La pervertida maestra Maribel (Parte 2)
La maestra Maribel esta excitada por lo que hizo con su pequeño alumno y quiere más. .
La siguiente es una historia de ficción basada en personajes reales.
Después de aquel día, cuando la maestra Maribel llevo a su pequeño alumno Manuelito de 6 años al baño de maestras para chuparle su verguita, se sentía sumamente excitada y pervertida. Ese día por la tarde en su caso no paraba de recordar en esa deliciosa sensación que experimento al tocar y chupar la pequeña verguita de su alumno. Su chocha no podía dejar de derramar néctar e irremediablemente termino masturbándose en su habitación no solo una sino tres veces casi seguidas y aun así su excitación y calentura no cedía.
Ansiosa por repetir aquello, al siguiente día llego a la escuela, impaciente y excitada esperaba con ansias el momento adecuado, ya que tal como lo había acordado con el pequeño Manuelito el día anterior, lo repetirían. Ya en el salón de clases, la maestra Maribel saludo como siempre a todos sus alumnos.
Maribel: Buenos días niños
Alumnos: Buenos días maestra Maribel, respondieron todos al unísono.
Maribel llevaba ya preparadas algunas actividades para sus alumnos para pasar el tiempo. Mientras explicaba lo que harían miraba al pequeño Manuelito, y podía notar como el también la miraba de una manera especial, en su mirada había una mezcla de ternura, pero también de deseo, lo que la empezaba a poner cachonda, sentir como un pequeño niño de tan solo 6 años podía mirarla de esa forma la enloquecía. Maribel quería repetir la experiencia de inmediato, pero tenia que permanecer calmada hasta el momento adecuado, una vez que sus alumnos comenzaron a hacer la actividad que les indico, se sentó en la silla de su escritorio tratando de disimular sus ansias miraba su teléfono, por eso no noto que Manuelito se levanto de su lugar y se dirigió al escritorio de su maestra, solo no vio hasta que ya estaba paradito junto a ella, Maribel lo miro y sonrió un poco nerviosa.
Manuelito: Maestra… dijo Manuelito como susurrando y le hizo una seña para que la maestra se acercara a él.
Maribel se inclino levemente hasta que su cabeza quedo junto a la de Manuelito, quien se acerco a su oreja y le susurro con voz muy bajita.
Manuelito: ¿Ya me va a chupar otra vez el pene?
Al escuchar esa tierna voz pidiéndole aquello, de inmediato el néctar comenzó a brotar del chocho de Maribel, su piel se erizo y se estremeció. La maestra Maribel sonrió y le respondió también al oído al pequeño niño.
Maribel: En un ratito mi amor, espera un poco, mientras ve a hacer tu trabajo.
Manuelito, sonrió y asentó con la cabeza y regreso a su lugar para hacer su trabajo.
Maribel estaba muy excitada, podía sentir como su panty estaba mojada por su néctar, sentía que le brotaba mucho jugo del chocho, al grado que se volteo a ver discretamente y noto que el néctar ya había traspasado el panty y había mojado un poco su pantalón, una pequeña mancha de jugo se podía ver en su pantalón negro de gabardina ajustado. Pasaron unos minutos, Maribel ya no podía aguantar ni un minuto más, necesitaba desesperadamente volver a chupar la pequeña verga de su alumno, se levanto de su silla y camino a la puerta del salón para ver como estaba el patio de la escuela, si tenía el camino libre, pero lamentablemente vio que el patio estaba siendo usado por el profesor de educación física que impartía clase al grupo de cuarto grado. ¿Qué hago? Se pregunto, y de inmediato una idea le llego.
Entonces Maribel, aun parada en la puerta del salón llamo a Manuelito, “Manuelito, ven mi amor”, le dijo al niño, quien de inmediato se levanto de su lugar y camino hasta donde su maestra. Al llegar el niño, Maribel se inclino a su altura y le dijo con voz bajita al oído, “ya vamos a que te chupe el pene mi amor, pero hoy no vamos al baño, sígueme”.
Maribel: Niños sigan haciendo su actividad, quietecitos por favor, regreso en un momento, no hagan escándalo. Dijo Maribel al resto de sus alumnos.
Entonces Maribel le indico a Manuelito que salieran del salón y comenzaron a caminar por el pasillo, cruzaron el patio, Maribel caminaba como si nada al lado del niño, disimulando, el profesor y los niños del cuarto grado que estaban en el patio los vieron, pero no les pusieron atención, no podía meter al niño al baño porque eso si lo notarían, así que, en esta ocasión, Maribel llevo al niño a la enfermería de la escuela, que se encuentra ubicada en un edificio detrás del patio. La escuela no tiene enfermera, pero en caso de ser necesario, hay un pequeño cuarto acondicionado como enfermería con una cama y algunos muebles médicos. La enfermería siempre esta abierta, así que Maribel le indico al niño que entrara seguido de ella quien cerro y aseguro la puerta de inmediato. Afortunadamente las ventanas están en la parte alta de los muros y tienen cortinas por lo que tendrían privacidad.
Ya dentro de la enfermería
Maribel: Ok mi amor, ya te voy a chupar el pene, acuéstate en la cama.
Manuelito, obedeció y se acostó en la cama, la maestra Maribel se subió también y se acomodo en cuatro, como perrita dejando su cara a la altura de la cintura del pequeño niño quien miraba a su maestra de una forma muy rica. Entonces Maribel comenzó a desabrochar el pequeño pantalón del niño y se lo bajo hasta las rodillas con todo y su calzoncito, al tener a la vista la pequeña verguita, Maribel noto que ya estaba bien paradita, eso le indicaba que el niño estaba ya excitado y emocionado por recibir nuevamente una deliciosa mamada de su maestra.
Maribel: Mmm mi amor, ya la tienes paradita.
Manuelito: Si maestra, desde que salimos del salón y me dijo que ya me la iba a chupar se me puso así.
Maribel: ¿Estas emocionado mi amor?
Manuelito: Si maestra, mucho ya quiero que me chupe el pene.
Maribel: Pues so voy a hacer ahora mi amor.
Y así Maribel de inmediato comenzó a sobar y jalar suavemente la pequeña verguita al tiempo que la besaba la lamia. Comenzó a chuparla metiéndosela toda en la boca, incluso se alcanzaba a meter los pequeños huevitos. Los gemidos del niño y la maestra no se hicieron esperar, mientras Manuelito estaba acostado y Maribel como perra chupándole la verga, la maestra podía sentir el pequeño cuerpo estremeciéndose, los gemidos con la tierna y dulce voz del niño la ponían muy lujuriosa, tener toda esa pequeña verguita dentro de su boca hacia que brotara mucho rico néctar de su chocha.
Maribel: Moria de ganas por volverte a chupar el pene mi amor.
Manuelito: Ohh siii, siii, maestra yo también quero que lo volviera hacer, me gusta mucho, siento muy muy rico.
Maribel no podía contenerse y de tanta lujuria comenzó a chupar como loca la pequeña verga, lo que provoco que el niño comenzara a gemir y jadear más y más, sin control Maribel metía y sacaba la verguita de su boca una y otra vez, la bañaba de su tibia saliva, la besaba la lamia como una perra en celo, gemía y jadeaba de una manera incontrolable. En cierto momento, la maestra Maribel que seguía en cuatro, paso su mano izquierda por debajo de su cuerpo y la introdujo dentro de su pantalón y su panty para masturbarse al mismo tiempo que seguía chupando la verguita de Manuelito.
Manuelito: Ay, ay que rico maestra
Maribel: Si mi amor, riquísimo, me encanta tu penecito, tan lindo, pequeño, durito, mmm que delicia.
Maribel, siguió chupando por varios minutos como una loca hasta que finalmente y al igual que la primera vez, entre jadeos, gemidos y contorciones incontrolables de su cuerpecito, Manuelito tuvo su segundo orgasmo.
Manuelito: Ay, ayyyyy que rico, siento muy muy rico maestraaaaa
Maribel: Que bueno mi amor, me encanta chuparte tu penecito y que sientas rico…
Maribel, dejo que el niño se recuperara y se tranquilizara, cuando vio que ya era hora, le volvió a acomodar la ropita, se levantaron de la cama, antes de salir mientras el niño ya estaba paradito a un lado de la cama, Maribel se agacho y quedo a su altura, sonriendo le dijo.
Maribel: Bueno mi amor, ya sabes, nada de contarle esto a nadie porque si no los dos nos vamos a meter en problemas y ya no te voy a poder seguir chupando el pene, ¿ok?
Manuelito: Si maestra, no, no, no quiero que tengamos problemas, no le diré a nadie lo juro y quiero que me siga chupando el pene.
Maribel: Ok, mi amor, es nuestro pequeño secreto.
Maribel y el niño salieron entonces de la enfermería, caminaron hasta el patio principal, y allí
Maribel: Vete al salón mi amor y ponte a hacer el trabajo que les deje, yo ahorita llego.
Manuelito: Si maestra.
El niño se fue al salón como le indico su maestra, mientras Maribel entro al baño de las maestras. La excitación del momento la había echo mojarse demasiado, mucho mas de lo habitual, se bajó el pantalón y vio como su panty estaba muy muy mojada por su rico néctar, al grado que ya había mojado un poco mas su pantalón. “No me puedo quedar así, de lo contrario se va a manchar más el pantalón y se notara”, pensó Maribel. Así que se quito el pantalón y después el panty, “me voy a quedar así mejor y tratare de ya no mojarme mas hasta llegar a casa”. Pero antes de volverse a poner el pantalón, el aroma de su propio néctar impregnado en su panty le llegaba y la excitaba, Maribel se llevo su panty a su cara y comenzó a respirar profundamente el perfume delicioso producto de la lujuria que emanaba de su panty.
Maribel se sentó en el escusado con la tapa cerrada y comenzó a masturbarse mientras olía su panty y en su mente recordaba la pequeña verguita de Manuelito y como se la chupaba. Con la palma de su mano se frotaba toda la chocha a la vez que se introducía un par de dedos, continúo masturbándose hasta que su cuerpo se estremeció y un grandioso y delicios orgasmo recorrió su cuerpo. Preocupada por no ser escuchada tuvo que contener los gemidos mordiendo fuertemente con sus dientes su panty. Cundo por fin se pudo tranquilizar y volvió en sí, Maribel se levantó del escusado y se limpió el néctar de su chocha con el papel higiénico, se volvió a poner el pantalón y guardo en una bolsa de este su panty.
La maestra salió del baño y se fue a su salón donde paso el resto del día controlándose y tratando de no pensar en su pequeño alumnito y su verguita para no manchar su pantalón con su néctar.
Los siguientes días fueron igual, cada día Maribel llevaba a su pequeño alumno ya fuera al baño de maestras o a la enfermería para chuparle la verga, pero eso solo hacia que la degenerada maestra quisiera más…
Va bien pero puede mejorar. Mi pene se puso como el del niño 😋😋. Espero que pronto suba la continuación 👍🏽.