La pequeña venezolana

El primero de muchos relatos de un ferviente amante de la carne joven..
Me presento, todos actualmente en Méjico me conocen como Gonzalo, llevo ya unos años viviendo en un estado del sur, aparte de que es extremadamente barato para mí (trabajo de forma remota para una empresa española ganando en euros) aquí encontré el lugar ideal para mí pasión, las niñas.

Quizá eventualmente cuente cómo diablos terminé aquí pero el día de hoy la historia va de cómo me comí a una pequeña migrante.

Un viejo amigo, a quien llamaré sólo como el vendedor, me contacto a inicios del 2023, justo cuando el tema de la caravana migrante estaba bastante álgido, en cuanto ví su llamada, supe que tenía algo para mí.

-Hola Gonzalo, he encontrado algo que quizá pueda interesar, una botella de licor venezolana

-Venezolano? Suena interesante… Que tan añejo es?

-Un poco, quizá unos 10 años… El precio es de 550, te interesa?

-Tráela a casa y discutimos el precio

Un par de horas después, nos reunimos en «la casa» un lugar que rentaba en una zona bastante alejada de la ciudad, lo ví estacionarse y bajar una maleta de su camioneta, al entrar, la abrió y pude ver ese dulce, una pequeña que como era de costumbre, estaba completamente sedada, vestida apenas con unas pequeñas bragas.

La extendió sobre una cama y pude verla, era morena, delgada, con unos pechos nacientes que daban ese aspecto de un par de montículos naciendo y labios carnosos

-Entonces son 550 y la tendrás hasta mañana por la mañana, ya sabes las reglas

-Va a despertar pronto? Ya sabes que no me gusta que estén inconscientes

-En una hora máximo

Nos servi un par de cervezas y mientras esperábamos que despertara charlamos de varias cosas, entre ellas el origen del producto de hoy, dijo que encontró a sus padres en la caravana y por un pase de libre tránsito hasta la frontera aceptaron ofrecer a su hija a cambio de dinero

La vimos despertar y me acerque a ella

-Como te llamas, hermosa?

-Sofia

-Hola Sofía, tus papás te dijeron que los ibas a a ayudar? Tienes que hacer todo lo que te diga y no hacer ningún ruido, entiendes

-Si señor

Una vez sólos, me desnude, mi polla estaba erecta, tome su rostro y la guíe a ella

-Ahora, abre tu boca y chupa esto como si fuera un helado

Ella me miro con lágrimas en los ojos y se negó con la cabeza

-Hazlo o me obligaras a lastimarte

Abrió la boca y comenzó a lamer mi miembro, lo hacía con cierta experiencia lo que no me disgustó pero me dio indicios que no era del todo nueva

-Sí bebita, chupa y lame toda ¿Eres una experta verdad?

Las lágrimas corrían por sus mejillas y sus ojos llorosos voltearon a verme

-Sí señor… Ya he ayudado a mis papás antes

Decía entre cada embestida que daba a su boca, cuando sentí que estaba a punto de correrme, me aleje de ella.

-Buena chica, dime, ¿has sido follada?

-Sí señor

Me decepcionó ya que el material de uso no es de mi agrado, pero al ya tener un buen tiempo sin diversión, no quedó de otra, le indique que debía colocarse en posición del misionero y de un sólo golpe, la empale

-Aaaaaaaaaah, duele!!! Aaaaaaaah

Grito ella, sofoque sus gritos con mi mano en lo que comenzaba el vaivén de meter y sacar mi polla en su estrecho orificio, si bien la acepto sin problema alguno sentía su estreches ahorcando mi miembro; que vamos, no es muy largo pero sí bastante gordo. Su llanto inundaba la habitación y suplicaba que me detuviera.

-Calla perra, mientras más grites más doloroso será

Dije entre jadeos mientras acariciaba su cuerpo y continuaba follandola. Pellizcaba sus pezones y ella sólo gimoteaba.

-No adentro por favor

Dijo al sentir mi semen inundando su conchita, saque mi polla una vez terminando de descargarme dentro de ella mientras quedaba inmóvil con el coño escurriendo, la tomé de la cintura y le dí la vuelta, levanté su culo y abrí sus nalgas, ella soltó un ligero suspiro de sobre salto mientras comenzaba a vaciar el lubricante en su entrada trasera

-Esto dolerá solo un poquito

Dije al introducir un par de dedos para dilatar su ano, ella soltó un gemido de placer

-Entonces, esto te gusta pequeña?

-Sí, me gusta señor

Dijo entre jadeos, después de unos cinco minutos, su ano estaba listo para recibirme, me coloque en la entrada y lentamente entre en ella

-Oh dios

Dijo cuando empecé con las embestidas, que poco a poco se fueron intensificando, intentaba sofocar sus gemidos y gritos mordiendo la almohada hasta que sus piernas comenzaron a temblar en una especie de orgasmo seco mientras me corría en su culo.

Salí de ella, mientras que exhausta me pedía parar, le alcance un vaso de agua que bebió de forma inmediata, pedí comida a domicilio y una hora después la pequeña estaba saciando su hambre de días.

La folle una vez más poco después de ello y caída la noche, cayó rendida y durmió hasta la madrugada, antes de que el vendedor regresará por ella.