La perrera VeracruZoo (El diario de Scarlett)
Como inicio la relación de mi madre con su pareja canina.
Hola de nuevo esta es la segunda parte de mi anterior relato basado en hechos reales ocurridos recientemente. Algunos me recordaran de mi historia fallada de incesto que termino siendo una revelación zoo, “VeracruZoo”.
Tras la fatídica revelación que le había hecho a mi madre de tener sexo y que ella me mandara a volar, por fin regresamos a nuestras vidas rutinarias y sin sobresalto. Pasaron 3 meses, mi madre volvió a su trabajo, yo a la universidad y mi madre a sus jornadas de trabajo, dormir y sexo zoo con Gilberto nuestro perro.
Aquel comportamiento díscolo de mi madre parecía haber quedado atrás, o eso pensaba yo, hasta que un día decidí poner cámaras en su recamara y en el baño de ella y por puro azar descubrí lo que parecía ser su pareja actual nuestro perro Gilberto así que me decidí a saber dónde guardaba sus diarios y saber cuándo ella decidió tener sexo con nuestro perro solo necesitaba encontrar un diario.
Aún recuerdo aquel viernes había estado hablando con una amiga del ESTADO DE MEXICO que conocí en foros de internet. La noche antes había salido con unos amigos y me levanté para limpiar mi recamara. Al salir de mi cuarto me encontré a mi madre en el patio saludando a mi abuela (mi otra madre). No entendía nada, y les pregunté. Mi madre me explicó que llegaba en ese momento, que el día anterior se alargó la reunión que tenía con unas amigas y que perdió la noción del tiempo. Llevaba una gran sonrisa y Gilberto se notaba cansado y volvía feliz ya que «TODO HABÍA salido SOBRE RUEDAS».
Por la tarde mis abuelos y mi madre decidieron salir y, aprovechando el buen humor de mama, decidí pedirle algo de dinero antes de que se fueran. Ni que decir tiene que ni rechistó, simplemente le dijo a mi abuela: «ANDA, DALE 500 pesos AL CHICO». Recuerdo aquella frase como si la acabase de oír y la que pronunció mi abuela según salían por la puerta de casa: «EN EL VESTIDOR, EN EL BOLSO MARRÓN, TENGO DINERO. AGARRA LO QUE NECESITAS PARA TU JUEGO Y LO QUE NECESITES DE BOTANA CARIÑO». Acababan de irse cuando me encaminé al dormitorio de mi mama, a por mí ansiada propina. Lo que no sabía en aquel momento era lo que iba a encontrar allí.
Entre las docenas de bolsos de mi madre había varios marrones. Pero no buscaba dinero si no su Diario necesitaba un diario de la época de cuando llego con nosotros Gilberto. El primero de ellos estaba nuevo apenas dos hojas y nada interesante chismes de su trabajo y que odia a su jefe, al igual que el segundo nada zoo. Cuando palpé el tercero me pareció notar que ese sí contenía lo que podía ser una libreta gruesa dentro. Feliz de mí lo abrí y en ese momento fue cuando hice un hallazgo que me quita el sueño desde entonces. Al sacar el contenido pude ver una especie de agenda, pero no tardé en descubrir que aquello era “el diario”.
Al abrirlo vi varias páginas escritas con la letra de mi madre. Apenas leí unas líneas, lo corroboré. Allí describía con pelos y señales lo sucedido ese año que llego Gilberto con nosotros. Avancé varias páginas y fui tomando consciencia de todas y cada una de las aventuras que había cometido desde entonces. Unas cosas tan sorprendentes que me imaginaba y otras no. Algunas me dejaron boquiabierto, como la que cometió el último día antes de que terminara la carrera. Yo pasaba las páginas con rapidez. Podría decirse que sólo leía por encima aquellos párrafos.
Me bastaba con saber lo sucedido, pero si necesitaba conocer hasta el último de los detalles que allí contaba era JUSTO Y NECESARIO. Eso hasta llegar a unos DOS AÑOS atrás de las fechas en las que nos encontrábamos. En aquel día me detuve. Ese día narraba que la noche antes había vuelto a mantener relaciones con Gilberto después de mucho tiempo. Me sentí mal por leer aquello, pero lo que ponía me inquietaba y no era capaz de parar.
En aquellas líneas ponía que Gilberto, lo consideraba ella como mi “padre”, que desde que llego con nosotros él había sido muy fogoso pero que, con el paso de los años, cada vez lo era menos, al revés que ella. Que aquella noche, después de muchos preámbulos, consiguió «entonar» a Gilberto pero que, como de costumbre, mi madre había acabado demasiado rápido, dejándola a él a medias de nuevo. Era duro leer eso, pero mi madre ponía literalmente: «Me dejo cansada, ME HIZO SENTIR PERRA». Dudé si seguir leyendo. Sabía qué hacía mal, pero la curiosidad me podía. Decidí echar una última y rápida ojeada, hasta que llegué por fin a las páginas QUE NECESITABA COMO SE HABIA INICIADO SU RELACION PERRA HUMANA, las que había escrito HACE DOS AÑOS.
Fueron precisamente aquellas páginas las que me dejaron de piedra y sin palabras… Allí pude leer: VIERNES, 07-SEP Hoy he vuelto a cometer una locura. No he podido evitar dejarme llevar. Después de cenar me he vuelto a sentir sola.
El libro que estoy leyendo no ha logrado entretenerme por mucho tiempo y finalmente he terminado encendiendo la tele del salón, para esperar así a que volviera a tener sueño. Ese ha sido mi gran error. Serían las 12 de la noche y cambiando de canal en canal cuando de repente una conocida del trabajo me mando unos videos por Whats app y que estaba DESCARGANDO una película «algo más que erótica».
Nunca me han gustado ese tipo de filmes, pero confieso que hoy sin saber por qué, me he detenido a verla. Quizás haya sido por ese interés tardío por el sexo que en mí se ha despertado, o quizás porque las relaciones sexuales con hombres ya no me atraen por malas experiencias, que siempre fueron muy ocasionales o solo me sacaban dinero, ahora son prácticamente inexistentes. No lo sé. Lo que sí sé es que no debí hacerlo.
En la primera escena que he visto, un joven de hotel atendía con esmero en su despacho a un perro que le presentaba a una huésped casada. Confieso que ha llegado a excitarme y mucho. Aquella era una mujer casada que, como he hecho yo, satisfacía sus instintos más bajos fuera del matrimonio. Aquellas secuencias han conseguido despertar en mí auténtico deseo por un perro como aquel, un amante capaz de satisfacer al máximo a una mujer hecha y derecha. Pero ha sido cuando ha terminado aquella escena cuando he reparado en que en la parte inferior de la pantalla de mi teléfono aparecían mensajes de texto que envía la gente a modo de mensaje y que en su mayor parte son de contactos de hombres buscando mujer que quiera probar la Zoofilia.
Al reparar en ello, han acaparado mi atención y decidí ingresar a internet no he tardado en ver anuncios de hombres de Xalapa, reclamando lo mismo que necesitaba yo. Cada vez que he visto uno de aquí, me he fijado más y más, pero ni por asomo he pensado que acabaría respondiendo a uno de ellos. Me intrigaba saber si serían reales, pero Xalapa es una ciudad no excesivamente grande y el solo hecho de poder dar con una persona conocida, aunque que sólo fuese por azar, ha frenado cualquier impulso mío a responder.
Pero a los pocos minutos de eso, una página de Google con el mensaje que atrajo mi atención: “COMO TENER SEXO CON TU PERRO GUIA PARA MUJERES” decidí abrirlo y leerlo al terminar tomé la decisión de llevarme a Gilberto a la recamara y hacer lo impensable, para una mujer madura, con hijo, católica y trabajadora.
Estaba tan caliente que fui a mi recamara cerré la puerta con la chapa, me quite la ropa, también el calzón que usaba para que junto con mi brasier, comencé a masturbarme frente a Gilberto y cerré los ojos imaginando la verga de Gilberto dentro de mí, estaba tan sumida en mis fantasías que no me percate que Gilberto me estaba observando (él dormía en mi habitación pero no en mi cama), el placer me gano así que llame a Gilberto -«Ven BETO, ven PERRITO, sube a la cama!»- le dije sin gritar mucho, ya todos estaban durmiendo.
El perro me obedeció, abrí mis piernas para él y por instinto comenzó a olfatearme, sentía el olor a sexo de mi conchita mojada, estaba tan excitada por la situación, me toque un poco llenándome los dedos de mis fluidos y los acerque a la boca de Gilberto -” Vamos amor, lame los dedos de esta perra, ¿te gusta?»- le decía.
Aproveche que seguía lamiendo mi mano así que lo acerque hasta mi coñito, guiándolo, y rápido supo lo que tenía que hacer, comenzó dando lengüetazos por toda mi rajita, sentí un escalofrío al sentir su lengua áspera por mi sexo, uff no me lo podía creer, mi perro me estaba comiendo la conchita, no podía evitar gemir -” Mmh, Beto, ¡¡qué bien lo haces!!. Sentía que yo no iba aguantar, esta situación me ponía a mil, y cuando menos me acuerdo sentí como me retórcia en un orgasmo y salían los fluidos de mi vagina, lo cual Gilberto disfruto lamiendo más y más rápido mi coño, me sentía más excitada que antes, no podía creer lo que bien que se sentía solo con su lengua, quería tener su verga ya en mi vagina.
Observe a Gilberto que no dejaba de lamer mi rajita, lo aparte un poco, está jadeando, y pude notar como su pene se asomaba, la calentura me gano, que comencé a masturbar a mi perro, quería que sacara todo su pene y lo logre, ya estaba gran parte de su pene fuera como decía ese manual de internet. Estaba nerviosa, pero quería que me cogiera mi perro, yo ya no era virgen así que podía aguantar la vergota de mi perro, me puse en cuatro como hizo la muchacha del video de celular, levante mi culo y puse mi cara contra el colchón, abrí mis nalgas, y comencé dando nalgaditas para llamar la atención de Gilberto -«Ven perrito, ven Betito, monta a tu perra mami, vamos, follame». Pero Gilberto solo acerco su hocico a oler nuevamente -«Vamos bebé, huéleme, quiero que me folles mi coñito, quiero ser tu perra».
La verdad, así como estaba era una perra en celo, de pronto Gilberto estaba lamiendo mi conchita otra vez, pasaba su lengua por todas partes, mojándome con su baba, llenándome desde mi clítoris hasta mi ano, mmm se sentía tan rico, pero lo que yo quería era que me montara y sentir su pene dentro.
Trataba de frotarme contra la lengua de Gilberto mmm y eso solo ayudo a provocar mi segundo orgasmo, empecé a temblar mientras sentía como escurrían mis fluidos y se mezclaban con la baba de Gilberto -«Ahhg, mmmm, GILBERTO, me tienes loca» -«Follate a tu mami, vamos ¡¡¡FOLLA ESTA PERRA!!!- pedí Y como que comprendió o solo fue su instinto que supo que tenía que montarme, estaba lista para sentir verga Gilberto comenzó a embestir, pero aún no me había penetrado, sus garras me estaban rasguñando un poco los costados de mi vientre ya que mi brasier se corrió hacia abajo dejando mis pechos al aire. ¡¡No aguantaba ya las ganas, quería sentir su verga ya dentro de mí, llenándome, así que comencé a moverme para ayudarlo a encontrar mi entrada, y eso hice, buscaba su pene en movimiento para que pudiera entrar, cuando sentí como entro de un solo en mi coño, se me escapo un gemido -Ahhg!!- grite, y trate de aguantar mis gemidos no quería despertar a mis padres o a mi hijo.
Gilberto metió su pene y estaba cogiéndome como su perra, porque si, en ese momento era su perra en celo lista para recibir el semen con sus bebes. -Uff vamos esposo, cógeme, soy tu perra- le decía más en susurro. Estaba tan entregada a mi perro, que me cogía de una forma bestial, sentía como se iba hinchando dentro de mí, era lo más delicioso del mundo, tener la verga de mi macho guardián en mi vagina, y me vine con su pene cogiéndome, me cogía sin piedad, cada embestida uff, era placer como ninguno. -«Ahhhg, mhmm, Gilberto, haces que me corra y me moje» ¡Estaba tan mojada por mis fluidos que sentí un fuerte empujón, “Ahhhg!», fue cuando entro su bola en mi (en ese entonces yo no sabía lo delicioso que es) pero mi perro ya me tenía abotonada, sentía como su verga palpitaba dentro de mí, el dolor se fue y solo sentía la excitación por la situación, tenía la verga de mi perro en mi coño -Ahhgg! ¿Vamos maridito, te gusta cogerte a tu perra? – Me excitaba hablarle así.
No podía creer que estaba ensartada por la verga tan grande de mi perro, comencé a hacer fricción, y moverme, cuando de pronto Gilberto comenzó a eyacular dentro de mi vagina ¡Dios!!, me estaba volviendo loca de placer me imaginaba lo peor que Gilberto me podría embarazar y seria genial. -Ayy, Dios mío, ¡¡gilberto!! Mmmm! – gemía. Lo que me causo otros orgasmos junto con él, de mi coño salían chorros de semen de mi perro junto con mis fluidos, no sé cuánto tiempo estuvo eyaculando dentro de mí que me vine otra vez -Ahhg! Gilberto, maldita sea, ¡cómo me llenas de semen!
Sentía como estaba llena de su semen hasta las entrañas, y más lo mojada que estaba, el pene de mi perro fue perdiendo tamaño y por fin pudo sacar su pene de mí ya adolorida vagina por la cogida que me dio. Al sacarlo, Gilberto no dudo en lamer mi coñito sucio de semen canino, yo me sentía en la gloria, hasta que paro, bajo de la cama y se fue a echar a su colchón, yo quede cansada y con mi conchita palpitando aún del placer, me fui a poner ropa interior limpia y pijama, quite las sábanas sucias y me dormí.
Al otro día tenía que haber llegado mi periodo, pero no llego, paso casi 15 días para que llegara, pero cuando fui al médico me dijo que no estaba embarazada ni nada por el estilo era que yo ya iba a empezar a dejar de tener mi menstruación por mi edad. Eso me dio tristeza porque pensé que Gilberto me había preñado sin embargo sé que después de esto que me dijo el médico podre tener sexo con Gilberto sin protección ya que no podría quedar Embarazada de la hermosa Camada que podría tener de Gilberto Mi perro mi amante y mi pareja fiel y leal.
Y así fue…El hermoso Diario de mi mamá.
epico ya espero el final…hay final? o mas relato de ella?
no me imagino tener una madre zoo
De los mejores relatos en años que puede ofrecer esta pagina