmente se relajó y cuando levanté la mirada se le veía extasiada.
Me recosté a su lado y nos besamos, no nos importó tener el sabor de nuestros sexos en la boca, estabamos demasiado exitados y finalmente ella me dijo que estaba lista, yo asentí sabiendo perfectamente a que se refería y corrí a buscar los condones, torpemente me puse uno mientras ella me miraba y nuevamente una primera vez, nunca antes la había visto masturbarse, lo hacía delicadamente, era como si estuviera manteniendo la temperatura para recibirme, cuando estaba listo ella levantó las piernas y me hizo un gesto con el índice indicándome de manera lasciva que me acerque, acomodé la punta de mi glande en su entrada y de un solo empujón entró todo, yo sentía que tocaba las nubes, ella hizo una cara como de alivio, largó un suspiro y nos sentimos completos, el hecho de que no haya hecho ningún quejido confirmó mis sospechas de que ya no era virgen, contrario a lo que se pensaría, el saber que tenía experiencia me calentó aún más, comencé a moverme, era extraño para mi puesto que yo estaba acostumbrado a recibir, ser el dominante me fascinó, aunque traté de alargar el acto lo más que pude. Sin embargo la sensación de su calor rodeando mi miembro, sentir como lubricaba su vagina, quedando totalmente empapada, sus senos rebotando y claramente la visión de mi pene entrando y saliendo me hicieron acabar bastante rápido, me sentí un poco avergonzado pero ella me dijo que le había gustado que no aguante tanto puesto que la hacía sentir demasiado sexy como para resistirse (cosa que a día de hoy sigo pensando que fue una mentira piadosa).
Nos recostamos y al cabo de un rato tuvimos el segundo round.
En fin, hay un par de historias más que tengo con esta chica y que fue mi fantasía hecha realidad, si lea interesa conocerlas si veo que esta historia y el modo de redacción funciona las publicaré lo más pronto posible.
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