La pequeña Masha ( 4 ).
Masha es una niña traviesa que a su corta edad disfruta de la vergas de hombres, claro está con algo de dinero. .
La pequeña Masha ( 4 ).
Nuevamente Masha hace de las suyas
Como recordarán Masha es una niña de 9 años, había sido desflorada por un desconocido, por tres jóvenes y por su tío.
Pues al parecer Masha sabía que podía conseguir casi lo que ella quisiera simplemente con el hecho de entregar su pequeño tesoro.
Cerca de la casa de los padres de Masha se encuentra un salón de eventos familiares, en repetidas ocasiones hay celebraciones y fiestas de cumpleaños en ese lugar.
Masha cada que podía se acercaba a hombres mayores, les coqueteaba y si podía les tocaba su entrepierna. La mayoría se calentaba, pero su miedo a las repercusiones, hacía que retrocedieran y se alejaran de la pequeña.
En la siguiente fiesta Masha le echó el ojo a un hombre de 50 años más o menos , alto, robusto y bien parecido. La niña se sentó al lado de él y no le perdía la mirada. El hombre con tono de burla y risa le dijo.
-(hombre)… Al parecer te gusto ¿verdad? Ja ja ja
-(Masha )… Sí, me gusta mucho señor.
-(hombre )… ¡A caray! , ¿es en serio pequeña?
-(Masha )… Sí y mucho.
-(hombre )… ¿Es broma? ¿Dime quién te ha mandado?
-(Masha )… Nadie, ya le dije que usted me gusta y quiero que también me meta su pito en mi cuca.
-(hombre )… ¿Te qué ? ¡Que te meta !. No puede ser,
El hombre se puso tan nervioso que no podía hablar, su boca se había secado tanto por el alcohol que había ingerido y por los nervios. Masha se acercó más y posó su mano sobre el bulto del hombre.
-(Masha )… ¡Ésto es lo que quiero!
-(hombre )… Pero, es que aún eres una niña, pues, ¿cuántos años tienes?
-(Masha )… Nueve y casi cumplo diez.
El hombre no daba crédito de lo que escuchaba que decía la niña y tal vez por el efecto del tacto de la pequeña sobre su polla, ésta despertó y comenzó a marcarse sobre sus jeans.
-(hombre )… Oye, pequeña ¿dónde están tus padres? ¿Con quién viniste a esta fiesta?
-(Masha )… Mis papás no los he visto desde la mañana y yo vine sola.
-(hombre )… ¿Y qué me dijiste que te haga? ¡Es en serio!
-(Masha )… Sí, o usted ¿no quiere?
-(hombre )… No lo sé pequeña, claro que me gustaría, ¡ pero no aquí ! Mira voy a salir yo primero y tú me sigues.
-(Masha )… Está bien, señor.
El hombre salió del salón sigilosamente y se dirigió hacía unos terrenos baldíos, a pesar que ya estaba oscuro Masha siguió a su macho. El hombre se internó en unos matorrales y ahí llamó a la niña.
-(hombre )… Ven,ven rápido pequeña.
-(Masha )… No me llamo pequeña, mi nombre es Masha señor.
-(hombre )… Tampoco yo me llamo señor, mi nombre es Arturo.
Entre la plática Arturo bajó su cierre y sacó su polla dura, se la acercó a la cara de Masha y le dio unas cachetadas con su verga en el rostro de ella.
-(hombre )… ¿Ésto es lo que quieres?
-(Masha)… Sí, se ve que está bien rica, le huele a pipi.
-(hombre )… Anda rápida niña, mete mi verga en tu boca y chúpala como si fuera un dulce.
-(hombre )… Sabe muy rico.
La pequeña se metía casi la totalidad de la verga de Arturo, pues al parecer la pequeña Masha ya era toda una experta y una putita completa. La niña cuando sacaba la verga del hombre de su boca al instante pasaba su lengua por los testículos peludos de Arturo, eso hacía estremecer al sujeto. Masha con gran astucia tragaba y lamía cada parte de la polla del caballero.
Arturo con la calentura a flor de piel quería en ese momento disfrutar de la pequeña, pero por obvias razones lo pensó y decidió cambiar de lugar. Ya que el salón de fiestas se encontraba a escasos metros de ese terreno vacío.
-(hombre )… ¿A dónde iremos niña?, en este lugar no te podré coger. ¿Quieres que vayamos por el camino, hasta encontrar el lugar perfecto?
-(Masha )… ¡Cómo usted quiera!
-(hombre )… Mira pequeña, voy a ir por mi carro, en tanto me veas te subes.
Trata de que no te vea nadie.
El sujeto subió a su carro, se acercó a dicho terreno, abrió la puerta trasera y esperó a que Masha subiera y cerrará la puerta. Arturo manejó alejándose de la fiesta y tomó un camino con escasa luz. Aproximadamente 5 minutos de camino transcurrieron, llamó a su víctima y le dijo-
-(hombre )… Ahora pásate al frente y en lo que llegamos, tú me sigues mamando la verga.
El señor sacó su polla , Masha se acercó y comenzó a disfrutar de otra verga más que se comía en su extinta inocencia.
Arturo vio que había una desviación en el camino y condujo el auto hacía ese lugar remoto, iluminado sólo por la luz de la luna.
El hombre bajó del automóvil y ajustó los asientos de tal forma que no le estorbara nada.
-(hombre )… Ven, acércate y vete quitando toda tu ropa. ¡En cuánto termines te acuestas aquí! ( señaló los asientos ).
La mocosa de Masha obedeció, se despojó de su ropa, se recostó sobre los asientos y abrió lo más que podía sus piernas delgadas, mostrando su diminuta vagina, lampiña, rosada y hambrienta de carne de macho.
-(hombre )… Eso es, al parecer eres una putita profesional. Mira que hermosa se ve tu panocha.
Arturo se acercó y olfateó la vagina de Masha, pasó sus dedos, para después introducirlos dentro de la vagina. Para ese instante el hombre maduro ya tenía la verga de fuera, dura, rígida y escurriendo de precum.
-(hombre )… Ahora dime mi pequeña puta, ¿cuántos hombres te han metido su fierro en tu ahujero? ¡Acaso fue uno de ellos tu padre!
-(Masha )… ¿Quiere que le cuente? Fueron como cinco.
-(hombre )… Ya veo y por eso sigo pensando que eres una putita con el culo bien caliente. Y espero y estés lista para recibir mi verga en tu panocha y si nos da tiempo hasta por el pinche fundillo te la voy a enterrar.
Dicho ésto Arturo se colocó encima de Masha y le enterró su miembro viril por completo, casi le metes hasta las bolas. La putita solo gemía, gemía y gemía.
-(Masha)… Ay, ay, me duele mucho. Augh
-(hombre )… ¡No me digas que te arrepientes y quieres que te la saque!
-(Masha )… No, señor, no me la saque. Me duele, pero así me gusta. Augh
Esas palabras fueron un aliento hacía aquel hombre maduro que abusaba de esa niña aficionada a las vergas de adultos.
El miembro del caballero entraba y salía de esa vagina experta, con una facilidad que don Arturo no daba crédito de lo que sucedía. La vagina de Masha se amoldaba a la verga de ese hombre, su labios se abrían y cerraban al compás de las penetradas.
-(Masha )… Lo quiero más y más fuerte.
-(hombre )… ¡Y si te lastimo! Mi pequeña putita.
-(Masha )… Lo quiero fuerte.
A pesar que Arturo no poseía una gran verga, la pequeña golosa disfrutaba cada que ese macho le enterraba de a golpe su fierro. El señor disfrutaba al máximo ese placer de poder coger a una pequeña criatura, Arturo se inclinaba hacía los inertes pechos de Masha, los besaba y mordisqueaba.
Los ojos de la chiquilla se veían con un brillo impresionante debido a la luz de la luna que brillaba en el cielo e iluminaba la pequeña silueta de Masha.
El hombre gemía y bufaba, cada vez realizaba sus movimientos más agresivos y violentos, el cuerpo de la niña se movía a consideración del vaivén de don Arturo, los ruidos de ambos eran cada vez más fuertes al igual que el chasquido que hacían ambos cuerpos al chocar.
La pequeña comenzó a llorar, sus lágrimas escurrian por sus mejillas y trató de zafarse, pues ahora sí, el hombre la estaba lastimado y ella sentía mucho dolor en su parte íntima.
-(Masha )… Ya no señor, pare ya me está doliendo mucho. (Entre sollozos decía ).
-(hombre )… Lo siento pedazo de puta, tú querías mi verga y ahora te chingaste, además ya casi me corro.
Arturo no hizo caso a las súplicas de Masha y siguió con sus brutales embestidas, para ese momento ya habían transcurrido escasos 20 minutos, esa duración nunca la había conseguido ese hombre, pero debido a su calentura y al follarse a la niña hizo que durará más. La vagina de Masha estaba muy abierta y demasiado lastimado, a pesar que la niña ya había sido penetrada antes por 5 hombres, su vagina sufría los estragos del falo de ese hombre.
-(hombre )… Me vengo uff, me vengo, te voy a echar a mis hijos hasta muy dentro de tú útero.
El hombre trató de enterrar su verga hasta chocar frenéticamente con la pelvis de la niña y ahí derramó todos sus fluidos. Masha aún seguía llorando y con sus manos sobaba su parte íntima.
-(hombre )… Ahora ponte tu ropa porque ya nos vamos. ¡Apresúrate!
-(Masha )… Me duele mucho. Sniff, sniff.
-(hombre )… Ya deja de quejarte niña, tú me obligaste a hacerlo, tú te me insinuante y me provocaste. ¡Y cómo yo soy hombre, pues ni modo que dijera no! Además te voy a dar algo de dinero.
-(Masha )… Gracias, señor.
-(hombre )… Te digo que sí eres una putita, a ver qué día nos vemos otra vez.
Don Arturo manejó cerca del salón de fiestas y le dijo a Masha que baje del auto.
Masha se fue contenta a comprar a la tienda aunque con un dolor infernal en su parte íntima, pero la cogida salvaje no la va a olvidar tan pronto.
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