LA PEQUEÑA DIOSA DEL SEXO, SEGUNDA PARTE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leo.leoncio.
Después de ese último encuentro con Hilda, (el cual me había dejado loco), esperé impaciente su llamado pero, pasados dos meses, ya había perdido toda esperanza.
Cierta tarde, en medio de una Reunión de Maestros, me llegó un whatsapp: era una foto de Hilda, de pie y desnuda en una playa desierta: “Juntémonos mañana en el parque, a las 6 pm, me pasas a buscar y nos vamos a tu casa … quiero hacerlo a solas contigo, te espero"
El corazón me dio un vuelco y la alegría me invadió.
Volvería a estar con ella, esta vez solos, para gozarla a mi antojo.
Arreglé todo para quedar libre a las 6 pm del día siguiente, lo que incluyó decirle a mi novia que no vaya a verme en ese rato.
A dos horas antes del encuentro, llamé a la niña para confirmar la cita, e Hilda lo hizo.
Quince minutos antes de la cita, el Director del colegio, me dió un trabajo extra, impidiendo mi cita con la niñita.
No imaginan la rabia y la frustración que sentí en ese momento, pero no podía hacer nada.
Llamé a Hilda para avisarle la mala noticia, y ella me avisó que estaba frente a mi casa (gentileza de mi amigo Juan, quien le dio la dirección y la llave).
Le dije que, si gustaba podría entrar a la casa y descansar, porque yo iba a tardar al menos 4 horas más.
Ella me regañó un poco, pero se quedó dentro de la casa.
Cuatro horas después, cansado y fastidiado, llegué a mi casa y dentro de ella encontré a mi novia, Camila.
Le pregunte que hacía allí, si le había pedido que no fuera.
Cami se sonrojó, tartamudeó muy nerviosa, me pidió disculpas y se despidió, yéndose de la casa, casi corriendo, cosa que me extrañó mucho.
Al entrar a mi dormitorio, lo encontré muy desordenado, con toallas tiradas por aquí y por allá, las ventanas abiertas de par en par y las sábanas todas desordenadas.
Al pensar que había sido Hilda la que había dormido en mi cama, me aterré al pensar que Camila se había topado con ella.
Corriendo fui en busca de la cámara y, con pánico, descubrí que no estaba en su lugar sino en otro lado.
Temblando de miedo, me puse a ver la cinta.
En ella se mostraba a Hilda, recién llegando al dormitorio, tendiéndose en la cama y prendiendo el TV.
Poco después sonó el timbre, Hilda salió a abrir y al volver ví, aterrado, que la seguía Camila.
_”Si, había quedado de juntarme con el profesor aquí porque me daría clases extras de matemáticas, estoy a punto de perder el año por culpa de ese ramo, pero me avisó que no podía venir porque le tocó trabajar horas extras”, le explicaba Hilda a mi novia, con un tono neutro y totalmente calmada, cosa que ayudó para convencer a Camila.
Ambas comenzaron a charlar sobre mí, riéndose de mis defectos, de mi trabajo como maestro novato, de cómo las chicas me coqueteaban y sobre otras cosas.
Entre la conversación noté que Hilda comenzaba a mirarle el cuerpo a Camila, y no la culpaba.
Aunque era menuda para sus 25 años, tenía una piel con un bonito tono bronceado, una largo cabello trigueño oscuro muy rizado, unos ojos color pardo de expresión chispeante, lindos labios gruesos, tetas grandes, gordas y turgentes con un coqueto corazón tatuado entre medio de ellas y del cual Hilda no perdía vista, tenía un abdomen plano que mostraba sin problemas bajo una corta blusa blanca, y una minifalda de mezclilla que mostraba generosamente sus piernas gruesas, bien formadas, con un largo tatuaje de flor en el muslo izquierdo.
La niña miraba con descaro el cuerpo de mi novia y le coqueteaba sin acobardarse y , lo mas sorprendente para mí, Camila le devolvía las miradas y la coquetería.
Las cosas se tornaban raras y recordé el nerviosismo de Camila al irse.
Pasada hora y media, ya habían reído, cantado, bailado y se habían dado juguetones besitos cortos en los labios, y el ambiente se había cargado de una tensión sexual evidente para la lente.
Y, entonces, ocurrió.
Fue cuando ambas bailaban un tema de Katy Perry, Hilda tomaba por la cintura a Cami y bajaba ondulando el cuerpo quedando su cara a la altura de su mini, y en una de esas subidas y bajadas, mi novia tomó el rostro de Hilda entre sus manos, se acercó poco a poco, abrió su boca y le dio un beso suave y lento, masajeando sus gruesos labios sobre los de la niña.
Hilda se quedó quieta por unos segundos, después la abrazó por el cuello y le devolvió el beso romántico de Camila, con uno mas caliente y lascivo.
Las manos de mi novia pronto bajaron a la cinturita de la niña, y después arremangaron su faldita escolar y se metieron presurosas por debajo del calzoncito celeste, amasando con lujuria las mullidas nalgas morenas.
Yo quedé estupefacto.
Por un lado el miedo de que Camila supiera que me había acostado con una niñita de 10 años se había disipado pero, jamás había pensado que ella fuera de ese tipo de mujer pues, aunque tenía un cuerpo muy rico, tenía un trato muy frío conmigo … ahora entendía porque … o era bisexual , o era lesbiana.
Hilda, en tanto, le comía la boca a mi novia, masajeando, lamiendo, mordisqueando y chupando sus labios mientras ambas no cesaban de gemir bajito y de pegar sus cuerpos, uno contra el otro, refregándose cada vez con más ganas.
Pasados unos minutos de esos besos calientes, Hilda se separó de ella y la quedó mirando fijamente a los ojos.
Su mirada chisporroteaba de malicia y en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa traviesa.
Sin decir nada, la niña tomó su celular y colocó una canción: “Revolution” de Denisse Rozenthal, cuyo ritmo lento se hacía sensual con el timbre de voz susurrante de la cantante.
Ondulando su cuerpo lentamente de un lado para otro, comenzó a desabrocharse la blusa y la dejó caer despacio desde sus hombros hasta el piso, luciendo sus tetillas rosadas y sus pezoncitos oscuros y erectos.
Después dejó caer la faldita escolar pateándola hacia un costado; verla sólo con su pequeño y ajustado calzoncito celeste, pegado a su culito bien formado, era algo morboso y excitante.
Hilda colocó los pulgares en la pretina de su ropita interior y se la bajó con precisa lentitud, mientras ondulaba sus caderas al ritmo de la canción, y movía a boca siguiendo la letra.
Una vez desnuda, levantó un brazo sobre su cabeza y puso una mano en su cintura, y siguió bailando.
Su cuerpo se movía hipnóticamente, ondulándose como el de una serpiente que se acerca sigilosa a su presa, mientras jugaba con su pelo y lanzaba miradas arrogantes y sensuales.
Hilda demostraba, una vez más, cómo sabía manejar la fuerza de su erotismo.
Camila en tanto, no permanecía inmutable a los encantos de la niña pues, mientras Hilda bailaba para ella (como lo hizo para mí y mi amigo), había comenzado a morderse y chupar la punta de su dedo medio, a tocarse el cuello, sus manos bajaron hasta sus tetas, rodeándolas y pellizcando sus pezones ya endurecidos, siguieron bajando hasta su entrepierna, apretándola con sus manos y sus muslos, mordiéndose los labios y mirando a la niña con lujuria.
Hilda se acercó a mi novia y se sentó sobre ella, la abrazó por el cuello y volvieron a enfrascarse en otra ronda de besos calientes, después de los cuales Hilda comenzó a comerle el cuello a Cami, quien echó la cabeza hacia atrás y se entregó a la hábil boquita de la niña.
Ësta, además de comerle el cuello, comenzó a masajearle las opulentas tetas de mi novia por sobre su blusa, para luego quitársela con la pronta ayuda de ésta.
Una vez liberadas, Hilda devoró las tetas de una forma que ni yo lo había hecho antes: se las comió enteritas, sin exagerar; las besó, lamió y chupó por encima de los pezones, entre medio de éstas, por debajo, por los lados y dejó al último los pezones.
La punta de su lenguita se paseó alrededor de éstos en círculos y dejándolos bien babositos y duros, para después engullirse cada pezón y chuparlos con devoción y marcada crueldad, provocando que Camila gimiera, rugiera y se retorciera de gusto, acariciando el cabello de la niña, quien, en un momento de éxtasis, juntó ambos pechos con sus manitos y las apretó al punto de unir ambos pezones, los cuales se echó a la boca y chupó con fuerza.
Mi novia, sobre excitada por ese fuerte chupón, rugió de gusto y apartó a la niña con delicadeza.
Imitándola, comenzó a quitarse la mini al ritmo de la canción.
Jamás pensé que Camila pudiera moverse así de sensual, así de puta.
Ondulando sus caderas al tiempo que dejaba caer la mini, le fue mostrando a la niña el lindo y coqueto tatuaje de flores que lucía en su muslo izquierdo.
Una vez liberada de su mini, Hilda saltó sobre ella, mordió la pretina de su calzón y se lo fue bajando, riendo traviesamente, hasta dejarla totalmente desnuda.
Hilda quedó mirando fijamente la conchita a mi novia: depilada, chiquitita, limpia, babosita, de labios vaginales finos, coronada con un clítoris grueso, largo y rosado, y luciendo un tatuaje pequeño en su Monte de Venus: un angelito celeste.
Como lo hizo conmigo, Hilda tomó a Cami y la empujó sobre la cama, y se tendió sobre su cuerpo.
_”Estas MUY rica”, susurró Hilda, lamiéndole los labios a mi novia.
_”Y tu eres una pendeja muy caliente… ¿ya lo has hecho antes con otras chicas, verdad?, preguntó ingenuamente.
_”Sí,… y con muchos chicos también ji, ji,ji … (Cami abrió los ojos exageradamente) pero de las mujeres, tu eres la mas rica… ¿y tu también te has comido a otra chica, ¿no?, se nota que te gusta.
_”Ay, sí… bueno … mi primera vez fue con una prima mayor, yo tenía tu edad y ella como unos 25 años… y me hizo sentir MUY rico… pero, por favor… no le digas nada de esto a mi novio”
_”MMMMHHHH… tu novio me gusta… tiene un paquete grande”, confesó Hilda, y a mí se me heló la columna del miedo y la sorpresa, pensé que le iba a contar todo a Camila, quien se quedó muda de la sorpresa.
_ ”¿Cómo lo sabes?.
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¿ ya lo has hacho con él?, preguntó en un susurro nervioso.
_ “Claro que no, pero cuando me dá clases, le miro de reojo el pantalón y me fijo en su bulto… y me gusta como es,… sé que es cáncer… los cáncer son buenos amantes… debe ser rico en la cama…”, concluyó Hilda, como para sus adentros.
_ “Te gustaría comértelo, ¿cierto?.
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no creo que él te deje”, replicó Cami, algo celosa, cosa que me gustó mucho.
Hilda detectó el tono de Cami y, sonriendo maliciosamente, comenzó a arañarle los pezones con sus uñitas mientras que, le comía el cuello y le susurraba al oído con voz ronca y sensual:
_”Sííííí… me gustaría comérmelo enterito… ¿celosa…noooo,… segura? ji,ji,ji … ¿sabes como lo besaría frente a ti?, asi, mira assssiiiiiiiimmmmmhhhhhh”, la provocó con un gemido largo y ronco, le tomó la cara con ambas manitos y le plantó un DON beso, su lenguita bailaba sobre la boca de mi novia, le chupaba ambos labios, se los llenaba de saliva, la sorbeteaba y la succionaba de vuelta a su boquita, Camila frunció el ceño y dió un gemido suplicante y largo, sus manos estrujaron las ricas nalgas de la niña y le devolvió el beso como pudo.
_”¿Quieres saber cómo le voy a chupar el pico a tu novio?- le preguntó Hilda y mi novia movió la cabeza negativamente, aún así Hilda bajó rápidamente hasta su entrepiernas, abrió los muslos firmes de Camila, apuntó directo hacia su clítoris y se lo engulló de un solo golpe.
Mi novia arqueó la espalda y ahogó un gemido de asombro y placer, para después empezar a mover sus caderas al ritmo que le imponía los labios y la lenguita de la niñita, quien lamía, raspaba con sus dientes y succionaba con fuerza el clítoris de Cami, que a esas alturas, ya estaba durísimo y rojo.
_” ¿Te gusta como te chupo… puta?”, le preguntó Hilda, mientras le daba una larga lamida,
_”SSSSSÍÍÍÍÍÍÍÍÓOOOUUHHMMMMMMMM”, rugió mi novia,
_”¿Tu crees que le guste a tu novio, como chupo?, le preguntó provocativamente.
Camila abrió los ojos y se quedó mirando el techo, pensando.
_”Si … yo sé que le gustaría … es que yo … no se la chupo …”, confesó,
_” ¿Y porque no?.
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si chupar pico el lo mas rico del mundo … (largo chupón en la punta del clítoris, Camila se mordió los labios y agarró la nuca de Hilda)… ¿ o acaso no lo quieres?.
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, preguntó la niña.
_” Claro que lo quiero, … oohhhh … es fiel ….
Ghaaammmm …cariñoso … ññññhhhhh … detallista … pero … me da asco chupar un pene … prefiero chupar una conchita … como la tuya …”, confesó mi novia.
_ “Yo te voy a enseñar a perderle el asco a los penes … ( Hilda abrió la boca al máximo abarcando toda la conchita y, con sus dientes, raspó los labios vaginales exteriores) …ya verás cómo te van a gustar … después de que acabe contigo … (juego de su lenguita con el capuchón del clítoris)… no sabrás cómo te van a gustar más, si por la boca … (la niña le abrió los labios vaginales, dejándole expuesto su mojado, rojo y abierto agujero y le lanzó escupitajo adentro de él) … por la concha … ( hundió su carita, revolcándola dentro de la concha, después la sacó y se montó sobre ella, quedando cara a cara) … o … por el culoooooohhhmmmmmmm”, gimió muy fuerte la niña, agarrando del cuello a mi novia y dándole un largo beso, con su boca y mejillas bañadas en sus fluidos vaginales.
Camila la abrazó con brazos y piernas y apretó con todas sus fuerzas, gimiendo como una verdadera puta.
_”MHHHHHH, tu conchita tiene un sabor súper rico”, le dijo Hilda.
Camila, jadeante y muy excitada, agarró a la niña, la tiró sobre la cama, le abrió las piernas de par en par, y hundió su boca en su conchita.
Hilda, sonrió triunfante y echó la cabeza hacia tras, dejándose querer.
_”Así… así… ooouuuhhmmm, amnh, amnh, amnh que chupas rico puta… eso, si …dale…chupa rico….
rico…así”, -gemía Hilda – como me … ahhhhhh … gustaría… que tu novio nos estuviera viendo … le chuparía el pico … ñññhhhmmmm … mientras tu me chupas asi,… como ahora …”,
_” ÑÑÑÑÑHHHMMMMM”, gemía mi novia, mientras sus dedos comenzaban a bajar y masajear su concha viscosa.
Era evidente que escuchaba a Hilda, se imaginaba la situación y se excitaba cada vez más.
Y eso, me excitaba mucho más a mí.
_” Ponte en 4 patas perra … te voy a chupar bien rico el culo”, le ordenó Hilda, y Camila no ocultó su tremenda sorpresa … pero … aún así, se puso a lo perrito.
La niña se arrodilló ante el hermoso culo de mi novia, le abrió sus nalgas y, ante mi enrome sorpresa, puso su mano en forma de lanza, apuntó hacia su agujero e lo metió de un solo golpe, hasta la muñeca.
_”¡¡¡GGGHHHAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!! ….
¡¡PENDEJA HIJA DE PUTA!!, gritó Camila saltando sobre la cama con un ronco grito de dolor y sorpresa… pero… sus caderas se movieron para no salirse de esa manito infantil.
Hilda la miró satisfecha y, cuando mi novia comenzaba a relajarse, con otro empujón le metió desde la muñeca hasta la mitad del antebrazo.
Camila gritó destempladamente, tensó su cuerpo en un arco e intentó zafarse de la niña, quien no retiraba su brazo ni un milímetro desde dentro de su concha.
Para rematar el ciclo de dolor-placer, Hilda comenzó a mover su antebrazo en círculos, barrenándole hasta el útero.
_”¡¡¡GHAAAAAA… AHHHHHH… AAAAYYYYYY…AYAYAYAYAYYYYYYIIIIHHHHNNNNNN… AH, AH, AH… EEEIIHHH… EIIHHH…ÍÍÍÍÍÍÍHHHHÑÑÑÑNNNNNNNN… PARA .
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.
PARA… PARAAAAAAHHHH!!!, gritaba roncamente mi novia como poseída por el demonio, se revolcaba en la cama, se agarraba el pelo, golpeaba el colchón con los puños… pero no hacía ademán de querer zafarse de esa mano.
Hilda, en tanto, estaba concentrada en penetrarla y revolcarle el brazo adentro.
Los gritos iban aumentando en fuerza y tomaban un tono más agudo, y las caderas comenzaron a acompasarse a los movimientos de la manito.
En pocos minutos, las caderas y la manito se golpeaban una contra la otra con un ritmo coordinado y fuerte.
_”SSSÍÍÍÍ… SSSSÍÍÍÍÍ… ASSSSÍÍÍÍ…AHG, AHG, AHG… MAS FUERTE… FUERTE… QUE RICO… QUE RICO…RICOOOOHHHHHHH… PARA… ME VOY A CORRER… PARA … PARA… PARAAAAAHHHHHHGGGHHHÑÑÑÑÑÑÑMMMMMNNNNNNNNÍÍÍÍÍÍÍ´”, gritaba llorando mi novia, mientras arqueaba su cuerpo, empujaba las caderas hacia atrás y dejaba salir un chorro de líquido blanquecino desde su vagina hasta la carita de Hilda, quien rió a carcajadas, su carita llena de satisfacción.
Finalmente, Camila se desplomó llorando sobre la colcha, apretando la manito de la niña con sus muslos.
Cuando Hilda logró zafar su mano desde la concha de Cami, se levantó y fue a buscar algo al baño, volvió con un objeto largo, circular y romo, que resultó ser el envase de unos finos bombones que Cami me había regalado cuando comenzamos el noviazgo, que le serviría a la niña como un improvisado consolador.
La niña empujó a Camila, (quien estaba media lela aún por el intenso orgasmo que recién había experimentado) hasta dejarla en medio de la cama, le abrió sus piernas, se tendió en medio de ellas y entrelazó sus muslos con los de mi novia hasta dejarlas en forma de dos tijeras encajadas, acto seguido se metió una punta del envase en su conchita, y la otra punta dentro de la viscosa concha de Cami, la agarró de sus muslos y comenzó penetrarla y a penetrarse al mismo tiempo.
Mi novia, que hasta ese momento se había dejado hacer media inconsciente, despertó y quedó mirando a la niña, cuando sintió el objeto entrando en su vagina, se semi levantó para ver lo que pasaba y al darse cuenta de todo, se tomó la cabeza, se mordió los labios y gimió larga y agudamente.
_”mmmmmmMMMMHHHHHHÑÑÑÑÑÑÑÑNNNNNNN … ¡¡Ay Dios mío!! … que rica es ésta niñita”, susurró y después se dejó caer sobre la cama y empezó a mover sus caderas.
Durante unos minutos, ambas se movieron con ritmos propios pero, poco a poco, sus culos comenzaron a aclopar sus ritmos, a coordinar sus movimientos, yendo de atrás hacia adelante y en círculos, todo al mismo tiempo, mientras se apoyaban con sus codos en la cama, para encontrar un mejor apoyo y forzar sus conchas a tragarse todo el envase hasta poder frotar sus clítoris.
_”MMMHHHH … ÑÑÑHHHH ….
MMMFFFFFF ….
AY, AY, AYYYYYYY … DALE ASÍ … QUE RICA … SE SIENTE … TU CONCHITA … MI AMOR …”, gemía Cami,
_”GHA, GHA, GHA … OOUUHHMMMM … ¿TE GUSTA MI CONCHITA, PUTA? … MMMFFFF … ¿ TE GUSTA COMO TE CULEO, PERRRRAAAAAHHHH? … ¿ME AMAS? … ÑÑGHHH … ÑÑGGHHH… DIME PUTA… ¿QUIEN TE HACE SENTIR MEJOR, … YO O TU NOVIO?.
.
.
, preguntó Hilda, mientras cruzaba sus piernas sobre la pierna izquierda de mi novia y empujaba su cuerpo contra el de ella, moviéndose en círculos, profundizando la penetración.
_”TÚÚÚÚUHHHHHH … TU … TUÚÚÚÚÚÚMMMMMHHHHHHH … ERES LA MEJOR”, contestó sin vacilar Camila,
_”DIME QUE ME QUIERES, QUE ME AMAS, DIME QUE SIEMPRE ME VAS A DAR TU CONCHITA PARA QUE TE LA COMA Y TE CULEE”, le ordenó Hilda, con los ojitos brillosos de placer y lujuria, y con un tono de voz cargado de maldad,
_”TE AMO,… TE AMO … SOY TU PUTA … MI CONCHA ES TUYA … HAZ LO QUE QUIERAS CONMIGOOOUUHHMMMMMM”, confesó Camila, con los dientes apretados y los labios levantados con fiereza, mientras arqueaba su espalda y ayudaba a la penetración.
Ambas se enfrascaron en ese juego de tijeras, cada una gimiendo y jadeando ruidosamente por su lado, pero moviéndose sus caderas al unísono, una contra la otra, cada vez con mas fuerza, cada vez mas profundo, cada vez mas rico.
Yo podía ver como forzaban los músculos de sus abdómenes, de sus muslos, de sus nalgas para frotarse los clítoris, que estaban rojos, babosos y erectos, hasta que fue Hilda la primera en ir perdiendo el ritmo y la coordinación, al tiempo en que sus gemidos y jadeos se fueron haciendo mas agudos y desesperados.
En un segundo, la niña alcanzó su clímax, abriendo los ojos desmesuradamente, abriendo la boca al máximo y frunciendo el ceño, lanzó un penetrante gritito agudo, se incorporó de un solo golpe haciendo que el envase se torciera hacia abajo dentro de la concha de mi novia, estirándola como un chicle, hasta que finalmente salió con un brinco, cosa que hizo que Cami alcanzara su orgasmo, con otro chorrito de líquido saltando desde su conchita.
Hilda se puso sobre ella, la abrazó por el cuello, le regaló un largo, salivoso y ardiente beso de agradecimiento mientras refregaba su conchita encima de uno de los gruesos muslos de mi novia, quien se retorcía sobre la cama, abandonase a su último y agotador orgasmo.
Ambas se quedaron así, una encima de la otra, por espacio de unos diez minutos, besándose, jadeando, gimiendo y masturbándose suavecito una contra la otra, hasta que el sueño le ganó a Camila.
Hilda, en tanto, ya mas recuperada, se levantó de la cama y se fue a duchar.
Al volver, caminó hasta quedar a unos dos metros frente a la cámara, sonrió traviesamente y comenzó a caminar lenta y sensualmente hacia ella, … Dios, ¿Por qué las mujeres se ven tan sexys con el cuerpo y el pelo mojado?.
Sacó la cámara de su lugar y enfocó hacia su cuerpo, la bajó hasta ubicarla debajo de su vaginita, la abrió con sus dedos y me la mostró: abierta, viscosa, roja, irritada y abriéndo y cerrando su agujero una y otra vez, manejando sus músculos vaginales a voluntad.
Levantó la cámara y la dejó frente a su carita.
_”¿Te gustó el show mi amor, eh?, ¿te gustó ver como me comí a tu novia?.
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esto que te sirva de castigo por dejarme solita y caliente … quiero verte muy pronto, estoy muy caliente contigo … llámame”, dijo a la cámara, y lanzó un largo y sonoro besito.
Después de eso, puso una toalla sobre el lente y todo se fue a negro.
A esas alturas, mi erección me provocaba una insana picazón debajo del pantalón pero, la sorpresa de darme cuenta de que Hilda supo todo el tiempo que la cámara estaba allí, sedujo a mi novia y se la comió a su antojo para que yo lo viera todo, desplazó a la excitación.
Tenía mucha rabia contra Camila … jamás se había portado así conmigo en la cama … eso me hizo sentir menoscabado como hombre … ya iba a saber esa putona cuando la agarrara … me la iba a culear con rabia.
Por otro lado, Hilda me sorprendía una vez mas.
No sólo era una pequeña, alegre y ardiente prostituta infantil, también era una fogosa bi sexual, capaz de darle una buena sesión lésbica a cualquier mujer … pero tenía que agradecerle el hecho de que, logró hacerla fantasear con hacer un trío conmigo … imagínense lo que sería estar con una niña de 10 años, y una perra de 25.
(continuará)
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