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Fantasías / Parodias, Heterosexual, Incestos en Familia

La pequeña hija de Zelma2

Cogimos muchísimos y la niña vio todo. .
****************************************************************************
Después de un accidente en moto, quedé con una pierna casi desecha, y muletas por muchos meses.
Así que me paraba en la puerta de mi casa a ver la gente pasar.
Después que me bajaron la medicación para soportar el dolor, mi lívido sexual se recuperó casi de inmediato.

Se me paraba la verga de solo ver mujeres al pasar.

Así fue Zelma,  aquella morena voluptuosa lo notara cuando pasaba con su esposo y su hijita en brazos.

Lugo pasaba sola con la niña.

Tu sabes, un día la saludas, y ella pone cara de enojada.

Cada día que pasaba era un poco más provocativa, y le encantaba hacer como si me ignoraba, pero más de una vez la niña la delató haciendo algún comentario.

Pasaron los días y casi fue un ritual exhibicionista esperar que pasara.

Era casi puntual sus horarios de pasada.

Yo me hacía mis fantasías y como no tenía oportunidad de coger mi verga quedaba dura casi al instante.

No tardamos a que un día sonriera y luego habláramos,

Minutos después estábamos dentro de mi casa acotados en mi cama en un extraño juego de manoseos con la niña al lado mirando todo.

Al otro minuto ya cogiendo y su hijita ahí al lado queriendo ver como mi verga entraba en su madre, me llamó la atención que cuando le dije a Zelma que la niña miraba, me dijo que estaba acostumbrada y le gustaba ver coger, me decía esto mientras le quitó sus calzones de niñas y me dijo que se los sacaba porque se calentaba y de los manchaba.

Cogimos muchísimos y la niña vio todo.

La niña enseguida que terminamos de coger entre juegos descubrió mi verga, me la tocaba con su pié y decía dura decía: «dada»

Zelma haciendo una broma dice «tan quiquita y ya le quieres quitar los machos a tu madre»

Mientras no conocíamos, la niña fue el centro

Dejamos que la niña se exprese, y todo tenia un trasfondo sexual.

Eso de estar simulando sutilmente a la niña, no sé que tan sutil era, Zelma fingía demencia, mi dedo estaba masturbando la conchita de su hija

Zelma dijo que se daría un baño y nos dejó solos.

Me acosté boca arriba apenas cubriendo mi verga con la sábana

Mi verga pronto se me paró como roca mientras la niña exploraba mi pansa y de tanto en tanto me tocaba la verga.

Esa nena me estaba tocando muy rica mi verga y ya había podido hacer besar mi pansa.

Le saque su chupete de la boca e intenté que me la chupara.

Instintivamente como todas las niñas de su edad intentó como siempre meterse todo a la boca.

Cuando sintió el gusto de mi verga no le gustó, pero no dejó de jugar con sus manitos en mi verga.

Me estaba haciendo una hermosa paja, ya sentía que eyacularía en cualquier momento cuando casi nos sorprende Zelma.

Aunque no vio nada específico, mi verga estaba muy parada y la nena buscaba seguir jugando con mi pija.

Zelma no dijo nada, solo vio mi pija parada y comenzó a darme una buena mamada, la nena desnudita sobre mi pecho, quería ver como su madre me la chupaba.

Me calenté muchísimo viendo a Zelma darme una mamada y y a su hijita mirando como se tragaba mi verga e intentaba tocarme la verga y la madre la dejaba.

Yo mientras tantos comencé a tocarle la conchita y sus nalguitas  a la niña desde atrás. Al ser regordeta era muy agradable tocar sus turgentes redondeases.

Pude lograr estimularle rico la conchita cuando pude encontrar la forma de estimularle su diminuto clítoris.

Supe que le estaba gustando porque me miró y se sonrió, aunque regresó a ver como su madre me la chupaba y me daba una rica paja a la misma vez.

La nena, poco a poco dejó de prestarle a tensión a su madre como me mamaba la verga y y me miraba y se sonreía mientras mi dedo la masturbaba. Comenzaba a intentar moverse gozando el dedo en su conchita, lo hacía torpemente, pero daba claro indicios de que gozaba.

Sentía la mano de su madre en mi verga, no había dudas, mi verga estaba parada tan dura como pocas veces estaba en ese estado que la sentía mas grande que de lo normal.

Sentía que mi leche se venía.

Zelma me decía:
«Dame tu leche Papi, dale la leche a en la boquita a tu Nena como cuando me llevabas a tu taller, sigo siendo tu niña»

y me contaba una historia de hace muchos años atrás, de una pequeña que aprendió a jugar con el novio de su madre.

Me contaba cuando él la llevaba a un depósito y la niña descubrió a jugar con esa verga dura y grande

Creo que Zelma sabía que estaba caliente con su pequeña hijita y que su hija había jugado con mi pija tal como aquella niña.

Zelma hizo un estrecho anillo con con su dedo índice y pulgar, puso ese anillo sobre mi glande y hacía fuerza para que lo penetrara, pero lo mantenía estrecho para que mi verga no entre en él mientras me pedía que imagine aquella niña de 4 años sentada sobre las piernas de un hombre con una enorme verga en la entrada de su vaginita.

Te pido que tu hagas algo similar e imagines todo. Solo parte de mi glande penetraba ese estrecho anillo con sus dedos, sus gruesos labios de mujer morena apretaba mi glande y me decía:
«Así se siente la conchita de una nena de 4 años»

No daba crédito, mi  dedo en la entrada de esa vaginita sentía muy similar a lo que me hacía Zelma con su mano y boca. La nena disfrutaba de mi dedo en la entrada de su vaginita aunque no le hacía fuerza para meterlo.

Fue cuando la nena encontró un movimiento rítmico de su caderíta y solita se daba placer empujando ella su vagina contra mi dedo como si su madre no estuviera ahí.

Al verle la cara de placer a la niña y sentir los apretados labios de su madre en mi verga eyacule como nunca mientras Zelma relataba aquella primera ves que la verga le había entrado en la vagina de aquella niña de 4 años e aquellos paseos en bicicleta al bosque.

Todo terminó enseguida después.

Zelma tomó una toalla y se secó su concha, dijo:

«Como me haces mojar papito…. no me mojaba así desde que era niña y jugaba con el marido de mi madre» confirmando que era ella la del relato

Zelma se vistió y vistió a la niña apurada, dijo que se iría porque su marido sospecharía.

Pasaron algunos días que no las vi, en un momento que pasó, me dio una carta escrita a mano explicando que el marido sospechó o alguien le dijo algo.

Un día sin previo aviso llegaron, me dijo que ella se movía con la niña para sugerirle al marido que no iría a verse con alguien con la hija en brazos.

Fue casi rutina que ella siempre se bañara antes de irse y que me dejara la nena desnuda en la cama mientras se bañaba ella. Luego se marchaban.

Cada día la niña jugaba con mi vega  durante el tiempo que Zelma se bañaba. Siempre me dejaba a punto de eyacular, sin lograr hacerlo.

Pasaban las semanas. La nena cada vez se calentaba más intenso. Aprendía a tocarme mejor la verga, ya no rechazaba el sabor de mi verga dándome pequeñas mamadas cada vez más largas.

Como siempre teníamos para su madre algún lubricante gel con anestesia para el ano, siempre le ponía un poco y logré que desarrolle lindo gusto por el dedo en su anito. Pero yo nunca alcanzaba a acabar.

El Día que mi dedo entró en su vaginita por primera vez, ella se sorprendió, y de pronto se tragó mi verga casi con desesperación.

Jugando, jugando el dedo le fue entrando sin dolor 

Todo indicaba que ella estaba teniendo un orgasmo, y gemía con la verga en su boquita.

Eyacule dentro de su boquita, parte la tragó y parte cayó en mi abdomen. Fue inviable que Zelma note mi esperma en parte de las manito y cara de la nena. también en mi abdomen.

Zelma solo dijo:

«Tú, como me recuerdas al marido de mi madre…. nadie me cogió hasta ahora tan rico como me lo hacía él, en cualquier me tocaba y me sabía dar placer y alcanzar tantos orgasmos como se le antojara y eso que solo tenía 4 años»

Poco a poco fui enterándome quien era aquel hombre Francés que le dio tanto amor a Zelma.

108 Lecturas/29 diciembre, 2025/0 Comentarios/por DonPeperino
Etiquetas: baño, cogiendo, hija, leche, madre, mamada, orgasmo, vagina
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