La nueva rutina de Celia 4
Mí hija disfruta pasar tiempo con su papi .
La rutina con Celia siguió como siempre, pasábamos el día desnudos en la casa, me la encule en todos lados, la llenaba de leche todos los días.
La nena simplemente apoyaba los brazos colgándose de la mesada y me ofrecía el culo en pompa para que se lo rompa tanto como quiera, le encantaba sentirla adentro, tanto se había acostumbrado que también se la metía sola en el sillón a la hora de la siesta. Ya no solo se fregaba, también se metía sus deditos abriendo su agujerito para meterse mí pija, me cabalgaba de espalda hasta que terminaba agotada apoyada en mí pecho y yo aprovechaba para taladrarle el culo hasta que acababa llenándola. Pasamos los quince días de mis vacaciones extendidas culeando todos los días. Al tener pija todo el día, dormía en la noche agotada y eso me había dado espacio para coger con mí esposa que había notado que había bajado un poco mí libido.
Después de comenzar a trabajar, llegaba a casa para almorzar y la nena ya estaba desnuda esperando su ración de leche y pija, sentada en la mesada de la cocina la encontraba tocándose mientras me esperaba, abría sus piernas para mí para que se la chupe hasta acabar.
La relación con mí esposa mejoró mucho, la atendía por las noches y cogía a la hija de día.
En una de esas cogidas con mí esposa vi de refilón a mí hija mirándonos en el costado de la puerta, mientras yo taladraba la boca de su madre, me acomode para que mí esposa quede de espalda y cuando la nena lo vio se movio un paso mostrándome como se dedeaba.
. Así continuamos hasta que la temporada alta acabo y mí esposa me planteo la posibilidad de pedir vacaciones. Claramente me mostré emocionado y le di un polvo de campeonato, pero me di cuenta que la preciosa rutina de día que tenía con la nena iba a cambiar y tendríamos que conformarnos con tocarnos en la noche. Claramente yo había agotado mis días libres, asique no podía pedir vacaciones con ella. Los primeros días estuvo bien, además Celia comenzó el colegio nuevo que estaba a unas cuadras de casa.
Su madre había puesto el grito en el cielo cuando yo le dije de cambiar a la nena, desde que había comenzado el kinder que iba a ese colegio de monjas y no quería sacarla, pero le dije que no era justo que esté encerrada toda la semana en un internado cuando yo estaba todos los días en casa y podía ocuparme de ambos. Asique a pesar de sus quejas, la terminamos cambiado de colegio. En los días que mí esposa estaba en casa nos sumergimos en la rutina de almorzar juntos los cuatro, y en la noche pasaba por la habitación de mí hija a “leerle un cuento” mientras su madre se bañaba y hacíamos nuestras cositas.
La rutina no duro más de cinco días, Leticia no estaba acostumbrada a estar en casa ni a ser madre completa. Asique una noche se acerco a mí y me planteo la posibilidad de irse de viaje con los nenes a su país de origen de visita. Claramente puse el grito en el cielo, nosotros teníamos una rutina establecida, yo no podía tomar vacaciones ahora y Celia estaba en el colegio. Ella trato de convencerme pero fui muy tajante.
No, eres tu la que tiene que entender. Eres tu la que está de vacaciones y me alegro. Pero Celia comenzó en un colegio nuevo que recién se está adaptando, yo trabajo en casa y también fuera, no puedes llevártela porque anhelas tu hogar, un hogar déjame recordarte que Celia no conoce, la trajiste aquí cuando tenía un año, no conoce a tu familia y nunca te importo que lo hiciera. Entiendo que tu madre este enferma y puedes ir a verla, llévate a Aarón, yo te firmaré para que lo lleves. Además no tienes como justificar sacarla del colegio durante tanto tiempo.
Claramente tenía razón, asique preparo todo para irse con el nene por un par de semanas. Me ocupe como buen esposo de sacarle los pasajes y se sorprendió cuando vio el horario de los Billetes.
Pero es de noche. — dijo desconcertada.
Si, los saque así a propósito. Lo hacemos dormir la siesta temprano y luego se cansara con el viaje y todo, para cuando llegues al avión estará agotado y dormirá toda la noche como siempre.
Encantada con mí solución comenzó a preparar sus cosas, mientras yo trataba de disimular la verga dura de solo pensar en que esa misma noche iba a dormir con mí nenita, toda la noche abrazados y tomar su virgo para poder disfrutar los quince días que se iba su madre.
Estaba muy ansioso y por eso me cogi a su madre en el baño de la casa antes de salir, necesitaba descargar para sentirme más sereno y poder concentrarme en la noche.
No sé si era porque nos quedaríamos solos todos los días o porque la nena intuía lo que pasaría, pero se notaba ansiosa, mientras esperábamos en el auto a que su madre baje de cambiar al nene me dio un beso rápido y paso su manita por mí verga.
Cuando finalmente vimos el avión despegar nos fuimos tomados de la mano caminando despacito hacía el auto, el estacionamiento estaba vacío y oscuro, cuando se subió al auto no me contuve y le di un beso apasionado que respondió con entusiasmo, le subí el vestido que llevaba y tal fue mí sorpresa que estaba sin bragas, la alejé para mirarla, entre penumbras vi su sonrisa satisfecha.
Me quite la braga antes de que se vaya mamá, estaba muy mojada pensando cuando nos quedaríamos solos ¿Esta putita puede dormir con papi?
Te mojaste pensando en como papi va a metertela toda la noche.
Ella asintió como nena buena y se fregó sobre mí pantalón dejando una clara mancha mojada.
¿Fuiste juiciosa con las vitaminas que papi te dio para tomar? — le pregunté mientras la dedeaba.
Le había comprado pastillas anticonceptivas desde hacía un mes, cuando le regale los vestidos que aún no había estrenado. Ella asintió y me beso mientras se movía buscando su orgasmo.
Una vez que entramos a casa, la desnude despacio, tomándome el tiempo de besarla y acariciarla.
La lleve a la cama y cerré las cortinas pero deje prendida la luz. Era la primera vez que lo hacíamos de noche, sin necesidad de hacer silencio así que ella podía gemir y jadear todo lo que quería, estaba tan encantada con sentirse la mujer de la casa que me lo decía una y otra vez, emocionada cuando la tocaba.
A partir de hoy voy a ser la mujer de Papi, voy a dormir en la cama grande y chupar la pija de papá sin compartir.
¿La mujer de la casa? — pregunte divertido.
Mama no está.
De acuerdo, mientras mamá no esté vas a ser la puta de papi porque ya estás solita en casa ¿Te gusta?
Si. Soy la puta de papi.
No, la putita me gusta más. ¿Ya no sos chiquita? — Le decia haciendo cara triste.
Soy la putita de papi, la que le chupa la pija como le gusta.
Decia mientras me la chupaba como sabe que me gustaba, pero está vez no terminé. Le abrí las piernas, la hice llegar casi al orgasmo y luego me acomode, estaba acostumbrada a que yo le pasará mí pija,que jugase con sus juguitos, también sonrió cuando entro la puntita de mí pija. Mí nenita estaba acostumbrada a todo eso, pero lo que no se esperaba es que yo se la metiera más al fondo, llegando a clavarle la mitad de mí pija de un Empujón. El grito que pegó me confirmó que hice bien en esperar a que su madre no esté y además sea de noche, le tape la boca y la mire, ella tenía los ojos llenos de lágrimas y me miraba asustada.
La putita ya está lista para que papi se la meta toda.
Me duele.
Vas a hacer silencio y vas a aguantar, vas a ver qué te va a gustar.
Cuando estuve adentro no me lo podía creer, era como un torniquete, caliente, húmedo y apretado. Mí putita se había tragado toda mí pija. Pase los dedos por su clítoris y comencé a sobarla, hasta que se relajó y comenzó a gemir. Se la retire un poco y comencé a penetrarla una y otra vez. Estaba en la gloria, estaba metido hasta el fondo en la vaginita de nena que tenía, con sus pelitos finos mostrando su juvenil vagina que se tragaba mí pija completa. Su mirada enamorada, sus labios entreabiertos y llenos de deseo me sonreían. No aguante y la llene de leche. Montarla a pelo había valido la pena, la espera para que las pastillas le hicieran efecto, hacerle primero el culo y guardar su virginidad para un momento tan especial como este. Me quedé adentro suyo, sin querer salir y seguir sintiendola, me di la vuelta y quedó encima mio, aún conectados.
Quedamos en silencio, saciados y extasiados de placer, le acariciaba la espalda y le amasaba el culo, ella me tomó la mano y me mojo el dedo índice y lo llevo a su culito. Comencé a penetrarla por el culo y ella comenzó a moverse despacio, sintiéndose llena acabo acogotando mí pija que se puso dura al instante , volví a llenarla de leche sin necesidad de moverse mientras sentía como se cerraba a mí alrededor y jadeaba sobre mí cuello.
Después de esa increíble cogida, la lleve a la bañera, la bañé despacito limpiando su vaginita que estaba un poco colorada y sensible. Pero su sonrisa de satisfacción me confirmó que lo había disfrutado y que claramente repetiriamos como con la colita.
Se durmió enseguida mientras yo le acariciaba el pelo, luego se dio vuelta mostrándome su culito desnudo, con el agujero medio abierto, después de meter tanto mí verga por ahí, su agujerito ya no era tan chiquito. La abracé y me dormí enseguida.
Me desperté con su boca en mí pija dura, su cabeza entre mis piernas y el culito en pompa. Cualquiera que entrase por la puerta, tendría una vista maravillosa del coño y culo de la nena. Le acaricié el pelo y le sonreí.
La nenita de papi se despertó con ganas de leche.
Es que desde que mama estaba en casa no desayunaba tu lechita calentita.
Vení que papi también quiere su juguito calentito.
Se dio vuelta y ofreció su vulva pasando la pierna por encima hasta quedar arrodillada enfrente de mí verga, mostrando su vagina sin pudor. Se la abrí con los dedos e inspeccione como estaba.
¿Te duele algo hoy?
Nada. — Dijo encantada y movía la cola esperando que la chupe.
Me la comí a la vez que ella lo hacía, cuando acabamos me fui a bañar. Cuando salí ella estaba comiendo su leche con cereales, con el remeron que yo le había dado hacía tiempo, el único que había estrenado.
Hoy quiero que uses el vestido rosado que papi compro para vos.
Pero quiero estar desnudita para esperarte.
No, hoy te vas a poner el vestido y andarás asi todo el día, ¿ oíste?
Ella asintió y me sonrió, me fui diciéndole las indicaciones de siempre.
No le abras a nadie, si escuchas el timbre lo dejas sonar, yo tengo llave y mamá no viene. Nos vemos en unas horas.
Me dio un buen beso y me fui a trabajar. Hice mí trabajo, hablé con mí esposa que había aterrizado bien, hablamos por videollamada para ver al nene y después me fui a casa más temprano.
Al abrir la puerta me la encontré tirada en el piso del living, con el culito al aire mientras hacía su tarea de fin de semana. El vestido le llegaba hasta el inicio de las nalgas, no haciendo nada por ocultar que estaba desnuda, como tenía las piernas entreabiertas, se podía ver su rajita desnuda que se abría y cerraba mientras ella movía las piernas que estaban al aire.
El contraste entre su cuerpo de mujer y su vestido de nena era morboso y me la ponía tan dura que me arrodillé y le pase las manos por las piernas.
Ay papi, no te oí.
Dijo tratando de darse la vuelta.
Seguí haciendo tu terea. — ordene mientras le abría las piernas y miraba su rajita desnuda.
Ella se dio la vuelta y comenzó a escribir mientras yo le acariciaba las piernas y pasaba los dedos por la rajita que comenzaba a mojarse más y más. Se tragaba mis dedos hasta el fondo, y empinaba el culito disfrutando de las caricias, dejo de fingir que escribía y apoyó la frente sobre el cuaderno mientras gemía. Le di suaves y húmedos besos en las mejillas suaves, pase la lengua por su agujero y sin poder contenerme me baje el pantalón y enfile mí verga a su rajita mojada.
Se la metí despacio, disfrutando como enfundaba mí pija entre sus húmedas paredes, se la trago entera sin hacer una sola mueca, disfrutando de como su papi se la cogía.
Apoyé mis brazos a sus costados y me la trague entera, sus piernitas quedaban más cortas que las mías, su cuerpito de nena estaba debajo de mí y comencé a penetrarla una y otra vez sin parar. Se corrió el pelo y me ofreció el cuello que bese y mordí a mí antojo, se la metí bien al fondo y no deje de metérsela hasta sentir como jadeaba “papi, Papi” una y otra vez mientras acababa.
La nenita de papi quiere que la llene de leche?
La putita de papi quiere leche. — Gemía mientras me apretaba los bíceps y jadeaba.
¿Que sos? — le preguntaba mientras aumentaba el ritmo.
Una putita, una putita.
¿Y que quiere está putita?
Leche, quiero que me llenes de leche. — Gemía.
Acabe como si no me la hubiera mamado en la mañana, estaba seguro que si no se hubiera tomado las pastillas con esas cogidas que le daba, seguro que la embarazaba. Comimos en la cocina, ella hablando y hablando mientras yo la miraba sin poder creer lo que sucedia. Ella con su vestidito rosado, con los tirantes y la pechera que le llegaba hasta las clavículas porque le quedaba más chico que la última vez que se lo había probado. Ya no le tapaba la rajita, la tenía al aire ya de lo que había crecido, sus tetitas hacía que la tela quedase apretada y cuando le daba la espalda se podía ver la mitad del culo afuera. Después de comer se puso a lavar los platos y no me pude contener, me acerque por atrás y comencé a acariciarle el culito metiendo el dedo medio sobre las mejillas.
¿Que querés hacer ahora? ¿Querés ir a dormir la siesta o querés que veamos algo en la tele?
A esta hora pasan mis dibujitos favoritos. — Dijo mientras se abría bien de piernas para que yo pudiera acariciarla bien. — ¿Me puedo quitar el vestido?
Pregunto después de terminar de lavar los dos platos y secarse las manos.
¿Por qué, no te gusta ?
Si, pero me apreta en los brazos.
Levanto los brazos y el vestido subió con ella, mostrando todo su pubis de lo corto que le quedaba. Se lo quite por la cabeza y lo tiré. Pase las manos acariciando sus tetas y pellizcando sus pezones. La bese suavemente y nos fuimos después a sentar al sillón, me bajo los pantalones y me senté con mis brazos abiertos a mis costados, ya conociendo la rutina se sentó sobre mis piernas, con su raja caliente sobre mí verga dura. Prendió la tele y puso su canal preferido mientras yo le acariciaba los muslos abiertos.
Papi tiene frío. — le susurré al oído.
¿Querés que traiga la manta? — a pregunto sin dejar de mirar sus dibujos animados.
Pase mis dedos por su rajita y esparci la humedad que comenzaba a sentir.
Sentate sobre la verga de papi para calentarlo.
Ella se abrió los labios y fue tragándose la pija hasta el fondo, la acosté sobre mí pecho.
Seguí mirando tus dibujitos, papi ya se siente mejor.
Con las piernas abiertas, la vagina llena de mí pija ella puso más fuerte la tele y yo me concentré en tocarle las tetas, sus pezones se endurecieron enseguida.
Quédate quieta y sigue mirando.
Era un caso perdido y lo sabía, pero disfrutaba ver cómo trataba de ver su programa sin perderse en las sensaciones que sentía. La empuje suavemente y ella apoyo sus manos sobre mis rodillas abiertas, le acariciaba el agujero del culo mientras ella se movía despacio y gemía.
Papi… está putita quiere la pija en la cola.
No me sorprendía para nada, tan acostumbrada estaba a qué la encule que había aprendido a disfrutarlo. Mientras la tenía metida en la vagina comencé a meterle los dedos en el culo. Después de metérsela en el culo ella se acostó sobre mí pecho y abrió las piernas ofreciéndose.
Ahora sí podes meterme tus dedos hasta el fondo papito.
Sus manitas morenas apretaron mis muñecas mientras yo la masturbaba taladrandole el culo, gemía y jadeaba mientras yo la llenaba de leche.
Me encantaba acabarle adentro y seguir adentro suyo mientras ella miraba el programa, le acariciaba los costados mientras mí verga se desinflaba, pase mis manos por sus piernas abiertas y acaricie su rajita mojada.
A papi le encanta lo putita que sos.
Sabía que a ella le encantaban los halagos y cuánto más le hacía, más aceptaba cosas para complacerme.
¿Sabes que quiere papi hoy?
¿Que?
Que te pongas el vestidito negro y cenemos juntos.
Bueno.
Me iré a duchar mientras terminas de ver tu programa.
La dejé acostada de costado en el sofá, cuando pase para salir a comprar la vi con las piernas levantadas, desnuda mirando los
dibujitos y con la leche manando de su agujerito. Me fui con una sonrisa a hacer mis compras.
Excelente muy excitante y con morbo